Marcos la tomó de la cintura mirando que Melody ya no estuviera. “Si”.
Grace se abrazó a su cuello y lo besó, Marcos la arrastró hacia adentro, cerrando la puerta.
Melody dejó su bolso en el sillón cercano, observó la mesa, había algunos papeles, recibos y facturas que Grace recogió.
Melody encontró una en especial, era de una escuela muy prestigiosa en la ciudad, la abrió y leyó el contenido.
En la puerta de una de las habitaciones había una pequeña silueta de pie, mirando a Melody.
Ella sintió la mirada. “Walter, ¿Por qué no estás dormido?”.
El niño se acercó tenía siete años. “Te estaba esperando”. El niño le entregó un pantalón de vestir, era el uniforme del chico, está roto de una rodilla.
Melody respiró profundo. “¿Por qué están rotos Walter? No puedo comprarte nuevos ahora”.
El niño le explicó. “Jugaba fútbol y me caí, es parte de las actividades físicas ¿Quieres que no las realice?”.
Ella respiró calmándose y le dijo. “Lo reparare por el momento, cuando tenga algo más de dinero te compraré uno nuevo”.
El chico hizo una mueca. “No quiero ir hasta que me compres uno nuevo”.
Melody le advirtió. “No puedes faltar a clases solo por usar un pantalón arreglado”.
“Entonces cómprame uno nuevo”. Él seguía discutiendo.
Melody le mostró la carta. “Ves esto”. Ella movió la carta frente al chico. “Es sobre las colegiaturas pendientes, tengo que pagar mañana o no te dejarán entrar”.
El chico se quedó en silencio molesto, giró y se encerró en su habitación azotando la puerta.
Melody cansada solo suspiró. Había ganado buen dinero en el bar esa noche, pero tenía que pagar las colegiaturas y ver la manera de conseguir un pantalón nuevo, que solo lo vendían en la escuela y tenía un costo alto.
Grace cuidaba al pequeño mientras Melody trabajaba en el bar, era vecina del mismo edificio, pero en otro piso.
Melody se desvistió en el baño y se metió a la regadera, mientras caía el agua en su cabeza, ella recordó al hombre sombrío en el bar. Sacudió la cabeza pensando lo loca que estaba de acordarse de él.
En otro lugar…
Adam entró a su departamento, su teléfono sonó. “Hijo”. Era su abuelo, el señor tosió trágicamente.
Adam se sentó en la orilla de la cama. “Abuelo ¿Qué pasa?”.
Su abuelo tomaba un trago de té despacio y después de tragar le dijo. “Estoy un poco mal de salud, ¿Puedes venir a verme mañana temprano?”.
Adam se levantó. “Iré ahora mismo para checarte”.
El abuelo gritó. “¡No! Mejor mañana te espero a las ocho de la mañana”.
Su abuelo colgó antes de que dijera algo su nieto, Adam sintió que su abuelo estaba algo raro, pero lo dejó pasar después de mandarle un mensaje al ama de llaves para que le avisara todo sobre su abuelo.
Después de darse un baño se recostó en su cama, puso su brazo detrás de su cabeza y observaba el techo, recordaba a la chica que cantaba en el bar, no podía sacar la voz de ella de su mente.
Al día siguiente…
“¡Walter! Es hora de irnos”.
El niño salió con Pijama. “No iré”.
Melody asombrada porque no estaba listo se puso furiosa. “Arregle el pantalón, solo póntelo, la próxima semana iré a comprarte uno nuevo”.
El chico seguía negándose. “No iré, compra el pantalón y después iré a la escuela”.
Melody seguía discutiendo con el chico cuando la puerta se escuchó. Melody abrió, era Marcos. “¿Qué pasa? Se escucha como discuten”.
Walter se acercó a Marcos mostrándole la prenda. “Mi pantalón se rompió y no quiero llevarlo así a la escuela… se burlarán de mi”.
Marcos examinó el pantalón y sacó algo de dinero de su cartera, Melody le advirtió, no le gustaba deberle a nadie.
Marcos le sonrió a Walter. “Toma, esto es un préstamo para que compres el pantalón, me pagarás sacando la basura de mi departamento por una semana”.
Walter asintió y tomó el dinero guardándolo en su mochila. Estaba de acuerdo con el trato.
Miro a Melody. “Vamos a la escuela comprare un pantalón ahí”.
Melody estaba disgustada, pero dejó pasar por esta vez todo, al final Walter tendría que pagar el dinero con trabajo.
Salieron juntos, al llegar a la escuela Walter se despidió secamente afuera. “Adiós”.
Melody quería darle un beso y abrazo pero él se negó. “Voy tarde y tengo que comprar el pantalón primero”.
Ella asintió y dejó que se fuera. “Está bien, vendré por ti más tarde”.
Walter la ignoró y entró, un chico lo esperaba en la puerta.
El chico miró a Melody. “¿Y esa quién es?”.
Walter giro para ver a Melody que se despedía de él con la mano. “Es mi nana, mis padres están de viaje de nuevo”.
