El camino a casa fue tranquilo, Marco iba informando a Lucca una que otra cosa de vez en cuando y mi vista estaba fija sobre el camino.Ver el lindo paisaje citadino nocturno me hacía tener un poco de paz. Mi cabeza estaba doliendo un poco, pero no le tome importancia, quizás es mi hora de comer. O quizás aún sigue rondando en mi mente la pesadilla de esta mañana, más que una pesadilla es el recuerdo vivido de hace seis años cuando mis papás murieron. Mi madre siendo la única hija de Giann Coppola, se fue en un viaje a la Toscana para nunca más volver a su casa. Ella solía decir que apenas conoció a mi padre, Máximo Di Santis, quedó prendada de él. El amor fue mutuo, para su suerte y ambos hasta se casaron a escondidas. Al poco tiempo llegué yo a sus vidas, para mí amado abuelo eso fue la mayor deshonra para su familia, su única hija quien estaba prometida en matrimonio para otra familia adinerada de Roma, había preferido hacer su vida en la clandestinidad con un don nadie. ¿Les su
La mano de Lucca se instaló en mi brazo y con una mirada llena de fuego y ruego, hablo: — No vayas a él. Quédate conmigo. No me gusta estar en estas situaciones, no me gusta sentirme acorralada. Ahora en estos momentos de mi vida mucho menos, cualquiera me diría que Lucca es sin duda la opción que debo tomar, pero no se trata solo de eso. Yo no me siento en condiciones de vivir un romance, solo he vivido uno solo una vez en mi vida y me ha dejado destrozada de miles de maneras. Ha sido sin duda trágico. — No…Mis palabras quedaron a medio terminar, Lucca me ha jalado a él, me sostiene entre sus enormes brazos y su boca se une a la mía en un acto al que puedo llamar, desenfreno absoluto. Su beso es voraz, es tal cual un agujero negro que consume todo a su paso. Estás sensaciones que creía muertas, surgen con gran arrebato robándome más de un suspiro. Me siento como una persona que lleva tanto sin comer y cuando ya tiene un bocado en su boca siente que no puede saciarse tan fácilm
— ¿Krista tienes todo listo? — Sí, todo está quedando perfecto. — ¡Claro que sí! Si Alessandro no quita su cara de culo magistral que carga veinticuatro siete con esta sorpresa. Entonces nada lograría quitársela de la cara . Reí un poco, él tenía razón. Alessandro suele ser muy amargado en ocasiones, espero que hoy su carácter no salga a relucir. Sé que odia las aglomeraciones y lo despampanante en sí. Yo no lo culpo yo también, pero hoy es un día especial. Hoy aparte de ser su cumpleaños también es la celebración de nuestro aniversario. Hace unos días cumplimos un año juntos, pero hoy decidí organizar está pequeña reunión y aparte de esta sorpresa también tengo otra cosa que decirle. La decoración es ostentosa, tanto como sus gustos lo son. Aunque solo seamos cinco personas incluyéndolo a él ya que nuestra relación es aparte de prohibida, secreta, quise hacer de este día uno gigante e inolvidable. ¿Será ya tiempo de decir abiertamente al mundo que somos pareja? ¡Que se jodan lo
Era tan tarde cuando al fin llegué a casa, abrí la puerta, me adentré en mis pequeñas cuatro paredes y me senté a meditar mi situación. El pequeño apartamento que ocupo ya debo desalojarlo debido a que ya hace poco me gradué. No puedo simplemente quedarme aquí, todos sabrán de mi embarazo y es exactamente lo que no quiero que precisamente Alessandro sepa. Él ya dejó muy claro sus intenciones para conmigo y no quisiera que me obligase a hacer algo que no quiero con la luz que llevo en mi vientre. No voy a apagar su vida. Voy a tenerlo, debo irme de aquí y comenzar una nueva vida lejos de todo y todos. Cuando me puse de pie y comencé a empacar las cosas más importantes para llevarme una voz muy conocida para mí sonó a mis espaldas : — ¿De dónde vienes a esta hora de la noche? ¿Y porque tienes prisa en irte de nuevo? Me asusté tanto ya que estoy segura de haber cerrado la puerta. — ¿Qué haces aquí? ¿Quién te envío? Dile a Don Giann Coppola que yo estoy muy bien gracias, que ap
