Gaby y Ryan se encontraban sentados aún en sus respectivos sitios, impacientes por la espera y, a la vez, incómodos por las cosas que oían. La choza era pequeña y cada palabra dicha desde dentro de la habitación de Kayla era percibida por fuera, aunque no con tanta claridad. Pero, eso sí, las veces que Kayla levantó la voz, como cuando le dijo a Tarek: —¡Ya deja de verme así!—, llevó a Ryan, interpretando erróneamente, a la decepción y unas ganas de corregir a su atrevido amigo.Por su parte, Gaby también malinterpretó las palabras de Kayla. No creía que su "chico ideal" fuera tan osado y a la vez "ardiente". Una pizca de perversión entre tanta dulzura y caballerosidad no le parecía mala idea, así que Gaby le dio el visto bueno a las intenciones de Tarek, aunque le hubiera gustado que la situación fuera con ella.Luego de unos minutos, la puerta de la habitación se abrió completamente, dejando a los espectadores asombrados. Entre los 3 marcos, se pudo apreciar con más detalle a Kayla,
Algunos minutos después, cuando culminaron los gestos de afectos y den por cerrado los discursos de apertura, los 4 amigos se sirvieron en sus platos las distintas comidas habidas sobre la mesa. Un buen trozo jugoso de filete carne, pimientos morroneados de tres colores, una pasta de crema de ajo soazados con su pizca de orégano, y una salsa hecha a base de aceite de oliva, vinagre y hierbas finamente picadas. Todo esto acompañado por refrescantes bebidas fermentada a base de uva verdes prensada.Estos exquisitos manjares no habrían sido posibles sin la ayuda de Gaby. Ella había movido sus contactos y ordenado traer cada uno de los insumos necesarios desde la "gran ciudad". El poder de su familia era un puente comercial entre ambos lugares, y Gaby sabía aprovecharlo a su antojo, sobre todo cuando la excusa era su "plan conquista", la estrategia que usaba para conquistar a Tarek.La tarde avanzó hasta que se hizo de noche, las 20 horas aproximadamente. Gaby se embriagó y unas personas
—Dintinguido joven caballero. Para cuando lea esta nota, quizá yo esté lejos de casa y partiendo en busca de mi amada esposa e hija. Dejo en sus manos mi mejor esfuerzo, mi mayor creación, el sacrificio de muchos años en lograr la perfección. Como ella no hay ninguna, ni siquiera su hermana mayor pudo desarrollarse con tales índicativos de capacidades super humanas. Podría continuar describiendo cada habilidad lograda, pero sería entrar demaciado en detalles complejos del cual, quizá, su persona no tenga capacidad de entender. Pero no es necesario decirlo, usted ya lo habrá visto. A estas alturas sabrá lo asombrosa que es.Procure educarla. Le dejo los textos que nesecitará para su completo desarrollo mental y físico, tambien un manual de programación y otro de idioma codificado. Dele de comer los frutos modificados. Estos tienen propiedades que solo ella los sabrá aprovechar. Verá el cambio a penas su estómago los digiera. Un cierto día dejará de crecer, solo en esa etapa será como
La pequeña abrió el cuaderno por la mitad y, con detalle, empezó a ver las líneas impresas por defecto en las hojas. Siguió con los ojos y con el dedo índice arrastrado, de extremo a extremo, por encima de aquel trazo horizontal y, cuando culminó, golpeó suavemente la superficie de la misma mientras expresaba una risita por su logro delante de Tarek. El muchacho cayó en cuenta lentamente y se contagió de la alegría de aquel "descubrimiento" de la pequeña, sintiendo también el avance y notando, a la vez, que la niña daba signos de evolución en el entendimiento rápido de las cosas.—Ahora practica con el texto—propuso Tarek.El joven expuso la hoja con los párrafos escritos delante de la niña. Indicó con su dedo el texto que pretendia qué leyera la aprendiz y luego volvió a su posición inicial.La Bebé cambió su alegre expresión a una serena calma al ver el manuscrito. Toda su atención únicamente se posicionó en esas hojas trazadas en tinta azul, por unos buenos segundos. Al contar hast
