Me adelanto una semana en viajar a Chile, hace meses que no veo a Massimo y sus hijos, ellos son mi única familia, a él lo considero mi hermano y sus hijos mis sobrinos. No nos unirá la sangre, pero la vida y adversidades pueden hacer los lazos más fuertes.
Llego de sorpresa a su casa, la empleada me recibe con su característica sonrisa. Me dice que Massimo no se encuentra, ya que fue invitado a la fiesta de una familia importante, pero mis sobrinos se encuentran viendo una película en el segundo piso. Yo mismo subo mi maleta a la que es mi habitación, ella me dice que en una hora estará lista.
Me voy con Pía y Luca, entro sin que me escuchen, me siento atrás de ellos, en el suelo.
-Esta película está muy aburrida. Mejor me voy a dormir – dice Luca -.
-Creo lo mismo, me voy a leer.
-Vete a dormir, es tarde.
-Quiero esperar a papá.
-Déjalo, no siempre te puede llevar a casa de los Manterola, no seas pesada.
-Era el cumpleaños de Jazmín, ella me cae bien, es amable conmigo, me deja probarme sus vestidos y juega conmigo en el jardín de su casa, es muy bonito.
-Lo sé – dice Luca, apagando la tele -. Pero a mí me gusta más Jazmín que el jardín.
-¡Es mayor que tú, tonto! – Pía se ríe de Luca y este se molesta -.
-No es malo enamorarse de una mujer mayor – les digo y dan un salto -. El problema es cuando te enamoras de una mujer menor.
-Ti… tío Piero – Luca está pálido, mientras yo me río-.
-Dame un abrazo, este es nuestro secreto – le guiño un ojo y los abrazo -. Los amo, mis niños y por eso no aguanté esperar una semana más.
-Tío Piero – me dice Pía feliz -. Yo creía que ya no nos querías.
-El trabajo me tenía muy ocupado, mi niña. Tu papá necesita que las telas para sus diseños sean perfectas y yo me encargo de eso.
Camino con ellos por el pasillo y bajamos las escaleras. Vamos hasta la cocina y sacamos helado.
-Papá no nos deja comer helado por las noches – dice Luca antes de llevarse una enorme cucharada a la boca-.
-Para eso son los tíos, para hacer todo lo que los papás prohíben – se ríen mucho y siguen con el helado -.
-Tío – dice Pía algo seria, esa chiquilla cuando se pone así sale con preguntas muy profundas -. ¿Por qué no tienes esposa e hijos?
-Porque no he encontrado una mujer que ame lo suficiente para formar una familia – lo sabía, directo a la médula-.
-No preguntes esas cosas, Pía – la regaña Luca -.
-Está bien – le revuelvo el cabello a mi sobrino-. Quiero que sepan, no es fácil encontrar a alguien que quiera cumplir sus sueños y compartir los tuyos. Pero a ustedes nos les pasará, tendrán una persona a su lado que amarán, serán felices y tendrán muchos hijos.
-¿Podrás tener hijos? Ya tienes algunas canas, eso quiere decir que estás viejito – la cara de tristeza de Pía me enternece el corazón-.
-Sí, no pierdo la esperanza de tener al menos un hijo y mimarlo mucho, como a ustedes. Ahora limpiemos, o su papá…
-Los descubrirá – entra Massimo algo cansado -.
-No es mi culpa, ellos me obligaron a venir aquí – le digo fingiendo miedo, los chicos me miran incrédulos, no aguantamos la risa con Massimo y ellos se relajan-.
-Hermano - nos damos un buen abrazo -. Qué bueno tenerte aquí, no me avisaste que llegabas antes, hubiese mandado a preparar tu habitación.
-Quise llegar de sorpresa, los extrañaba demasiado y llegué una semana antes para disfrutar con ustedes. Siempre vengo nada más que por trabajo.
-Me alegra tenerte aquí – mira a sus hijos -. Bueno, niños, a dormir.
-Pero quiero saber de la fiesta de Jazmín – dice Pía levantándose de mala gana -.
-Mañana, no hay mucho que contar, pero no quiero hacerlo ahora.
-Está bien – Pía nos abraza y se va a su habitación -. Buenas noches, papi. Buenas noches, tío.
Luca hace lo mismo, al dejarnos solos Massimo se sienta y se queda con en bote de helado. Me río, porque parece un adolescente agotado.
-Me dijeron que fuiste a una fiesta, parece que estuvo muy mala.
-Estaba bastante animada, uno de nuestros socios se lució bailando para animarle la fiesta a su hija, pero apareció la mujer y arruinó todo.
- ¿Cómo así? Se supone era el cumpleaños de la niña, ¿qué madre le hace algo así a una niña?
-Jajajaja, no es una niña, cumplía veinte años. Y su madre… es una odiosa, quiere meterme a Jazmín por los ojos, no se da cuenta que es una chiquilla, podría ser mi hija mayor, tenemos veinticuatro años de diferencia.
-Seguro que por interés – saco un poco de helado -. Supongo que la chica ni te mira.
