—¡Estás mal de la cabeza, Ivanna!—Mañana, la prensa tendrá noticia, “Amorosa pareja no repara en demostrar su amor en la vía pública”. “Esta pareja, a punto de casarse, no contiene las ganas”. Cariño, la prensa ya debería saberlo, me voy a casar con un heredero Barbieri.—Agradece que no te puedo hacer un escándalo como mandarte a volar, agradece que si acabo de ver al maldito reportero tomando fotografías—. Mientras la tomaba de la cintura, a lo lejos podría decirse que es una hermosa y cariñosa pareja saludándose.—Mi cielo —acariciando su mejilla—No te pongas agresivo, que sabes qué es lo que hay. Ambos estamos sin opciones, tú haz tu papel de esposo y padre y yo de tu futura esposa y madre de tu primogénito, un heredero, más bien el futuro, dueño de todo algo, así como el rey y yo seré la madre del rey.Ivanna había deshecho la idea de perder a su hijo, después de todo se encargaría de administrar una fortuna inimaginable si su querido suegro muriese antes de tiempo.—¿Tú crees
—Señor, señor, ya vamos a aterrizar, debería despertar a la señorita— Bastián al abrir los ojos, se había percatado que había dormido durante horas y horas, él es un hombre que, desde la muerte de su esposa, había tenido problemas para conciliar el sueño, sin embargo, dormir a lado de Elizabeth, había sido como la cura para muchos de sus males, definitivamente debía admitir que esa mujer había cambiado su mundo, se sentía avergonzado cuando se dio cuenta de que estaba con la mano enredada con la de ella, se alejó y se levantó, se paró delante de Elizabeth y empezó a despertarla.—Señorita, Afer, ya despierte.—¿Me quedé dormida? Pero, ¿cómo? —mientras estiraba los brazos y restregaba, la cara con ambas manos—Disculpe, no sé cómo pasó, es que no dormí bien—Eso no importa, le digo que ya vamos a aterrizar. Debería ir al baño a lavarse la cara, está hecha un desastre.—¡No! Esta cosa todavía no aterriza, no pienso mover yo, me perdona usted, pero no puedo.—No sea escandalosa o dramátic
Ninguno puede resistir, ella olvida todo, cuando él la obedece y la besa, hasta enredar su lengua con la de ella.—Me estás volviendo loco— Sin dejar de besarla o acariciar su cuerpo de manera desesperada.—Y yo ya lo estoy—No me quiero detener, me lleno de celos viéndote con ese tipo—Bajando por su cuello, dejando besos húmedos en el camino.—No te detengas—Abrió los ojos como dos platos, cuando esa boca con la que había soñado en secreto, se apoderaba de sus pechos, nunca antes había permitido que alguien llegara a ese punto, pero lo olvido cuando sentía un calor llegar hasta todo su cuerpo, nunca en su vida alguna sensación se comparaba con esa.—Quiero hacerte, mía, necesito hacerlo — Tomándola de la mejilla, viéndola a los ojos, con un brillo de lujuria en ellos, ella respondió metiendo sus manos dentro de su camiseta, era inexperta, pero era como señales silenciosas que sabía que debía seguir. ¡Por Dios era virgen! Pero estaba ahí, dispuesta a perderla con el hombre que la enfa
—No puedo seguir con esta farsa, no sé cómo puedes pedirme que sonría cuando me acaban de decir que se van a casar y ninguno tiene un ápice de culpa en sus rostros, ambos me traicionaron, ella sabía quién era él para mí. ¡Soy su hermana mayor! ¡Soy su sangre!Le gritaba con desesperación, con rabia y con el dolor que la traición que acaba de sufrir le daba. A eso le sumaban la risa burlona del hombre que se supone debía protegerla y acogerla bajo su ala, del hombre que decía ser su padre y que al contrario solo parecía ser su peor enemigo.—Eres demasiado estúpida Elizabeth, no entiendo que vio ese muchachito en ti, es entendible porque prefirió a Ivanna, acéptalo por el bien de tu familia, tu hermana está embarazada y si hubieras sido más mujer él no hubiera tenido que buscarla para que le dé lo que todo hombre desea, ahí ves las consecuencias de tus actos, solo tú eres la culpable y tú lo mojigata que eres, sabes que dejarte de hacer el ridículo, solo das vergüenza, ya deja esa pos
