Si estaba pasando y me agradaba no ser la única con problemas para creérselo, me daba algún tipo de margen de seguridad. Al menos por ahora.— ¿Donde está Marianne? —En su visita matutina para alimentar al inodoro con lo que ella no quiere — Rose hizo un sonido con asco, Amanda era demasiado expresiva además lo decía como si fuera culpa mía y no del gourmet monstruo que crecía dentro de mí.—¡Te oí! — le grité desde arriba. Ambas rieron mientras sus inconfundibles pasos se oían a distancia, venían hacia mi cuarto.Cuando Rose entró se abalanzó sobre mí para abrazarme con cuidado.—Cada día estas más grande — comentó sin ningún tipo de sensibilidad para mi recién poco reparada autoestima.—Gracias… — le dije gélidamente.—Estaba bromeando — dijo sinceramente y casi lo creí — Estas bellísima, tienes un brillo en los ojos que antes no estaba diciendo la verdad, comprendí con emoción, los sentimientos que me acompañaban desde que estaba al lado de Edgard eran los que me hacían lucir como
El orden de entrada era así.Amanda tomó a mi padre del brazo y él a ella. A través de la tela de mi velo vi a los tres hombres de nuestras vidas parados en mitad de la iglesia cada uno con el ramo de cada una. Lirios tenía el mío y Edgard, magnánimamente atractivo en su traje, los sostenía para mi mientras sentía el calor verde de sus ojos sobre mi figura, seguramente tan diferente de las de ellas.Amanda caminó al ritmo de la música más bien deslizándose sobre la roja alfombra mientras Jason la veía avanzar extasiado, con la expresión mas enamorada que jamás había visto. Se sonrieron aun desde la distancia y cuando mi padre finalmente cedió el brazo de Amanda a Jason ellos se sonrieron, ella a través del velo que él levantó apenas ella soltó el brazo de mi padre.La música continuaba.Ahora era mí… un momento.Roselyn avanzó un paso delante de mí en modo de advertencia.—Pero seguía yo — le susurré contrariada.—Lo siento, Marianne, ordenes de Amanda — dijo ella sonriendo.Ella quer
Puso la alianza dorada con una piedra extravagante que Emmanuell había escogido para él, no podía faltar. Tomó la mano de Roselyn y los cuatro se volvieron para ver nuestro ritual. Suspiré y tomé el anillo mientras sentía las miradas de todos sobre mí.—Ed… Edgard… — tomé el anillo y sentí que la mano seguía temblándome, como pudo lo deslicé en la punta de su dedo mientras leía lo que había en el cuaderno— Recibe este anillo como prueba de mi amor y fidelidad desde hoy y para el resto de la vida que nos aguarda. — Hable rápidamente, seguramente el debía estar siendo participe del gran nerviosismo que sentía, pero todo se estaba desarrollando, contrario a mis pronósticos estaba uniendo mi vida a la de Edgard. Escuché que alguien corría un banco tras nosotros en el momento en que Edgard tomó el complemento de mi sortija de compromiso, no sé por qué, mas por instinto me di la vuelta y miré quien había corrido la silla.—No— pensé y grité para mis adentros. ¿Que hacían ellas aquí? ¿Y prec
El contenido de la carta pesó en mi pecho. No sabía porque pero no me sentía con ánimos de leer lo que fuera que esa carta contuviera. Un recuero de un abrazo de ella era infinitamente mejor que imaginar siquiera lo que esa carta contenía. Como había recalcado antes conocía muy bien a mi madre como para saber que ese abrazo era lo máximo que podría obtener de ella. Nada más. Palabras que sabía que tal vez no sentía no debían empañar lo poco que había conseguido de ella en este resultado de mi vida, esa carta seria destruida en algún momento de esta noche y yo recordaría a mi madre como una falsamente preocupada por mi y si tenía un poco de suerte la encontraría algún día, cuando su devoción por Jessenia hubiera cedido un ápice.—¿Qué vas a hacer? — me dijo mi padre, estaba haciendo referencia a la carta.—Dejaré que el recuerdo de este abrazo predomine sobre todo lo demás, no la voy a leer, no voy a decepcionarme de mi madre aun mas, la quiero y este abrazo comprueba que ella a mi… me
