Faltando seis días para la previa de la nueva colección de invierno, Massimo está vuelto loco, porque se ha enfermado una de las modelos y le han dado reposo por siete días.
-Cálmate, hombre, harás un hoyo en el piso.
-No puedo, Piero, esos tres vestidos son la guinda, la crema y chocolate del pastel, y estaban hechos a su medida.
-Bueno, tendrás que buscar un reemplazo o un maniquí – me mira con molestia y yo me encojo de hombros-. Si Pía estuviera más grande, seguro la pones a ella, me dijiste que eran para la mujer bajita que es parte de la clientela. No te desesperes, en este país abundan.
-Para ti es fácil decirlo – se sienta al fin -, pero ¿de dónde saco una mujer joven, de un metro setenta al menos, delgada, con clase y ale…gre? – lo miro con las cejas levantadas -. Ya sé quién – levanta el teléfono-. Justina, necesito me marque el número de José Manterola, por favor.
-Es un hombre que le gusta usar vestidos, de seguro – me tira un papel arrugado y me río-.
-Es el padre de mi modelo, solo espero la chica acepte, tiene demasiado potencial en una silla administrando, en lugar de una pasarela y eso lo tiene muy claro.
-Ojalá que el padre se lo permita. Los padres suelen ser muy aprehensivos con sus niñas – lo miro fijamente y se ríe-.
-A mí Pía le permito que sea lo que quiera, estoy criando a una mujer fuerte, decidida y que será la cabeza de esta familia algún día.
-¿No será Luca?
-No, a él lo quiero enfocado en la empresa y su propia familia – suspira y se apoya en el respaldo -. Un padre sabe reconocer el potencial de sus hijos, y el de llevar toda esta… dinastía… no es uno de esos potenciales de mi hijo. Él se encargará de cuidar de su hermana y apoyarla cuando yo no esté, pero el guiar a todos será tarea de Pía.
El teléfono nos interrumpe, se mete en la conversación con el hombre, aprovecha de agradecer las muestras de detalles para los diseños y luego le pregunta por el estado de ánimo de Jazmín, nada más oír su nombre me quedo escuchando.
- ¿Y tu mujer? Ya veo, ojalá que todo se mejore en casa, tener a los hijos peleados con los padres debe ser difícil. No, mi amigo, afortunadamente para mí los míos están pequeños – Massimo me mira extrañado porque ni siquiera soy capaz de parpadear escuchando su conversación -. Lo sé y créeme que sería un honor, te lo he dicho, pero tu hija merece alguien joven, no un viejo con dos hijos… sobre ella, quería preguntarte ¿le darías permiso para que sea mi modelo principal? Bueno, entonces, ¿cuándo crees que pueda tener una respuesta?, es urgente.
Miro una de las carpetas con algunos diseños para varones, tratando de quitar mi atención, pensando en que se me cumplirá ese deseo profundo de conocer a la chica. Por alguna razón siento que mi vida está ligada a la de ella. Parece tonto, podría verme como un enfermo mental y hasta un degenerado, porque ella es muy joven, además de el hecho de jamás haberla visto, ¡por Dios!
Veo que Massimo termina de hablar y me mira feliz.
-Todo solucionado. Jazmín aceptó encantada, está con su padre en este momento y hablé con ella.
-Eso es bueno, el piso de su oficina te lo agradecerá, creo que debes cambiar la alfombra, sí, tiene un orificio.
Se ríe conmigo y niega con la cabeza.
-Y, además, hemos sido invitados a una cena esta noche a su casa. La mujer de José quiere casarme con su hija, así que me requieren allí.
-Me huele a que esa mujer va tras tus millones.
-También lo creo, se lo he dicho a José, porque tenemos una amistad, además de la sociedad de las empresas, y él no está de acuerdo. Me dice que en cuanto su hija encuentre a un enamorado que ella ame de verdad, le dará dinero suficiente para que se marche lo más lejos posible de su madre.
-Vaya, esa mujer está loca entonces.
-Bastante. No puedo catalogarla de otra manera, yo jamás habría hecho lo que ella le hizo a su hija el día de su cumpleaños, solo se cohibió cuando José le dijo que yo estaba presente y había dejado a Jazmín en ridículo ante todos los invitados.
