— ¿Krista tienes todo listo?— Sí, todo está quedando perfecto.— ¡Claro que sí! Si Alessandro no quita su cara de culo magistral que carga veinticuatro siete con esta sorpresa. Entonces nada lograría quitársela de la cara .Reí un poco, él tenía razón.Alessandro suele ser muy amargado en ocasiones, espero que hoy su carácter no salga a relucir. Sé que odia las aglomeraciones y lo despampanante en sí. Yo no lo culpo yo también, pero hoy es un día especial. Hoy aparte de ser su cumpleaños también es la celebración de nuestro aniversario.Hace unos días cumplimos un año juntos, pero hoy decidí organizar está pequeña reunión y aparte de esta sorpresa también tengo otra cosa que decirle.La decoración es ostentosa, tanto como sus gustos lo son. Aunque solo seamos cinco personas incluyéndolo a él ya que nuestra relación es aparte de prohibida, secreta, quise hacer de este día uno gigante e inolvidable.¿Será ya tiempo de decir abiertamente al mundo que somos pareja? ¡Que se jodan los que
Era tan tarde cuando al fin llegué a casa, abrí la puerta, me adentré en mis pequeñas cuatro paredes y me senté a meditar mi situación. El pequeño apartamento que ocupo ya debo desalojarlo debido a que ya hace poco me gradué.No puedo simplemente quedarme aquí, todos sabrán de mi embarazo y es exactamente lo que no quiero que precisamente Alessandro sepa. Él ya dejó muy claro sus intenciones para conmigo y no quisiera que me obligase a hacer algo que no quiero con la luz que llevo en mi vientre.No voy a apagar su vida. Voy a tenerlo, debo irme de aquí y comenzar una nueva vida lejos de todo y todos.Cuando me puse de pie y comencé a empacar las cosas más importantes para llevarme una voz muy conocida para mí sonó a mis espaldas :— ¿De dónde vienes a esta hora de la noche? ¿Y porque tienes prisa en irte de nuevo?Me asusté tanto ya que estoy segura de haber cerrado la puerta.— ¿Qué haces aquí? ¿Quién te envío? Dile a Don Giann Coppola que yo estoy muy bien gracias, que aprecio mucho
Aunque me he mantenido al margen de todo y cualquier cosa que pueda decirle al mundo y más que todo a mi abuelo dónde estoy, justamente hoy me toca salir al exterior.¡Mi bebé ya viene!Han pasado ocho largos meses dónde nada ha sido fácil, golpe tras golpe me ha dado la vida.¿Que irónico verdad? Una vez que nos arriesgamos a algo esto termina muchas veces saliendo mal.Yo ame, ame con el alma. Me salió caro. Y aunque no me arrepiento de mi bebé si me arrepiento de la manera tan cruel en la que lo estoy trayendo a este mundo carente de humanidad.Las contracciones cada vez son más seguidas y el dolor es inimaginable e inaguantable, cada vez que siento que ya pararon viene una más fuerte y destructora.— ¿Cuánto tiempo tienes mamá?Miro a la enfermera con la cara más maquiavélica que existirá jamás, con toda la dificultad del mundo le respondo, después de todo está haciendo su trabajo:— Nueve meses.— ¿Y tú identificación y control del embarazo?— No tengo nada.Dije cortante ya que
Todos los invitados se encontraban ya cuchicheando entre sí."¿Quién es la madre?""¿Dónde está la madre?""¿Desde cuándo se convirtió en padre?"Esas y muchas otras preguntas se escuchaban en la sala, como si se tratase de una película dramática, la música también había dejado de sonar dejándole las puertas abiertas al misterio y también la libertad de escucharse a las voces osadas que se están encargando de esparcir veneno.El niño que se encontraba vestido con un lindo traje igual al de su papá pero con menor medida, estaba asustado. Lo sé podía verlo, su carita se escondía en su cuello quizás buscando su protección o esconderse de la vergüenza, lenguas y miradas viperinas de las "personas" presentes. La gente suele ser inescrupulosa, sin importarles nada observaban y hablaban de ellos sin tapujos. No sé por qué razón sentía en mí la creciente y fuerte necesidad de protegerlos a ambos.Él al ver que los periodistas presentes iban era a abalanzarse a ellos y que la gente no dejaba d