Mirando hacia la nada sentí que los dientes de Edgard rozaban la liga y el calor de sus labios a mi piel cubierta por la velada media blanca. Fui consciente de su deliberado intento cuando me dio un rápido beso en la piel antes de atrapar la liga con los dientes ahora si en serio, la deslizó con lentitud mientras sus labios seguían rozándome la piel en sentido descendente haciéndome las mas placenteras cosquillas, que no tenían que ver con el humor, sino con el cosquilleo que sentía en toda la pierna.Mi padre debería estar deseando matarmeLa liga y los dientes de Edgard cruzaron por mi pantorrilla y de ahí hacia mi tobillo, y casi se enredó con el tacón bajo, levante la pierna un poco más a fin de que fuera más fácil para el retirarla del todo y poder librarnos momentáneamente de la lujuria que, al menos en mi caso, amenazaba con devorarme entera. En esta ocasión casi tambalee por la falta de equilibrio nata en mí y a la que mi trol había contribuido en fomentar. Cuando retiro la li
FINALLa cálida brisa que proveían las velas rozó mi pecho cubierto de encaje, mientras él seguía jugando ahora con la parte inferior de mi vestido, dificultad bien podría haber, mi cuerpo ya no era el mismo y a él parecía no importarle. Retiró todo lo que le estorbaba de la parte superior de mi cuerpo, la carta de mi madre cayó al piso, pero inmediatamente me olvidé de ella. Ahora solo importaba, como dijo Amanda, estar con la persona que me amaba.Sentí la falda en mis pies y rápidamente me salí de ella para caer en los brazos de él solo con ropa interior. Él gimió roncamente cuando me miró.— ¿Sabes lo difícil que fue separarme de ti cuando te quite la liga? — preguntó mientras se volvía a arrodillar solo que esta vez sus manos podían hacer lo que querían conmigo — quería arrancar ese encaje y morderte como lo merecías Él me abrazó por las piernas y comenzó a besarlas como había dicho, mis manos se perdieron en sus cabellos mientras intentaba respirar con normalidad.— Yo quería q
—Oh Dios—— esto no podía estar pasando, mi madre no podía hacerme esto de nuevo—Si mama, estaré ahí lo antes posible— intente no sonar aburrida—Jessenia quiere que estés presente… ya sé que fue lo que paso pero Marianne, no es necesario… —Madre, ya dije que lo entendí, lo que no es necesario es que hables de ello——Y dime Marianne, ¿ya conseguiste novio?— Esa pregunta broto abruptamente de sus labios yo me quede de piedra, al parecer la imagen que mi madre tenía de mi era la de una superficial chica que conseguía novio tan fácilmente como se tronaban los dedos — Te estás haciendo vieja Marianne, te vas a quedar sin nada sin siquiera haberlo probado Vaya… tener 25 años no era estar vieja, ¿que se creía mi madre?—¡Madre!—En fin — zanjó ella, al parecer creía que hablaba con una retrasada — Tu hermana se casa y espera ansiosa que asistas, Michael también así lo quiere… —Maldita hermanastra mía, siempre tratando de hacerme mal, ella sabía perfectamente que estaba en planes de casar
Como yo, Amanda había sido testigo de todo mi sufrimiento y me había entendido casi como yo a ella, incluso intento que entablara más que una amistad con su hermano, mi primo Emmanuell, pero él nunca se fijo en mi más que para eso, de la amistad, cayo rendido ante los pies de Roselyn, la hermana de Jason, otro primo segundo, el nuevo novio de Amanda.No estaba molesta por ello, además porque no me sentía preparada para iniciar una relación, no estando tan reciente lo de Michael, ellos seguían viéndose y al parecer eran novios. Por lo visto Roselyn había encontrado la horma de su zapato.Empecé a desesperarme y supe que Amanda era la solución a mis problemas, ella siguió hablando.—Si, claro. Las invitaciones a la boda nos llegaron a Emmanuell y a mí, para asistir con nuestras parejas, ¿puedes creer que no enviaron una para nuestra segunda Roselyn?. Claro Jess la odia, seria la última persona que invitaría, no debe saber que entablo relación con Emmanuell… En mi invitación ocurría alg