Una hora después de que Tarek partiera al trabajo, Kayla salió acompañada de su hija en búsqueda de libros que la pudieran ayudar a calcular la edad exacta de su niña. Llevó 3 manzanas como monedas de trueque y un b**e de béisbol en la mochila en caso de que las cosas se pongan violentas. Caminó varios metros para encontrar el puesto de intencambio de sus colegas recolectores dentro del mercado y, con una corta descripción a su compañera de trabajo, logró encontrar lo que vino a buscar.
Ya de vuelta, Kayla se encaminaba a casa siguiendo de regreso los pasos que la tarejon inicialmente al mercado, intentando evitar cualquier peligro que pudiese presentar los sitios no explorados. A poco de lograr llegar a su refugio, la joven mujer sentió el acecho de alguien que la vino siguiendo desde hace unos metros atrás. Su cuerpo no demoró en reaccionar ante aquél evento que suponía una amenaza a su seguridad y a la de su bebé. Entonces, de manera sistemática, sus latidos cardíacos se aceleraron abruptamente, la tensión se apoderó de cada fibra muscular mientras su respiración se volvía más profunda y agitada. Una repentina oleada de energía brotó desde lo más profundo de su ser, infundiendo una arrolladora motivación en su valiente corazón. Con un movimiento ágil, metió la mano en la mochila y extrajo el b**e de un tirón. Sin perder un instante, se giró sobre sus talones, frenando en seco. El arma contundente se alzó delante de su nariz, apuntando directamente a la cabeza de su acechante persecutor.—¿Que se te ofrece?—preguntó Kayla apretando los dientes y con furia en sus ojos, identificando al instante al sujeto.El viejo Elias, el mismo anciano sabio que había evaluado a la bebé, se presentaba esta vez con varios libros en la mano y con un interés muy notorio en su rostro.—Kayla ¿No es así? Verás... —.—¡¿Qué quieres?!—lo interrumpió ella con un grito, agitando amenazante el b**e de béisbol que tenía en las manos temblorosas.El viejo agitó ambas manos por delante pidiendo calma a la alterada muchacha, mientras que esta no pensaba ceder, pues daba pasos hacia delante con una clara preferencia a atacar antes que a salir corriendo.—Espera un segundo. No estás entendiendo. Mi intensión no es hacerles daño—dijo el viejo intentando razonar con Kayla.—Será mejor que te largues—dijo Kayla aun apretando los dientes—no te voy a dar a mi bebé—.—¡No! No estas entendiend... —.—¡Largo!—Kayla agitó el b**e con violencia intentando golpear al anciano, pero éste ya se había apartado dando un paso hacia atrás previo al ataque. En el acto de quitarse del punto de golpe, soltó los libros casualmente frente a su agresora y gritó unas palabras mientras se alejaba dando pasos hacia atrás:—¡Solo son libros! ¡La niña niña los nesecitará! ¡Aprenden muy rápido!—.Kayla detuvo su avance aún con sus signos vitales alterados. Sus ojos vibrantes apuntaron a su presa mientras éste se detuvo unos metros más alejado. El anciano mantuvo su distancia quizá con la esperanza de que Kayla cediera un poco ante su agresividad, pero, de pronto, la bebé se puso a llorar, cortando de a pocos el ambiente tenso que había entre ambas personas. Kayla, despertando un poco de su ira, bajó la mirada hacia la niña que expresaba malestar en su rostro. Soltó una mano del b**e y, cambiando el enojo en su mirada, frotó los cabellos blancos de su pequeña, devolviéndole la calma con una conexión de gestos.—No vengo con malas intenciones. Entiendo por lo que estás pasando. Solo busco ayudar a esa pequeña —insistió el sujeto quien mantenía su cautela.Kayla nuevamente apuntó con el b**e al anciano y esta vez con una sola mano. Su determinación ya no era la misma, pues entendió el peligro que le pudo generar a su bebé y, entonces, planeó su retirada. Empezó dando pequeños pasos hacia atrás sin perder de vista al sujeto y revisando también el peligro a su alrededor. Cuando la seguridad de haberse alejado lo suficiente llegó a su razón, la mujer dio media vuelta y huyó del lugar perdiéndose detrás de una esquina, dejando al anciano parado con su rostro disconforme.Al llegar a casa, con la seguridad de no haber sido seguida, Kayla dejó a la niña sobre la cama mientras esta se lanzó en un rincón sobre el suelo, tomándose la cabeza y liberando todo el conflicto de emociones que supone un shock como este. Las lagrimas caían de sus mejillas por la alta abundancia. Los gemidos y el cuerpo temblando hacían notar lo mal que se sentía, cuestionandose a la vez de que si era lo suficientemente fuerte y apta para tomar la responsabilidad de proteger a la niña. Entonces, una riña