Bajo de mi habitación muy animada, hoy es mi cumpleaños y, para la ocasión, mi padre me ha dado dinero para comprarme un atuendo nuevo que luciré en mi fiesta.
-Feliz cumpleaños, mi princesa – mi padre me espera en el hall de la casa, antes de irse a la oficina -. Gracias por estos veinte años de alegría y orgullo-.
-Y yo ¿ no te he dado quince de orgullo, padre? – dice con un puchero mi hermano Alex -. Feliz cumpleaños, hermanita, te debo el regalo.
-Gracias, hermanito, el mejor regalo es tenerte aquí.
Nos quedamos los tres abrazados unos minutos, tener a estos dos hombres en mi vida me hace desear tener uno igual que me ame, que vea por mis ojos, que me apoye en todas mis metas y me deje ser libre. Por supuesto, yo haría lo mismo por él.
Unos tacones llegan hasta nosotros, una aclarada de garganta y un tono de voz agrio.
-¿Reunión familiar sin mí? – los tres nos giramos y vemos a mi madre con los brazos cruzados -.
-Estamos felicitando a la niña, Débora, hoy es su cumpleaños.
-¿Y eso es motivo para que la consientas? Ya sé que le diste dinero para ropa y lo de la fiesta.
-Eso es bueno, tú también estarás aquí.
- Claro que no, me iré a mi habitación. Tienen prohibido poner la música fuerte.
-Pero es una fiesta, mamita – le dice Alex abrazándola -. Sin música sería aburrida y los invitados se irían.
-Mejor aún. Ayer mandé a pulir el piso, me lo dejarán asqueroso – se dirige a la cocina, pero mi padre la detiene -.
-¿No le dirás feliz cumpleaños a la niña?
-Un año más, eso es todo. Cuando termine su carrera o mejor, cuando se case con un hombre importante, allí hasta lloraré de la emoción.
Se va dejando un mal sentimiento por su actitud. Nunca ha sido una madre cariñosa y, por lo que he visto, tampoco una esposa amorosa.
En cambio mi padre es un amor, siempre nos consiente, nos lleva de paseo, nos premia nuestros logros y nos castiga si hacemos algo mal.
Se peleó muy fuerte con mi madre cuando dije que quería estudiar Administración de Empresas, desde pequeña me vi sentada al lado de mi padre, manejando la empresa que tanto le costó a mi abuelo sacar adelante y ahora mi papá se esfuerza continuar el legado.
En cambio, los planes de mi madre son: casarme con un hombre millonario y que sea esposa trofeo, como ella. Ni de chiste, lo mío es moverme, hacer cosas productivas, tener mi propio dinero. Desde los quince vendo mi cerebro, hago tutorías y apoyo con trabajos, en los últimos dos veranos, en lugar de vacaciones, me fui de asistente de la asistente de mi padre, por el sueldo mínimo y todo para aprender.
La única ventaja que tuve allí fue la de tener el puesto, sin saber nada. Pero todo lo demás fue como si no me conocieran, y eso fue gratificante, una experiencia enriquecedora.
-Hija, no le hagas caso. Con la edad se ponen enojonas.
-Espero que a mí no me pase, prefiero morir joven.
-Tú vivirás hasta los cien años y tendrás dos hermosos varones, que serán la luz de mi vida, como ustedes – nos acaricia la mejilla a mi hermano y a mí, sonríe y toma su maletín-. Ahora me voy. Llama a tu prima Pilar para que te acompañe, si te falta dinero que ella te preste y luego yo le devuelvo.
Pilar, además de ser mi prima, es mi mejor amiga. Es unos años mayor que yo, pero eso no nos impide llevarnos de maravilla. Hace un año terminó la universidad y ahora trabaja como periodista en una revista para mujeres.
Y por esa razón mi madre la detesta, ella quisiera verme con “Puki", la prima más aburrida de todas. Tenemos la misma edad y ya está casada.
Con mi hermano vamos al comedor para desayunar, otra vez nos tocará hacerlo solos, porque de seguro la discusión ha provocado en mi madre una de sus migrañas incapacitantes.
