De regreso a casa y vigilando de que nadie los siguiera, el par de amigos venia cantando un tema muy popular en la aldea. La algarabía se había apoderado de ellos y el motivo no era necesario explicarlo. Suponían que no tendrían que trabajar por algunos dias y dedicarse únicamente a disfrutar de las delicias que llevaban al hombro, que el hombre extraño les había regalado.
Al llegar a su choza, Tarek abrió la puerta e ingresó arrastrando un costalillo lleno de productos variados. Luego, se vieron a las caras ambos muchachos y determinaron, con un pacto de hombres, repartirse dos costalillos cada uno, así que Ryan ingresó ayudando a llevar el último qué le correspondía a su amigo.—Vaya ¿Qué pasó aqui?—dijo Ryan burlándose.Ryan había evaluado el aspecto de la choza de su amigo y no terminó de creer que esta se vieran tan ordenado y limpio. Luego se dirigió hasta el fondo y encontró la cortina instalada recientemente.—¿Qué hay ahí?—pregunto Ryan curioso.Tarek, después de despejar su cabeza de los planes que había elaborado en torno a la comida que encontraron, recordó que Kayla y la bebé ahora vivían con él. Entonces, empezó a buscarlas con la mirada, dirigiendo su vista hacia todos los rincones del refugio. Cuando concluyó que tal vez se encontraban en su cama, Ryan ya había abierto la cortina, quedando con un gesto de asombro.—Maldito afortunado—dijo Ryan incrédulo.En la cama, dormidas profundamente, Kayla y la bebé yacian con total tranquilidad. La madre la abrazaba y la niña, con un tamaño más grande que antes, se acurrucaba en el pecho de la mujer.Tarek arrastró a su amigo intentando no hacer ruido, pues entendía que Kayla odiaba qué vulneren su privacidad. Ya con unos metros ligeramente alejados, Ryan terminaría por entender que todo lo que dijo su amigo era real.—Eres un maldito ¿Como lo hiciste? ¿La dopaste?—dijo incrédulo Ryan.—No digas tonterías y baja la voz que se va a despertar—dijo Tarek en voz baja.Ryan lo sujetó del cuello de la camiseta intentando sacarle información a su amigo, pero, de pronto, Kayla, con el rostro aún con sueño, abrió la cortina y vio a los muchachos forcejeando.—Tarek, ya llegaste. Hola Ryan—saludo amable.Los amigos se quedaron observándola aún manteniendo su posición de lucha, incrédulos ante la amabilidad que presentaba Kayla, ya que se suponía que debería estar enojada de que la despertaran, como habitualmente sucedía con ella.Luego del saludo, Kayla se dirigía a la cocina a paso lento aún afectada por el sueño. Tarek, quien la observaba detenidamente, dedujo al instante que era lo que la mujer pretendía hacer, así que se puso por su delante y obstruyó su paso.—¿Qué haces?—preguntó Kayla con fundida.Tarek sacó de su bolsillo un filete de carne empaquetado y se la mostró colocándolo delante del rostro de Kayla, con una sonrisa de oreja a oreja. Kayla no sabía que era aquel producto, pues nunca había visto tan de cerca un paquete de esas características.—¿Qué es?—preguntó Kayla confundida.—Es filete de carne. Es para ti—dijo Tarek sonriendo.Los ojos de Kayla se pusieron saltones al enterarse de lo que había frente a su nariz. De inmediato, sujetó el producto, le dio la vuelta y, en efecto, decía filete de carne en el reverso.—¿Cómo? ¿De dónde lo sacaste?—preguntó Kayla asombrada.—Es una larga historia, quizá luego te lo... —De pronto Ryan interrumpió—¡Toma! Yo te doy 5 filetes—dijo mientras se los entregaba.La joven mujer miró con asombro todo aquello que Ryan había colocado entre sus manos y luego se giró a ver a Tarek intentando encontrar una explicación en sus ojos. Los muchachos, sin entender la interrogante en los gestos de Kayla, se dirigieron rápidamente a escarbar dentro de los costalillos a modo de competencia, con el fin de sacar más filetes del botín y ofrecer una mejor ofrenda a la confundida joven. Kayla, al quedar ignorada y sin respuestas, siguió a los muchachos a toda prisa buscando una respuesta ante tal extraño suceso, pero, su interrogante se hizo mayor al ver la abundancia de recursos comestibles que había en esos costalillos.—¡Chicos! ¡Esperen! ¿Qué significa esto?—exclamó Kayla.Ambos muchachos detuvieron sus actos, se observaron y Tarek se giró hacia Kayla y dijo en tono contento:—Fue como aquella noche en el contenedor—Kayla frunció el ceño y expresó—¿Qué?—.Tarek explicó, con lujo de detalles, todo lo sucedido en aquél encuentro con la persona misteriosa, los regalos recibidos y como fue que repartieron los obsequios entre ambos colegas.Kayla, quien poco a poco iba atando cabos sueltos con la información recibida, iba deduciendo el porqué de lo ocurrido y sospechaba que algo tenia que ver con la bebé que encontraron en el mismo vertedero. Con la idea rondando en su cabeza, la joven madre volteó a ver su cama tras la cortina, hallando en ella a la pequeña niña que se había levantado y estaba caminando hacia ella con los pies descalzos.