Estoy recostada en el jardín de la casa de los Cavalcanti. Tanto Pía como Luca nos pidieron quedarnos acá, para mantener la casa con vida y, al decidir quedarnos un buen tiempo aquí.
Cierro mis ojos, dejo que el sol me de un poco de su calor y mis recuerdos van viajando por cientos de momentos de mi vida, como cuando me enteré que esperaba a Alex, su nacimiento, sus enfermedades, sus logros, sus penas.
Por supuesto, no puedo dejar atrás el recuerdo de esa noche en que lo volví a ver, el único hombre que he amado con intensidad, al único que he entregado. Cuando supe que otra vez estaba embarazada, las palabras de ese pésimo doctor…
Y sonrío, porque nada se cumplió. Mi embarazo ha sido tranquilo, excepto hasta la primera ecografía, la que postergué por miedo y por la luna de miel.
“-Muy bien, señora Castelli, descúbrase el vientre &n
-Muy bien, Jazmín, ahora vamos a hacer lo que ya sabes – me dice el doctor Jiménez sin dejar su sonrisa de lado -.-Pujar… sí, creo que lo recuerdo – le respondo con cansancio y dolor -.-Nada más que esta vez será el doble – levanta ambas cejas -, pero no estás sola.-No, esta vez no – me dice Piero, rodeándome con sus brazos, para ayudarme a mantenerme sentada, dándome apoyo, su calor y todo el amor que siente por mí -.Se acerca ese dolor que ya reconozco, Piero me da un beso cargado de ansiedad, amor y tranquilidad, todo eso de una vez, suena contradictorio, pero la tranquilidad de ese beso es para mí.Se me va todo el miedo, las ganas de gritar y de decirle a Piero que se vaya, es momento de pujar. -Vamos, linda, puja… - hago lo que el doctor me dice y sonríe -. Eso es, respira… ¡otra vez!Unos minutos después tengo entre mis brazos a nuestro José. Tiene unos hermosos ojos azules, como su padre, pero esta vez no se parece tanto
Miro a mi familia y sonrío feliz.Luego de ser por años solo Alex y yo, ahora tenemos a los mellizos, tratando de correr tras sus sobrinos, que son un poco mayores a ellos, y a su padre.En la celebración de su cumpleaños número uno, Piero no ha escatimado en gastos y sorpresas. Castillos inflables, camas elásticas, carritos de carreras… lo más gracioso de todo es que al parecer los más emocionados son los adultos, porque los niños aún son pequeños para disfrutar de todo eso.Veo a Luca ir con su hijo a todos lados, mientras mima a Emily con postres y bebidas. Alex cuida de Alex Luciano y Lorenzo, Gabriel del pequeño Ángelo. Ver a mi hermano feliz con su hijo me hace sonreír.Y mi Piero.Se acuesta cada noche agotado, pero sonriente. José y Alejandra se han convertido en sus tesoros, en especial su niña.Carga a José, mientras &l
Espacio Riesco está atestado de personas, en su mayoría altos ejecutivos de las empresas más importantes del país. La chica acompaña a su primo, el que ahora acompaña a su padre en Cavalcanti Moda, como encargada del área de marketing y publicidad, quiere aprender un poco más, ya que una de las exposiciones será acerca de cómo innovar en la publicidad.Toman asiento por el centro del lugar, ella se encarga de buscar su libreta para tomar notas.-¿Sigues usando tus libretas?-Siempre, no se les acaba la batería ni se me apaga la pantalla justo cuando voy a tomar nota de algo importante.-Eres muy anticuada, Alejandra – su primo Agustín se ríe -.Ella le pone mala cara y termina sacándole la lengua, aunque sea mayor unos pocos meses y no tengan lazos sanguíneos, su relación se basa en mucho amor, hermandad y confianza.Mira el folle
