[TANNER WAY]
Un par de ojos verdes me observaron.
Una vez. Otra vez. Y una vez más. Era un chico. Cabello rubio oscuro, un poco o demasiado largo. Mejillas rosadas. Labios delgados. Una nariz recta. Sabía quién era, sin embargo, jamás había hablado con él. Nunca lo había visto asistir a clases normales dentro de la preparatoria.Owen Haner, ese es su nombre. Estudiaba clases avanzadas desde el primer día dentro del instituto, quizá era uno de los únicos estudiantes que lo hacía cada año.El año pasado había ganado un concurso de novela; escribiendo una novela realmente buena. Hacía un aPara mí dentro de unos años : Espero puedas leerlo después de un tiempo y que escribirlo justo ahora valga la pena para ti dentro de unos años más. Deseo sinceramente que te hayas encontrado a ti mismo, y no sientas miedo de ser tú. Que hayas dejado de sufrir y vivas bien. Ojalá nadie te rechace y sonrías todos los días y puedas salir a caminar de la mano de la persona que desees a un bar, al supermercado a donde sea, pero que te haga feliz. Espero que ames a alguien y que alguien te ame también. Ojalá veas esto y sonrías recordando tus viejas historias. Espero muchas cosas de ti (de mí en el futuro), muchas cosas. No puedo esperar para ver lo que seremos después de unos veranos. Quizá justo ahora sea un camino doloroso e incierto, pero estoy seguro que mejorará, que todo podrá salir bien si dejas el miedo detrás… Escribe y sigue haciéndolo. En notas. En hojas sueltas. En
❁❁❁❁❁❁Me gustaría vivir una vida sin remordimientos.Desearía cambiar y ser alguien mejor para todos.Estaba comenzando a sentirme solo.No quería ver cómo todos me dejaban atrás.Cómo me remplazaban y jugaban conmigo.A veces quisiera solo gritarDesaparecer.~OWEN.❁❁❁❁❁❁Esas fueron las palabras que escribí en mi bloc de notas; ese pequeño bloc que había encontrado en casa y había guardado en mi mochila esa misma mañana de forma inconsciente. Me encogí de hombros y miré por la ventana, el cielo azul y nubes blancas; otra mañana más en la facultad, otra mañana fría de septiembre. Me sentí solo. Sentí que no deseaba estar ahí, ya no.Miré una vez más lo que había escrito, lueg
Mackenzie me encontró sentado en una banca fuera de la biblioteca, su bufanda colgaba algo floja en su cuello, deseé que dejara de usarla solo porque se la había regalado.Y deseé haberme marchado antes de que ella apareciera de nuevo.Se sentó a mi lado con un suspiro, un algo tembloroso que hizo sentir algo incómodo.Me ofreció un vaso de té helado que llevaba y yo lo acepté, aunque solo fue por agradecimiento al gesto. Realmente solo quería respirar un poco lejos de ella ahora.Mackenzie volvió a mirar las notas que sobresalían de mi carpeta verde, algunas de ellas sobresalían de los bordes. Tomó una entre sus manos antes de que yo mismo pudiera impedirlo y la leyó.Cerré los ojos y me maldecí en mi mente.Ella sonrió y me mostró la nota.❁❁❁“Mackenzie lleva esa bufanda roja
La semana transcurrió sin detenerse para que pudiera pensar en algo más que mi propia estupidez. Fui de clase a clase y de seminario a seminario sin demasiada prisa, tomando mi tiempo y tratando de seguir mi propio camino.Buscándolo sin encontrarlo. Sintiéndome triste y desesperado por ello.Comencé a evitar a Mackenzie, inventando excusas, poniendo demasiados pretextos, ella dejó pasar cada uno de ellos en silencio al menos fue lo que quise creer en ese momento.Vi a Joseph y caminé con él entre sonrisas y juegos tontos de nuestra parte. Amaba pasar mi tiempo a su lado más que con cualquier otra persona. Tal vez porque la sensación de irrealidad y de soledad desaparecían cada vez que él sonreía o su mirada se encontraba con la mía, no lo sé.Fui a casa caminando solo y en ocasiones con Joseph…Las cenas con mi familia eran tranquilas,
Mi mamá me miró del otro lado de su taza, sus ojos verdes como los míos eran cálidos, pero algo fríos también, me encogí de hombros y a parte la mirada hacia el desayuno que ahora trataba de comer con demasiado esfuerzo. Mi padre leía el periódico como todas las mañanas y Sam había salido de casa hacía 10 minutos para tomar el autobús hacia la universidad.Fue mi madre la primera en romper el silencio de aquella mañana algo gris, desee que todo aquello hubiese seguido de la misma manera. No tuve tanta suerte.—¿No irás a la escuela hoy, Owen? – preguntó mi madre al verme vestido aún con la pijama azul, sus manos apretaron con fuerza la taza de té que sostenía entre sus manos, me moví incómodo en mi asiento y mi padre alzó la vista de su lectura, su mirada se encontró con la mía a
"Estúpido Tanner""Estúpido Joseph""Estúpido Owen, estúpido"Esa fue la nota que escribí cuando volví a casa.No ayudaba en nada, sin embargo, me calmó un poco. La observé un largo momento antes de arrugarla y tirarla al suelo de madera de mi habitación.Mi segunda nota fue un poco más triste.▪︎¿Me gustaría cambiar?¿Me gustaría ser diferente, ser normal? ¿Me gustaría tener a alguien a quien amara y que amara de nuevo?▪︎La tercera fue solo su nombre…"Joseph"Escribí un par más.Luego simplemente me quedé observándola en silencio.Era absurdo.Era demasiado absurdo que me sintiera de esa manera, cansado, triste, ansioso.No quería complicar las cosas con Joseph, pero de
“¿Es tu novio?”Esas tres palabras golpearon mi rostro una y otra vez.Sus ojos azules ya no eran cálidos.Sus ojos azules eran fríos.Demasiado fríos.Él…¿Qué diablos sabía él?—¡Oh por dios Owen! es una broma – su risa levanto ecos en mi mente, quería vomitar, quería llorar, quería alejarme de él. Sus ojos seguían siendo tan fríos.Es… es mi hermano – murmuré, mi voz era apenas un susurro, él inclinó un poco el rostro para escucharme — es mi hermano — repetí.— ¿En serio? No se parecen – dijo, mientras miraba a mi hermano que aun sonreía escuchando a la chica.— Supongo – mis manos temblaron, el vaso de té helado cayó de lado, Tanner me observo con detenimiento.
Nos conocíamos desde siempre.No recuerdo un día sin que ella estuviera ahí o algún día sin que Joseph estuviera a mi lado.Sabía que Mackenzie estaba enamorada de mí desde que entramos a la escuela secundaria, y también sabía que Joseph la amaba a ella desde que estábamos en primaria.Y estúpidamente creí que ella se cansaría y me dejaría tranquilo, al final solo podíamos ser amigos y nada más, pero jamás habíamos hablado al respecto. También imagine que con el tiempo y mientras crecíamos Joseph le diría que estaba enamorado de ella y me dejaría, sin embargo, aun seguíamos viéndonos, besándonos o teniendo sexo en su casa, y ahora, ahora Mackenzie hacia algo como eso.Había caminado en silencio a casa desde ese momento.Con un Joseph molesto que había preferido irse antes