Melody dejaba las bebidas en la mesa cuando escuchó al hombre, hizo una pequeña mueca mientras no la miraban y levantó su vista fingiendo una gran sonrisa. "Lo siento señor, todavía no es mi turno de cantar".
Williams sacó su billetera frente a todos y sacó una buena cantidad de billetes de la mayor denominación poniéndolos frente a Melody. “Canta para mí, hoy es mi cumpleaños".
-Vamos chica canta, mi amigo lo desea…
- Si anima nuestra fiesta…
-Si, vamos chica…
Melody escuchó como todos alrededor la animaban, suspiró y negó con los hombros. “ok”.
Tomó el dinero guardándolo en su escote. "Bien".
Ella se hizo un poco hacia atrás, tomó uno de los vasos que ella misma sirvió y lo trago todo, era tequila necesitaba calentar su garganta, sacudió la cabeza por el sabor y respiro profundo, empezó a cantar a capela una canción de deseos, amor y pasión, todos estaban en silencio y atentos a la chica.
Después de fumar Adam entró de nuevo y se quedó de pie detrás de ella a una distancia donde a pesar del ruido y la música del lugar podía escuchar la melodiosa voz.
Cuando Melody terminó de cantar todos aplaudieron, ella se inclinó agradeciendo y los otros hombres sacaron sus billeteras dándole a Melody más billetes como propina.
Ella feliz tomó cada billete que le daban y se giró para irse topándose de frente con el pecho de Adam.
Ella levantó la vista mirando a sus ojos, eran negros y tenía una mirada profunda. "Con… con permiso”.
Adam se quedó viéndola en silencio por unos segundos sin moverse y después se hizo aún lado.
Melody se alejó rápidamente de ahí, sentía la mirada de ese hombre en su espalda y su corazón latía rápidamente.
Después de perder de vista a Melody en las escaleras, Adam entró a la zona VIP y volvió al lugar sombrío donde estaba sentado, miraba a su amigo William y los demás como se divertían, pero él no tenía ningún interés.
Más tarde era el turno de Melody de cantar, subió al pequeño escenario saludando a todos. "Bienvenidos esta noche…” Ella acomodó su guitarra en su regazo, sentándose en un banquillo. “Hoy es un día especial, mi amigo de la zona VIP está cumpliendo años… ¡Esto es para ti!”.
Melody a veces era descarada, ella le guiño un ojo al hombre, William le había dado suficiente propina y quería agradecerle.
Williams sonrió y alardeó ante todos como la cantante le dedicaba su interpretación. Adam solo sonrió al ver lo atrevida que era la mujer.
Ella empezó con su guitarra, segundos después se escuchó su voz…
Quiero · Shakira
Que me gaste yo la vida devorando
Cada pensamiento tuyo, cada paso
Que se borren tus lunares y aparezcan en reemplazo
Dibujados en tu cuerpo cada beso, cada abrazo
Y ahora que estás aquí
Yo, de nuevo, soy feliz
Pude entender que eras para mí
Déjame quererte tanto
Que te seques el llanto
Que se nuble cada cielo y que llueva hasta hacer charcos
Déjame besarte tanto hasta que quedes
Sin aliento
Y abrazarte con tal fuerza que te parta hasta los huesos
Y ahora que estás aquí
Yo, de nuevo, soy feliz
Pude entender que eras para mí
Quiero excederme, perseguirte, pretenderte
Quiero amarte noche y día
Quiero gastarme la vida
Quiero amarrarte a mis 60 de cintura
Llevarte como un tatuaje
Quiero perder la cordura…
Cuando terminó la gente aplaudió alegremente.
Ella se levantó y les sonrió a los presentes inclinándose y agradeciendo.
Adam la miraba fijamente en silencio en todo momento, William noto esto.
Se acercó a su amigo. “¿Te gusta hé?”.
Adam entrecerró los ojos hacia su amigo, se levantó sin contestarle saliendo del lugar.
Melody terminó su noche feliz, entregó las propinas, ella solo se quedaba con el dinero que ganaba cantándoles a los clientes personalmente en las mesas.
Ella iba saliendo cuando Marcos tocó la bocina de su auto. Ella se acercó al auto despidiéndose de todos en la parada del autobús.
Los empleados que tenían años trabajando en el bar conocían la verdad, que no eran padre e hija, los más nuevos si creían esto, ellos vivían en el mismo edificio y siempre se iban juntos.
Marcos conducía. “¿Te fue bien hoy verdad?”.
Ella sonrió. “Si, gane suficiente, podré pagar la renta completa este mes”.
Marcos hizo una mueca. “Ya te dije que si necesitas dime, te ayudaré”.
Melody negó. “Tu tienes tus propios gastos, además de enviarle a tu hijo”.
Marcos se quedó en silencio recordando al chico, no lo había visto en años desde que se divorció de su esposa y se mudó a otra ciudad, había cumplido la mayoría de edad y nunca lo visitó, ni tenía comunicación con él, solo le mandaba dinero para sus estudios y sus necesidades.
