Nos aparcamos fuera de un hotel, alejado de lo que normalmente frecuentamos. Me mira muy serio, su respiración está acelerada, al igual que la mía. Con su voz profunda me dice.
-Jazmín, te invito a cenar y a pasar un tiempo conmigo. Si después quieres irte a casa de tu prima, yo mismo puedo llevarte.
-Me parece perfecto – es todo lo que puedo responderle -.
Baja del auto y me ayuda a salir de él. Trato de caminar con elegancia, pero la verdad es que ya me duelen los pies, él se percata de mi incomodidad y se agacha.
-Déjame ayudarte con ellos, no los necesitas.
-Sí los necesito, me dan diez centímetros de estatura adicionales, si me los quito deberás agacharte para hablarme.
Su carcajada me hace sentir algo profundo y tibio en mi corazón. Se pone de pie y seguimos caminando.
-Está bien, pero solo unos minutos más, una vez sentados a la mesa, ya no serán necesarios.
Me ofrece su brazo y lo acepto de buena gana, al entrar nos ofrecen una mesa, Piero la rechaza y pide una alejada de todos, en la terraza. Nos guían hasta ella, me ayuda a tomar asiento y pide la carta. Toma asiento a mi lado y se inclina de inmediato para quitarme los tacones.
-Ya no son necesarios, prefiero una dama cómoda, se concentran más en la conversación.
-¿Sales con muchas damas? – tengo curiosidad, pero la respuesta no sé si me gustará-.
-He salido con muchas, debo ser honesto. Desde los veinte años no he parado.
-No han de ser tantas para un hombre de treinta y algo – le digo bebiendo de la copa con agua que el mesero sirve para mí-.
-¿Me crees de treinta? Siento la decepción que te llevarás, pero tengo cuarenta años - casi escupo la copa, él me alcanza un pañuelo -. Pero eso no debe ser problema para una mujer que debe rondar las treinta.
-Me temo que en lugar de decepcionada, me siento ofendida.
-Lo siento – se ríe-. Sé a qué te refieres, estoy al tanto que cumpliste los veinte hace unos días. Pero con esa ropa y ese maquillaje, te ves mayor.
-Puedo quitarme ambos – cuando me doy cuenta de lo que dije me sonrojo y me apresuro a retractarme -. Tengo ropa de cambio en el bolso y con lavarme la cara será suficiente, eso es lo que quise decir.
-Dejemos las apariencias, quiero saber de ti, de tus intereses.
Comienzo a contarle lo que me apasiona, mis estudios, mis pasatiempos. Hasta que me pregunta por lo familiar.
Es algo que prefiero no hablar, es muy delicado para mí y se lo hago saber.
-Bueno, si es algo que nos puede arruinar la velada, mejor lo dejamos.
-¿Y tú? Quiero saber de ti.
-Qué puedo decir… soy un hombre solitario, nunca quise enredarme sentimentalmente con una mujer. Me he dedicado a vivir la vida, libre de preocupaciones y problemas amorosos – me mira, toma mis manos y siento un calorcito haciéndose hoguera dentro de mí-. Pero la otra noche, cuando Massimo me contó de ti, no pude evitar sentirme atraído por ti.
-Pero si jamás nos vimos antes de hoy… - le digo sin ocultar mi risa, esto es ilógico-.
-Aún así, no dejaba de pensarte. Esto jamás me pasó con nadie, no espero me creas, pero desde ese día no dejo de pensarte y soñar contigo.
-¿Soñar… conmigo? – se me seca la boca -. ¿Qué soñaste?
-Creo que eso no importa, si te tengo aquí tan real – me toma las manos y se pone de pie -. Acompáñame a una habitación, no quiero seguir compartiendo esta hermosa vista con simples mortales.
No tengo lucha interna ni nada de eso, me voy con él sin dudar. Mientras él va con mis tacones en una mano, la otra me aferra a él. Quien supiera que apenas nos conocimos, creerán que soy una fácil, pero no lo soy. Jamás he hecho esto, sin embargo, antes de salir de Cavalcanti Moda ya sabía a qué me iba con este hombre.
Subimos por el ascensor hasta la habitación, la que no sé en qué momento pidió. Cuando se abren las puertas, revelan tan solo una puerta, al abrirla veo un hermoso pent-house, con un enorme sofá orientado hacia un ventanal gigante. Tiene un bar decente, comedor para ocho personas y tan solo una puerta, que asumo es la habitación.
