Déjame tus comentarios para seguir mejorando... Soy Ara Yi Escritora.. Buena lectura!
Adam tomó la mano de Melody cuando pasaban por el gran salón, todos miraban a los nuevos esposos. Melody estaba algo apenada por todo lo que pasaba. Llegaron hasta otra sala. Se detuvo y preguntó. “¿A dónde vamos?”. Adam la miró fijamente y le dijo. “Con mi abuelo”. El abrió la puerta de la habitación. El abuelo de Adam estaba en su silla de ruedas esperando a que entraran. Cuando al fin los vio y cerraron la puerta les reclamo. “Ahora si me van a decir que pasa”. Adam le explicó a su abuelo. “Alma se fugó, ahora está rumbo el extranjero, no quería casarse abuelo. Miró a su nueva esposa. “Ella es Melody, es amiga de Alma, se ofreció como voluntaria para tomar el lugar de Alma”. Melody quería rodar los ojos y golpear a Adam pensando. “¿Voluntaria? Ja, me obligaste”. Las palabras de Adam eran algo… técnicas… hablaba como si Melody ocupará un puesto en un trabajo. El abuelo examinó a Melody de pies a cabeza y empezó a preguntar. Abuelo: “¿De dónde eres?”. Ella: “Ciudad Espera
Adam lo notó porque ella estaba un poco más baja de estatura que al principio, le gustaba su estatura, se asomó debajo de su vestido observando los diminutos dedos, sus uñas estaban pintadas de esmalte blanco y tenía unos pequeños emojis en el centro. Él sonrió burlándose de eso, era una mujer extraña. Ella solo asentía a la gente agradeciendo, no conocía a nadie. Adam le susurro. “No te preocupes. Yo tampoco los conozco, son invitados de mi abuelo”. Ella miró a Adam y sonrió. “Ok”. Se alegró que tratara de hacerla sentir mejor. Marco, Grace y Walter eran los últimos invitados. Marcos se acercó a Melody “¿Y ahora qué?”. Quería saber si ella regresaría con ellos al departamento. Melody estaba apunto de decirle a Adam que se iría a casa y hablarían mañana, pero Adam no la dejó hablar y le dijo a Marcos. “El chofer los espera afuera, Melody recogerá sus cosas para la luna de miel”. Todos dijeron en unísono. “¡¿Luna de miel?!”. El abuelo resoplo. “Claro que luna de miel, están recié
La azafata se acercó a Adam de manera coqueta. “Señor… ¿Gusta algo del bar?”. Adam la miró por un momento y después observó a Melody que los miraba con una ceja levantada y cruzada de brazos. Adam sonrió y miró a la mujer. “No gracias, pero mi esposa desearía algo”. La azafata giro a ver a la chica de enfrente y con otro tono le dijo. “¿Se le ofrece algo?”. Melody rodó los ojos ante la mujer, claro que se notaba diferente el trato. “Algo ligero con alcohol”. La azafata asintió y regresó con una bebida. Melody tomó un sorbo y sonrió. “Gracias”. Se abrocharon los cinturones y Melody observó por la ventanilla como iban tomando altura. Adama la miro. “¿No tienes miedo? “. Melody negó sonriendo y recordando. “No. Mi mama y yo viajamos constantemente cuando era pequeña, ella me enseño una pequeña canción infantil, su voz me quitaba el miedo…” Melody empezó a cantar muy bajo. “Había una vez un avión… que bajaba y subía… al cielo quería llegar…” Adam se quedó escuchando su tierna vo
