No hay un día en que no piense en la decisión que debo tomar. Ni un solo día. Y con solo ese pensamiento en la cabeza los días me pasaban muy rápido, todos parecidos entre sí.Después de mi desmayo, Fernando logró inscribirnos en la universidad a Gabriel y a mí, porque no pudimos terminar el proceso aquel día. Por suerte, Rámses si había terminado el proceso y solo le faltaba retirar los horarios de clases, cosa que pudo hacer después.De eso hace ya dos semanas.Y sigo sin poder decidir. No me quedaban piel alrededor de las uñas, en momentos de estrés solía mordisquearlos, pero ahora mi horrible habito me hacía esconder las manos de la vista de todos. Menos de Rámses, él ahora vivía quitándome las manos de la boca como si yo fuese una niña pequeña y aplicándome desinfectantes que me causaban demasiado dolor.Lo que él no sabía es que yo comenzaba a apreciar ese dolor, porque mientras mis dedos ardían no podía pensar en más nada. Ni en el bebé que crecía en mi vientre, ni en el que cr
—Pueden pedir lo que deseen al servicio de habitación. Y no te preocupes por la familia, les dije que habían perdido el vuelo. Yo vendré mañana muy temprano para acompañarte a la clínica. ¿Estarás bien?—Si, gracias. Lamento mucho lo de la fiesta de bienvenida.—Oh, no te preocupes por eso hija. Quiero que estés tranquila, descansa esta noche. Se lo que estas pensando, pero no hiciste nada mal Mia, si no, las mamás que buscan a sus bebés, que los aman desde incluso antes de concebirlos, no tendrían abortos. Sé objetiva, mantén la subjetividad para que enfrentes la perdida, no para que te culpes por ella.Antes de irse, mi papá me besó en la frente y abrazó a Rámses, cosa que me sorprendió muchísimo. No pudieron hacerme el legrado en el momento, no había un quirófano disponible, pero mañana a primera hora si podrían. Me negué a ir a la granja, además de no estar del humor correcto, debía descansar, así que Ameth confesó que habían preparado una gran celebración para mi llegada, después
Las tardes y noches en la casa casi siempre eran tranquilas. Solíamos jugar en el cuarto de juego donde Ameth tenía una mesa de pool, juegos de videos y un enorme televisor. Algunas veces paseábamos por la granja, era muy reconfortante ver el cielo con tantas estrellas, y la paz que reinaba y casi se palpaba en el ambiente. A veces las cenas las hacíamos a orillas del lago, otras veces eran los desayunos.Pero esa tarde estaba lloviendo un poco, así que optamos por quedarnos dentro de la casa cuando llegó Fernando. Me emocioné tanto cuando lo vi que corrí a abrazarlo. Mi papá me estrechó entre sus brazos y me besó en la cabeza, era mucho más alto que yo, y ese abrazo me hizo sentir segura, como aquella primera vez, cuando me recibió en su casa, abrió sus brazos y me protegió de Stuart.—No te puedo dejar un segundo asolas, te pasa de todo. ¿Estás bien?.—Si, no fue tan fuerte el golpe aunque si me quedó un pequeño chichón—pero cuando lo miré vi que no se refería a mi accidente en el
La semana comenzó con mi visita de seguimiento con la doctora. Rámses me acompañó y lo agradecí, temía que algo hubiese salido mal y que pudiese complicar tener hijos en el futuro, sin embargo la doctora me aseguró que me encontraba físicamente bien. Como método anticonceptivo escogí la inyección, y coloqué todo tipo de recordatorios para cuando me tocaba la nueva dosis, también lo hizo Rámses y a pesar de mis protestas, él lo mandó al grupo de familia y todos colocaron sus alarmas.A veces ser una familia sin límites, no era agradable.Cuando regresé a la casa mis abuelos ya se habían despertado y tomaban el sol en la piscina, mañana también comenzarían sus rutinas médicas.Hacia una semana que habían llegado a la granja y aunque no tenía tanto tiempo sin verlos, cuando llegaron me impresionó como se veían. Lucían más viejitos que la última vez que los vi, más cansados, más débiles. Quise creer que había sido por el vuelo, porque aunque viajaron en avión privado y con exceso de comod
