Tras mis ojos podía ver todo lo que me dejaba atrás, los parques que dejábamos, eran los de mi infancia. Los foodtrucks en los que tantas veces había comido junto a Aiden. La fuente del lago Ray Hubbard en la que besé a Aiden por primera vez, el café del 7&11 (¡cómo adoraba ese café!). Las orillas del río Bravo, en el que tantas veces me había sentado junto a Mia y Hannah, mis mejores amigas, mientras cotilleaban lo que veíamos, desde una pareja de enamorados, hasta el chico que siempre se sentaba con el portátil a plasmar todo lo que su mente encubría.
Y al igual que dejaba todo eso atrás, empezaba a presentir muchos de esos cambios, como un sofocante y agobiante calor que se colaba por la ventanilla de aquel horrendo coche, o un hedor constante que se instalaba en el aire, pero en cambio, me gustaba bastante el maravilloso alumbrado que adornaba las calles, los músicos que interpretaban obras de jazz o los bailes callejeros... Así que como ya he dicho, tras 8 horas de viaje, llegué a mi destino "Canal Street", la calle más urbanística de la ciudad. La más transitada y por lo tanto, la más peligrosa. Ocurrían todos los días robos o detenciones, era una ciudad bastante peligrosa. Pero para mi gran desgracia, mi hermano vivía ahí. Y como no me apetecía quedarme sola en aquella interminable calle con dos maletas más grande que yo, decidí que llamar a mi hermano sería una gran idea.
—Jonas, estoy fuera, ¡baja ya!
—Veo que sigues siendo un incordio hermanita, ya bajo...
—Vale
Pasaron alrededor de 10 minutos, hasta que mi hermano quiso honrarme con su presencia.
-¡Norah! —gritó Jonas al verme, antes de correr a abrazarme, dios... ¡cómo lo echaba de menos!— estás distinta...
—¡Qué pena que tú no! —dije con una sonora carcajada a la que él se unió después.
Mi hermano Jonas es un chico de 22 años, de pelo castaño (el cual no ha visto un peine desde hace años...) y unos ojos azules de un color bastante similar al mío, fibroso, muy divertido y la persona en la que más confío en este mundo. Adoraba a mi hermano...
—Venga, vamos dentro... te vas a llevar un sorpresa —dijo con una sonrisa mal disimulada sonrisa que no presagiaba nada bueno.
Así que mientras subía las escaleras de aquel enorme edificio, empecé a fabular con las mil sorpresas que Jonas podía darme y sinceramente, ninguna me gustaba.
Cuando Jonas abrió la puerta de aquel apartamento me quedé sin aliento. Un piso enorme se alzaba ante mí. Era tan elegante y tan sofisticado, que realmente me preguntaba si era suyo o simplemente era una broma. Un parqué de color blanco se extendía por todo aquel apartamento, las paredes oscilaban entre el negro y el rojo dándole al apartamento un
tono chic, mientras que había un sofá de cuero negro en medio de aquel enorme salón junto con un enorme televisión de pantalla plana, y una mesita que iba a conjunto. También, en la habitación de al lado, una amplia cocina se hallaba. Y las cristaleras que recubrían gran parte del apartamento y dejaban a ver un gran mayoría de Nueva Orleans.
Pero... ¿qué es esto? ¿Aquí vive Jonas? Es alucinante...
—¡Chicos ya está aquí! —gritó mi hermano, mientras empezaba a escuchar puertas abrirse y cerrarse...
¿Cómo qué chicos?¿No vivía solo? Y fue entonces cuando divisé un pelirrojo de ojos claros, de más o menos la edad de Jonas, bastante guapo, fibroso y con aspecto de ser bastante agradable... y tras él se encontraba un chico alto, fibroso (muy fibroso), con unos ojos azules que rozaban los turquesas, un pelo negro azabache bastante desordenado (que le quedaba muy bien), unos labios carnosos y sonrosados adornados con un fino aro de metal, unos brazos musculosos cubiertos de tatuajes, como si fuera un lienzo andante. En cuanto a su vestimenta, vestía de negro. Axel, el mejor amigo de Jonas.
—¡Hola, Eleonorah! —dijo el muy engreído con una sonrisa socarrona, y una notaria diversión en sus ojos, así que me volteé hacia Jonas...
