Con gran confianza en sí misma, la pequeña dio su primer paso hacia delante, pisando fuerte con la pierna derecha y colocando la izquierda junto a la otra. Una satisfecha sonrisa embellecía su rostro y, agitando su cuerpo, expresó su algarabía ante aquel nuevo avance. Kayla la miró con sorpresa, pero no tanta. Sus predicciones habían acertado y, otra vez sin tener una explicación clara del porqué sucedían estas cosas, lo que sí sabía era que su niña estaba creciendo a una velocidad no natural y que debía entrenar su cuerpo y cerebro para estar a la par. Entonces, como un buen inicio, la joven mujer motivó a su niña a intentar otra vez lo que había logrado hace poco. Se sentó en cuclillas delante de la pequeña aprendiz y le empezó a hacer gestos con la mano para que esta se acercara, pero, para su sorpresa, la hermosa bebé imitó cada uno de sus gestos, dejando lo mejor para después, lo cual fue una clarísima imitación de la voz de su madre.
La respuesta corporal de Kayla fue rápida. Cayó sentada sobre el suelo mientras sus oídos no podían dar por cierto lo que habían escuchado. —¿Por qué ella tiene mi voz? —se preguntó incrédula. Tenía entendido que esto sería naturalmente posible si ella fuese su real madre biológica, pero, aun así, debería llegar hasta una edad contemporánea a la suya para que se pudiera escuchar parecida. Kayla no perdió el tiempo y fue de inmediato a consultar el libro que le había comprado a sus colegas. Abrió el libro por la mitad y, de pronto, la bebé caminó hacia ella con una velocidad considerablemente mayor a la que había mostrado. La joven madre quedó nuevamente atónita, no podía digerir a la vez todas aquellas nuevas sorpresas. Fueron uno tras otro los grandes avances que mostraba la niña, los cuales ya tenían al borde del terror a la pobre chica.—Mamá—dijo con ternura la niña.La bebé se abrazó a la pierna de Kayla mientras alzaba su mirada sonriente hacia el rostro de su madre. Kayla la observó de inmediato y con un pequeño susto residual en su cuerpo, pero aquella dulce palabra y esos ojitos lindos que mostraba la bebé la hicieron sentirse mejor. También le hicieron recordar que estaba tratando con una pequeña niña y no debía temerla, aunque su evolución rápida hubiera sido aterradora. Entonces, luego de una cálida conexión de miradas y unas palabras de disculpas, la madre abrazó a su pequeña y, sentadas ambas sobre el suelo, disfrutaron el tiempo juntas viendo las páginas del libro que habían comprado.Por otro lado, pasadas las 17 horas, Tarek se encontraba en su puesto de trabajo en el vertedero de alimentos, con los pies enterrados dentro de una masa de vegetales en descomposición, separando las envolturas o empaques que contenían los materiales orgánicos aprovechables. Sus compañeros lo veían con cierto interés, pues el muchacho había mejorado significativamente su rendimiento, haciendo el doble de la producción habitual diaria. Dentro de sí, Tarek se sentía muy extenuado y hambriento, ya que había omitido su tiempo de refrigerio para aprovecharlo al máximo en la recolección, mientras contaba en su cabeza los minutos que le quedaban de trabajo.La labor de Tarek era realmente sacrificada. Consistía en separar los alimentos en mal estado de sus respectivos empaques, los cuales venían aplastados de los centros de abastos dentro del complejo arquitectónico. Estos desechos orgánicos eran amontonados en grandes bandejas de plástico, que eran llevadas al punto de recepción donde su amigo de la infancia, Ryan y otros chicos más, las colocaban sobre carretas a pedal para su posterior transporte a los extensos campos para su conversión en compost. Este material era posteriormente comercializado con "la gran ciudad", recibiendo a cambio alimentos genéticamente modificados cuyas propiedades y características físicas habían sido mejoradas.Minutos más tarde, siendo la hora de retirarse a casa, Tarek se estaba sentado sobre el borde del gran contenedor tomando agua de un recipiente metálico. A su lado lo acompañaba Ryan, quien estaba bromeando con el, intentando encontrar la razón del inpensado sacrificio que hizo hoy. Por más que Tarek le diga la verdad, Ryan no pretendía aceptar esa afirmación como real.