Me llamo Amelia Maggio y hace tres años mi vida cambió drásticamente cuando decidí irme de casa, huir de un padrastro que me violó y de una mamá tan loca como él. Me recibió una maravillosa familia, los O’Pherer, y atraje hasta ellos mis problemas, pero me ayudaron a sobrellevar esas cargas y lucharon conmigo. Pero las vicisitudes de la vida no pararon de llegar a mi, aunque quisiera dejar atrás mi pasado. Ahora debo batallar para reunir nuevamente a mi familia, arrancarlos de las garras del rencor y que me ayuden a salvar Hayden antes de que sea demasiado tarde; todo esto mientras debo decidir qué hacer con las dos nuevas vidas que se forman: una en mi interior, fruto de mi amor con Rámses; y otra en el interior de mi madre, fruto de su locura y la de mi padrastro violador. La vida avanza y pasa rápidamente, las decisiones que debo tomar traerán consecuencias para mí y todos los que me rodean. La vida tiene un principio y un fin, y este es el final de mi historia. No se apresuren a juzgar la portada, ni siquiera esta sinopsis, porque nadie sabe lo que mi corazón oculta ni toda la transformación que me espera.
Leer más—¿Tienes mi chaqueta negra de jeans?—Rámses había esperado que Gabriel saliese de su habitación para preguntarle. —¿La que me queda mejor a mí que a ti? Si, está en mi habitación—estaba más risueño que nunca. Rámses entró a su cuarto y no tardó ni tres minutos cuando pegó un gruñido. —¿Qué m****a es esto?—dijo enseñándole su mano a Gabriel. Desde donde yo estaba no veía lo que le mostraba. —¿Tu qué crees que sea?. Rámses achicó los ojos y vio lo que estaba en su mano. Su cara se contrajo en una mueca espantosa. —Vous êtes un cochon! Pourquoi ne nettoyez-vous pas? Brut!.¡Eres un puerco! ¿Por qué no limpias? ¡Que asco!. Gabriel se reía y cuando el portugués se quitó de mi campo de visión vi a Rámses correr al baño con su mano adelante, como si llevase una bomba en ella. —¿Qué pasó?. —Que Gabriel es un asqueroso Y entonces vi a Gabriel como se orinaba encima, literalmente, de la risa. Su jeans comenzó a teñirse de un color más oscuro en el camino que recorría su orina hasta el s
Jeremy se siguió quejando a pesar de que Rámses le aseguró que lo habían, bloqueado antes de que pudiesen ver las fotos que envió, pero con los mensajes que le pasó a su papá, no hubo caso alguno.—¡Muy buenos días!—Mike habló con innecesaria fuerza, haciendo que todos nos quejáramos—. Según el administrador del edificio hicieron una muy buena fiesta en el departamento de “estos chicos deportistas” y por supuesto que ustedes estaban invitados.—Si fue una excelente fiesta—reconoció Donovan y cuando se giró para chocar los cinco con Isaack, este lo ignoró.—Por lo menos están todos ilesos—dijo mirando hacia los lados—, bueno, casi, a juzgar por la cara de Jeremy. ¿Estás bien hijo?.—La cagué—era muy raro escuchar a Jeremy decir groserías—. Necesitaré una lobotomía.—Creo que eso está muy fuera de práctica, pero puedo conseguir a alguien. ¿Qué pasó?Yo estaba comenzando a preparar el desayuno con ayuda de Isaack, pero estaba atenta a lo que conversaban.—Muchos mensajes diciendo una inn
Las dos semanas habían pasado en un pequeño suspiro, sobre todo porque los últimos cinco días estuve con Donovan, recorriendo toda la ciudad buscando las cosas que quería para su fiesta.Su fiesta de despedida, despedida de nosotros, de sus amigos, pero también la despedida de Isaack.Una fiesta a la que asistiría la mitad de la universidad.Menos mal que ya se irían del edificio, porque después de esa fiesta, de seguro los correrían del departamento.Pero ellos no eran los únicos que se mudaban. Fernando ya había contactado a Keithan para que nos buscase un nuevo departamento. Jeremy vendría a vivir con nosotros y necesitábamos una habitación más para él. Hayden le ofreció su casa, pero él y Ulises prácticamente ya viven juntos, de hecho Ulises había desempacado su ropa en la de Hayden y casi no iba a la habitación del campus. Jeremy quería darles espacio, que aprovecharan una nueva etapa en su relación.Definitivamente la privacidad y la intimidad para ellos, ayudaría a que Hayden s
No podía dormir y apenas quedaban cinco horas para poder levantarme. Nuestro vuelo salía a las 7 de la mañana, lo que significaba que el taxi llegaría al as cinco de la mañana para llevarnos al aeropuerto, y sin embargo no logro conciliar el sueño. Mientras más pasaban los minutos más me angustiaba no poder dormir, por lo que estaba en un círculo vicioso de insomnio.Pero la verdad era que no lograba dejar de llorar.Rámses me abrazaba mientras dormía, las distintas respiraciones de mi familia es lo único que se escuchaba en la habitación y eso era porque yo intentaba con todas mis fuerzas que no se escuchara mi llanto.Hasta que se abrió la puerta de la habitación y la figura de mi abuela apareció en la puerta.—¿Te desperté o ya estabas despierta?—susurró.—Ya estaba despierta—respondió por mi Rámses y me animó a salir de la cama para acompañar a mi abuela.Me conocía tanto, que sabía que a pesar de estar llorando solo quería sentirme en sus brazos; y tanto me conocía mi novio que s
