—No sé cómo le hiciste, así que deja este teatro de una vez por todas. Maldita la hora en que caí en tu juego, resultaste más zorra de lo que pensaba.—¡Suéltame! O grito —le increpó a su padre, o bueno, al hombre que la engendro—, Zorra, tu hijita, que se le metió por los ojos a quien era mi novio. Desde el fondo de mi alma, les deseo a los novios tanta desdicha como la que viví yo siendo parte de la familia Montiel.Sebastián Montiel hizo el ademán de querer levantar la mano para golpearla, pero aquel acto fue detenido por Bastian, quien lo miró con furia, con ojos inyectados de un rencor inimaginable, aún después de todo lo que había hecho en contra de Elizabeth, se atrevía a querer golpearla.—Nunca más en su maldita vida, se atreva a levantarle una mano a Elizabeth, porque juro que no respondo y me olvido que es un anciano.—¿Cómo la llamaste? — Su voz salía entre cortado, horrorizado de que sepa la verdad.—Sé todo de ella, así como sé todo de usted, viejo, miserable, pero tranq
—Gracias por la invitación, Ivanna, muy amable de tu parte —mientras caminaban por el centro comercial, mirando una que otra tienda—Sí, claro, entremos a esta tienda, me gusta su nueva colección —la hizo entrar a una de las más prestigiosas, por ende, la que más costaba, después de todo era una simple asistente.Caminaron viendo cada una de las prendas, ella solo señalaba las que quería y se las iban juntando. Una sonrisa de satisfacción se le dibujó, cuando observó que Elizabeth, miraba prenda por prenda, sin escoger ninguna.—Todas son bonitas, pero no el color que quisiera— Si, claro como no, pensaba Ivanna.—¿Qué color quieres? Tal vez tenga stock.—Uno de color negro, a Bastián le gusta de ese color en mi cuerpo—No sintió vergüenza, no sintió falta de pudor, era la verdad, estaba observando un vestido muy escotado cubierto con pedrería.—Señorita, tenemos en color negro.—Perfecto, dame en negro y este color piel. También buscaré unas sandalias que hagan juegos, bolsos, no po
—¿Y si voy de blanco? — Preguntó ella.—Es muy directo.—Tienes razón, mejor voy de negro, conseguiste lo que te pedí, me imagino —Claro princes, esta venganza no sería épica sin eso, ya los veo corriendo a buscar los baños más cercanos.—A eso súmale, otros detallitos, esa boda va a ser memorable, pero por otra cosa, nadie va a poder olvidarla jamás.—Mira que Bastián, se anotó una, eso de desviar la caravana del circo—Mientras doblaba el cuello de un lado a otro, se sentía estresada, con el peso del mundo sobre ella, no era fácil organizar una venganza y seguir siendo la asistente novia falsa de Bastián.—A él se le hace fácil, ya que lleva queriendo hacer esto antes que yo, es un genio, ni imaginas los planes que tiene.—una enorme sonrisa apareció en su rostro, no podía evitarlo, era algo por lo que no tenía control.—Deberías dejar de ser tan obvia—Ahora, ¿Yo qué hice? — Mirándolo con detenimiento. — Antuhant, se posicionó detrás de ella y acaricio sus hombros para quitarle el
—No puedo seguir con esta farsa, no sé cómo puedes pedirme que sonría cuando me acaban de decir que se van a casar y ninguno tiene un ápice de culpa en sus rostros, ambos me traicionaron, ella sabía quién era él para mí. ¡Soy su hermana mayor! ¡Soy su sangre!Le gritaba con desesperación, con rabia y con el dolor que la traición que acaba de sufrir le daba. A eso le sumaban la risa burlona del hombre que se supone debía protegerla y acogerla bajo su ala, del hombre que decía ser su padre y que al contrario solo parecía ser su peor enemigo.—Eres demasiado estúpida Elizabeth, no entiendo que vio ese muchachito en ti, es entendible porque prefirió a Ivanna, acéptalo por el bien de tu familia, tu hermana está embarazada y si hubieras sido más mujer él no hubiera tenido que buscarla para que le dé lo que todo hombre desea, ahí ves las consecuencias de tus actos, solo tú eres la culpable y tú lo mojigata que eres, sabes que dejarte de hacer el ridículo, solo das vergüenza, ya deja esa pos