—Hermanita, te veo muy contenta hoy y ese milagro. Seguro saldrás con tu noviecito ese. — Entrando en su habitación, mirando todo a su alrededor, con el mentón elevado, como menos preciando cada cosa que Elizabeth representaba.—Ivanna, no empieces y sal de mi habitación, por favor., no sé cuántas veces te lo tengo que repetir, no me gusta que entres aquí — Sentía la mirada burlona de su hermana menor sobre su espalda, pero lo que no se esperaba es que al salir esta cerrara la puerta con llave, Elizabeth no creía lo que pasaba, corrió inútilmente a tratar de abrir la puerta, pero era imposible, mientras gritaba el nombre de aquella chiquilla que una vez más disfrutaba humillándola, ofendiéndola, burlándose de ella de la forma que sea.Pensó en su adorado novio, no quería que la esperaba en vano. Así que tomó su desgastado teléfono.—Baby, lo siento mucho, no llegaré a acudir a la cita, tuve inconvenientes.—Está bien cariño, para otro día será, hablamos más tarde, voy a ver a mi tía
—Bastián, por favor entiéndeme, llevamos meses con este asunto, sabes muy bien que he anhelado tanto esto, también es mi sangre, tu sangre, tu hermano mayor.Tratando de aplicar a su corazón, a su lógica, a su raciocinio, pero era en vano, como hacer que alguien que toda la vida creció para hacer esa compañía crecer, un hombre que lucho por ese puesto, cada parte de esa empresa tenía su sudor y lucha en ella, él era un hombre que perdió lo más preciado por esa compañía y aun así seguía de pie a la cabeza, un hombre que perdió lo más preciado, lo único que le quedaba era aferrarse a aquello por lo que tanto lucho y no iba a permitirse perderlo por alguien que carecía de talento, de alma y corazón y peor un aparecido que no tenía un ápice de conocimiento ni siquiera para sacar copias.—Padre, no entiendes como me siento, pretendes que le dé un puesto directivo a ese aparecido, a un tipo que solo es tu hijo porque esa prueba lo dijo, un tipo con ínfulas de principito que no sabe ni atars
SÁBADO 12—Estoy preocupado por tu hermano, no ha venido. De verdad, pensé que llegaría, es algo importante para la familia.—Déjalo, además lo que me importa que estés aquí como mi padre, que se supone que eres. Trato de hacer las cosas bien por el apellido Barbieri, pero él no lo ve así.Para Gabriel, el ser llamo así por parte de su hijo, le dolía, sentía que le faltaba tanto por compensar el tiempo perdido, cada vez que no lo llamaba papá o padre, era un fracaso, un día menos para ganarse a su hijo, tal vez por eso trataba de darle todo lo que quería olvidando que un puesto en la empresa era algo que se ganaba no que se regalaba.—Algún día, ¿Me dirás, papá? — La tristeza reflejada en sus ojos al pronunciar aquellas palabras eran evidentes. Sin embargo, el corazón oscuro y lleno de odio de Ricardo no le contestó nada a Gabriel, porque en su mente se construía otros planes, muchas veces cuando has deseado vivir entre lujos, comodidades, cuando has deseado toda tu vida dejar de ser
SEMANAS DESPUÉS DEL ANUNCIO DEL COMPROMISO—¡Estás loca! ¿Cómo te atreves?Podría envolverse en sí misma hasta hacerse un ovillo, pero con un corazón tan lastimado era como si no tuviera nada que perder y al contrario tenía mucho que ganar, ya no iba a dejar que la siguieran pisoteando como si nada, la muchacha estúpida murió.—Ya perdiste tu poder sobre mi querido padre, si no lo haces, entonces le revelaré la verdad al mundo, les diré que tuviste a tu hija mayor como una empleada bajo tú mismo techo que inclusive dormía en un pequeño cuarto que antes era un almacén, diré que me golpeabas cuando no obedecía, puedo hablar y mi querido padre en la carrera a la alcaldía no te va a hacer bien, muchos menos en la fortuna a la que quieres llegar a como dé lugar, piensa lo que te conviene.No tenía nada que perder, al contrario, estaba cansada de ser el tapete de todos, aquel donde todos se limpiaban los zapatos de lodo, ya no era la Elizabeth sumisa ante su padre y mucho menos iba a agacha