-Entonces, no quiero ir a tu cena.
-No es mía – me dice molesto -.
-Pero es para ti… será mejor que busques el traje y que lleves a tus hijos, para que la señora recuerde que no estás solo, a ver si así se le pasa.
-Ni con eso, ya lo he hecho. Pero los ignora totalmente.
-Suerte, entonces, mi amigo. Yo no voy – me pongo de pie, para pasearme por las instalaciones -.
- ¿Ni siquiera para conocer a Jazmín? – lo miro sorprendido -. No me mires así, eres mi hermano, sé cuando una mujer te interesa, lo que me sorprende que a ella ni siquiera la has visto.
-Estás loco, no me interesa, es muy joven, debe oler a leche todavía.
-No, huele a mujer – me mira con seriedad, tratando de provocarme -. Me has preguntado muchas cosas de esa familia todos estos días. Solo ella puede ser la razón de tanta curiosidad.
-Es eso, curiosidad. No me cabe en la cabeza una actitud tan mala con su progenie – me aclaro la garganta y continúo mi camino hacia la salida -. Iré a ver el paisaje al piso de abajo.
-Está bien, pero por favor, te lo ruego, no te involucres con ninguna modelo. La última vez me causaste muchos problemas.
-No lo haré, tranquilo, no estoy buscando compañera temporal, solo necesito pensar y despejarme.
Abro la puerta, antes de cerrar, Massimo me llama y me dice:
-Ella te afecta, aunque no quieras reconocerlo. Pero tienes razón, huele a leche aún, la corromperías si tuvieras algo con ella. Iré solo con mis hijos esta noche a esa cena.
Me voy de allí antes de que siga descubriendo mis secretos. Nadie me conoce mejor que él, es lógico porque crecimos juntos y no nos separamos hasta cuando tuve que ir a hacerme cargo de la fábrica de telas.
Tomo el camino hacia el ascensor, me pierdo en mis pensamientos, debatiéndome entre asistir o no a esa cena. Sopesando las consecuencias, beneficios y las cosas que podría descubrir en ella.
Como consecuencia está que, irremediablemente ella terminará a mis pies si me lo propusiera, nunca una mujer se me ha resistido, aunque nunca lo he intentado con una tan joven. Es una, mezcla de reto y destino, donde el resultado podría causarle problemas a Massimo.
Bajo de la caja metálica, dirijo mis pasos hacia la sala de ensayos. Nada más entrar, veo el desastre que hay en la organización. Giacomo, el diseñador, está peleando con las modelos porque no se visten la ropa adecuadamente, porque subieron o bajaron de peso, por la manera de caminar y además está arreglando un vestido rasgado.
-Señor Castelli, bienvenido. Me gustaría darle la mano, pero creo que me faltan unas diez más.
-No hay cuidado, Giacomo, solo vengo a ver cómo va todo. Hablaré con Massimo.
-Está muy ocupado, solucionando lo de la modelo estrella.
-Ya está arreglado, pero él le dirá bien cómo será todo.
Al salir, no me doy cuenta que una de las modelos me sigue. Mientras espero el ascensor, se me acerca, tira de mí y me encierra en un cubículo de aseo.
-Hola, amorcito ¿te acuerdas de mí? – no recuerdo su nombre, pero su rostro me es familiar -.
-Sí, Tiare…
- ¡Teresa! Pero te perdono por olvidar mi nombre, aunque supongo que recordarás mejor lo que hicimos aquí hace un año.
Se lanza sobre mí y comienza a besarme como posesa. Yo no tengo tiempo de reaccionar, y tampoco es que quiera hacerlo. Comienza a recorrerme con sus manos, bajando por mi abdomen para llegar a la cremallera de mi pantalón.
Llego a la oficina de Massimo, tratando de arreglar mi cabello. Al entrar de nuevo allí, mi hermano levanta la vista, frunce el ceño y se aprieta el puente de la nariz.
-Lo hiciste de nuevo.
