Mirando hacia la nada sentí que los dientes de Edgard rozaban la liga y el calor de sus labios a mi piel cubierta por la velada media blanca. Fui consciente de su deliberado intento cuando me dio un rápido beso en la piel antes de atrapar la liga con los dientes ahora si en serio, la deslizó con lentitud mientras sus labios seguían rozándome la piel en sentido descendente haciéndome las mas placenteras cosquillas, que no tenían que ver con el humor, sino con el cosquilleo que sentía en toda la pierna.Mi padre debería estar deseando matarmeLa liga y los dientes de Edgard cruzaron por mi pantorrilla y de ahí hacia mi tobillo, y casi se enredó con el tacón bajo, levante la pierna un poco más a fin de que fuera más fácil para el retirarla del todo y poder librarnos momentáneamente de la lujuria que, al menos en mi caso, amenazaba con devorarme entera. En esta ocasión casi tambalee por la falta de equilibrio nata en mí y a la que mi trol había contribuido en fomentar. Cuando retiro la li
FINALLa cálida brisa que proveían las velas rozó mi pecho cubierto de encaje, mientras él seguía jugando ahora con la parte inferior de mi vestido, dificultad bien podría haber, mi cuerpo ya no era el mismo y a él parecía no importarle. Retiró todo lo que le estorbaba de la parte superior de mi cuerpo, la carta de mi madre cayó al piso, pero inmediatamente me olvidé de ella. Ahora solo importaba, como dijo Amanda, estar con la persona que me amaba.Sentí la falda en mis pies y rápidamente me salí de ella para caer en los brazos de él solo con ropa interior. Él gimió roncamente cuando me miró.— ¿Sabes lo difícil que fue separarme de ti cuando te quite la liga? — preguntó mientras se volvía a arrodillar solo que esta vez sus manos podían hacer lo que querían conmigo — quería arrancar ese encaje y morderte como lo merecías Él me abrazó por las piernas y comenzó a besarlas como había dicho, mis manos se perdieron en sus cabellos mientras intentaba respirar con normalidad.— Yo quería q
—Oh Dios—— esto no podía estar pasando, mi madre no podía hacerme esto de nuevo—Si mama, estaré ahí lo antes posible— intente no sonar aburrida—Jessenia quiere que estés presente… ya sé que fue lo que paso pero Marianne, no es necesario… —Madre, ya dije que lo entendí, lo que no es necesario es que hables de ello——Y dime Marianne, ¿ya conseguiste novio?— Esa pregunta broto abruptamente de sus labios yo me quede de piedra, al parecer la imagen que mi madre tenía de mi era la de una superficial chica que conseguía novio tan fácilmente como se tronaban los dedos — Te estás haciendo vieja Marianne, te vas a quedar sin nada sin siquiera haberlo probado Vaya… tener 25 años no era estar vieja, ¿que se creía mi madre?—¡Madre!—En fin — zanjó ella, al parecer creía que hablaba con una retrasada — Tu hermana se casa y espera ansiosa que asistas, Michael también así lo quiere… —Maldita hermanastra mía, siempre tratando de hacerme mal, ella sabía perfectamente que estaba en planes de casar
Como yo, Amanda había sido testigo de todo mi sufrimiento y me había entendido casi como yo a ella, incluso intento que entablara más que una amistad con su hermano, mi primo Emmanuell, pero él nunca se fijo en mi más que para eso, de la amistad, cayo rendido ante los pies de Roselyn, la hermana de Jason, otro primo segundo, el nuevo novio de Amanda.No estaba molesta por ello, además porque no me sentía preparada para iniciar una relación, no estando tan reciente lo de Michael, ellos seguían viéndose y al parecer eran novios. Por lo visto Roselyn había encontrado la horma de su zapato.Empecé a desesperarme y supe que Amanda era la solución a mis problemas, ella siguió hablando.—Si, claro. Las invitaciones a la boda nos llegaron a Emmanuell y a mí, para asistir con nuestras parejas, ¿puedes creer que no enviaron una para nuestra segunda Roselyn?. Claro Jess la odia, seria la última persona que invitaría, no debe saber que entablo relación con Emmanuell… En mi invitación ocurría alg
