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CAP 2 CANTA PARA MI

Melody dejaba las bebidas en la mesa cuando escuchó al hombre, hizo una pequeña mueca mientras no la miraban y levantó su vista fingiendo una gran sonrisa. "Lo siento señor, todavía no es mi turno de cantar".

Williams sacó su billetera frente a todos y sacó una buena cantidad de billetes de la mayor denominación poniéndolos frente a Melody. “Canta para mí, hoy es mi cumpleaños".

-Vamos chica canta, mi amigo lo desea…

- Si anima nuestra fiesta…

-Si, vamos chica…

Melody escuchó como todos alrededor la animaban, suspiró y negó con los hombros. “ok”.

Tomó el dinero guardándolo en su escote. "Bien".

Ella se hizo un poco hacia atrás, tomó uno de los vasos que ella misma sirvió y lo trago todo, era tequila necesitaba calentar su garganta, sacudió la cabeza por el sabor y respiro profundo, empezó a cantar a capela una canción de deseos, amor y pasión, todos estaban en silencio y atentos a la chica.

Después de fumar Adam entró de nuevo y se quedó de pie detrás de ella a una distancia donde a pesar del ruido y la música del lugar podía escuchar la melodiosa voz.

Cuando Melody terminó de cantar todos aplaudieron, ella se inclinó agradeciendo y los otros hombres sacaron sus billeteras dándole a Melody más billetes como propina.

Ella feliz tomó cada billete que le daban y se giró para irse topándose de frente con el pecho de Adam.

Ella levantó la vista mirando a sus ojos, eran negros y tenía una mirada profunda. "Con… con permiso”.

Adam se quedó viéndola en silencio por unos segundos sin moverse y después se hizo aún lado.

Melody se alejó rápidamente de ahí, sentía la mirada de ese hombre en su espalda y su corazón latía rápidamente.

Después de perder de vista a Melody en las escaleras, Adam entró a la zona VIP y volvió al lugar sombrío donde estaba sentado, miraba a su amigo William y los demás como se divertían, pero él no tenía ningún interés.

Más tarde era el turno de Melody de cantar, subió al pequeño escenario saludando a todos. "Bienvenidos esta noche…” Ella acomodó su guitarra en su regazo, sentándose en un banquillo. “Hoy es un día especial, mi amigo de la zona VIP está cumpliendo años… ¡Esto es para ti!”.

Melody a veces era descarada, ella le guiño un ojo al hombre, William le había dado suficiente propina y quería agradecerle.

Williams sonrió y alardeó ante todos como la cantante le dedicaba su interpretación. Adam solo sonrió al ver lo atrevida que era la mujer.

Ella empezó con su guitarra, segundos después se escuchó su voz…

Quiero · Shakira

Que me gaste yo la vida devorando

Cada pensamiento tuyo, cada paso

Que se borren tus lunares y aparezcan en reemplazo

Dibujados en tu cuerpo cada beso, cada abrazo

Y ahora que estás aquí

Yo, de nuevo, soy feliz

Pude entender que eras para mí

Déjame quererte tanto

Que te seques el llanto

Que se nuble cada cielo y que llueva hasta hacer charcos

Déjame besarte tanto hasta que quedes

Sin aliento

Y abrazarte con tal fuerza que te parta hasta los huesos

Y ahora que estás aquí

Yo, de nuevo, soy feliz

Pude entender que eras para mí

Quiero excederme, perseguirte, pretenderte

Quiero amarte noche y día

Quiero gastarme la vida

Quiero amarrarte a mis 60 de cintura

Llevarte como un tatuaje

Quiero perder la cordura…

Cuando terminó la gente aplaudió alegremente.

Ella se levantó y les sonrió a los presentes inclinándose y agradeciendo.

Adam la miraba fijamente en silencio en todo momento, William noto esto.

Se acercó a su amigo. “¿Te gusta hé?”.

Adam entrecerró los ojos hacia su amigo, se levantó sin contestarle saliendo del lugar.

Melody terminó su noche feliz, entregó las propinas, ella solo se quedaba con el dinero que ganaba cantándoles a los clientes personalmente en las mesas.

Ella iba saliendo cuando Marcos tocó la bocina de su auto. Ella se acercó al auto despidiéndose de todos en la parada del autobús.

Los empleados que tenían años trabajando en el bar conocían la verdad, que no eran padre e hija, los más nuevos si creían esto, ellos vivían en el mismo edificio y siempre se iban juntos.

Marcos conducía. “¿Te fue bien hoy verdad?”.

Ella sonrió. “Si, gane suficiente, podré pagar la renta completa este mes”.

Marcos hizo una mueca. “Ya te dije que si necesitas dime, te ayudaré”.

Melody negó. “Tu tienes tus propios gastos, además de enviarle a tu hijo”.

Marcos se quedó en silencio recordando al chico, no lo había visto en años desde que se divorció de su esposa y se mudó a otra ciudad, había cumplido la mayoría de edad y nunca lo visitó, ni tenía comunicación con él, solo le mandaba dinero para sus estudios y sus necesidades.

Llegaron al edificio, Marcos estacionó el auto y Melody bajó, noto el cambio de estado de ánimo de Marcos, ella lo quería como un padre y se maldijo a sí misma por recordarle a su hijo, siempre lo entristecía.

Subieron al elevador, llegaron al piso 4 y bajaron, Melody sacó su llave, mientras Marcos buscaba las suyas.

La puerta se abrió, una mujer de mediana edad se asomó. “Hola Melody”. Le sonrió.

Melody también la saludo.

La mujer salió rápidamente siguiendo a Marcos. “Hola Marcos”. Le dijo coqueta. Grace era una mujer alta y delgada, de cabello castaño claro y ojos cafés.

Melody los miró negando, la mujer siempre esperaba a que ellos llegaran para saludar a Marcos.

Marcos sacó sus llaves, no mostraba ningún gesto parecía indiferente. “Hola Grace”.

Grace pestañeó coquetamente, Melody los miraba a ambos. Negó riendo y les dijo. “Nos vemos mañana”.

Grace miró a Melody. “Si, deje los pendientes en la mesa”.

Melody asintió y entró dejándolos solos.

Marcos jugó con las llaves y las colocó en la cerradura, Grace le contaba algunas de sus andanzas de hoy, era muy parlanchina.

Marcos abrió la puerta y la dejó abierta haciéndose a un lado, Grace sonrió y se acercó. “¿Puedo quedarme hoy?”.

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