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CAP 4 UNIR FAMILIAS

El abuelo miró al ama de llaves y le dijo. “Ya estamos todos vamos a la mesa”.

Adam miraba a su abuelo molesto, ya tenía una idea de lo que quería hacer, no era la primera vez.

En la comida, conversaban amigablemente, la pareja y el abuelo Pablo. Hablaba de la vida de la chica, mientras miraba a su nieto.

El abuelo Pablo no dejaba de contar lo que su nieto había realizado hasta ahora. “Es un gran chico, estudió medicina naval, estuvo en la marina por mas 4 años y tiene muchas medallas…”

Adam solo comía en silencio, la chica también se sentía incómoda, sus padres no dejaban de decir lo maravillosa que era.

“Mi hija es diseñadora de modas, estudió en una buena escuela y está trabajando en la empresa en el departamento de diseño, irá aprendiendo todo sobre la fábrica de textiles para que en un futuro ella pueda quedarse a carga cuando mi esposo se retire”.

La chica no quería ser grosera y discutir con sus padres por respeto a estar en una casa ajena, pero tendrían que darles muchas explicaciones cuando salieran de esa casa.

El abuelo sonrió y les dijo de una vez por todas su plan. “Bueno, chicos, les diremos para qué es este desayuno… Los miro a ambos. “Queremos unir a la familia, Adam, estás soltero y quiero que tomes como esposa a Alma”.

Alma levantó la vista observando a sus padres que la miraban apenados y tratando de estar calmados. No querían que su hija armara un escándalo. Ellos ya eran mayores y lo único que deseaban era un buen esposo para su hija antes de quedarse con la fábrica

Adam entrecerró los ojos. “Abuelo”.

El abuelo no dejó que hablara. “Tú ya tienes 29 años y yo estoy viejo, deje que cumplieras tus deseos de ser médico naval y que te fueras por tanto tiempo a estudiar, ahora yo te pido esto… quiero que te cases y formes una familia, quiero bisnietos corriendo por esta casa”.

Adam se quedó en silencio, era cierto, su abuelo tenía una compañía de bienes raíces muy importante en la ciudad, pero Adam quería ser médico y además le gustaba la marina, hizo lo posible porque su abuelo lo dejara irse y estudiar lejos, se sintió reacio a no cumplir lo que su abuelo quería.

Alma miró a sus padres. “¿Es cierto?”. Estaba desilusionada, ella no tenía la intención de casarse todavía, quería seguir estudiando y para eso tenía que estar viajando, era diseñadora, deseaba irse a Francia a tomar algunos cursos.

Pero sus padres ya le habían dicho sobre problemas en su empresa, no había dinero para mandarla a donde quería.

El abuelo mirándola le dijo. “Se que tus padres no tienen la posibilidad en este momento de mandarte a estudiar, te propongo algo… te pagaré los cursos si te casas con mi nieto por un año”.

Ella observó al hombre mayor. “¿En serio?”.

El abuelo asintió. “Yo siempre cumplo mis promesas, solo necesitas casarte con Adam por un año, ya el tiempo dirá si quieren estar juntos o no”.

Adam y Alma se miraron sin decir nada, era la primera vez que se encontraban.

Adam iba a refutar, pero escuchó a Alma. “¿Solo será un año?”.

El abuelo de Adam sonrió, al parecer la chica estaba dispuesta. El afirmó. “¡Claro!”.

Ella miró al abuelo asintiendo y respiró profundo, observó a sus padres.

El abuelo intervino. “También ayudaré a tus padres con la empresa…ellos ya son mayores necesitan algo de ayuda”.

Ella aceptó. “Está bien, solo era un año que podría pasar”. Después tendría una conversación con su futuro esposo.

Adam estaba a punto de negarse y su abuelo le dijo. “Después del año de casados, podrás vender la compañía y usar el dinero para levantar tu propio hospital”.

Adam lo miró desconcertado, la compañía era su vida y estaba decidido a dejarla solo para que Adam pudiera cumplir su sueño.

“Abuelo… yo…”

El abuelo lo miró advirtiéndole. “Si no te casas, venderé la compañía y entregaré el dinero a los pobres, no te dejaré nada”.

Adam sabía que su abuelo no mentía y el tardaría mucho en juntar el dinero necesario para construir el hospital, no tenía mucho historial crediticio y era muy joven no querían prestarle los bancos.

Ya tenía planeado pedirle prestado dinero a su abuelo pero con esto sabía que para que accediera tenía que casarse.

El abuelo estaba feliz ya había convencido a la chica ahora solo faltaba que Adam aceptara, sería más difícil pero no imposible.

El abuelo puso cara triste y enferma. “Hijo… ya soy viejo, no quiero que estés solo y me gustaría tener más familia, solo somos tú y yo”.

Adam pensó en las palabras de Alma. -Solo será un año… ¿Qué podría pasar? –

Adam les dijo. “Ok”.

El abuelo aplaudió de alegría. “Bien, se casarán en dos semanas”.

Adam y Alam levantaron la mirada y preguntaron al mismo tiempo. “¿Tan pronto?”.

El abuelo asintió. “Claro, soy un hombre muy mayor, entre más rápido se haga todo, más rápido tendré nietos”.

Adam no pensaba tener hijos con Alma, solo estaría casado con ella por un año y después cada quien tomaría su rumbo.

Terminaron el desayuno y la familia Fonseca se despidió, Alma miró a Adam y le entregó su número. El abuelo sonrió feliz al ver que la chica tomaba la iniciativa, estaba seguro que en un año ellos se enamoraran y pronto tendría niños corriendo por todo el lugar.

…………………….

Un día después…

Melody terminaba de contar dinero de la caja en la cafetería, tenía varios trabajos para poder pagar la renta, pagar las necesidades diarias y la escuela de Walter que era muy cara.

Limpió el mostrador tarareando una canción, el sonido era exquisito y tenue.

Adam estaba cerca de la ventana, pensaba en todo lo que estaba pasando desde que regresó de la marina y al escucharla levantó la vista mirándola fijamente. “Esa voz…” Susurró.

Ella sintió la mirada y levantó el rostro encontrándose con los ojos negros del hombre.

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