-Yo no hice nada, a mi favor puedo decir – me siento frente a él -. Pero después de ese sexual ataque, tengo dos cosas que decirte: debes mantener más ordenados los cubículos de aseo – abre la boca y los ojos -. Y… necesitas a alguien exclusivo que se encargue de los modelos, Giacomo debería encargarse solo de diseñar y arreglar vestimenta, no de pelear con chicos quinceañeros.
-Aquí no se contratan menores de edad.
-Pues eso es lo que parecen. Una modelo salió llorando porque Giacomo le dijo que se puso el vestido equivocado. Pone a alguien a cargo de ellos y que tu diseñador se encargue de diseñar, no de criar.
-Está bien… rara vez te equivocas con esas cosas, te haré caso. Pero después de la presentación.
-Muy bien, iré por mis sobrinos, daremos un paseo y luego los llevaré a casa a prepararnos para esa cena – me pongo de pie y camino rápido hacia la salida -.
- ¿Escuché bien? Dijiste “prepararnos”.
-Sí, iré con ustedes, pero solo porque no quiero quedarme solo en tu casa. Nos vemos más tarde.
Salgo de su oficina en medio de una carcajada de burla. No lo miro, porque le daré la razón, vivo solo en Florencia, quedarme solo aquí no sería problema. Entro al ascensor y marco el “1”.
-Es la excusa más patética de toda tu vida, Piero… y has dado muchas.
Estos seis días han sido agotadores, afortunadamente estoy con un receso en la universidad por las vacaciones de invierno, además de tener que aguantar el genio insoportable de mi madre, a quien no le bastó dejarme en ridículo en mi cumpleaños, sino que programó una cena para invitar a Massimo Cavalcanti, ya que el día de mi ridículo estaba presente. Para mi fortuna, mi padre me avisó con tiempo y llegué a encerrarme a mi cuarto. Fingí un dolor de cabeza extremo y no salí de mi habitación, aunque la señora casi echó abajo la puerta, alegando que no venía solo, la ignoré. ¿O qué creía? Que yo bajaría con mi sonrisa de niña de alta sociedad, como si nada, para darle gusto a ella… se equivoca. Ese día ella perdió todo mi cariño y respeto. Mi padre me apoyó, porque considera que Massimo es un hombre demasiado mayor p
Me sudan las manos, desde ese día que esperaba conocer a la muchacha, pero no se presentó a la cena, en su propia casa, alegando estaba indispuesta, y debido a esto mi genio ha sido un desastre. Sin embargo, una ligera silueta pude ver cuando abrí por equivocación la puerta de su habitación, creyendo era el baño. Aunque me disculpé enseguida, de ella no salió sonido alguno. No he conseguido sacarme de la mente su cuerpo levemente iluminado por la luz que entraba desde su ventana. Pero hoy, no tiene escapatoria, aunque ni siquiera sepa que Piero Castelli está al acecho. Tomo asiento en la fila delantera, igual que siempre. Me sumerjo en el folleto de presentación buscando nadie me moleste, mientras van llegando los invitados del evento, que es muy privado al ser un adelanto, de vez en cuando miro a la pasare
Nos aparcamos fuera de un hotel, alejado de lo que normalmente frecuentamos. Me mira muy serio, su respiración está acelerada, al igual que la mía. Con su voz profunda me dice. -Jazmín, te invito a cenar y a pasar un tiempo conmigo. Si después quieres irte a casa de tu prima, yo mismo puedo llevarte. -Me parece perfecto – es todo lo que puedo responderle -. Baja del auto y me ayuda a salir de él. Trato de caminar con elegancia, pero la verdad es que ya me duelen los pies, él se percata de mi incomodidad y se agacha. -Déjame ayudarte con ellos, no los necesitas. -Sí los necesito, me dan diez centímetros de estatura adicionales, si me los quito deberás agacharte para hablarme. Siento que pasa una eternidad antes de que ella sea quien tira de mí hacia la puerta de la habitación. El alma me vuelve al cuerpo, tan solo un par de pasos bastan para entender que ella quiere que sea su primera vez y debo estar a la altura.Nunca tuve este dilema, porque la primera vez que tuve sexo fue con una mujer mayor y experimentada, no sé cómo hacer esto, pero trataré de hacerlo lo mejor posible.Abre la puerta y me mira con su sonrisa, su mirada refleja miedo pero también determinación. Me quito el saco del traje y me acerco a ella para besarla con ternura, mientras ella se desarma el moño que sostiene su cabello, me aparto un poco y le ayudo con las horquillas.-Eres realmente hermosa – le digo quitando la última y dejando su largo cabello la rodee -.-Y yo sigo sin entender qué te atrajo de mí.Acaricio su rostro, de sus mejillas bajo a su cuello, hasta llegar a suCapítulo 7: Una noche apasionada.