Solo el sonido de los tacones cayendo me despiertan de mi abstracción, me giro hacia Piero, quien no espera para lanzarse a mí. Me besa con pasión, una que yo misma siento se ha contenido por demasiado tiempo. Me levanta como si fuera una pluma, sin dejar de besarme como si jamás lo hubiese hecho. Camina conmigo hasta el sofá y allí me recuesta, lo aparto con mis manos, porque un atisbo de miedo se instala unos segundos.
-¿Qué pasa? Si no quieres seguir, no tengo problema, tengo mucho autocontrol, aunque creo que contigo no es suficiente – acaricia mi rostro, cierro mis ojos y susurro -.
-Me da vergüenza decirlo, pero tengo miedo – lo miro a sus bellos ojos azules-. Piero, nunca he hecho esto, nunca un hombre me interesó tanto para llegar a este nivel – me mira con confusión y yo trato de sentarme, él me ayuda a incorporarme -. He tenido novios, pero nunca pasé con ellos de un par de besos o tomarnos de las manos.
-Me estás diciendo que… - Abre mucho los ojos y la boca-.
-Sí – bajo la mirada hacia mis manos nerviosas -. Soy virgen.
Cierro mis ojos, para tratar de ocultar mi vergüenza, aceptando que este hombre no va a tocarme más. Siento toma mi mano, al abrirlos lo veo contrariado, me ayuda a ponerme de pie.
-No te obligaré a esto, puedo llevarte con tu prima o puedo llevarte a la habitación, porque este lugar – dice apuntando el sofá -, no es digno de una primera vez para una mujer tan especial como tú.
Lo miro a sus ojos, puedo ver que es sincero, no hará nada para obligarme, es mi decisión, pero yo ya la tomé cuando acepté mentirle a mi padre para venir con él.
Siento que pasa una eternidad antes de que ella sea quien tira de mí hacia la puerta de la habitación. El alma me vuelve al cuerpo, tan solo un par de pasos bastan para entender que ella quiere que sea su primera vez y debo estar a la altura.Nunca tuve este dilema, porque la primera vez que tuve sexo fue con una mujer mayor y experimentada, no sé cómo hacer esto, pero trataré de hacerlo lo mejor posible.Abre la puerta y me mira con su sonrisa, su mirada refleja miedo pero también determinación. Me quito el saco del traje y me acerco a ella para besarla con ternura, mientras ella se desarma el moño que sostiene su cabello, me aparto un poco y le ayudo con las horquillas.-Eres realmente hermosa – le digo quitando la última y dejando su largo cabello la rodee -.-Y yo sigo sin entender qué te atrajo de mí.Acaricio su rostro, de sus mejillas bajo a su cuello, hasta llegar a su
Antes de abrir los ojos, siento a mi lado un cuerpo que me rodea. Dejo que mis sentidos lentamente vayan reconociendo el lugar en donde me encuentro, abro mis ojos y lo veo a él, durmiendo apacible.Aprovecho para ver su rostro, es perfecto. Es como cuando los dioses del Olimpo bajaban para yacer con las humanas. Cierro mis ojos, traigo a mi mente los recuerdos de la noche y siento que me ruborizo, la forma de tocarme, de ser tan delicado. Aún cuando él mismo me dijo que era un hombre experimentado, me trató como a la más delicada flor en medio de todo su jardín.Siento que se remueve un poco, sus manos que descansaban en mi espalda ahora me recorren suavemente, encendiendo ese fuego interno que no sabía tenía.-Buenos días, hermosa Jazmín – me da un beso en la frente y yo abro los ojos -. Eres más bella aún al despertar. Podría raptarte para tener la dicha de este e
Tras tener que viajar ese mismo día desde Chile a Italia, producto de unos inconvenientes en la fábrica, han pasado dos semanas.Un accidente paralizó la producción por cinco días. Tuve que solucionar los problemas técnicos, pero además visitar a mis trabajadores en el hospital, que al menos se sienten agradecidos porque he estado pendiente de ellos cada día. Uno de ellos fue dado de alta, porque sus heridas fueron leves, en cambio los otros dos sufrieron contusiones graves, por lo que debieron ser intervenidos.Me tocó poner a disposición de las autoridades toda la información para que investiguen y los abogados ya están trabajando en el pago de indemnizaciones justas, pero agregando un porcentaje más para que puedan sostener a sus familias en el tiempo que no podrán trabajar, además de todo lo legal.Estoy sentado en la oficina, mirando hacia la nada, porqu
