Decidimos quedarnos unos días en la ciudad, no quería dejar a mi abuela aunque sabía que no estaría sola, aun no estaba lista para separarme de ella.Mi abuela quiso arreglar su habitación el primer día siguiente de la cremación. No solamente habían sido los deseos de mi abuelo, sino quería contar con el apoyo de todos, pues cuando los días de permiso se acabaran cada uno volvería a sus trabajos, sus clases, sus casas. Su compañero diario era mi abuelo, si bien desayunaba con mi familia, cenaba con ellos, pasaría ahora muchas horas sola y según sus propias palabras, lo mejor para ella sería adaptarse rápidamente a una nueva rutina donde mi abuelo no estaba incluido físicamente.Ella era demasiado fuerte, no sabía de donde sacaba tantas fuerzas cuando yo quería acurrucarme todo el día, sin levantarme, dejar que la tristeza me embargara completamente, porque cuando lloraba por mi abuelo, era cuando más cerca lo sentía.Así que comenzamos a sacar todas las pertenencias de mi abuelo para
No podía dormir y apenas quedaban cinco horas para poder levantarme. Nuestro vuelo salía a las 7 de la mañana, lo que significaba que el taxi llegaría al as cinco de la mañana para llevarnos al aeropuerto, y sin embargo no logro conciliar el sueño. Mientras más pasaban los minutos más me angustiaba no poder dormir, por lo que estaba en un círculo vicioso de insomnio.Pero la verdad era que no lograba dejar de llorar.Rámses me abrazaba mientras dormía, las distintas respiraciones de mi familia es lo único que se escuchaba en la habitación y eso era porque yo intentaba con todas mis fuerzas que no se escuchara mi llanto.Hasta que se abrió la puerta de la habitación y la figura de mi abuela apareció en la puerta.—¿Te desperté o ya estabas despierta?—susurró.—Ya estaba despierta—respondió por mi Rámses y me animó a salir de la cama para acompañar a mi abuela.Me conocía tanto, que sabía que a pesar de estar llorando solo quería sentirme en sus brazos; y tanto me conocía mi novio que s
Las dos semanas habían pasado en un pequeño suspiro, sobre todo porque los últimos cinco días estuve con Donovan, recorriendo toda la ciudad buscando las cosas que quería para su fiesta.Su fiesta de despedida, despedida de nosotros, de sus amigos, pero también la despedida de Isaack.Una fiesta a la que asistiría la mitad de la universidad.Menos mal que ya se irían del edificio, porque después de esa fiesta, de seguro los correrían del departamento.Pero ellos no eran los únicos que se mudaban. Fernando ya había contactado a Keithan para que nos buscase un nuevo departamento. Jeremy vendría a vivir con nosotros y necesitábamos una habitación más para él. Hayden le ofreció su casa, pero él y Ulises prácticamente ya viven juntos, de hecho Ulises había desempacado su ropa en la de Hayden y casi no iba a la habitación del campus. Jeremy quería darles espacio, que aprovecharan una nueva etapa en su relación.Definitivamente la privacidad y la intimidad para ellos, ayudaría a que Hayden s
Jeremy se siguió quejando a pesar de que Rámses le aseguró que lo habían, bloqueado antes de que pudiesen ver las fotos que envió, pero con los mensajes que le pasó a su papá, no hubo caso alguno.—¡Muy buenos días!—Mike habló con innecesaria fuerza, haciendo que todos nos quejáramos—. Según el administrador del edificio hicieron una muy buena fiesta en el departamento de “estos chicos deportistas” y por supuesto que ustedes estaban invitados.—Si fue una excelente fiesta—reconoció Donovan y cuando se giró para chocar los cinco con Isaack, este lo ignoró.—Por lo menos están todos ilesos—dijo mirando hacia los lados—, bueno, casi, a juzgar por la cara de Jeremy. ¿Estás bien hijo?.—La cagué—era muy raro escuchar a Jeremy decir groserías—. Necesitaré una lobotomía.—Creo que eso está muy fuera de práctica, pero puedo conseguir a alguien. ¿Qué pasó?Yo estaba comenzando a preparar el desayuno con ayuda de Isaack, pero estaba atenta a lo que conversaban.—Muchos mensajes diciendo una inn