—¿Esta es tu sorpresa? ¿Axel? Tú sabías que yo ya no me llevaba con él. Es una sorpresa de m****a, Jonas. Fíjate que me esperaba algo parecido...
—Tan dulce como siempre —le susurró
Axel al muchacho pelirrojo, cosa de la que como era de obviar, me percaté.
—Que te den, Axel —le dije con una fingida dulzura que lo descolocó.
Me giré hacia el pelirrojo, que hasta ahora no me había hecho nada, así que decidí rápidamente que me caería bien
—Me caes bien, pelirrojo... así que, ten buena noche.
...no merezco vivir, el dolor se está instalando en mi cuerpo y no puedo librarme de él. Me encuentro en un pozo oscuro y profundo del que no puedo salir, siento como si todo fuera culpa mía, siento como si el mundo se volviera en mi contra, y ya no puedo más. No quiero ni puedo seguir viviendo en este mundo. Lo siento, pequeña no puedo seguir en este mundo. Recuerda que te quiero más que a mi vida...Con las lágrimas anegándome la visión, tocaba el rostro sin vida de Jason, Jake , que se encontraba en medio de un descomunal charco de sangre...—Jake, despierta, por favor —susurraba con el dolor que tenía en el alma.Se me había abierto una herida enorme en mi corazón y no había forma de cerrarla —Sé que solo estás dormido, ¡despierta! ¡Mamá, papá!—Ey Norah, no pasa nada, tranquilízate...Escuchaba una voz que me sacaba de aquella p
Noté un cosquilleo en mi rostro aquella mañana, como si alguien se hubiera estado entreteniendo en recorrer con un dedo todo mi rostro. Era una sensación extraña, pero agradable a la vez, así que abrí lentamente los ojos. Ese alguien era Axel.—Joder, Axel, no me mires mientras duermo, pareces un jodido acosador —dije algo somnolienta, acto que produjo una bonita carcajada de su parte, una que me pareció encantadora.—Norah, tenemos que hablar... —dijo de repente con un tono de voz serio, que me incomodó. Además, provocando que todo el buen rollo que se había creado desapareciera en cuestión de segundos.—No me apetece hablar de ello, Axel —dije mientras notaba como el agobio se apoderaba de mí. No me gustaba hablar de la muerte de Jason, era un dolor insoportable. No me gustaba que supieran como me sentía respecto al tema en cuestión y lo que es peor no quería que me comprendieran ni ayudaran. Cuando murió Jason, decidieron llevarme al psic
—Ey, ¿qué ha pasado ahí dentro? —me preguntaba una voz, después de haber salido de aquella habitación. Isaak, que se encontraba apoyado en la encimera de la cocina. Sin camiseta, ¡qué bueno que estaba!—Ehh... ¿qué? —¡Céntrate, Norah!Joder, sé que tengo novio y lo quiero mucho, pero soy humana. Y por mirar no va a pasar nada...—Que qué le has hecho a Axel —me preguntó mientras se iba tomando su taza, que supuse que era café, tranquilamente.—Nada, ¿por qué? —dije algo despistada.Por dios, Isaak, ponte una camiseta. Te lo pido por favor...—Porque al salir por poco no tira la puerta abajo y supongo que le habrás dicho algo, ¿no crees? —dijo mientras dejaba la taza en la encimera y se ponía derecho— espera, me voy a poner una camiseta y ahora me cuentas —menos mal, suspiré aliviada, y en cuestión de segundos reapareció con una playera negra que le sentaba bastante bien—
—Gracias por contármelo Norah —dijo Isaak mientras me abrazaba.Hablar con Isaak de Jason, me hizo sentir mejor. Hizo que el dolor se aliviara un poco, pero a la vez, sentía como si lo hubiera traicionado, como si hubiera desvelado su secreto...—En serio, significa mucho.—Quiero irme a casa, Isaak —dije lo más rápido posible.Quería acostarme en mi cama y llorar durante horas. Quería llorar por mi hermano. Quería llorar por lo egoísta que había sido Jason al quitarse la vida. Quería llorar por mi misma, lo necesitaba.—Sí, claro...—Isaak, sé que está feo preguntártelo pero, no se lo dirás a nadie, ¿no? —le pregunté algo apurada.No quería que la gente supiera lo de Jason, se lo conté a Isaak en un momento de desesperación pura, y no pretendo que nadie más sepa de este tema.—No te preocupes por eso, ¿vale?—Vale, gracias... Ahora llévame a casa, por favor...—Espera —dijo mirando el móvil.&nbs