Estoy tirada en la cama de Pilar, quien se encuentra trabajando en un artículo sobre la boda de un empresario importante del rubro maderero. Es su tercer matrimonio y está vez lo ha hecho con una chica menor.-Al parecer está de moda eso de buscar mujeres menores – dice ensimismada, mientras teclea en la máquina de escribir -. Ojalá a mí me tocara al menos un hombre mayor para que no juegue con mis sentimientos.-No exageres, no es la gran maravilla – tres semanas desde que se fue y ni una noticia -.-Lo dices porque ya lo experimentarse y porque estás molesta. ¿No has pensado en ir a ver a Massimo?-¿Cómo crees? Que vergüenza ir como colegiala – inician las náuseas que no me han dejado tranquila ni una sola vez -. Ya cumplió con entregar la carta de Piero, creo que eso es todo.Respiro profundo, porque son intensas, pero igual que siempre… no si
Nadie puede siquiera imaginarse lo difícil que puede llegar a ser ocultar un embarazo, sobre todo cuando los síntomas comunes del primer trimestre no te dejan ni a sol ni a sombra.Luego de una semana de enterarme que la noche con Piero tiene consecuencias para toda la vida, los vómitos y náuseas se acentuaron más todavía. Ser madre me ilusiona muchísimo, aun cuando lo más probable es que sea sin el apoyo del padre, pero parte de eso que me resulta maravilloso, es también un calvario.-No podemos conocer la verdadero felicidad si no pasamos primero por lo más triste de nuestras vidas – me dice mi padre, con una taza de leche tibia, lo que casualmente aguanta mi estómago -. Ya verás que después de todo lo que significa esperar un hijo, tendrás una bella recompensa entre tus brazos y lo verás crecer.-Gracias, papi – bebo un poco y me recuesto en la
Luego de un día terrible en la oficina, firmando acuerdos, formularios de compensación y revisando los detalles para la compra de un nuevo almacén, en donde mis trabajadores estarán más seguros, además de vigilar las reparaciones necesarias para el funcionamiento del actual, llego a mi departamento cansado más emocionalmente que en lo físico.Cada día me siento más decepcionado, llamo a Massimo dos veces al día, para ver si me tiene noticias, pero nada. Pensaba irme hoy, pero me quedan dos semanas más al menos y siento que me muero. La necesito a mi lado cuanto antes, pero es como si ella misma me estuviese evitando.Me dejo caer en la cama, me aflojo un poco la corbata sin dejar de mirar el techo, me quito los zapatos mientras estiro mi brazo sobre la cama, imaginando lo que sería para mí tenerla aquí, a mi lado, llenando ese espacio que siempre ha permanecido vacío. Nunca he traído una mujer a mi cama, siempre nos encuentros son en sus propias camas o en hoteles.
Mi padre seca mis lágrimas, no me pregunta por su nombre o de dónde es, solo le basta mi sufrimiento para ponerse serio y saber que no cuento con el padre de mi hijo.Tal vez sí se haría cargo, pero no dejaré que mi hijo crezca con el ejemplo de un padre promiscuo, que no dudó en ir a meterse con una modelo luego de jurarme amor verdadero.-¿Ya estás mejor, hija?-Sí, papi.-Entonces, no se hará cargo.-Está inubicable, es como si la tierra se lo hubiese tragado.-Sé que no tengo derecho a preguntarte esto, pero ¿siquiera lo conocías a ese hombre antes de… ya sabes?-Tienes derecho a preguntarme lo que quieras, papito. Pero no creo que yo tenga cara para responderte – me lanzo a llorar otra vez, como si una represa se hubiese roto en mi cara -.-Entiendo, pero no llores más mi niña, no te dejaré so
Nunca imaginé tener tanta oposición para poder llegar a Chile, el jet tuvo un desperfecto, no encontramos vuelos comerciales hasta dentro de tres días y en ese lapso, Giancarlo enfermó de apendicitis, por supuesto no podía dejar a Javiera a cargo de la empresa en esta situación.Dos semanas más fueron necesarias para poder viajar a buscar a mi chica, la que ya me tenía preocupado, porque Massimo ya sabía nada de ella.Pero terminaría mi sufrimiento, hoy iríamos a la fiesta que los Manterola ofrecerían en su casa. Si era necesario, estaba dispuesto a secuestrarla para que me escuchara, me arrodillaría ante ella y le diría cuánto la amo.Llevo apenas tres horas en Chile, solo alcancé a ducharme y cambiarme de ropa, ahora vamos con Massimo y mis sobrinos a la velada.-Deja de mover la pierna, me distraes – Massimo me reprende por tercera vez