Los dos chicos entraron, Melody esperaba entrar después de que cerraran las puertas, tenía que pagar las colegiaturas o no dejarían entrar más a Walter al instituto.
En una mansión cerca de ahí…
El abuelo de Adam, el señor Pablo miraba por la ventana esperando a su nieto, al ver el auto estacionarse corrió a la silla de ruedas y se cubrió con la manta los pies, se acomodó y puso una cara de pocos amigos, parecía enfermo y cansado.
Adam entró. “Abuelo estoy aquí”.
Su abuelo le sonrió poco. “Hijo. Qué bueno que llegas, vamos a desayunar”. Le hablaba de forma lastimera.
Adam se acercó. “Primero déjame hacerte un chequeo”.
El abuelo no se negó, necesitaba tiempo para que llegaran los invitados.
Minutos después Adam le dijo. “Estás muy sano abuelo, solo un poco de irritación en la garganta, te recetare algo”. Tenía la garganta irritada por estar fingiendo toser y estar enfermo.
El abuelo asintió y se asomó a la puerta al escucharla.
Adam giro también, el ama de llaves abrió y les avisó. “La familia Torres ha llegado”.
Entraron una pareja ya muy mayor junto a una chica de cabello negro y ojos negros, llevaba un vestido rosado y coqueto con zapatillas altas.
El abuelo movió su silla hacia ellos muy sonriente. “Pasen, bienvenidos”.
El abuelo miró al ama de llaves y le dijo. “Ya estamos todos vamos a la mesa”. Adam miraba a su abuelo molesto, ya tenía una idea de lo que quería hacer, no era la primera vez. En la comida, conversaban amigablemente, la pareja y el abuelo Pablo. Hablaba de la vida de la chica, mientras miraba a su nieto. El abuelo Pablo no dejaba de contar lo que su nieto había realizado hasta ahora. “Es un gran chico, estudió medicina naval, estuvo en la marina por mas 4 años y tiene muchas medallas…” Adam solo comía en silencio, la chica también se sentía incómoda, sus padres no dejaban de decir lo maravillosa que era. “Mi hija es diseñadora de modas, estudió en una buena escuela y está trabajando en la empresa en el departamento de diseño, irá aprendiendo todo sobre la fábrica de textiles para que en un futuro ella pueda quedarse a carga cuando mi esposo se retire”. La chica no quería ser grosera y discutir con sus padres por respeto a estar en una casa ajena, pero tendrían que darles muchas
Alma entró lloriqueando y se abrazó a ella pasando el mostrador. “Melody estoy en problemas, moriré siendo virgen y sin un amor verdadero”.Melody dejó de ver a Adam y le preguntó a su amiga. “¿Qué pasó?”.Alma lloraba mientras le explicaba. “Mis padres quieren que me case con un hombre que ni conozco”.Ella lo decía triste, segundos después se calmó y lo pensó. “Es guapo y de buen cuerpo, tiene lo suyo, es doctor… seré rica lo se… pero tienen una cara de pocos amigos, parece como si trajera mierda en la boca y estuviera tratando de tragarla”.A veces Alma era muy ocurrente y explícita en sus pláticas.Melody escuchaba atenta.Adam sólo cruzó sus brazos escuchando todas las quejas de Alma, su prometida.Alma seguía parloteando, manoteando triste y desamparada. “Es un hombre frío y distante, seré muy infeliz, no podré divertirme”.Melody trató de calmarla. “No creo que sea tan frío, es raro conocer a alguien así”. Mientras lo decía recordó al hombre del bar.Alma se abrazó más a ella l
Melody lo escuchaba atenta como si estuviera muy interesada, mando un mensaje a escondidas y minutos después recibió una llamada de regreso. “Lo siento es importante tengo que contestar”. William asintió y se quedó esperándola por unos minutos. Melody se alejó. “Gracias, ahora vuelvo al trabajo”. Dijo al teléfono mirando a su jefe. Marcos colgó y siguió con lo que hacía. Melody regresó a la mesa donde William la esperaba y con una gran sonrisa se disculpó. “Lo siento, tengo que seguir trabajando, mi jefe me puede regañar”. Ella quería irse. William se levantó deteniéndola antes de que se fuera y le preguntó. “¿Podemos vernos algún día? en otro lado tal vez”. Melody observó al chico era rubio y de ojos claros, pero era un mujeriego rico. “Lo siento, pero… tengo novio”. William hizo un gesto de decepción. “Ok… ¿Podemos seguir como amigos? Me gusta mucho como cantas, soy tu fan”. Ella le regaló una sonrisa. “Está bien, amigos será”. Melody se despidió y siguió con su trabajo, Mar