-Sí, pero para hablar nada más, ella está en otro mundo, el de los veinte. Es alegre y quiere cosas de jóvenes, aunque si tuviera unos años más, sería perfecta para ti.
-No, mi querido amigo. Yo ya perdí la esperanza de encontrarme a la mujer indicada, así que déjame así.
-Tú nunca tuviste esperanza, no seas mentiroso, prefieres esa vida de mujeriego que te encanta.
-Sin compromisos, es mejor. Se sufre menos – me gano la mirada de desaprobación de mi amigo -.
-Un día vas a conocer a esa mujer y vas a parecer corderito, te lo aseguro.
-No lo creo, me cuido mucho de eso. Aunque nunca he sentido eso de las mariposas, los nervios, las manos sudorosas, ni esa electricidad de la que tanto hablan.
-Eres incorregible – se ríe de mí -. Pero bueno, creo que, por hoy, es suficiente – deja del helado -.
-Sigue contándome el chisme. ¿La mujer los echó?
Así me sigue contando cómo los padres de la chica discutieron, los invitados comenzaron a irse y ni siquiera alcanzaron a cantarle feliz cumpleaños. Lo que me sorprendió es la manera que me interesaba saber más de la chica, supongo por el interés que despierta en Luca.
Se nos pasan unos minutos más y decidimos ir a dormir, mañana me quedaré en casa descansando del viaje, luego iré por mis sobrinos al colegio y los llevaré a donde ellos quieran.
Ya en mi cama me quedo mirando al techo con las manos bajo la cabeza, pensando en esa chica. Su mamá debe estar loca, arruinarle así su día. Y su padre, no ser lo suficientemente firme para imponerse.
-El día que tenga esposa, nunca la dejaré hacer conmigo lo que quiera, la mujer debe obedecer al marido en todo… - me sorprendo de mis palabras y me río -. Pero si yo ni siquiera deseo esposa, debe ser el viaje.
Me acomodo para dormir, sin dejar de ver el espacio vacío a mi lado. Jamás he compartido la cama con alguien, mis encuentros sexuales son fuera de mi casa y nunca me he quedado fuera de ella. No sé lo que es compartir la cama para dormir, solo para el sexo.
Aunque a veces eso me abruma, con una salida a un bar y una conquista de una noche, se me pasa. A pesar de mi edad, me encuentro en buena forma, me veo unos cinco o seis años menor, lo que aún puedo aprovechar.
Un suspiro sale de mí, cierro los ojos y sueño con una chica cuyo rostro no puedo ver, es pequeña y ágil, se me escapa cada vez que quiero abrazarla. Se ríe y salta por un hermoso prado lleno de jazmines, mientras la sigo alguien se la lleva y siento en mi pecho una angustia enorme.
Me despierto sudoroso, con una sensación de abandono intensa, algo que jamás había sentido. Bajo a la cocina por un vaso de agua, me lo bebo pensando en esa pobre jovencita, imaginándola llorar en su habitación por la actitud de su madre.
Sacudo mis pensamientos y regreso a la cama, buscando un sueño reparador, pero no lo consigo. Sueños tristes me provocan un dormir intranquilo, como si la felicidad de esa chica a la que nunca he visto dependiera de mí.
Faltando seis días para la previa de la nueva colección de invierno, Massimo está vuelto loco, porque se ha enfermado una de las modelos y le han dado reposo por siete días.-Cálmate, hombre, harás un hoyo en el piso.-No puedo, Piero, esos tres vestidos son la guinda, la crema y chocolate del pastel, y estaban hechos a su medida.-Bueno, tendrás que buscar un reemplazo o un maniquí – me mira con molestia y yo me encojo de hombros-. Si Pía estuviera más grande, seguro la pones a ella, me dijiste que eran para la mujer bajita que es parte de la clientela. No te desesperes, en este país abundan.-Para ti es fácil decirlo – se sienta al fin -, pero ¿de dónde saco una mujer joven, de un metro setenta al menos, delgada, con clase y ale…gre? – lo miro con las cejas levantadas -. Ya sé quién – levanta el teléfono-.