surgió en dentro de ella. Una voz intentaba darle seguridad de sí misma, haciéndole recordar cada batalla ganada pues el peligro siempre estuvo cerca de ella y obtuvo la victoria en cada una de esas veces, pero la otra voz, que casi nunca se deja escuchar, le recordó que Tarek siempre estuvo ahí para ser su soporte. —Las victorias nunca se habrían ganado si Tarek no estuviera en tu vida—concluyó con esa frase aquella voz. Al instante, Kayla dejó de llorar, quedándose con esa espina en su consciencia.Con Kayla perdida en su mundo sin salida, la bebé había avanzado hasta el borde de la cama en un intento de ir por ella. Con gran habilidad, la niña se deslizó colocando primero las piernas por fuera y cayó con sus piecitos descalzos sobre el sueve suelo de paja. Entonces, ambas féminas alzaron sus miradas y se fijaron mutuamente una en la otra. Kayla se sorprendió de repente y la preocupación la pretendió invadir, pero su mente luchaba dándole la contra a la emoción, pues entendía perfectamente que esa niña no era nada normal, siempre la soprendida con sus avances repentinos y esta vez esperaba, con las manos listas en caso de socorrer, aquello nuevo que planeaba mostrar.Con gran confianza en sí misma, la pequeña dio su primer paso hacia delante, pisando fuerte con la pierna derecha y colocando la izquierda junto a la otra. Una satisfecha sonrisa embellecía su rostro y, agitando su cuerpo, expresó su algarabía ante aquel nuevo avance. Kayla la miró con sorpresa, pero no tanta. Sus predicciones habían acertado y, otra vez sin tener una explicación clara del porqué sucedían estas cosas, lo que sí sabía era que su niña estaba creciendo a una velocidad no natural y que debía entrenar su cuerpo y cerebro para estar a la par. Entonces, como un buen inicio, la joven mujer motivó a su niña a intentar otra vez lo que había logrado hace poco. Se sentó en cuclillas delante de la pequeña aprendiz y le empezó a hacer gestos con la mano para que esta se acercara, pero, para su sorpresa, la hermosa bebé imitó cada uno de sus gestos, dejando lo mejor para después, lo cual fue una clarísima imitación de la voz de su madre.La respuesta corporal de Kayla fue rápida. Ca
De regreso a casa y vigilando de que nadie los siguiera, el par de amigos venia cantando un tema muy popular en la aldea. La algarabía se había apoderado de ellos y el motivo no era necesario explicarlo. Suponían que no tendrían que trabajar por algunos dias y dedicarse únicamente a disfrutar de las delicias que llevaban al hombro, que el hombre extraño les había regalado.Al llegar a su choza, Tarek abrió la puerta e ingresó arrastrando un costalillo lleno de productos variados. Luego, se vieron a las caras ambos muchachos y determinaron, con un pacto de hombres, repartirse dos costalillos cada uno, así que Ryan ingresó ayudando a llevar el último qué le correspondía a su amigo.—Vaya ¿Qué pasó aqui?—dijo Ryan burlándose.Ryan había evaluado el aspecto de la choza de su amigo y no terminó de creer que esta se vieran tan ordenado y limpio. Luego se dirigió hasta el fondo y encontró la cortina instalada recientemente.—¿Qué hay ahí?—pregunto Ryan curioso.Tarek, después de despejar su
Al día siguiente, los amigos ayudaron a Kayla a mejorar el espacio designado para su "habitación". Construyeron una pared separadora, hecha de paja seca tejida, y una puerta con el mismo material pero con una técnica de costura mucho más fina, lo cual le daba una resistencia altamente eficaz ante golpes y empujones. La joven mujer había aprendido esta técnica de su fallecida abuela, quien trabajaba en el campo antes del estallido de la guerra. Consistía en entrelazar una a una las fibras hasta crear una extensa alfombra, uniéndolas posteriormente en capas sobre capas usando cuerdas altamente tensadas.Una vez lista la nueva habitación, Kayla se quedó dentro ordenando sus cosas y decorando según sus gustos y los de su bebé, pues planeaban compartir la habitación con su pequeña, quien también tenía un espacio detallado dedicado únicamente a su educación y descanso.Por fuera, Ryan se encontraba preparando la mesa y el ambiente para el gran banquete de celebración en honor a la nueva int