—¿Tienes mi chaqueta negra de jeans?—Rámses había esperado que Gabriel saliese de su habitación para preguntarle. —¿La que me queda mejor a mí que a ti? Si, está en mi habitación—estaba más risueño que nunca. Rámses entró a su cuarto y no tardó ni tres minutos cuando pegó un gruñido. —¿Qué m****a es esto?—dijo enseñándole su mano a Gabriel. Desde donde yo estaba no veía lo que le mostraba. —¿Tu qué crees que sea?. Rámses achicó los ojos y vio lo que estaba en su mano. Su cara se contrajo en una mueca espantosa. —Vous êtes un cochon! Pourquoi ne nettoyez-vous pas? Brut!.¡Eres un puerco! ¿Por qué no limpias? ¡Que asco!. Gabriel se reía y cuando el portugués se quitó de mi campo de visión vi a Rámses correr al baño con su mano adelante, como si llevase una bomba en ella. —¿Qué pasó?. —Que Gabriel es un asqueroso Y entonces vi a Gabriel como se orinaba encima, literalmente, de la risa. Su jeans comenzó a teñirse de un color más oscuro en el camino que recorría su orina hasta el s
—¡Cállense todos!—grité—. Ulises ¿Qué pasó?.—Consiguieron a Hayden inconsciente en su habitación. Lo trasladarán a la clínica New Hope.—¿Qué le pasó?.—Se tomó unas pastillas, muchas—respondió Ulises.—¿Está… está vivo?.—No lo sé.Su voz se quebró tanto como mi corazón en ese momento.El teléfono se deslizó entre mis manos, toda mi fuerza desapareció por lo que sostenerlo se había hecho imposible, era inhumanamente pesado para mis ahora flácidas manos, sin embargo, Gabriel logró atajarlo antes de que se estrellara contra el piso, como si en ese momento eso fuese importante. Rámses me atajo a mí, pero tampoco sentía que fuese importante que yo cayese al piso en una dolorosa caída. Quizás así podría concentrarme en ese dolor en vez de el que comenzaba a quemarme desde lo más profundo.Gabriel comenzó a hablar con Ulises, pero yo no lograba entender lo que él repetía en voz alta para el conocimiento de todos, y tampoco quería entenderlo porque estaba asustada. Enterré mi cara en el pe
Recibí a Ulises en mis brazos y nos apretamos con fuerza.—Vive, es todo lo que sé.Y por fin el aire entró con plenitud en mis pulmones. Está vivo. Sigue con nosotros aún.—¿Por qué no te han dado mas noticias?—le pregunté mientras él saludaba a los chicos y a Fernando. Ulises negó con la cabeza.—Tienen que darnos información— Mike entró con unas zancadas tan largas que llegó a nosotros en muy pocos pasos y antes de que fuese al mostrador junto con Fernando los tomé por la ropa y con mi mayor esfuerzo los frené.—No pueden ir. Él no ingresó con su nombre—me apresuré a explicar pero ni eso me provocaba decirles. Le tendí mi teléfono a Ulises y le pedí que llamara a Ameth.Inmediatamente se conectó la llamada y Ulises planteó lo que nos estaba ocurriendo. Luego de un par de asentimientos, colgó la llamada.—Ameth dice que no ha logrado contactarse con su contacto acá en la clínica. El ingresó como Rob, no como Hayden, dice que es mejor que no preguntemos aun. Ya viene volando y llamar
El mesonero estaba secando el desastre que hice en la mesa, y yo, apenada, intentaba ayudarlo, bueno en realidad lo estaba estorbando. Es que no solamente escupí el agua, sino que en mi reacción por secar el agua, terminé tumbando el vaso con el jugo de Rámses.Gabriel, Rámses, Fernando y Mike, regresaron y se consiguieron no solo con el desastre que hice, sino con la cara de incomodidad de todos.Resulta ser que Ameth no tenía ni idea de la relación previa que existía entre Joseph y Hayden; Joseph se enteró de la peor forma de que Ulises y Hayden estaban casados, algo que no era cierto, pero a juzgar por la cara de mi amigo no lo desmentiría. Ulises estaba completamente fuera de lugar en tantos aspectos que su cara estaba contraída en una mueca extraña, en un punto medio entre asco, sorpresa y sonrisa fingida. Y finalmente, Jeremy, estaba concentrado en su teléfono porque se sentía culpable de haber hecho la pregunta.Los recién llegados se sentaron en la mesa sin hacer preguntas, pe