Llegaron al edificio, Marcos estacionó el auto y Melody bajó, noto el cambio de estado de ánimo de Marcos, ella lo quería como un padre y se maldijo a sí misma por recordarle a su hijo, siempre lo entristecía.
Subieron al elevador, llegaron al piso 4 y bajaron, Melody sacó su llave, mientras Marcos buscaba las suyas.
La puerta se abrió, una mujer de mediana edad se asomó. “Hola Melody”. Le sonrió.
Melody también la saludo.
La mujer salió rápidamente siguiendo a Marcos. “Hola Marcos”. Le dijo coqueta. Grace era una mujer alta y delgada, de cabello castaño claro y ojos cafés.
Melody los miró negando, la mujer siempre esperaba a que ellos llegaran para saludar a Marcos.
Marcos sacó sus llaves, no mostraba ningún gesto parecía indiferente. “Hola Grace”.
Grace pestañeó coquetamente, Melody los miraba a ambos. Negó riendo y les dijo. “Nos vemos mañana”.
Grace miró a Melody. “Si, deje los pendientes en la mesa”.
Melody asintió y entró dejándolos solos.
Marcos jugó con las llaves y las colocó en la cerradura, Grace le contaba algunas de sus andanzas de hoy, era muy parlanchina.
Marcos abrió la puerta y la dejó abierta haciéndose a un lado, Grace sonrió y se acercó. “¿Puedo quedarme hoy?”.
Marcos la tomó de la cintura mirando que Melody ya no estuviera. “Si”. Grace se abrazó a su cuello y lo besó, Marcos la arrastró hacia adentro, cerrando la puerta. Melody dejó su bolso en el sillón cercano, observó la mesa, había algunos papeles, recibos y facturas que Grace recogió. Melody encontró una en especial, era de una escuela muy prestigiosa en la ciudad, la abrió y leyó el contenido. En la puerta de una de las habitaciones había una pequeña silueta de pie, mirando a Melody. Ella sintió la mirada. “Walter, ¿Por qué no estás dormido?”. El niño se acercó tenía siete años. “Te estaba esperando”. El niño le entregó un pantalón de vestir, era el uniforme del chico, está roto de una rodilla. Melody respiró profundo. “¿Por qué están rotos Walter? No puedo comprarte nuevos ahora”. El niño le explicó. “Jugaba fútbol y me caí, es parte de las actividades físicas ¿Quieres que no las realice?”. Ella respiró calmándose y le dijo. “Lo reparare por el momento, cuando tenga algo más
El abuelo miró al ama de llaves y le dijo. “Ya estamos todos vamos a la mesa”. Adam miraba a su abuelo molesto, ya tenía una idea de lo que quería hacer, no era la primera vez. En la comida, conversaban amigablemente, la pareja y el abuelo Pablo. Hablaba de la vida de la chica, mientras miraba a su nieto. El abuelo Pablo no dejaba de contar lo que su nieto había realizado hasta ahora. “Es un gran chico, estudió medicina naval, estuvo en la marina por mas 4 años y tiene muchas medallas…” Adam solo comía en silencio, la chica también se sentía incómoda, sus padres no dejaban de decir lo maravillosa que era. “Mi hija es diseñadora de modas, estudió en una buena escuela y está trabajando en la empresa en el departamento de diseño, irá aprendiendo todo sobre la fábrica de textiles para que en un futuro ella pueda quedarse a carga cuando mi esposo se retire”. La chica no quería ser grosera y discutir con sus padres por respeto a estar en una casa ajena, pero tendrían que darles muchas
Alma entró lloriqueando y se abrazó a ella pasando el mostrador. “Melody estoy en problemas, moriré siendo virgen y sin un amor verdadero”.Melody dejó de ver a Adam y le preguntó a su amiga. “¿Qué pasó?”.Alma lloraba mientras le explicaba. “Mis padres quieren que me case con un hombre que ni conozco”.Ella lo decía triste, segundos después se calmó y lo pensó. “Es guapo y de buen cuerpo, tiene lo suyo, es doctor… seré rica lo se… pero tienen una cara de pocos amigos, parece como si trajera mierda en la boca y estuviera tratando de tragarla”.A veces Alma era muy ocurrente y explícita en sus pláticas.Melody escuchaba atenta.Adam sólo cruzó sus brazos escuchando todas las quejas de Alma, su prometida.Alma seguía parloteando, manoteando triste y desamparada. “Es un hombre frío y distante, seré muy infeliz, no podré divertirme”.Melody trató de calmarla. “No creo que sea tan frío, es raro conocer a alguien así”. Mientras lo decía recordó al hombre del bar.Alma se abrazó más a ella l