La nana Ceci llega con el desayuno, me da un abrazo y nos deja solos. Con mi hermano hablamos de la fiesta, que empezará a las siete de la tarde y yo me he dado un día libre de la universidad para ir de compras. Pilar tiene la ventaja de cubrir solo eventos importantes y no ha tenido ninguno, así que también está libre.
Cuando estamos listos, el chofer nos espera en el hall y nos vamos con él hasta el auto. Pasamos a dejar al colegio a mi hermano y luego nos vamos a la casa de Pilar, allí buscaremos un estilo para luego salir a buscarlo por las tiendas de Santiago.
Al llegar, mi prima corre para darme un abrazo, saltamos cual niñas de primaria y entramos emocionadas planeando todo lo que haremos.
-Mira este vestido, lo podemos encontrar en la tienda de Cote – me dice Pilar mostrando la imagen de un hermoso vestido tipo jumper -.
-Me gusta, pero no para la fiesta, así que de todas maneras lo buscaremos.
-¿Y este? Tiene vuelos, manga corta, ajustado hasta la cintura, te quedaría perfecto. Fresco y ligero para bailar – comienza a bailar acostada en la cama y morimos de risa por eso -. Ya decídete, en treinta minutos salimos de compras.
-Está bien, vamos con Cote primero y luego nos vamos al centro comercial que está aquí cerca.
Las horas se fueron volando, nos vamos directo a mi casa para poder ducharnos y prepararnos para la fiesta. Al llegar mi madre no se ve por ninguna parte, mi padre trabaja en su estudio y mi hermano está en el jardín con uno de sus experimentos de botánica.
Subimos directo a la habitación, Pilar se mete primero porque se demora menos, mientras yo dejo lista la ropa que usaré esta noche, un hermoso vestido tipo jumper de color rosa pálido, con una botas blancas a la rodilla de taco bajo, una blusa blanca de manga corta con un cuello alto. Es moderno, muy de mi edad y me queda espectacular.
Al salir Pilar, me meto enseguida, porque por más que trato de no demorarme mucho, no lo consigo. Cuido mi cabello muchísimo, me llega a la parte baja de la cintura, lavarlo es algo complejo y me gusta hacerlo bien para que luzca siempre sedoso y bello.
Luego de más de treinta minutos, al salir del baño veo a Pilar que está sentada terminando de maquillarse.
-Ay, niña, te demoras tanto.
-Mi cabello necesita lavarse bien o terminará hecho una escoba de paja.
-Ni con eso, querida. Apúrate, ya falta poco para que comiencen a llegar los invitados.
Me aplico crema en todo el cuerpo y luego procedo a vestirme, al terminar Pilar me indica que tome asiento para secarme el cabello y peinarlo de manera que caiga en ondas suaves por mi espalda. Llaman a la puerta, ella abre y vemos a mi padre, quien me mira orgulloso y feliz.
-Te ves hermosa, hija mía. Las dos están bellísimas, supongo que ya están listas, porque están llegando los primeros invitados.
-Bajamos contigo, papi.
Nos ofrece sus brazos y nos enganchamos a él para bajar radiantes. Ya han llegado unos diez invitados, entre amigos de la universidad y el círculo cercano de mi familia. Voy saludando a cada uno, agradeciendo el estar conmigo y recibiendo los obsequios. Pilar me ayuda con ellos, dejándolos en una mesa exclusiva para ellos a un costado de la mesa.
Mi prima no se aparta de mí, sabe que en cualquier momento bajará el torbellino desde el segundo piso, por ahora disfruto de la música y de la compañía de todos mis amigos, no todos los días se cumplen veinte años.
Se va pasando la hora y comenzamos a bailar, no hay parejas de baile, solo un grupo enorme de jóvenes, y algunos adultos infiltrados, que quieren pasar un buen rato.
Veo a mi padre sentado en un sofá conversando con Massimo Cavalcanti, un magnate en la industria de la moda, de hecho, el vestido que uso es de su última colección. Me acerco a ellos para invitar a mi padre a que baile conmigo una canción.
-Mi hermano llegará desde Italia en dos semanas, viene para la nueva colección – escucho que dice Massimo. Al verme, se pone de pie -. Señorita, muy feliz cumpleaños. Ese vestido le queda perfecto, ¿no ha pensado en ser modelo?