—Mamá—dijo la bebé llegando hacia ella.Kayla la levantó en sus brazos y le dio un profundo beso en la mejilla mientras la apretaba suavemente contra su pecho, intentando liberar todo ese deseo desmedido qué tenía contenido. Luego la agitó suavemente entre sus brazos, observabandola a la vez con una expresión de intenso amor en su rostro.Los amigos de Kayla quedaron completamente boquiabiertos ante lo que veían sus ojos, pero, cada uno con un motivo distinto. Ryan no podía creer que realmente Kayla tuviera una bebé, y Tarek no se explicaba cómo fue que la niña aprendió a caminar tan rápido. Entonces, Ryan se acercó nuevamente a Tarek con un rostro entre sorprendido y asustado, lentamente, y lo sujetó del cuello de la camiseta mientras lo observaba con ojos dramáticos.—¿Te atreviste a tocarla, Tarek? Dime que no es cierto—Tarek lo miró, confundido.¿A qué te refieres? - respondió, sin entender la acusación de su amigo.—¿Quien es el padre de esa criatura, Tarek?—preguntó Ryan en tono acusatorio—Aaa, pues... Yo—respondió tranquilamente Tarek omitiendo detalles.Kayla puso los ojos saltones al escuchar lo dicho por Tarek en respuesta a Ryan. Su rostro se enrojeció completamente, reflejando una clara sensación vergonzosa y de ofensa. La mujer, visiblemente enfadada, le gritó a su torpe "hermano":—¡Tarek! ¡Más te vale que se lo expliques bien a tu amigo!—.Al día siguiente, los amigos ayudaron a Kayla a mejorar el espacio designado para su "habitación". Construyeron una pared separadora, hecha de paja seca tejida, y una puerta con el mismo material pero con una técnica de costura mucho más fina, lo cual le daba una resistencia altamente eficaz ante golpes y empujones. La joven mujer había aprendido esta técnica de su fallecida abuela, quien trabajaba en el campo antes del estallido de la guerra. Consistía en entrelazar una a una las fibras hasta crear una extensa alfombra, uniéndolas posteriormente en capas sobre capas usando cuerdas altamente tensadas.Una vez lista la nueva habitación, Kayla se quedó dentro ordenando sus cosas y decorando según sus gustos y los de su bebé, pues planeaban compartir la habitación con su pequeña, quien también tenía un espacio detallado dedicado únicamente a su educación y descanso.Por fuera, Ryan se encontraba preparando la mesa y el ambiente para el gran banquete de celebración en honor a la nueva int
Volviendo a la festividad, Tarek, Ryan y Gaby esperaban ansiosos sentados alrededor de la mesa. Ante ellos se desplegaba un festín de distintos y exquisitos platillos, aún calientes y humeantes, desprendiendo el característico aroma de la carne asada con vegetales. Como obsequio de la joven pelirroja, se sirvieron también en lujosos vasos de cristal unas bebidas fermentadas hechas a base de uvas verdes provenientes de los campos de cultivo de la gran ciudad.A medida que pasaban los minutos, los amigos dejaban, poco a poco, su amena conversación de lado, al ser tentados por el aroma que desprendían los distintos filetes con sus respectivas preparaciones y acompañamientos. Los muchachos tenían que esperar. No podían probar nada hasta que todos los invitados estén presentes en la mesa, siendo los únicos faltantes: Kayla y su bebé. La joven madre y su hija aún permanecían dentro de su habitación, arreglándose ambas para estar presentables en esta ceremonia de bienvenida. Había pasado ce
Gaby y Ryan se encontraban sentados aún en sus respectivos sitios, impacientes por la espera y, a la vez, incómodos por las cosas que oían. La choza era pequeña y cada palabra dicha desde dentro de la habitación de Kayla era percibida por fuera, aunque no con tanta claridad. Pero, eso sí, las veces que Kayla levantó la voz, como cuando le dijo a Tarek: —¡Ya deja de verme así!—, llevó a Ryan, interpretando erróneamente, a la decepción y unas ganas de corregir a su atrevido amigo.Por su parte, Gaby también malinterpretó las palabras de Kayla. No creía que su "chico ideal" fuera tan osado y a la vez "ardiente". Una pizca de perversión entre tanta dulzura y caballerosidad no le parecía mala idea, así que Gaby le dio el visto bueno a las intenciones de Tarek, aunque le hubiera gustado que la situación fuera con ella.Luego de unos minutos, la puerta de la habitación se abrió completamente, dejando a los espectadores asombrados. Entre los 3 marcos, se pudo apreciar con más detalle a Kayla,
