—Pude hablar con Madison —le dije mientras observaba como se quitaba la camiseta y me dejaba ver su hermoso torso desnudo—. Me resolvió alguna que otra duda que rondaba por mi cabeza... —fue suficiente esas simples palabras para que Axel dejara de hacer todo lo que estaba haciendo y me prestará atención.
—¿Dudas ? ¿Sobre nuestra relación? —dijo alarmado, podía ver como su respiración se aceleraba, y su pecho subía y bajaba sin parar.
—No te preocupes, Axel, no eran dudas sobre nosotros —suspiró aliviado mientras se acercaba a mi rápidamente y me empujaba contra la pared, para más tarde atacar mi cuello, dejando un rostro de besos salvajes en él. —¿Estás... segura, O'Conner? —sus labios empezaban a besar la parte inferior de mi clavícula y ya no podía pensar en otra cosa que en los labios que me recorrían, las manos que me tocaban y esa voz ronca que amaba—. Porque nadie te va a hacerte sentir como yo —sus manos se col
2 semanas después.No hacía más que observar como miles de turistas corrían de un lado para otro, en busca de la puerta de embarque correcta, esa, que los llevaría de vuelta a casa.Mientras que yo, en cambio, tenía tantos nervios que sentía que me comían, al igual que Axel... no hacía más que mirarle la cara.Estaba muy nerviosa, pero a la vez, ilusionada... Volver a casa cogida de la mano de Axel solo significaba una cosa, el amor había ganado.Nosotros lo habíamos hecho...Volver a casa significaba que podría despertar cada mañana a su lado, observar su hermoso rostro, sus increíbles ojos y su maravillosa sonrisa.Significaba poder contar todos y cada uno de los lunares de su cuerpo hasta que Morfeo me reclamara.Significaba escuchar sus "te amo" cada segundo de cada minuto de todos y cada uno de mis días."Pasajeros con destino a Dallas (Estados Unidos), vayan dirigiéndose a la puerta de embarque G12".Con una amplia sonrisa, entrelacé mi dedos con lo
13 de junio a las 10:30 a.m en Dallas—¡Ni hablar! —protesté con resistencia.¡Aquello era increíble! ¿Acaso era una broma? Porque no tenía ninguna gracia...—¡Norah, basta ya! —tronó la voz de mi padre, retumbando por cuatro paredes de color negro—. No seas egoísta...—¿Egoísta, yo? ¿De verdad te parece que la que está siendo la egoísta aquí soy yo? — decía mientras notaba como las lágrimas se me acumulaban tras los ojos, entorpeciendo mi visión—. Me quieres alejar de todo lo que amo. Mis amigos, mi escuela, ¡incluso mi novio! —¿Ya empezamos otra vez con eso? — notaba con la facciones se le endurecían rápidamente.— ¡Tengo que trabajar, Norah! Y a ti lo que te preocupa es no ver Aiden durante un tiempo...—¡No sólo es Aiden, papá! Es Mia, es Hannah, ¡es todo! Y no es que sea precisamente poco tiempo es casi un año —gritaba en medio de un rabieta, pese a que nunca había sido una chica conflictiva n
3 de junio a las 13: 45 p.m en DallasDurante aproximadamente 3 horas estuve bastante ajetreada. Llamadas por un lado, mensajes por el otro, algunas lágrimas entre medio, mientras terminaba de empaquetar todo a tiempo para la llamada de papá.—¡Eleonorah!Dios, cómo odiaba que dijera mi nombre completo y creo que por eso lo hacía, aún podía escuchar su risa amortiguada.—Ya voy —dije bastante seca.Normalmente solía serlo, pero ese día me superé. Como era de obviar, estaba de mal humor.—¡Qué dulzura, cariño! —y, ¿cómo no? Su característico sarcasmo no podía faltar.—No estoy de humor —dije una vez que me encontré pié de la escalera con mis dos maletas. Necesitaba muchas cosas, ¿vale?—No me había percatado de ello, fíj
Tras mis ojos podía ver todo lo que me dejaba atrás, los parques que dejábamos, eran los de mi infancia. Los foodtrucks en los que tantas veces había comido junto a Aiden. La fuente del lago Ray Hubbard en la que besé a Aiden por primera vez, el café del 7&11 (¡cómo adoraba ese café!). Las orillas del río Bravo, en el que tantas veces me había sentado junto a Mia y Hannah, mis mejores amigas, mientras cotilleaban lo que veíamos, desde una pareja de enamorados, hasta el chico que siempre se sentaba con el portátil a plasmar todo lo que su mente encubría.Y al igual que dejaba todo eso atrás, empezaba a presentir muchos de esos cambios, como un sofocante y agobiante calor que se colaba por la ventanilla de aquel horrendo coche, o un hedor constante que se instalaba en el aire, pero en cambio, me gustaba bastante el maravilloso alumbrado que adornaba las calles, los músicos que interpretaban obras de jazz o los bailes callejeros... Así que como ya he dicho