Aunque me he mantenido al margen de todo y cualquier cosa que pueda decirle al mundo y más que todo a mi abuelo dónde estoy, justamente hoy me toca salir al exterior. Muy al Exterior. ¡Mi bebé ya viene! Han pasado ocho largos meses dónde nada ha sido fácil, golpe tras golpe me ha dado la vida. ¿Que irónico verdad? Una vez que nos arriesgamos a algo esto termina muchas veces saliendo mal. Yo ame, ame con el alma. Me salió caro. Y aunque no me arrepiento de mi bebé si me arrepiento de la manera tan cruel en la que lo estoy trayendo a este mundo carente de humanidad. Las contracciones cada vez son más seguidas y el dolor es inimaginable e inaguantable, cada vez que siento que ya pararon viene una más fuerte y destructora. — ¿Cuánto tiempo tienes mamá? Miro a la enfermera con la cara más maquiavélica que existirá jamás, con toda la dificultad del mundo le respondo, después de todo está haciendo su trabajo: — Nueve meses. — ¿Y tú identificación y control del embarazo? —
Todos los invitados se encontraban ya cuchicheando entre sí. "¿Quién es la madre?" "¿Dónde está la madre?" "¿Desde cuándo se convirtió en padre?" "¿Es un niño adoptado?" Esas y muchas otras preguntas se escuchaban en la sala, como si se tratase de una película dramática, la música también había dejado de sonar dejándole las puertas abiertas al misterio y también la libertad de escucharse a las voces osadas que se están encargando de esparcir veneno. El niño que se encontraba vestido con un lindo traje igual al de su papá pero con menor medida, estaba asustado. Lo sé podía verlo, su carita se escondía en su cuello quizás buscando su protección o esconderse de la vergüenza, lenguas y miradas viperinas de las "personas" presentes. La gente suele ser inescrupulosa, sin importarles nada observaban y hablaban de ellos sin tapujos. No sé por qué razón sentía en mí la creciente y fuerte necesidad de protegerlos a ambos. Quizás son los alocados impulsos, quizás es la necesidad de dar lo
Aunque quería irme a otro lugar y despejar mi mente, lo mejor era irme a casa, ya estaba lo suficientemente hecha pedazos como para terminar de destruirme con alcohol. Solo veía al fin el momento de tirarme en mi cama a llorar. ¿Cuanto más daño podrías hacerme Alessandro? Supongo que nunca es suficiente para que cosas malas me pasen ¿Es una señal del destino? ¿Acaso la vida me está diciendo que no debo ir en contra de la marea? Una vez alguien me dijo que si desobedeces, cosas malas te pasan. A veces pienso que desobedecí al dios de las desgracias y este me estaba haciendo pagar cada cosa. Le pedí a mi chófer que me llevará hasta mi edificio y así lo hizo. Al llegar un hombre alto y bien vestido se encontraba en la entrada de la recepción, podía verlo debido a la transparencia de los vidrios. Baje del auto y camine despacio hasta ahí. La mirada del hombre se posó en la mía a través de los inmensos ventanales cuando repentinamente se dió la vuelta y se dedicó desvergonzadamente
Mansión Fiore, Roma Italia. Verónica desde muy temprano se encontraba en la mansión Fiore, con una revista en una mano y un café de Starbucks en la otra, se encontraba con una sonrisa de oreja a oreja leyendo la candente columna de chismes del día después del banquete. Se sentía satisfecha ya que era ella de portada, en esa y otras revistas más su espectacular familia de tres abarcaban desde la portada hasta la página tres. Se fue directo a la sala pensando que si seguía así cómo iba, muy pronto todo sería de ella incluyendo a Alessandro. La imponente figura de Alessandro hizo acto de presencia en la sala y Verónica de inmediato se puso de pie. — ¿Qué haces aquí? Después de todo el acontecimiento de anoche pensé que no tendrías las agallas para venir. Le encantaba en extremo cuando su voz sonaba con ese toque de dureza, era su momento para ponerse en plan melosa y hablarle tiernamente. — Ale querido, Max anoche quería estar contigo. Me lloraba diciéndome que quería estar cont