Melody lo escuchaba atenta como si estuviera muy interesada, mando un mensaje a escondidas y minutos después recibió una llamada de regreso. “Lo siento es importante tengo que contestar”. William asintió y se quedó esperándola por unos minutos. Melody se alejó. “Gracias, ahora vuelvo al trabajo”. Dijo al teléfono mirando a su jefe. Marcos colgó y siguió con lo que hacía. Melody regresó a la mesa donde William la esperaba y con una gran sonrisa se disculpó. “Lo siento, tengo que seguir trabajando, mi jefe me puede regañar”. Ella quería irse. William se levantó deteniéndola antes de que se fuera y le preguntó. “¿Podemos vernos algún día? en otro lado tal vez”. Melody observó al chico era rubio y de ojos claros, pero era un mujeriego rico. “Lo siento, pero… tengo novio”. William hizo un gesto de decepción. “Ok… ¿Podemos seguir como amigos? Me gusta mucho como cantas, soy tu fan”. Ella le regaló una sonrisa. “Está bien, amigos será”. Melody se despidió y siguió con su trabajo, Mar
Melody miró a Adam de manera sigilosa, estaba molesto que decir molesto, ¡Colérico!, él se levantó y caminó hacia ella de una forma elegante y calmada, la miró a los ojos furioso y le preguntó con tono de advertencia. “¿Dónde está?”. Melody se sentía pequeña frente a él, su aliento llegó a su nariz al igual que su perfume, olía exquisito, el corazón le latía a mil por hora, él llevaba un traje oficial de la marina en color azul oscuro, la levita tenía algunos adornos dorados en las mangas era el rango al que él pertenecía. Pero Melody no conocía de esto, solo observaba que se veía muy guapo. “¿Quien?”. Ella no estaba en sus cinco sentidos y se hizo la tonta. Adam se apretó los ojos con los dedos y le gritó desesperado. “¿Quién más? ¡Mi prometida!”. Melody le dijo comportándose ingenuamente. “¡Aaaaahh! Ella… Alma… no lo sé”. Esto último lo dijo muy despacio. Adam le advirtió con una mirada siniestra. “Tienes 10 minutos para encontrarla”. Melody asustada asintió sin hablar y camin
Adam está poniéndose los guantes blancos, al verla preguntó. "¿Y bien…Dónde está?". Melody jugó con su cabello pensando cómo explicar que la novia se fugó "Bueno… lo que pasa es que Alma está muy nerviosa… ella está dudando… es una decisión muy importante el casarse y…" Melody parloteaba cosas sin sentido y no daba la respuesta que Adam quería escuchar. Adam cruzó sus brazos frente a ella esperando que dejara de darle vueltas al asunto. Tocaron a la puerta y uno de los hombres entró acercándose. "Señor". El hombre se acercó cuando estaba cerca le susurró a su jefe de manera que Melody no escuchara. Adam miraba fijamente a Melody que estaba muy nerviosa, jugaba con su blusa y su cabello, estaba inquieta, miraba toda la habitación en silencio. Adam le dijo al hombre. "Puedes retirarte”. El hombre asintió y miró de reojo a la pobre chica mientras buscaba algo en uno de los cajones. Melody intentó irse detrás del hombre diciéndole a Adam. "Yo también me retiro, debes tener mucho q
Adam le dijo. “Acepto”. Y le preguntó. ¿Algo más?”. Melody negó con la cabeza. Adam suspiró. “Ok, entonces ve a cambiarte”. Melody estaba a punto de salir cuando recordó algo. “Oye…” Adama se quedó de pie mirándola esperando a que hablara. “¿Por cuánto tiempo estaremos casados? Se que el trato con Alma era un año, pero en nuestras circunstancias…” Adam le explicó. “Solo serán seis meses, después cada quien por su lado”. Adama todavía tenía que explicarle y convencer a su abuelo, lo importante ahora es que la boda se efectuará. Cuando Melody salió de la habitación, Estefany y los padres de Alma se acercaron a ella. “¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?”. Le preguntó Estefany. Los padres de Alma apenados le dijeron. “Lo siento mucho Melody, no sabíamos que Alma haría esto”. El señor estaba muy preocupado. “¿Ahora qué haremos?”. La señora muy alterada temblaba le dijo. “Estaremos en la ruina… Los Fonseca no perdonarán esto”. El señor abrazó a su esposa. Melody suspiró y los tranquilizó
El abuelo sonrió contento, todo estaba saliendo excelente, la ceremonia siguió, el juez se acercó con los papeles que debían firmar para lo civil. Adam lo hizo primero y después le dio la pluma a Melody, ella se inclinó para firmar, pero dudo por unos segundos… El abuelo le gritó. “¡Firma niña!”. Todos en el salón rieron, ella apenada miró de reojo al hombre mayor y susurró… “Lo siento”. Adam estaba molesto dándole una mirada de desaprobación a su abuelo. Ella firmó rápidamente entregándole los papeles al juez sin que Adam los viera. El juez al verificar las firmas le dio la palabra al padre, esté muy alegre le dijo a la pareja… “Ahora los declaró marido y mujer… puedes besar a la novia”. Melody reaccionó. “Besarnos…” No había tenido tiempo de pensar en el beso y seria frente a tantas personas. Ella observó a Adam que se acercaba, estaba a solo unos centímetros de distancia, él era más alto, subió su velo y con sus manos tomó sus mejillas, se acercó más a ella y se agacho un