Después de habernos pasado casi 15 minutos de trayecto para volver al piso, nos encontrábamos en el salón escuchando una competición de gritos en los dormitorios entre Axel y Jonas. No sabría decir quién de los dos iba ganando. Y se qué está mal pero aunque Jonas es mi hermano y lo quiero más que a mi misma, por la única persona que me podía preocupar era Axel.—¿Por qué no me lo dijiste , Jonas? —decía un Axel ebrio. Durante todo este tiempo que conocía a Axel, jamás lo ha visto ebrio. Lo había visto cuando se caía de la bicicleta y se raspaba las rodillas. Lo vi cuando se partió un brazo la primera vez que montó en el skate. O cuando le dieron un premio por el mejor jugador del año. Lo había visto cuando se fumó su primer cigarillo. Cuando besó a una chica por primera vez. O cuando se hizo su primer tatuaje. También cuando se hizo su primer piercing y lo había visto cuando se marchó de mi lado para irse con Jonas... pero nunca lo había visto ebrio. Y en cierto modo, me a
Un abismo se abría bajo mis pies. Un abismo en el que me caería de lleno."Norah no te va a amar de la noche a la mañana", aquellas palabras no hacían más que retumbarme en la cabeza. ¿Axel estaba enamorado de mí? Eso no tenía sentido. Dios, necesitaba irme a mi habitación, necesitaba sentarme o me caería. Mientras recorría el salón en dirección a mi dormitorio. La puerta del dormitorio de Jonas se abrió dejando a ver un Axel ebrio.—Norah... —dijo sorprendido al verme, mirándome con aquellos ojos turquesas, que me habían empezado a gustar más de lo normal—. ¿Cuánto tiempo llevas aquí?—Poco, acabo de llegar —mentí, necesitaba irme a mi habitación— voy a mi dormitorio.—Espera Norah...—Axel, ahora no ¿vale? —esquivé a Axel como pude y me adentré en mi dormitorio. Cerrando la puerta detrás de mí y derrumbándome. Las lágrimas caían a borbotones y no había forma de pararlas. Sólo necesita
No pensé ni quiera si que Aiden viniera era buena idea. No me planteé si esto podía tener consecuencias. No me cuestioné nada, sólo quería sentir la seguridad que Aiden me proporcionaba.Tras hablar con él me empecé a cuestionar todo. Mi llegada aquí, papá, Jonas y Axel. Joder Axel, pese a que me enteré de tiene sentimientos por mí, no me siento incómoda ni nada, es más... me siento algo especial. Pero sí me siento mal por como dejé las cosas con él esta mañana. Así que me levanté, abrí la puerta y me decidí a ir al dormitorio de Axel, necesitaba hablar con él. Y al entrar me encontré a un Axel dormido, se veía tan en paz, se le veía tan joven y... aunque esté mal decirlo, estaba muy sexy.Su camiseta se le había subido un poco por el torso y dejaba a ver parte de sus abdominales. ¿Cómo es que no me había dado cuenta de lo bueno que estaba?Porque nunca te habías fijado en él —añadió mi subconsciente. Claro que no me había fijado en él, y
Flashback Hace 4 años.- Jason , despiertáte , ¡¡ porfavor !! - suplicaba al cuerpo sin vida de mi hermano , que yacía en el suelo rodeado de un charco de sangre , del que no lo podía sacar . Mis manos ensagrentadas solo querían tocar aquel rostro por última vez, sentir el tacto desprendía , tocar todo aquello que ya nunca podría tocar . Me aferré a aquel cuerpo sin vida y no quería irme de allí . Quería permanecer allí , si me iba se lo llevarían y nunca más lo vería - Jason , solo estás dormido, despiertáte , porfavor... ¡ no te mueras !!! ¡ no me dejes sola !! ¡¡ despiertáte !!-ey, pequeña , no pasa nada - me abrazaba aquel muchacho , me estrechaba contra sí y yo me aferraba a él como si no hubiera un mañana , temía que si me alejaba de él , desaparecería con Jason - ya está todo bien , Norah - me acariciaba lentamente el cabello , calmándome de una manera