Estos seis días han sido agotadores, afortunadamente estoy con un receso en la universidad por las vacaciones de invierno, además de tener que aguantar el genio insoportable de mi madre, a quien no le bastó dejarme en ridículo en mi cumpleaños, sino que programó una cena para invitar a Massimo Cavalcanti, ya que el día de mi ridículo estaba presente. Para mi fortuna, mi padre me avisó con tiempo y llegué a encerrarme a mi cuarto. Fingí un dolor de cabeza extremo y no salí de mi habitación, aunque la señora casi echó abajo la puerta, alegando que no venía solo, la ignoré. ¿O qué creía? Que yo bajaría con mi sonrisa de niña de alta sociedad, como si nada, para darle gusto a ella… se equivoca. Ese día ella perdió todo mi cariño y respeto. Mi padre me apoyó, porque considera que Massimo es un hombre demasiado mayor p
Me sudan las manos, desde ese día que esperaba conocer a la muchacha, pero no se presentó a la cena, en su propia casa, alegando estaba indispuesta, y debido a esto mi genio ha sido un desastre. Sin embargo, una ligera silueta pude ver cuando abrí por equivocación la puerta de su habitación, creyendo era el baño. Aunque me disculpé enseguida, de ella no salió sonido alguno. No he conseguido sacarme de la mente su cuerpo levemente iluminado por la luz que entraba desde su ventana. Pero hoy, no tiene escapatoria, aunque ni siquiera sepa que Piero Castelli está al acecho. Tomo asiento en la fila delantera, igual que siempre. Me sumerjo en el folleto de presentación buscando nadie me moleste, mientras van llegando los invitados del evento, que es muy privado al ser un adelanto, de vez en cuando miro a la pasare
Nos aparcamos fuera de un hotel, alejado de lo que normalmente frecuentamos. Me mira muy serio, su respiración está acelerada, al igual que la mía. Con su voz profunda me dice. -Jazmín, te invito a cenar y a pasar un tiempo conmigo. Si después quieres irte a casa de tu prima, yo mismo puedo llevarte. -Me parece perfecto – es todo lo que puedo responderle -. Baja del auto y me ayuda a salir de él. Trato de caminar con elegancia, pero la verdad es que ya me duelen los pies, él se percata de mi incomodidad y se agacha. -Déjame ayudarte con ellos, no los necesitas. -Sí los necesito, me dan diez centímetros de estatura adicionales, si me los quito deberás agacharte para hablarme. Siento que pasa una eternidad antes de que ella sea quien tira de mí hacia la puerta de la habitación. El alma me vuelve al cuerpo, tan solo un par de pasos bastan para entender que ella quiere que sea su primera vez y debo estar a la altura.Nunca tuve este dilema, porque la primera vez que tuve sexo fue con una mujer mayor y experimentada, no sé cómo hacer esto, pero trataré de hacerlo lo mejor posible.Abre la puerta y me mira con su sonrisa, su mirada refleja miedo pero también determinación. Me quito el saco del traje y me acerco a ella para besarla con ternura, mientras ella se desarma el moño que sostiene su cabello, me aparto un poco y le ayudo con las horquillas.-Eres realmente hermosa – le digo quitando la última y dejando su largo cabello la rodee -.-Y yo sigo sin entender qué te atrajo de mí.Acaricio su rostro, de sus mejillas bajo a su cuello, hasta llegar a suCapítulo 7: Una noche apasionada.
Antes de abrir los ojos, siento a mi lado un cuerpo que me rodea. Dejo que mis sentidos lentamente vayan reconociendo el lugar en donde me encuentro, abro mis ojos y lo veo a él, durmiendo apacible.Aprovecho para ver su rostro, es perfecto. Es como cuando los dioses del Olimpo bajaban para yacer con las humanas. Cierro mis ojos, traigo a mi mente los recuerdos de la noche y siento que me ruborizo, la forma de tocarme, de ser tan delicado. Aún cuando él mismo me dijo que era un hombre experimentado, me trató como a la más delicada flor en medio de todo su jardín.Siento que se remueve un poco, sus manos que descansaban en mi espalda ahora me recorren suavemente, encendiendo ese fuego interno que no sabía tenía.-Buenos días, hermosa Jazmín – me da un beso en la frente y yo abro los ojos -. Eres más bella aún al despertar. Podría raptarte para tener la dicha de este e
Tras tener que viajar ese mismo día desde Chile a Italia, producto de unos inconvenientes en la fábrica, han pasado dos semanas.Un accidente paralizó la producción por cinco días. Tuve que solucionar los problemas técnicos, pero además visitar a mis trabajadores en el hospital, que al menos se sienten agradecidos porque he estado pendiente de ellos cada día. Uno de ellos fue dado de alta, porque sus heridas fueron leves, en cambio los otros dos sufrieron contusiones graves, por lo que debieron ser intervenidos.Me tocó poner a disposición de las autoridades toda la información para que investiguen y los abogados ya están trabajando en el pago de indemnizaciones justas, pero agregando un porcentaje más para que puedan sostener a sus familias en el tiempo que no podrán trabajar, además de todo lo legal.Estoy sentado en la oficina, mirando hacia la nada, porqu
Estoy tirada en la cama de Pilar, quien se encuentra trabajando en un artículo sobre la boda de un empresario importante del rubro maderero. Es su tercer matrimonio y está vez lo ha hecho con una chica menor.-Al parecer está de moda eso de buscar mujeres menores – dice ensimismada, mientras teclea en la máquina de escribir -. Ojalá a mí me tocara al menos un hombre mayor para que no juegue con mis sentimientos.-No exageres, no es la gran maravilla – tres semanas desde que se fue y ni una noticia -.-Lo dices porque ya lo experimentarse y porque estás molesta. ¿No has pensado en ir a ver a Massimo?-¿Cómo crees? Que vergüenza ir como colegiala – inician las náuseas que no me han dejado tranquila ni una sola vez -. Ya cumplió con entregar la carta de Piero, creo que eso es todo.Respiro profundo, porque son intensas, pero igual que siempre… no si