—¿Tu? ¿Viviendo con Kayla? Por favor—expresó Ryan con una risa burlona.—Y tenemos una bebé—respondió Tarek con una sonrisa.Ryan lo miró con la risa contenida intentando procesar nuevamente lo que había oído, pero no había duda. Pensó que su amigo había enloquecido o le estaba jugando una mala broma, así que no pudo soportar más y estalló de risa. Tanta fue la intensidad de su carcajada, que cayó de espaldas por detrás del contenedor, encima de la arena y quizá sin sentir dolor, pues el único gesto que expresaba era su descontrolada burla hacia su amigo.Tarek se reía junto con Ryan pero de manera más controlada. Él tampoco podía creer esta nueva vida que le había caído como un regalo. Sin importarle lo que tuviera que sufrir en el trabajo, él era feliz con el solo hecho de saber que Kayla estaría junto a él y quizá para el resto de sus vidas. El muchacho tomó con ganas un buen sorbo de agua y alzó el recipiente apuntando a la gran ciudad, en símbolo de agradecimiento y brindis por su nueva faceta.De pronto, aún con el recipiente arriba, Tarek pudo ver en lo alto del edificio más cercano a una persona observándolo. Estuvo ahí parado por unos segundos mientras el muchacho llamaba a su amigo sin perder de vista al sujeto. Ryan se acercó raudamente y apuntó su mirada hacia el sitio donde le indicaron, vio al sujeto y empezó a saludarlo agitando la mano derecha por encima de su cabeza.—¡¿Qué haces?! —preguntó Tarek con susto.Tarek se lanzó por detrás del contenedor jalando hacia abajo a su amigo poniendolo en resguardo. Ambos asomaron la cabeza ligeramente por encima del borde del contenedor y volvieron a ver a aquel hombre que aún los observaba. El sujeto se mantuvo ahí por unos segundos más y luego se marchó adentrandose al edificio.—¡¿Que fue eso?!—preguntó Ryan emocionado.Tarek le hizo un gesto de silencio a su amigo poniendo el dedo en medio de los labios, apoyó su espalda en el metal del contenedor y se puso pensativo intentando hallar una explicación.—¿Lo conoces?—preguntó interesado Ryan.—No sé quien es—.Al no encontrar respuestas en su amigo, Ryan nuevamente alzó la mirada por encima del contenedor viendo salir nuevamente al sujeto, quien hizo una señal de manos extrañas y finalizó apuntando su dedo al gran tubo.—¡Tarek! ¡Mira esto!—gritó Ryan asombrado.Tarek también se alzó por encima del contenedor y, de pronto, el gran tubo empezó a sonar. El suelo se puso a vibrar como de costumbre y una cantidad considerable de libros, verduras, carnes y frutas fueron cayendo de a pocos, amontonandose por debajo y rodando por los bordes.Tarek y Ryan se vieron de inmediato, mientras se iba dibujando una enorme sonrisa y sorpresa en cada uno de sus rostros. No lo podían creer. Esta cantidad era comparada al volumen que llevaban a casa durante 5 días de trabajo. De inmediato se subieron al contenedor a revisar todo lo llegado, sin perder de vista al hombre del edificio, quien a los poco segundos se marchó nuevamente.—¡Tarek! ¡Es carne!—dijo con emoción Ryan.Tarek sujetó en sus manos un paquete de carne de res fileteada. Era un alimento que nunca antes de habia permitido comer y que ahora tenía muchos para escoger. Ryan, sin perder el tiempo, sugirió empacar todo antes de que alguien más los descubra, pues sentía que el hombre extraño se los había regalado solo a ellos. Tarek asintió con la cabeza y empezó a introducir, sin orden, todo lo que encontraba a su paso dentro de costalillos.De regreso a casa y vigilando de que nadie los siguiera, el par de amigos venia cantando un tema muy popular en la aldea. La algarabía se había apoderado de ellos y el motivo no era necesario explicarlo. Suponían que no tendrían que trabajar por algunos dias y dedicarse únicamente a disfrutar de las delicias que llevaban al hombro, que el hombre extraño les había regalado.Al llegar a su choza, Tarek abrió la puerta e ingresó arrastrando un costalillo lleno de productos variados. Luego, se vieron a las caras ambos muchachos y determinaron, con un pacto de hombres, repartirse dos costalillos cada uno, así que Ryan ingresó ayudando a llevar el último qué le correspondía a su amigo.