Aunque quería irme a otro lugar y despejar mi mente, lo mejor era irme a casa, ya estaba lo suficientemente hecha pedazos como para terminar de destruirme con alcohol. Solo veía al fin el momento de tirarme en mi cama a llorar. ¿Cuanto más daño podrías hacerme Alessandro? Supongo que nunca es suficiente para que cosas malas me pasen ¿Es una señal del destino? ¿Acaso la vida me está diciendo que no debo ir en contra de la marea? Una vez alguien me dijo que si desobedeces, cosas malas te pasan. A veces pienso que desobedecí al dios de las desgracias y este me estaba haciendo pagar cada cosa. Le pedí a mi chófer que me llevará hasta mi edificio y así lo hizo. Al llegar un hombre alto y bien vestido se encontraba en la entrada de la recepción, podía verlo debido a la transparencia de los vidrios. Baje del auto y camine despacio hasta ahí.La mirada del hombre se posó en la mía a través de los inmensos ventanales cuando repentinamente se dió la vuelta y se dedicó desvergonzadamente a
Mansión Fiore, Roma Italia. Verónica desde muy temprano se encontraba en la mansión Fiore, con una revista en una mano y un café de Starbucks en la otra, se encontraba con una sonrisa de oreja a oreja leyendo la candente columna de chismes del día después del banquete. Se sentía satisfecha ya que era ella de portada, en esa y otras revistas más su espectacular familia de tres abarcaban desde la portada hasta la página tres. Se fue directo a la sala pensando que si seguía así cómo iba, muy pronto todo sería de ella incluyendo a Alessandro. La imponente figura de Alessandro hizo acto de presencia en la sala y Verónica de inmediato se puso de pie. — ¿Qué haces aquí? Después de todo el acontecimiento de anoche pensé que no tendrías las agallas para venir. Le encantaba en extremo cuando su voz sonaba con ese toque de dureza, era su momento para ponerse en plan melosa y hablarle tiernamente. — Ale querido, Max anoche quería estar contigo. Me ll
Mi cuerpo duele tanto que me cuesta respirar, me siento tan cansada como si hubiese corrido mil maratones o me hubiesen dado una golpiza, aunque todo eso era nada con el calor que sentía mi corazón al tener a mi bebé en mis brazos. Darle de comer de mi pecho y ver y tocar sus suaves mejillas. Su pequeño rostro aún está grabado en mi mente como algo inolvidable. El tiempo ha querido borrarlo pero se lo he negado. La puerta de la habitación se abrió en cuestión de milisegundos y la sensación de vacío que me llenó al tener de un momento a otro mis brazos vacíos, bueno no tan vacíos, fue abrasadora. Mis manos sostenían unos papeles que decían con letras inmensas : "Proceso de emancipación finalizado" Las voces sonaban lejanas, mi vista se tornaba borrosa de vez en cuando y la habitación del hospital se convirtió en el quirófano donde había estado minutos antes trayendo a mi bebé al mundo, el dolor me estaba consumiendo, era aún más doloroso que unas contracciones ver en cortos flashes c
Llegué a las instalaciones de CoppoSan y fui directamente a registrarme bajo mi nombre encubierto. Me adentré y unas miradas curiosas se posaron en mí, quizás por mi fuera de lugar vestimenta, hoy decidí vestirme algo casual unos jeans claros ajustados al cuerpo acompañados de un crop top blanco y una chaqueta de cuero del mismo color con unas botas también blancas de tacón bajo. Mi figura resaltaba mucho. Aunque solía escuchar por ahí que más era mi cabello, este era rizado, de hecho muy rizado y largo, hasta mi cintura de un color negro natural. La recepcionista en especial, me miraba con desdén e inmenso fastidio. Fui directo a ella para preguntarle por la oficina de Lucca y así encontrar a su asistente. — Buenas tardes, vengo…— Antes de dejarme decir cualquier cosa ella habló interrumpiendo mi hablar muy descortésmente.— Al fin llegas Cristal— dijo viendo el pequeño gafete que me habían dado en la vigilancia que llevaba escrito mi nombre junto con la marca de visitante—, debes