-No, muchas gracias – me río de su broma, es un hombre muy educado y sus palabras jamás podría malinterpretarlas, aunque mi madre quiera que me case con él -. Prefiero seguir por el lado de la administración y trabajar para mi padre – el levanta las manos a modo de rendición -. Papi, ¿bailas conmigo?
-Jazmín, ya no teng…
- “Tengo edad para eso” – termino por él -, no estás viejo. ¿Usted cree, Massimo, que está tan viejo como para no bailar con su hija?
-Yo bailo todo el tiempo con mi Pía y ella tiene apenas nueve años, vamos hombre, aprovecha a tu hija, que no se quedan para siempre.
-Ella se quedará conmigo para siempre, ¿verdad? – me mira mi padre como perrito abandonado -.
-Por supuesto que sí, papi. Cuando me case, me vendré a vivir contigo, para que malcríes a tus nietos, pero solo si me das este baile.
-Así, quién no acepta.
Massimo se ríe de nosotros, saco a mi padre a bailar y, aunque al inicio se muestra tímido, termina siendo el centro de atención. Los demás invitados le hacen espacio al centro, Pilar pone una canción de rap y mi padre se queda parado un momento y comienza a bailar al ritmo.
Estamos todos riendo del baile de mi padre, hasta Massimo se ha unido a nosotros para animarlo a seguir, cuando de pronto se corta la música, miro hacia el equipo de música y mi madre lo ha desconectado.
-Se termina la fiesta en este momento.
Me adelanto una semana en viajar a Chile, hace meses que no veo a Massimo y sus hijos, ellos son mi única familia, a él lo considero mi hermano y sus hijos mis sobrinos. No nos unirá la sangre, pero la vida y adversidades pueden hacer los lazos más fuertes. Llego de sorpresa a su casa, la empleada me recibe con su característica sonrisa. Me dice que Massimo no se encuentra, ya que fue invitado a la fiesta de una familia importante, pero mis sobrinos se encuentran viendo una película en el segundo piso. Yo mismo subo mi maleta a la que es mi habitación, ella me dice que en una hora estará lista. Me voy con Pía y Luca, entro sin que me escuchen, me siento atrás de ellos, en el suelo. -Esta película está muy aburrida. Mejor me voy a dormir – dice Luca -. -Creo lo mismo, me voy a leer. -Vete a dormir, es tarde. -Quiero esperar a papá. -Déjalo, no siempre te puede llevar a casa de los Manterola, no seas pesada. -Era el cumpl
Faltando seis días para la previa de la nueva colección de invierno, Massimo está vuelto loco, porque se ha enfermado una de las modelos y le han dado reposo por siete días.-Cálmate, hombre, harás un hoyo en el piso.-No puedo, Piero, esos tres vestidos son la guinda, la crema y chocolate del pastel, y estaban hechos a su medida.-Bueno, tendrás que buscar un reemplazo o un maniquí – me mira con molestia y yo me encojo de hombros-. Si Pía estuviera más grande, seguro la pones a ella, me dijiste que eran para la mujer bajita que es parte de la clientela. No te desesperes, en este país abundan.-Para ti es fácil decirlo – se sienta al fin -, pero ¿de dónde saco una mujer joven, de un metro setenta al menos, delgada, con clase y ale…gre? – lo miro con las cejas levantadas -. Ya sé quién – levanta el teléfono-.
