—¿Qué fue lo que sucedió, Owen? — la voz de Mackenzie me hizo voltear a verla, estaba sentada de manera rígida mientras su mirada repasaba mi rostro, yo dejé a un lado el té que me había llevado y suspiré, mis ojos volvieron a mirar la puerta donde esperaba ver ya a mi padre.
—Creí que no ibas a hablarme en mucho tiempo — murmuré, la escuché moverse incómoda en el asiento a mi lado, tocó con suavidad mi mano y yo la aparté rápidamente, lo menos que deseaba era que empezara a hacer aquello de nuevo. —Owen… —¿Qué es lo que quieres, Mack?—Yo…—Mira, en serio, no estoy de humor para tratar de adivinar qué es lo que necesitas o quieres de mí. Me he pasado el fin de semana tratando de comunicarme contigo y Joseph, sin embargo, ninguno de los dos hizo algAbracé con fuerza mi cuerpo mientras las lágrimas seguían cayendo de mis mejillas, ¿qué diablos se suponía que debía hacer ahora? Observe una vez más mi rostro golpeado en el espejo del baño, los golpes no significaban nada comparado a lo que mis padres dirían cuando se enteraran del por qué Joseph y yo habíamos discutido.Abrí el botiquín y saque un par de píldoras para calmar el dolor que recorría mi cuerpo en pequeñas oleadas, tome dos sin agua y salí del baño, mi madre estaba sentada en el borde de mi cama, no alzó la mirada cuando me quedé de pie observándola.—Tu padre trató de explicarme lo que pasó — susurró, su mirada verde ahora sí se encontró con la mía, sus ojos estaban enrojecidos pero no había ninguna lágrima en su rostro. 
Miré a Sam por lo que pareció demasiado tiempo; después simplemente me dejé caer en la banca más cercana mientras presionaba con fuerza la taza de café a medio beber, el líquido caliente se derramó por mis manos, pero solo pude sentir la cálida sensación que dejó mientras caía al suelo.Sam se sentó a mi lado, su silencio se hizo más pesado a medida que los minutos pasaban. Mi cuerpo temblaba pero ya no era por el aire frío que comenzaba a colarse por entre las capas de ropa que llevaba puesta, sino porque tenía miedo de verdad. Probablemente Sam lo tomara bien y me dijera que era un completo estúpido una vez más o simplemente comenzaría a odiarme y sinceramente aun no estana preparado para ser rechazado, no por él, no por mis padres… Por nadie.—¿Sam? — podía sentir el nud
[TANNER WAY]Un par de ojos verdes me observaron.Una vez.Otra vez.Y una vez más.Era un chico.Cabello rubio oscuro, un poco o demasiado largo.Mejillas rosadas.Labios delgados.Una nariz recta.Sabía quién era, sin embargo, jamás había hablado con él. Nunca lo había visto asistir a clases normales dentro de la preparatoria.Owen Haner, ese es su nombre.Estudiaba clases avanzadas desde el primer día dentro del instituto, quizá era uno de los únicos estudiantes que lo hacía cada año.El año pasado había ganado un concurso de novela; escribiendo una novela realmente buena.Hacía un a
Para mí dentro de unos años : Espero puedas leerlo después de un tiempo y que escribirlo justo ahora valga la pena para ti dentro de unos años más. Deseo sinceramente que te hayas encontrado a ti mismo, y no sientas miedo de ser tú. Que hayas dejado de sufrir y vivas bien. Ojalá nadie te rechace y sonrías todos los días y puedas salir a caminar de la mano de la persona que desees a un bar, al supermercado a donde sea, pero que te haga feliz. Espero que ames a alguien y que alguien te ame también. Ojalá veas esto y sonrías recordando tus viejas historias. Espero muchas cosas de ti (de mí en el futuro), muchas cosas. No puedo esperar para ver lo que seremos después de unos veranos. Quizá justo ahora sea un camino doloroso e incierto, pero estoy seguro que mejorará, que todo podrá salir bien si dejas el miedo detrás… Escribe y sigue haciéndolo. En notas. En hojas sueltas. En
❁❁❁❁❁❁Me gustaría vivir una vida sin remordimientos.Desearía cambiar y ser alguien mejor para todos.Estaba comenzando a sentirme solo.No quería ver cómo todos me dejaban atrás.Cómo me remplazaban y jugaban conmigo.A veces quisiera solo gritarDesaparecer.~OWEN.❁❁❁❁❁❁Esas fueron las palabras que escribí en mi bloc de notas; ese pequeño bloc que había encontrado en casa y había guardado en mi mochila esa misma mañana de forma inconsciente. Me encogí de hombros y miré por la ventana, el cielo azul y nubes blancas; otra mañana más en la facultad, otra mañana fría de septiembre. Me sentí solo. Sentí que no deseaba estar ahí, ya no.Miré una vez más lo que había escrito, lueg
Mackenzie me encontró sentado en una banca fuera de la biblioteca, su bufanda colgaba algo floja en su cuello, deseé que dejara de usarla solo porque se la había regalado.Y deseé haberme marchado antes de que ella apareciera de nuevo.Se sentó a mi lado con un suspiro, un algo tembloroso que hizo sentir algo incómodo.Me ofreció un vaso de té helado que llevaba y yo lo acepté, aunque solo fue por agradecimiento al gesto. Realmente solo quería respirar un poco lejos de ella ahora.Mackenzie volvió a mirar las notas que sobresalían de mi carpeta verde, algunas de ellas sobresalían de los bordes. Tomó una entre sus manos antes de que yo mismo pudiera impedirlo y la leyó.Cerré los ojos y me maldecí en mi mente.Ella sonrió y me mostró la nota.❁❁❁“Mackenzie lleva esa bufanda roja
La semana transcurrió sin detenerse para que pudiera pensar en algo más que mi propia estupidez. Fui de clase a clase y de seminario a seminario sin demasiada prisa, tomando mi tiempo y tratando de seguir mi propio camino.Buscándolo sin encontrarlo. Sintiéndome triste y desesperado por ello.Comencé a evitar a Mackenzie, inventando excusas, poniendo demasiados pretextos, ella dejó pasar cada uno de ellos en silencio al menos fue lo que quise creer en ese momento.Vi a Joseph y caminé con él entre sonrisas y juegos tontos de nuestra parte. Amaba pasar mi tiempo a su lado más que con cualquier otra persona. Tal vez porque la sensación de irrealidad y de soledad desaparecían cada vez que él sonreía o su mirada se encontraba con la mía, no lo sé.Fui a casa caminando solo y en ocasiones con Joseph…Las cenas con mi familia eran tranquilas,
Mi mamá me miró del otro lado de su taza, sus ojos verdes como los míos eran cálidos, pero algo fríos también, me encogí de hombros y a parte la mirada hacia el desayuno que ahora trataba de comer con demasiado esfuerzo. Mi padre leía el periódico como todas las mañanas y Sam había salido de casa hacía 10 minutos para tomar el autobús hacia la universidad.Fue mi madre la primera en romper el silencio de aquella mañana algo gris, desee que todo aquello hubiese seguido de la misma manera. No tuve tanta suerte.—¿No irás a la escuela hoy, Owen? – preguntó mi madre al verme vestido aún con la pijama azul, sus manos apretaron con fuerza la taza de té que sostenía entre sus manos, me moví incómodo en mi asiento y mi padre alzó la vista de su lectura, su mirada se encontró con la mía a