Es la primera vez que nos separamos desde que volvimos a reunirnos, pero debo hacerlo, los niños están pequeños y Javiera me necesita en Italia por unos días. Jazmín está triste, quiere acompañarme, pero sabe que no es posible.Se va a dormir a los gemelos, tarea que a veces es complicada, me quedo arreglando mi equipaje y decido dejarle algo para que no me extrañe tanto, algo que le diga cuánto la amo, algo que nunca he hecho por ella sé que le dará ánimo.Tomo lápiz y papel y comienzo a escribir.“Mi amada y deseada Jazmín: Debo irme por un breve momento, pero estaremos juntos pronto, te lo prometo y nos seguiremos amando, seguiremos caminando de la mano y viendo a nuestros hijos crecer cada día, a los tres.Te dejo unos versos, desordenados, pero es parte de lo que siento por ti y no sé cómo organizarlo, tal v
Bajo de mi habitación muy animada, hoy es mi cumpleaños y, para la ocasión, mi padre me ha dado dinero para comprarme un atuendo nuevo que luciré en mi fiesta.-Feliz cumpleaños, mi princesa – mi padre me espera en el hall de la casa, antes de irse a la oficina -. Gracias por estos veinte años de alegría y orgullo-.-Y yo ¿ no te he dado quince de orgullo, padre? – dice con un puchero mi hermano Alex -. Feliz cumpleaños, hermanita, te debo el regalo.-Gracias, hermanito, el mejor regalo es tenerte aquí.Nos quedamos los tres abrazados unos minutos, tener a estos dos hombres en mi vida me hace desear tener uno igual que me ame, que vea por mis ojos, que me apoye en todas mis metas y me deje ser libre. Por supuesto, yo haría lo mismo por él.Unos tacones llegan hasta nosotros, una aclarada de garganta y un tono de voz agrio.-¿Reunión
Me adelanto una semana en viajar a Chile, hace meses que no veo a Massimo y sus hijos, ellos son mi única familia, a él lo considero mi hermano y sus hijos mis sobrinos. No nos unirá la sangre, pero la vida y adversidades pueden hacer los lazos más fuertes. Llego de sorpresa a su casa, la empleada me recibe con su característica sonrisa. Me dice que Massimo no se encuentra, ya que fue invitado a la fiesta de una familia importante, pero mis sobrinos se encuentran viendo una película en el segundo piso. Yo mismo subo mi maleta a la que es mi habitación, ella me dice que en una hora estará lista. Me voy con Pía y Luca, entro sin que me escuchen, me siento atrás de ellos, en el suelo. -Esta película está muy aburrida. Mejor me voy a dormir – dice Luca -. -Creo lo mismo, me voy a leer. -Vete a dormir, es tarde. -Quiero esperar a papá. -Déjalo, no siempre te puede llevar a casa de los Manterola, no seas pesada. -Era el cumpl
Faltando seis días para la previa de la nueva colección de invierno, Massimo está vuelto loco, porque se ha enfermado una de las modelos y le han dado reposo por siete días.-Cálmate, hombre, harás un hoyo en el piso.-No puedo, Piero, esos tres vestidos son la guinda, la crema y chocolate del pastel, y estaban hechos a su medida.-Bueno, tendrás que buscar un reemplazo o un maniquí – me mira con molestia y yo me encojo de hombros-. Si Pía estuviera más grande, seguro la pones a ella, me dijiste que eran para la mujer bajita que es parte de la clientela. No te desesperes, en este país abundan.-Para ti es fácil decirlo – se sienta al fin -, pero ¿de dónde saco una mujer joven, de un metro setenta al menos, delgada, con clase y ale…gre? – lo miro con las cejas levantadas -. Ya sé quién – levanta el teléfono-.
Estos seis días han sido agotadores, afortunadamente estoy con un receso en la universidad por las vacaciones de invierno, además de tener que aguantar el genio insoportable de mi madre, a quien no le bastó dejarme en ridículo en mi cumpleaños, sino que programó una cena para invitar a Massimo Cavalcanti, ya que el día de mi ridículo estaba presente. Para mi fortuna, mi padre me avisó con tiempo y llegué a encerrarme a mi cuarto. Fingí un dolor de cabeza extremo y no salí de mi habitación, aunque la señora casi echó abajo la puerta, alegando que no venía solo, la ignoré. ¿O qué creía? Que yo bajaría con mi sonrisa de niña de alta sociedad, como si nada, para darle gusto a ella… se equivoca. Ese día ella perdió todo mi cariño y respeto. Mi padre me apoyó, porque considera que Massimo es un hombre demasiado mayor p