A la mañana siguiente, con la sabana a medio cuerpo, una camiseta blanca cubriendo su torso y una expresión corporal que emulaba la "postura egipcia", yacia la joven Kayla durmiendo plácidamente sobre su cama.Aquella noche había tenido un buen descanso, comparado con los días en el que le tocó compartir su espacio con la enérgica bebé, quien siempre interrumpía su sueño despertandola por la madrugada cada vez que podía.Aunque en esta ocación no tenía a la pequeña al lado, igual podía oír una bulla qué provenía de muy cerca y que no permitía redondear aquel merecido descanso que suponía haberse ganado.Estresandose por este inquietante fastidio, Kayla se despertó aborrecida, sentándose inmediatamente sobre su cama, con los pies cruzados, mientras giraba su cabeza apuntando su vista soñolienta a todos lados.En ese mismo estado, Kayla volvió a oír ese ruido y los vinculó con voces que ya conocía. Uno de estos le pertenecía a Tarek y la otra parecía ser de su hija, aunque provenía de u
Luego del vergonsozo incidente, Kayla se intrudujo a su habitación y se encerró ahí, a pesar de haber recibido las explicaciones que había exigido.Ella se mantenía rencorosa contra Tarek. Lo culpaba de muchas cosas que él no entendía, pues el muchacho tomaba el accidente como un detalle menor, el cual no fue consebido intencionalmente. Aunque en su mente entendía que fue un hecho fortuito, en su corazón no perdonaba qué su "hermano" le haya "robado" a su bebé pequeña y la haya transformado a una más grande, sin siquiera haberle consultado como lo hacían cada vez que debían tomar desiciones importantes. Pero eso no era todo. Dentro de si, se generaba también melancolía, pues llegaba a su mente aquella imagen de su pequeña como la recordaba aquella noche anterior. Con esa imagen retenida, rogaba al destino por volver a verla así, aunque su mente madura le hacía recordar que hace tiempo dejó de creer en la mágia. Por otro lado, también la propia culpa la consumía, pues, supuso que nad
Volviendo al comedor, la pequeña, quien entendió la situación real de los jóvenes y cayendo en cuenta de lo que esto podría significar, se mostró muy contenta tras la confesión de Tarek. A ella le agradaba la idea de ver juntos a su amigo y su mamá. Entonces, muy animada, insistió en hacer más preguntas para poder ayudar: —¿Por qué no se lo dices?—. Contagiado por la alegría de la niña, Tarek se sentía cada vez más motivado a compartir sus inquietudes, pero a la vez sentía esa limitante propia de la cautela, pues, no era apropiado ir más profundo en estos temas.—¿Es porque está enojada contigo?—preguntó inocente la niña.—No—respondió Tarek sonriendo.—Ya sé porque te gusta—afirmó la pequeña con seguridad. Tarek arrugó la entreceja con una sonrisa: —¿Ah, sí?—. —Ella es muy bonita—afirmó convincente. Tarek sonrió y respondió: —Si, de eso no hay duda—. —Puedes contarme todo lo que te preocupa y yo te ayudaré. No me subestimes. En mis instrucciones hay mucha información sobre el te
Horas más tarde, solo en su espacio, Tarek yacía melancólico en su habitación. Sentado sobre su cama y con la cabeza reposando sobre su palma, revivía viejos recuerdos sobre la "mamá", los momentos felices y las enseñanzas que ella les había dejado. También volvía a su mente la imagen de aquel refugio, pequeño pero cálido, donde él y su "hermana" pasaron su despreocupada niñez.De pronto, Kayla salió de su habitación con un atuendo que emanaba seriedad. Con una sonrisa sutil, le expresó: —Ya estamos listas—.Tarek apuntó su atención hacia su "hermana" y, recibiendola con una sonrisa, le comentó: —Estás hermosa—.Kayla se sonrojó levemente de la vergüenza, apuntó su mirada a la puerta principal y respondió al cumplido: —gracias—.De pronto, La pequeña niña, quien había estado unos pasos fuera de casa observando la calle, ingresó rápidamente y alertó a su familia: —¡Mamá! ¡Ya llegó la carroza!–.—Vamos—dijo la mujer, dirigiendo sus palabras a su "hermano". Tarek cargó su mochila a la e