—¡Vaya! Esto huele delicioso—Mike entró en la cocina, luciendo fresco y descansado. Iba con un nuevo look vaquero, con camisa de cuadros azules y una hebilla del cinturón bastante grande, se veía bien en realidad, todo un vaquero aunque esta no era la granja que esperábamos y menos mal, porque si hubiese sido la granja que imaginábamos su atuendo no hubiese servido para mucho.Se sentó en el primer lugar vacío que consiguió en la mesa y el resto de los adultos, le tendieron los distintos platos para que se sirviera, esperábamos estar completos antes de empezar a servirnos.—Los chicos de verdad se lucieron—dijo Ameth sonriéndonos.Y los vimos llenar sus platos con la comida que fue un infierno preparar.El dolor de cabeza me estaba volviendo loca, Unam vomitó varias veces y Enrique se tropezaba con todo. Gabriel seguía ligeramente ebrio, así que su resaca fue apareciendo conforme cocinaba los huevos, una parte de ellos estaban excesivamente salados, así que intento nivelarlo cocinand
—Vamos con buen tiempo, el tour sale en una hora. ¿Tienen todo?—preguntó mi hermano.Iríamos a la NASA. ¡La NASA!Tan solo de pensarlo, gritaba de emoción.Enero comenzó llenó de muchas actividades. Desde el 02 de Enero estábamos saliendo a diario de la granja para conocer todos los alrededores. Ya habíamos ido al zoológico, al museo de ciencias naturales, conocimos el distrito de museos y recorrimos la ciudad en un autobús rojo como el autobús noctambulo, donde Rámses prometió llevarme a Londres para vivir la verdadera experiencia Potter. Conocimos también la ciudad de Austin y Galveston. Pero hoy iríamos al Centro Espacial de Houston y a la NASA.—¡Me asustaste!—volvió a quejarse Unam—. Francamente Amelia, si vas a gritar cada vez que recuerdes que vamos a la NASA, espero que puedan atenderme por un infarto.Acababa de gritar emocionada, sin darme cuenta.Otra vez.—No sabía que te gustaría tanto, hubiésemos ido de primero—Ameth entró a la cocina acompañado de Mike.—No creí que hi
Decidimos quedarnos unos días en la ciudad, no quería dejar a mi abuela aunque sabía que no estaría sola, aun no estaba lista para separarme de ella.Mi abuela quiso arreglar su habitación el primer día siguiente de la cremación. No solamente habían sido los deseos de mi abuelo, sino quería contar con el apoyo de todos, pues cuando los días de permiso se acabaran cada uno volvería a sus trabajos, sus clases, sus casas. Su compañero diario era mi abuelo, si bien desayunaba con mi familia, cenaba con ellos, pasaría ahora muchas horas sola y según sus propias palabras, lo mejor para ella sería adaptarse rápidamente a una nueva rutina donde mi abuelo no estaba incluido físicamente.Ella era demasiado fuerte, no sabía de donde sacaba tantas fuerzas cuando yo quería acurrucarme todo el día, sin levantarme, dejar que la tristeza me embargara completamente, porque cuando lloraba por mi abuelo, era cuando más cerca lo sentía.Así que comenzamos a sacar todas las pertenencias de mi abuelo para
No podía dormir y apenas quedaban cinco horas para poder levantarme. Nuestro vuelo salía a las 7 de la mañana, lo que significaba que el taxi llegaría al as cinco de la mañana para llevarnos al aeropuerto, y sin embargo no logro conciliar el sueño. Mientras más pasaban los minutos más me angustiaba no poder dormir, por lo que estaba en un círculo vicioso de insomnio.Pero la verdad era que no lograba dejar de llorar.Rámses me abrazaba mientras dormía, las distintas respiraciones de mi familia es lo único que se escuchaba en la habitación y eso era porque yo intentaba con todas mis fuerzas que no se escuchara mi llanto.Hasta que se abrió la puerta de la habitación y la figura de mi abuela apareció en la puerta.—¿Te desperté o ya estabas despierta?—susurró.—Ya estaba despierta—respondió por mi Rámses y me animó a salir de la cama para acompañar a mi abuela.Me conocía tanto, que sabía que a pesar de estar llorando solo quería sentirme en sus brazos; y tanto me conocía mi novio que s