—Vaya ¿Qué pasó aqui?—dijo Ryan burlándose.Ryan había evaluado el aspecto de la choza de su amigo y no terminó de creer que esta se vieran tan ordenado y limpio. Luego se dirigió hasta el fondo y encontró la cortina instalada recientemente.—¿Qué hay ahí?—pregunto Ryan curioso.Tarek, después de despejar su
Al día siguiente, los amigos ayudaron a Kayla a mejorar el espacio designado para su "habitación". Construyeron una pared separadora, hecha de paja seca tejida, y una puerta con el mismo material pero con una técnica de costura mucho más fina, lo cual le daba una resistencia altamente eficaz ante golpes y empujones. La joven mujer había aprendido esta técnica de su fallecida abuela, quien trabajaba en el campo antes del estallido de la guerra. Consistía en entrelazar una a una las fibras hasta crear una extensa alfombra, uniéndolas posteriormente en capas sobre capas usando cuerdas altamente tensadas.Una vez lista la nueva habitación, Kayla se quedó dentro ordenando sus cosas y decorando según sus gustos y los de su bebé, pues planeaban compartir la habitación con su pequeña, quien también tenía un espacio detallado dedicado únicamente a su educación y descanso.Por fuera, Ryan se encontraba preparando la mesa y el ambiente para el gran banquete de celebración en honor a la nueva int
Volviendo a la festividad, Tarek, Ryan y Gaby esperaban ansiosos sentados alrededor de la mesa. Ante ellos se desplegaba un festín de distintos y exquisitos platillos, aún calientes y humeantes, desprendiendo el característico aroma de la carne asada con vegetales. Como obsequio de la joven pelirroja, se sirvieron también en lujosos vasos de cristal unas bebidas fermentadas hechas a base de uvas verdes provenientes de los campos de cultivo de la gran ciudad.A medida que pasaban los minutos, los amigos dejaban, poco a poco, su amena conversación de lado, al ser tentados por el aroma que desprendían los distintos filetes con sus respectivas preparaciones y acompañamientos. Los muchachos tenían que esperar. No podían probar nada hasta que todos los invitados estén presentes en la mesa, siendo los únicos faltantes: Kayla y su bebé. La joven madre y su hija aún permanecían dentro de su habitación, arreglándose ambas para estar presentables en esta ceremonia de bienvenida. Había pasado ce
Gaby y Ryan se encontraban sentados aún en sus respectivos sitios, impacientes por la espera y, a la vez, incómodos por las cosas que oían. La choza era pequeña y cada palabra dicha desde dentro de la habitación de Kayla era percibida por fuera, aunque no con tanta claridad. Pero, eso sí, las veces que Kayla levantó la voz, como cuando le dijo a Tarek: —¡Ya deja de verme así!—, llevó a Ryan, interpretando erróneamente, a la decepción y unas ganas de corregir a su atrevido amigo.Por su parte, Gaby también malinterpretó las palabras de Kayla. No creía que su "chico ideal" fuera tan osado y a la vez "ardiente". Una pizca de perversión entre tanta dulzura y caballerosidad no le parecía mala idea, así que Gaby le dio el visto bueno a las intenciones de Tarek, aunque le hubiera gustado que la situación fuera con ella.Luego de unos minutos, la puerta de la habitación se abrió completamente, dejando a los espectadores asombrados. Entre los 3 marcos, se pudo apreciar con más detalle a Kayla,