MARIANNE—¡¿Que?— grite, supe que Amanda había apartado el teléfono de su oído cuando grite pero no se que esperaba después de lo que había dicho — ¡Por todos los cielos, Amanda! ¿Que hiciste?—Marianne, tienes que entender, nadie quiso ayudarme y yo quería ayudarte a ti Marianne, perdóname… —No se trata de perdón Amanda, ¿Te das cuenta de eso, has contratado a… a… un…?— incluso la palabra me daba pena—Lo sé Marianne pero piensa en eso… vas a ir a esa boda y no les vas a dar a esos dos sacos de mierda la satisfacción de verte sola… Amanda tenía razón, maldita sea, cuando pronuncio estas palabras mi estúpida imaginación me llevo a mi llegada a la casa de mi madre, del brazo de un hombre y las caras de ellos…—¿Marianne?, ¿estas ahí?… Marianne, ¡oh, cielos! creo que la he matado, ¿Marianne?— insistió.—No, no me has matado Amanda, al menos todavía. Sé que te esforzaste mucho, lo siento… — ella había sido buena no tenia derecho a tratarla mal.—Aun lo puedo cancelar Marianne, si no qu
MARIANNEMe volví, Jason estaba tras de nosotros evidentemente al corriente de la situación, no sabía si tenia conocimiento de lo que estábamos planeando ni si lo aprobaba o no, aunque dudaba mucho que no hiciera algo que Amanda le pidiera, estaba obsesivamente enamorado de ella.—Hola Edgard — murmuré casi recuperada — por favor sigue, partiremos en cuanto hayan tomado algo de té Él asintió educadamente y entró con su maleta, muy elegante hasta en su manera de caminar.— Por favor pónganse cómodos mientras lo preparo Tenía que salir de ahí para terminar de calmarme, para cuando llegué a la cocina pensé en cuanto más patética había quedado frente a ese tipo, Amanda me dijo que ya le había contado todo así que pensé que seguramente él creía que yo estaba loca. Herví el agua y la llevé con ellos. Con la excusa de que iba a tomar mi té en la cocina y terminar de dejarla organizada me devolví hacia allá. Lavé cuanto había ensuciado. Cuando me di la vuelta para ponerlo todo en orden solt
MARIANNELlegamos al aeropuerto con casi dos horas de anticipación, en el auto me tocó al lado de Edgard, a quien descubrí mirándome muchas veces.Su mano estaba apoyada sobre su rodilla, vi que tenía una sortija dorada con un grabado sobre ella, en el dedo meñique, que no identifiqué, pero tampoco le iba pedir que me lo dedujera, luego miré por la ventana para que él no viera mi sonrojo, ningún hombre había producido tal efecto sobre mí.Llegamos y el sonido de los aviones se sumo a nuestro silencio. Bajamos del auto las maletas, un hombre vestido de uniforme vino a auxiliarnos, nos recibió el equipaje. Entramos y Amanda se encargó con Jason de los tiquetes.Yo procuré caminar alejada de Edgard pensando a la vez en que ese tipo de distancia no podía darse entre nosotros si queríamos hacer de esto algo creíble, ¡Bah! Ya tendría tiempo para pensar en esto en el avión.Cada uno tomó su tiquete y el hombre del carrito nos acompañó hasta la sala de espera, al llegar allí se fue deseándono
EDGARDVi el auto de la que supuse seria la señorita Brandon, al lado de ella había un chico casi de su misma edad, rubio, estaba ahí para recogerme y llevarme a conocer a la mujer esa.Subí y saludé cortésmente como era costumbre con los clientes, claro que ahí mi clienta no estaba. Decidí llevar poco equipaje pero aun así mi maleta me parecía pesada, los miré, era evidente que eran pareja.La señorita Brandon comenzó a hablarme de la historia detallada de Marianne Cooper. Sin pensarlo tuve lastima de ella. Una mujer rechazada era una mujer que sufría, las muchas que había conocido así lo manifestaban. Grabé los detalles importantes, intentando ignorar las palabras — bastardos — — malditos — e — hijos de puta —, que brotaban amargamente de los labios de la señorita Brandon. Vi que el hombre al lado de ella, quien había dicho que se llamaba Jason, la miraba compareciente, él estaba al corriente de todo.Finalmente después de una hora de camino llegamos al solariego de una casa, estaba