Volviendo a la festividad, Tarek, Ryan y Gaby esperaban ansiosos sentados alrededor de la mesa. Ante ellos se desplegaba un festín de distintos y exquisitos platillos, aún calientes y humeantes, desprendiendo el característico aroma de la carne asada con vegetales. Como obsequio de la joven pelirroja, se sirvieron también en lujosos vasos de cristal unas bebidas fermentadas hechas a base de uvas verdes provenientes de los campos de cultivo de la gran ciudad.A medida que pasaban los minutos, los amigos dejaban, poco a poco, su amena conversación de lado, al ser tentados por el aroma que desprendían los distintos filetes con sus respectivas preparaciones y acompañamientos. Los muchachos tenían que esperar. No podían probar nada hasta que todos los invitados estén presentes en la mesa, siendo los únicos faltantes: Kayla y su bebé. La joven madre y su hija aún permanecían dentro de su habitación, arreglándose ambas para estar presentables en esta ceremonia de bienvenida. Había pasado ce
Gaby y Ryan se encontraban sentados aún en sus respectivos sitios, impacientes por la espera y, a la vez, incómodos por las cosas que oían. La choza era pequeña y cada palabra dicha desde dentro de la habitación de Kayla era percibida por fuera, aunque no con tanta claridad. Pero, eso sí, las veces que Kayla levantó la voz, como cuando le dijo a Tarek: —¡Ya deja de verme así!—, llevó a Ryan, interpretando erróneamente, a la decepción y unas ganas de corregir a su atrevido amigo.Por su parte, Gaby también malinterpretó las palabras de Kayla. No creía que su "chico ideal" fuera tan osado y a la vez "ardiente". Una pizca de perversión entre tanta dulzura y caballerosidad no le parecía mala idea, así que Gaby le dio el visto bueno a las intenciones de Tarek, aunque le hubiera gustado que la situación fuera con ella.Luego de unos minutos, la puerta de la habitación se abrió completamente, dejando a los espectadores asombrados. Entre los 3 marcos, se pudo apreciar con más detalle a Kayla,
Algunos minutos después, cuando culminaron los gestos de afectos y den por cerrado los discursos de apertura, los 4 amigos se sirvieron en sus platos las distintas comidas habidas sobre la mesa. Un buen trozo jugoso de filete carne, pimientos morroneados de tres colores, una pasta de crema de ajo soazados con su pizca de orégano, y una salsa hecha a base de aceite de oliva, vinagre y hierbas finamente picadas. Todo esto acompañado por refrescantes bebidas fermentada a base de uva verdes prensada.Estos exquisitos manjares no habrían sido posibles sin la ayuda de Gaby. Ella había movido sus contactos y ordenado traer cada uno de los insumos necesarios desde la "gran ciudad". El poder de su familia era un puente comercial entre ambos lugares, y Gaby sabía aprovecharlo a su antojo, sobre todo cuando la excusa era su "plan conquista", la estrategia que usaba para conquistar a Tarek.La tarde avanzó hasta que se hizo de noche, las 20 horas aproximadamente. Gaby se embriagó y unas personas
—Dintinguido joven caballero. Para cuando lea esta nota, quizá yo esté lejos de casa y partiendo en busca de mi amada esposa e hija. Dejo en sus manos mi mejor esfuerzo, mi mayor creación, el sacrificio de muchos años en lograr la perfección. Como ella no hay ninguna, ni siquiera su hermana mayor pudo desarrollarse con tales índicativos de capacidades super humanas. Podría continuar describiendo cada habilidad lograda, pero sería entrar demaciado en detalles complejos del cual, quizá, su persona no tenga capacidad de entender. Pero no es necesario decirlo, usted ya lo habrá visto. A estas alturas sabrá lo asombrosa que es.Procure educarla. Le dejo los textos que nesecitará para su completo desarrollo mental y físico, tambien un manual de programación y otro de idioma codificado. Dele de comer los frutos modificados. Estos tienen propiedades que solo ella los sabrá aprovechar. Verá el cambio a penas su estómago los digiera. Un cierto día dejará de crecer, solo en esa etapa será como
La pequeña abrió el cuaderno por la mitad y, con detalle, empezó a ver las líneas impresas por defecto en las hojas. Siguió con los ojos y con el dedo índice arrastrado, de extremo a extremo, por encima de aquel trazo horizontal y, cuando culminó, golpeó suavemente la superficie de la misma mientras expresaba una risita por su logro delante de Tarek. El muchacho cayó en cuenta lentamente y se contagió de la alegría de aquel "descubrimiento" de la pequeña, sintiendo también el avance y notando, a la vez, que la niña daba signos de evolución en el entendimiento rápido de las cosas.—Ahora practica con el texto—propuso Tarek.El joven expuso la hoja con los párrafos escritos delante de la niña. Indicó con su dedo el texto que pretendia qué leyera la aprendiz y luego volvió a su posición inicial.La Bebé cambió su alegre expresión a una serena calma al ver el manuscrito. Toda su atención únicamente se posicionó en esas hojas trazadas en tinta azul, por unos buenos segundos. Al contar hast