Estos seis días han sido agotadores, afortunadamente estoy con un receso en la universidad por las vacaciones de invierno, además de tener que aguantar el genio insoportable de mi madre, a quien no le bastó dejarme en ridículo en mi cumpleaños, sino que programó una cena para invitar a Massimo Cavalcanti, ya que el día de mi ridículo estaba presente. Para mi fortuna, mi padre me avisó con tiempo y llegué a encerrarme a mi cuarto. Fingí un dolor de cabeza extremo y no salí de mi habitación, aunque la señora casi echó abajo la puerta, alegando que no venía solo, la ignoré. ¿O qué creía? Que yo bajaría con mi sonrisa de niña de alta sociedad, como si nada, para darle gusto a ella… se equivoca. Ese día ella perdió todo mi cariño y respeto. Mi padre me apoyó, porque considera que Massimo es un hombre demasiado mayor p
Me sudan las manos, desde ese día que esperaba conocer a la muchacha, pero no se presentó a la cena, en su propia casa, alegando estaba indispuesta, y debido a esto mi genio ha sido un desastre. Sin embargo, una ligera silueta pude ver cuando abrí por equivocación la puerta de su habitación, creyendo era el baño. Aunque me disculpé enseguida, de ella no salió sonido alguno. No he conseguido sacarme de la mente su cuerpo levemente iluminado por la luz que entraba desde su ventana. Pero hoy, no tiene escapatoria, aunque ni siquiera sepa que Piero Castelli está al acecho. Tomo asiento en la fila delantera, igual que siempre. Me sumerjo en el folleto de presentación buscando nadie me moleste, mientras van llegando los invitados del evento, que es muy privado al ser un adelanto, de vez en cuando miro a la pasare
Nos aparcamos fuera de un hotel, alejado de lo que normalmente frecuentamos. Me mira muy serio, su respiración está acelerada, al igual que la mía. Con su voz profunda me dice. -Jazmín, te invito a cenar y a pasar un tiempo conmigo. Si después quieres irte a casa de tu prima, yo mismo puedo llevarte. -Me parece perfecto – es todo lo que puedo responderle -. Baja del auto y me ayuda a salir de él. Trato de caminar con elegancia, pero la verdad es que ya me duelen los pies, él se percata de mi incomodidad y se agacha. -Déjame ayudarte con ellos, no los necesitas. -Sí los necesito, me dan diez centímetros de estatura adicionales, si me los quito deberás agacharte para hablarme. Siento que pasa una eternidad antes de que ella sea quien tira de mí hacia la puerta de la habitación. El alma me vuelve al cuerpo, tan solo un par de pasos bastan para entender que ella quiere que sea su primera vez y debo estar a la altura.Nunca tuve este dilema, porque la primera vez que tuve sexo fue con una mujer mayor y experimentada, no sé cómo hacer esto, pero trataré de hacerlo lo mejor posible.Abre la puerta y me mira con su sonrisa, su mirada refleja miedo pero también determinación. Me quito el saco del traje y me acerco a ella para besarla con ternura, mientras ella se desarma el moño que sostiene su cabello, me aparto un poco y le ayudo con las horquillas.-Eres realmente hermosa – le digo quitando la última y dejando su largo cabello la rodee -.-Y yo sigo sin entender qué te atrajo de mí.Acaricio su rostro, de sus mejillas bajo a su cuello, hasta llegar a suCapítulo 7: Una noche apasionada.
Antes de abrir los ojos, siento a mi lado un cuerpo que me rodea. Dejo que mis sentidos lentamente vayan reconociendo el lugar en donde me encuentro, abro mis ojos y lo veo a él, durmiendo apacible.Aprovecho para ver su rostro, es perfecto. Es como cuando los dioses del Olimpo bajaban para yacer con las humanas. Cierro mis ojos, traigo a mi mente los recuerdos de la noche y siento que me ruborizo, la forma de tocarme, de ser tan delicado. Aún cuando él mismo me dijo que era un hombre experimentado, me trató como a la más delicada flor en medio de todo su jardín.Siento que se remueve un poco, sus manos que descansaban en mi espalda ahora me recorren suavemente, encendiendo ese fuego interno que no sabía tenía.-Buenos días, hermosa Jazmín – me da un beso en la frente y yo abro los ojos -. Eres más bella aún al despertar. Podría raptarte para tener la dicha de este e
Tras tener que viajar ese mismo día desde Chile a Italia, producto de unos inconvenientes en la fábrica, han pasado dos semanas.Un accidente paralizó la producción por cinco días. Tuve que solucionar los problemas técnicos, pero además visitar a mis trabajadores en el hospital, que al menos se sienten agradecidos porque he estado pendiente de ellos cada día. Uno de ellos fue dado de alta, porque sus heridas fueron leves, en cambio los otros dos sufrieron contusiones graves, por lo que debieron ser intervenidos.Me tocó poner a disposición de las autoridades toda la información para que investiguen y los abogados ya están trabajando en el pago de indemnizaciones justas, pero agregando un porcentaje más para que puedan sostener a sus familias en el tiempo que no podrán trabajar, además de todo lo legal.Estoy sentado en la oficina, mirando hacia la nada, porqu