—Hermanita, te veo muy contenta hoy y ese milagro. Seguro saldrás con tu noviecito ese. — Entrando en su habitación, mirando todo a su alrededor, con el mentón elevado, como menos preciando cada cosa que Elizabeth representaba.—Ivanna, no empieces y sal de mi habitación, por favor., no sé cuántas veces te lo tengo que repetir, no me gusta que entres aquí — Sentía la mirada burlona de su hermana menor sobre su espalda, pero lo que no se esperaba es que al salir esta cerrara la puerta con llave, Elizabeth no creía lo que pasaba, corrió inútilmente a tratar de abrir la puerta, pero era imposible, mientras gritaba el nombre de aquella chiquilla que una vez más disfrutaba humillándola, ofendiéndola, burlándose de ella de la forma que sea.Pensó en su adorado novio, no quería que la esperaba en vano. Así que tomó su desgastado teléfono.—Baby, lo siento mucho, no llegaré a acudir a la cita, tuve inconvenientes.—Está bien cariño, para otro día será, hablamos más tarde, voy a ver a mi tía
—Bastián, por favor entiéndeme, llevamos meses con este asunto, sabes muy bien que he anhelado tanto esto, también es mi sangre, tu sangre, tu hermano mayor.Tratando de aplicar a su corazón, a su lógica, a su raciocinio, pero era en vano, como hacer que alguien que toda la vida creció para hacer esa compañía crecer, un hombre que lucho por ese puesto, cada parte de esa empresa tenía su sudor y lucha en ella, él era un hombre que perdió lo más preciado por esa compañía y aun así seguía de pie a la cabeza, un hombre que perdió lo más preciado, lo único que le quedaba era aferrarse a aquello por lo que tanto lucho y no iba a permitirse perderlo por alguien que carecía de talento, de alma y corazón y peor un aparecido que no tenía un ápice de conocimiento ni siquiera para sacar copias.—Padre, no entiendes como me siento, pretendes que le dé un puesto directivo a ese aparecido, a un tipo que solo es tu hijo porque esa prueba lo dijo, un tipo con ínfulas de principito que no sabe ni atars
SÁBADO 12—Estoy preocupado por tu hermano, no ha venido. De verdad, pensé que llegaría, es algo importante para la familia.—Déjalo, además lo que me importa que estés aquí como mi padre, que se supone que eres. Trato de hacer las cosas bien por el apellido Barbieri, pero él no lo ve así.Para Gabriel, el ser llamo así por parte de su hijo, le dolía, sentía que le faltaba tanto por compensar el tiempo perdido, cada vez que no lo llamaba papá o padre, era un fracaso, un día menos para ganarse a su hijo, tal vez por eso trataba de darle todo lo que quería olvidando que un puesto en la empresa era algo que se ganaba no que se regalaba.—Algún día, ¿Me dirás, papá? — La tristeza reflejada en sus ojos al pronunciar aquellas palabras eran evidentes. Sin embargo, el corazón oscuro y lleno de odio de Ricardo no le contestó nada a Gabriel, porque en su mente se construía otros planes, muchas veces cuando has deseado vivir entre lujos, comodidades, cuando has deseado toda tu vida dejar de ser
SEMANAS DESPUÉS DEL ANUNCIO DEL COMPROMISO—¡Estás loca! ¿Cómo te atreves?Podría envolverse en sí misma hasta hacerse un ovillo, pero con un corazón tan lastimado era como si no tuviera nada que perder y al contrario tenía mucho que ganar, ya no iba a dejar que la siguieran pisoteando como si nada, la muchacha estúpida murió.—Ya perdiste tu poder sobre mi querido padre, si no lo haces, entonces le revelaré la verdad al mundo, les diré que tuviste a tu hija mayor como una empleada bajo tú mismo techo que inclusive dormía en un pequeño cuarto que antes era un almacén, diré que me golpeabas cuando no obedecía, puedo hablar y mi querido padre en la carrera a la alcaldía no te va a hacer bien, muchos menos en la fortuna a la que quieres llegar a como dé lugar, piensa lo que te conviene.No tenía nada que perder, al contrario, estaba cansada de ser el tapete de todos, aquel donde todos se limpiaban los zapatos de lodo, ya no era la Elizabeth sumisa ante su padre y mucho menos iba a agacha