Melody miró a Adam de manera sigilosa, estaba molesto que decir molesto, ¡Colérico!, él se levantó y caminó hacia ella de una forma elegante y calmada, la miró a los ojos furioso y le preguntó con tono de advertencia. “¿Dónde está?”. Melody se sentía pequeña frente a él, su aliento llegó a su nariz al igual que su perfume, olía exquisito, el corazón le latía a mil por hora, él llevaba un traje oficial de la marina en color azul oscuro, la levita tenía algunos adornos dorados en las mangas era el rango al que él pertenecía. Pero Melody no conocía de esto, solo observaba que se veía muy guapo. “¿Quien?”. Ella no estaba en sus cinco sentidos y se hizo la tonta. Adam se apretó los ojos con los dedos y le gritó desesperado. “¿Quién más? ¡Mi prometida!”. Melody le dijo comportándose ingenuamente. “¡Aaaaahh! Ella… Alma… no lo sé”. Esto último lo dijo muy despacio. Adam le advirtió con una mirada siniestra. “Tienes 10 minutos para encontrarla”. Melody asustada asintió sin hablar y camin
Adam está poniéndose los guantes blancos, al verla preguntó. "¿Y bien…Dónde está?". Melody jugó con su cabello pensando cómo explicar que la novia se fugó "Bueno… lo que pasa es que Alma está muy nerviosa… ella está dudando… es una decisión muy importante el casarse y…" Melody parloteaba cosas sin sentido y no daba la respuesta que Adam quería escuchar. Adam cruzó sus brazos frente a ella esperando que dejara de darle vueltas al asunto. Tocaron a la puerta y uno de los hombres entró acercándose. "Señor". El hombre se acercó cuando estaba cerca le susurró a su jefe de manera que Melody no escuchara. Adam miraba fijamente a Melody que estaba muy nerviosa, jugaba con su blusa y su cabello, estaba inquieta, miraba toda la habitación en silencio. Adam le dijo al hombre. "Puedes retirarte”. El hombre asintió y miró de reojo a la pobre chica mientras buscaba algo en uno de los cajones. Melody intentó irse detrás del hombre diciéndole a Adam. "Yo también me retiro, debes tener mucho q
Adam le dijo. “Acepto”. Y le preguntó. ¿Algo más?”. Melody negó con la cabeza. Adam suspiró. “Ok, entonces ve a cambiarte”. Melody estaba a punto de salir cuando recordó algo. “Oye…” Adama se quedó de pie mirándola esperando a que hablara. “¿Por cuánto tiempo estaremos casados? Se que el trato con Alma era un año, pero en nuestras circunstancias…” Adam le explicó. “Solo serán seis meses, después cada quien por su lado”. Adama todavía tenía que explicarle y convencer a su abuelo, lo importante ahora es que la boda se efectuará. Cuando Melody salió de la habitación, Estefany y los padres de Alma se acercaron a ella. “¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?”. Le preguntó Estefany. Los padres de Alma apenados le dijeron. “Lo siento mucho Melody, no sabíamos que Alma haría esto”. El señor estaba muy preocupado. “¿Ahora qué haremos?”. La señora muy alterada temblaba le dijo. “Estaremos en la ruina… Los Fonseca no perdonarán esto”. El señor abrazó a su esposa. Melody suspiró y los tranquilizó
El abuelo sonrió contento, todo estaba saliendo excelente, la ceremonia siguió, el juez se acercó con los papeles que debían firmar para lo civil. Adam lo hizo primero y después le dio la pluma a Melody, ella se inclinó para firmar, pero dudo por unos segundos… El abuelo le gritó. “¡Firma niña!”. Todos en el salón rieron, ella apenada miró de reojo al hombre mayor y susurró… “Lo siento”. Adam estaba molesto dándole una mirada de desaprobación a su abuelo. Ella firmó rápidamente entregándole los papeles al juez sin que Adam los viera. El juez al verificar las firmas le dio la palabra al padre, esté muy alegre le dijo a la pareja… “Ahora los declaró marido y mujer… puedes besar a la novia”. Melody reaccionó. “Besarnos…” No había tenido tiempo de pensar en el beso y seria frente a tantas personas. Ella observó a Adam que se acercaba, estaba a solo unos centímetros de distancia, él era más alto, subió su velo y con sus manos tomó sus mejillas, se acercó más a ella y se agacho un
En un restaurante cerca de ahí… Marcos, Grace y Walter comían, Melody les había pedido qué cuidarán a su hijo mientras estaba en la boda de su amiga, ellos comían muy a gusto hasta que observaron en el televisor a Melody… Aparecieron imágenes de Adam y ella vestida de novia, en las noticias hablaban sobre Clara Torres y Adam Fonseca. Grace y Marco se miraron entre sí y estaban confundidos, Walter observaba detenidamente al hombre que estaba al lado de su madre, no parecía simple. Marcos sacó su teléfono y llamó a Melody, pero su teléfono solo sonaba se le había quedado en la habitación. Pagaron la cuenta rápido y salieron subiendo al auto, Grace sacó su teléfono para buscar la ubicación del lugar donde decían estaba Melody casándose, le dio a Marcos la dirección del hotel, al llegar ahí, no los dejaban entrar si no tenían invitación, solo los más prominentes de la ciudad estaban presentes. Marcos estaba furioso. “¡Mi hija está ahí dentro! ¡Quiero hablar con ella!”. Grace tenía d