Algunos minutos después, cuando culminaron los gestos de afectos y den por cerrado los discursos de apertura, los 4 amigos se sirvieron en sus platos las distintas comidas habidas sobre la mesa. Un buen trozo jugoso de filete carne, pimientos morroneados de tres colores, una pasta de crema de ajo soazados con su pizca de orégano, y una salsa hecha a base de aceite de oliva, vinagre y hierbas finamente picadas. Todo esto acompañado por refrescantes bebidas fermentada a base de uva verdes prensada.Estos exquisitos manjares no habrían sido posibles sin la ayuda de Gaby. Ella había movido sus contactos y ordenado traer cada uno de los insumos necesarios desde la "gran ciudad". El poder de su familia era un puente comercial entre ambos lugares, y Gaby sabía aprovecharlo a su antojo, sobre todo cuando la excusa era su "plan conquista", la estrategia que usaba para conquistar a Tarek.La tarde avanzó hasta que se hizo de noche, las 20 horas aproximadamente. Gaby se embriagó y unas personas
—Dintinguido joven caballero. Para cuando lea esta nota, quizá yo esté lejos de casa y partiendo en busca de mi amada esposa e hija. Dejo en sus manos mi mejor esfuerzo, mi mayor creación, el sacrificio de muchos años en lograr la perfección. Como ella no hay ninguna, ni siquiera su hermana mayor pudo desarrollarse con tales índicativos de capacidades super humanas. Podría continuar describiendo cada habilidad lograda, pero sería entrar demaciado en detalles complejos del cual, quizá, su persona no tenga capacidad de entender. Pero no es necesario decirlo, usted ya lo habrá visto. A estas alturas sabrá lo asombrosa que es.Procure educarla. Le dejo los textos que nesecitará para su completo desarrollo mental y físico, tambien un manual de programación y otro de idioma codificado. Dele de comer los frutos modificados. Estos tienen propiedades que solo ella los sabrá aprovechar. Verá el cambio a penas su estómago los digiera. Un cierto día dejará de crecer, solo en esa etapa será como
La pequeña abrió el cuaderno por la mitad y, con detalle, empezó a ver las líneas impresas por defecto en las hojas. Siguió con los ojos y con el dedo índice arrastrado, de extremo a extremo, por encima de aquel trazo horizontal y, cuando culminó, golpeó suavemente la superficie de la misma mientras expresaba una risita por su logro delante de Tarek. El muchacho cayó en cuenta lentamente y se contagió de la alegría de aquel "descubrimiento" de la pequeña, sintiendo también el avance y notando, a la vez, que la niña daba signos de evolución en el entendimiento rápido de las cosas.—Ahora practica con el texto—propuso Tarek.El joven expuso la hoja con los párrafos escritos delante de la niña. Indicó con su dedo el texto que pretendia qué leyera la aprendiz y luego volvió a su posición inicial.La Bebé cambió su alegre expresión a una serena calma al ver el manuscrito. Toda su atención únicamente se posicionó en esas hojas trazadas en tinta azul, por unos buenos segundos. Al contar hast
A la mañana siguiente, con la sabana a medio cuerpo, una camiseta blanca cubriendo su torso y una expresión corporal que emulaba la "postura egipcia", yacia la joven Kayla durmiendo plácidamente sobre su cama.Aquella noche había tenido un buen descanso, comparado con los días en el que le tocó compartir su espacio con la enérgica bebé, quien siempre interrumpía su sueño despertandola por la madrugada cada vez que podía.Aunque en esta ocación no tenía a la pequeña al lado, igual podía oír una bulla qué provenía de muy cerca y que no permitía redondear aquel merecido descanso que suponía haberse ganado.Estresandose por este inquietante fastidio, Kayla se despertó aborrecida, sentándose inmediatamente sobre su cama, con los pies cruzados, mientras giraba su cabeza apuntando su vista soñolienta a todos lados.En ese mismo estado, Kayla volvió a oír ese ruido y los vinculó con voces que ya conocía. Uno de estos le pertenecía a Tarek y la otra parecía ser de su hija, aunque provenía de u
Luego del vergonsozo incidente, Kayla se intrudujo a su habitación y se encerró ahí, a pesar de haber recibido las explicaciones que había exigido.Ella se mantenía rencorosa contra Tarek. Lo culpaba de muchas cosas que él no entendía, pues el muchacho tomaba el accidente como un detalle menor, el cual no fue consebido intencionalmente. Aunque en su mente entendía que fue un hecho fortuito, en su corazón no perdonaba qué su "hermano" le haya "robado" a su bebé pequeña y la haya transformado a una más grande, sin siquiera haberle consultado como lo hacían cada vez que debían tomar desiciones importantes. Pero eso no era todo. Dentro de si, se generaba también melancolía, pues llegaba a su mente aquella imagen de su pequeña como la recordaba aquella noche anterior. Con esa imagen retenida, rogaba al destino por volver a verla así, aunque su mente madura le hacía recordar que hace tiempo dejó de creer en la mágia. Por otro lado, también la propia culpa la consumía, pues, supuso que nad