Algunos minutos después, cuando culminaron los gestos de afectos y den por cerrado los discursos de apertura, los 4 amigos se sirvieron en sus platos las distintas comidas habidas sobre la mesa. Un buen trozo jugoso de filete carne, pimientos morroneados de tres colores, una pasta de crema de ajo soazados con su pizca de orégano, y una salsa hecha a base de aceite de oliva, vinagre y hierbas finamente picadas. Todo esto acompañado por refrescantes bebidas fermentada a base de uva verdes prensada.Estos exquisitos manjares no habrían sido posibles sin la ayuda de Gaby. Ella había movido sus contactos y ordenado traer cada uno de los insumos necesarios desde la "gran ciudad". El poder de su familia era un puente comercial entre ambos lugares, y Gaby sabía aprovecharlo a su antojo, sobre todo cuando la excusa era su "plan conquista", la estrategia que usaba para conquistar a Tarek.La tarde avanzó hasta que se hizo de noche, las 20 horas aproximadamente. Gaby se embriagó y unas personas
—Dintinguido joven caballero. Para cuando lea esta nota, quizá yo esté lejos de casa y partiendo en busca de mi amada esposa e hija. Dejo en sus manos mi mejor esfuerzo, mi mayor creación, el sacrificio de muchos años en lograr la perfección. Como ella no hay ninguna, ni siquiera su hermana mayor pudo desarrollarse con tales índicativos de capacidades super humanas. Podría continuar describiendo cada habilidad lograda, pero sería entrar demaciado en detalles complejos del cual, quizá, su persona no tenga capacidad de entender. Pero no es necesario decirlo, usted ya lo habrá visto. A estas alturas sabrá lo asombrosa que es.Procure educarla. Le dejo los textos que nesecitará para su completo desarrollo mental y físico, tambien un manual de programación y otro de idioma codificado. Dele de comer los frutos modificados. Estos tienen propiedades que solo ella los sabrá aprovechar. Verá el cambio a penas su estómago los digiera. Un cierto día dejará de crecer, solo en esa etapa será como
La pequeña abrió el cuaderno por la mitad y, con detalle, empezó a ver las líneas impresas por defecto en las hojas. Siguió con los ojos y con el dedo índice arrastrado, de extremo a extremo, por encima de aquel trazo horizontal y, cuando culminó, golpeó suavemente la superficie de la misma mientras expresaba una risita por su logro delante de Tarek. El muchacho cayó en cuenta lentamente y se contagió de la alegría de aquel "descubrimiento" de la pequeña, sintiendo también el avance y notando, a la vez, que la niña daba signos de evolución en el entendimiento rápido de las cosas.—Ahora practica con el texto—propuso Tarek.El joven expuso la hoja con los párrafos escritos delante de la niña. Indicó con su dedo el texto que pretendia qué leyera la aprendiz y luego volvió a su posición inicial.La Bebé cambió su alegre expresión a una serena calma al ver el manuscrito. Toda su atención únicamente se posicionó en esas hojas trazadas en tinta azul, por unos buenos segundos. Al contar hast
A la mañana siguiente, con la sabana a medio cuerpo, una camiseta blanca cubriendo su torso y una expresión corporal que emulaba la "postura egipcia", yacia la joven Kayla durmiendo plácidamente sobre su cama.Aquella noche había tenido un buen descanso, comparado con los días en el que le tocó compartir su espacio con la enérgica bebé, quien siempre interrumpía su sueño despertandola por la madrugada cada vez que podía.Aunque en esta ocación no tenía a la pequeña al lado, igual podía oír una bulla qué provenía de muy cerca y que no permitía redondear aquel merecido descanso que suponía haberse ganado.Estresandose por este inquietante fastidio, Kayla se despertó aborrecida, sentándose inmediatamente sobre su cama, con los pies cruzados, mientras giraba su cabeza apuntando su vista soñolienta a todos lados.En ese mismo estado, Kayla volvió a oír ese ruido y los vinculó con voces que ya conocía. Uno de estos le pertenecía a Tarek y la otra parecía ser de su hija, aunque provenía de u