Antes de abrir los ojos, siento a mi lado un cuerpo que me rodea. Dejo que mis sentidos lentamente vayan reconociendo el lugar en donde me encuentro, abro mis ojos y lo veo a él, durmiendo apacible.Aprovecho para ver su rostro, es perfecto. Es como cuando los dioses del Olimpo bajaban para yacer con las humanas. Cierro mis ojos, traigo a mi mente los recuerdos de la noche y siento que me ruborizo, la forma de tocarme, de ser tan delicado. Aún cuando él mismo me dijo que era un hombre experimentado, me trató como a la más delicada flor en medio de todo su jardín.Siento que se remueve un poco, sus manos que descansaban en mi espalda ahora me recorren suavemente, encendiendo ese fuego interno que no sabía tenía.-Buenos días, hermosa Jazmín – me da un beso en la frente y yo abro los ojos -. Eres más bella aún al despertar. Podría raptarte para tener la dicha de este e
Tras tener que viajar ese mismo día desde Chile a Italia, producto de unos inconvenientes en la fábrica, han pasado dos semanas.Un accidente paralizó la producción por cinco días. Tuve que solucionar los problemas técnicos, pero además visitar a mis trabajadores en el hospital, que al menos se sienten agradecidos porque he estado pendiente de ellos cada día. Uno de ellos fue dado de alta, porque sus heridas fueron leves, en cambio los otros dos sufrieron contusiones graves, por lo que debieron ser intervenidos.Me tocó poner a disposición de las autoridades toda la información para que investiguen y los abogados ya están trabajando en el pago de indemnizaciones justas, pero agregando un porcentaje más para que puedan sostener a sus familias en el tiempo que no podrán trabajar, además de todo lo legal.Estoy sentado en la oficina, mirando hacia la nada, porqu
Estoy tirada en la cama de Pilar, quien se encuentra trabajando en un artículo sobre la boda de un empresario importante del rubro maderero. Es su tercer matrimonio y está vez lo ha hecho con una chica menor.-Al parecer está de moda eso de buscar mujeres menores – dice ensimismada, mientras teclea en la máquina de escribir -. Ojalá a mí me tocara al menos un hombre mayor para que no juegue con mis sentimientos.-No exageres, no es la gran maravilla – tres semanas desde que se fue y ni una noticia -.-Lo dices porque ya lo experimentarse y porque estás molesta. ¿No has pensado en ir a ver a Massimo?-¿Cómo crees? Que vergüenza ir como colegiala – inician las náuseas que no me han dejado tranquila ni una sola vez -. Ya cumplió con entregar la carta de Piero, creo que eso es todo.Respiro profundo, porque son intensas, pero igual que siempre… no si
Nadie puede siquiera imaginarse lo difícil que puede llegar a ser ocultar un embarazo, sobre todo cuando los síntomas comunes del primer trimestre no te dejan ni a sol ni a sombra.Luego de una semana de enterarme que la noche con Piero tiene consecuencias para toda la vida, los vómitos y náuseas se acentuaron más todavía. Ser madre me ilusiona muchísimo, aun cuando lo más probable es que sea sin el apoyo del padre, pero parte de eso que me resulta maravilloso, es también un calvario.-No podemos conocer la verdadero felicidad si no pasamos primero por lo más triste de nuestras vidas – me dice mi padre, con una taza de leche tibia, lo que casualmente aguanta mi estómago -. Ya verás que después de todo lo que significa esperar un hijo, tendrás una bella recompensa entre tus brazos y lo verás crecer.-Gracias, papi – bebo un poco y me recuesto en la