...no merezco vivir, el dolor se está instalando en mi cuerpo y no puedo librarme de él. Me encuentro en un pozo oscuro y profundo del que no puedo salir, siento como si todo fuera culpa mía, siento como si el mundo se volviera en mi contra, y ya no puedo más. No quiero ni puedo seguir viviendo en este mundo. Lo siento, pequeña no puedo seguir en este mundo. Recuerda que te quiero más que a mi vida...Con las lágrimas anegándome la visión, tocaba el rostro sin vida de Jason, Jake , que se encontraba en medio de un descomunal charco de sangre...—Jake, despierta, por favor —susurraba con el dolor que tenía en el alma.Se me había abierto una herida enorme en mi corazón y no había forma de cerrarla —Sé que solo estás dormido, ¡despierta! ¡Mamá, papá!—Ey Norah, no pasa nada, tranquilízate...Escuchaba una voz que me sacaba de aquella p
Noté un cosquilleo en mi rostro aquella mañana, como si alguien se hubiera estado entreteniendo en recorrer con un dedo todo mi rostro. Era una sensación extraña, pero agradable a la vez, así que abrí lentamente los ojos. Ese alguien era Axel.—Joder, Axel, no me mires mientras duermo, pareces un jodido acosador —dije algo somnolienta, acto que produjo una bonita carcajada de su parte, una que me pareció encantadora.—Norah, tenemos que hablar... —dijo de repente con un tono de voz serio, que me incomodó. Además, provocando que todo el buen rollo que se había creado desapareciera en cuestión de segundos.—No me apetece hablar de ello, Axel —dije mientras notaba como el agobio se apoderaba de mí. No me gustaba hablar de la muerte de Jason, era un dolor insoportable. No me gustaba que supieran como me sentía respecto al tema en cuestión y lo que es peor no quería que me comprendieran ni ayudaran. Cuando murió Jason, decidieron llevarme al psic
—Ey, ¿qué ha pasado ahí dentro? —me preguntaba una voz, después de haber salido de aquella habitación. Isaak, que se encontraba apoyado en la encimera de la cocina. Sin camiseta, ¡qué bueno que estaba!—Ehh... ¿qué? —¡Céntrate, Norah!Joder, sé que tengo novio y lo quiero mucho, pero soy humana. Y por mirar no va a pasar nada...—Que qué le has hecho a Axel —me preguntó mientras se iba tomando su taza, que supuse que era café, tranquilamente.—Nada, ¿por qué? —dije algo despistada.Por dios, Isaak, ponte una camiseta. Te lo pido por favor...—Porque al salir por poco no tira la puerta abajo y supongo que le habrás dicho algo, ¿no crees? —dijo mientras dejaba la taza en la encimera y se ponía derecho— espera, me voy a poner una camiseta y ahora me cuentas —menos mal, suspiré aliviada, y en cuestión de segundos reapareció con una playera negra que le sentaba bastante bien—
—Gracias por contármelo Norah —dijo Isaak mientras me abrazaba.Hablar con Isaak de Jason, me hizo sentir mejor. Hizo que el dolor se aliviara un poco, pero a la vez, sentía como si lo hubiera traicionado, como si hubiera desvelado su secreto...—En serio, significa mucho.—Quiero irme a casa, Isaak —dije lo más rápido posible.Quería acostarme en mi cama y llorar durante horas. Quería llorar por mi hermano. Quería llorar por lo egoísta que había sido Jason al quitarse la vida. Quería llorar por mi misma, lo necesitaba.—Sí, claro...—Isaak, sé que está feo preguntártelo pero, no se lo dirás a nadie, ¿no? —le pregunté algo apurada.No quería que la gente supiera lo de Jason, se lo conté a Isaak en un momento de desesperación pura, y no pretendo que nadie más sepa de este tema.—No te preocupes por eso, ¿vale?—Vale, gracias... Ahora llévame a casa, por favor...—Espera —dijo mirando el móvil.&nbs