Decidimos quedarnos unos días en la ciudad, no quería dejar a mi abuela aunque sabía que no estaría sola, aun no estaba lista para separarme de ella.Mi abuela quiso arreglar su habitación el primer día siguiente de la cremación. No solamente habían sido los deseos de mi abuelo, sino quería contar con el apoyo de todos, pues cuando los días de permiso se acabaran cada uno volvería a sus trabajos, sus clases, sus casas. Su compañero diario era mi abuelo, si bien desayunaba con mi familia, cenaba con ellos, pasaría ahora muchas horas sola y según sus propias palabras, lo mejor para ella sería adaptarse rápidamente a una nueva rutina donde mi abuelo no estaba incluido físicamente.Ella era demasiado fuerte, no sabía de donde sacaba tantas fuerzas cuando yo quería acurrucarme todo el día, sin levantarme, dejar que la tristeza me embargara completamente, porque cuando lloraba por mi abuelo, era cuando más cerca lo sentía.Así que comenzamos a sacar todas las pertenencias de mi abuelo para
—Vamos con buen tiempo, el tour sale en una hora. ¿Tienen todo?—preguntó mi hermano.Iríamos a la NASA. ¡La NASA!Tan solo de pensarlo, gritaba de emoción.Enero comenzó llenó de muchas actividades. Desde el 02 de Enero estábamos saliendo a diario de la granja para conocer todos los alrededores. Ya habíamos ido al zoológico, al museo de ciencias naturales, conocimos el distrito de museos y recorrimos la ciudad en un autobús rojo como el autobús noctambulo, donde Rámses prometió llevarme a Londres para vivir la verdadera experiencia Potter. Conocimos también la ciudad de Austin y Galveston. Pero hoy iríamos al Centro Espacial de Houston y a la NASA.—¡Me asustaste!—volvió a quejarse Unam—. Francamente Amelia, si vas a gritar cada vez que recuerdes que vamos a la NASA, espero que puedan atenderme por un infarto.Acababa de gritar emocionada, sin darme cuenta.Otra vez.—No sabía que te gustaría tanto, hubiésemos ido de primero—Ameth entró a la cocina acompañado de Mike.—No creí que hi
—¡Vaya! Esto huele delicioso—Mike entró en la cocina, luciendo fresco y descansado. Iba con un nuevo look vaquero, con camisa de cuadros azules y una hebilla del cinturón bastante grande, se veía bien en realidad, todo un vaquero aunque esta no era la granja que esperábamos y menos mal, porque si hubiese sido la granja que imaginábamos su atuendo no hubiese servido para mucho.Se sentó en el primer lugar vacío que consiguió en la mesa y el resto de los adultos, le tendieron los distintos platos para que se sirviera, esperábamos estar completos antes de empezar a servirnos.—Los chicos de verdad se lucieron—dijo Ameth sonriéndonos.Y los vimos llenar sus platos con la comida que fue un infierno preparar.El dolor de cabeza me estaba volviendo loca, Unam vomitó varias veces y Enrique se tropezaba con todo. Gabriel seguía ligeramente ebrio, así que su resaca fue apareciendo conforme cocinaba los huevos, una parte de ellos estaban excesivamente salados, así que intento nivelarlo cocinand
La semana comenzó con mi visita de seguimiento con la doctora. Rámses me acompañó y lo agradecí, temía que algo hubiese salido mal y que pudiese complicar tener hijos en el futuro, sin embargo la doctora me aseguró que me encontraba físicamente bien. Como método anticonceptivo escogí la inyección, y coloqué todo tipo de recordatorios para cuando me tocaba la nueva dosis, también lo hizo Rámses y a pesar de mis protestas, él lo mandó al grupo de familia y todos colocaron sus alarmas.A veces ser una familia sin límites, no era agradable.Cuando regresé a la casa mis abuelos ya se habían despertado y tomaban el sol en la piscina, mañana también comenzarían sus rutinas médicas.Hacia una semana que habían llegado a la granja y aunque no tenía tanto tiempo sin verlos, cuando llegaron me impresionó como se veían. Lucían más viejitos que la última vez que los vi, más cansados, más débiles. Quise creer que había sido por el vuelo, porque aunque viajaron en avión privado y con exceso de comod
Las tardes y noches en la casa casi siempre eran tranquilas. Solíamos jugar en el cuarto de juego donde Ameth tenía una mesa de pool, juegos de videos y un enorme televisor. Algunas veces paseábamos por la granja, era muy reconfortante ver el cielo con tantas estrellas, y la paz que reinaba y casi se palpaba en el ambiente. A veces las cenas las hacíamos a orillas del lago, otras veces eran los desayunos.Pero esa tarde estaba lloviendo un poco, así que optamos por quedarnos dentro de la casa cuando llegó Fernando. Me emocioné tanto cuando lo vi que corrí a abrazarlo. Mi papá me estrechó entre sus brazos y me besó en la cabeza, era mucho más alto que yo, y ese abrazo me hizo sentir segura, como aquella primera vez, cuando me recibió en su casa, abrió sus brazos y me protegió de Stuart.—No te puedo dejar un segundo asolas, te pasa de todo. ¿Estás bien?.—Si, no fue tan fuerte el golpe aunque si me quedó un pequeño chichón—pero cuando lo miré vi que no se refería a mi accidente en el