Adam se quedó en la mesa en silencio mirando la pantalla de la computadora, escuchó la puerta cerrarse y sintió que la habitación estaba vacía, el silencio empezaba a molestarlo, no escucharla susurrar, cantar, o sus miles de ruidos era algo que empezaba a extrañar. Era extraño porque estaba acostumbrado al silencio desde muy joven, trabajaba mejor ahora algo no dejaba que se concentrarse. Él suspiró y se levantó para darse un baño, la habitación contaba con dos recamaras, una sala, una cocina-comedor y un solo baño, él no podía darse un baño hasta que ella dejara la habitación, era algo raro pero su presencia lo ponía nervioso. Se desnudó y entró a la regadera por un rato cerró los ojos y lo primero que vio fue la linda cara de Melody, su sonrisa y su rostro ruborizado. Abrí los ojos lentamente y empezó a reflexionar todo lo que le estaba pasando. Salió del baño con solo una toalla que rodeaba su cintura y se encerró en su habitación. Seguía sintiendo que el silencio lo invadí
Ella entró al cementerio camino varios metros hasta llegar a una hilera de tumbas, dio algunos pasos más hasta quedar frente a una qué estaba sucia y abandonada. Melody la observó y susurró “Creo que nadie te visita verdad… dime ahora ¿Dónde está? si decía amarte tanto”. Melody se quedó en silencio por algunos minutos y volvió a hablar. “Mamá murió lejos de aquí, ella descansa en paz… solo quería que lo supieras”. Ella se burló. “Aunque no se si te interesó alguna vez”. Se alejó y regresó a la puerta, Fili estaba por llamar a su jefe, Melody se había tardado mucho, al verla se tranquilizó y guardo el teléfono. Melody se acercó y le sonrió diciendo. “Vámonos”. Ella le volvió a dar indicaciones al chofer y los llevó a un restaurante viejo en el centro, estaba abarrotado pero la comida era excelente. Melody había invitado al chofer y a Fili a comer con ella al principio se negaron, pero al ver sus ojos de súplica no pudieron decirle que no Al final fueron a una plaza y caminaron
Melody salió del baño encontrándose con unos hombres. Ellos le dijeron. “Acompáñenos”. Melody se sorprendió y se negó alejándose, pero los hombres la llevaron a la fuerza. “¡Oiga suélteme!”. La gente solo los miraba sin decir nada. Melody fue llevada a una habitación, ahí estaba el señor Joseph en un sillón sentado esperándola. “Bienvenida”. Melody lo miró enojada. “¿Por qué me trajo aquí?”. El hombre sonrió. “Escuchaste el plan de tu esposo”. Ella asintió. “Adam necesitaba inversionistas para construir el hospital. El hombre le sonrió aún más. “Estoy dispuesto a colaborar si tú eres buena conmigo”. Melody frunció el ceño. “¿Qué quiere decir?”. El señor Joseph se levantó y se acercó a ella, los hombres que la llevaron salieron de la habitación. El hombre se quedó frente a Melody y la miró de arriba abajo. “Una noche contigo debe ser deliciosa”. Melody dio un paso atrás negándose “No”. El hombre siguió. “Tengo mucho dinero y puedo darte todo lo que quieras si tú y yo…” Ha
Melody se burló creyendo que todo estaba arreglado, nunca se imaginó que Adam afuera de esa manera, decidió salir del lugar, al caminar por la calle las lágrimas salían sin control, se limpió rápido diciendo a sí misma. “Olvídalo Melody, no debe importarte”. Ella hizo la parada a un taxi y subió diciendo. “Llévame a -Le fragrance- Al llegar bajo del taxi y observo el lugar, era como lo recordaba, aquí sus padres tocaban y cantaban. Entro mirando alrededor. En el escenario estaba un hombre ya muy mayor, tocando la guitarra, ella se acercó lo más que pudo y se sentó en una mesa que estaba vacía, escuchando al hombre, su cabello estaba blanco y sus facciones ya eran de un anciano. Melody sonrió al recordarlo cuando era niña. El disfrutaba de la música con sus ojos cerrados y no había notado a Melody. Al terminar sonrió y miró al público en especial notó a la chica, se le hacía conocida. Bajo del escenario caminando hacia ella y al quedar frente a ella pronunció. “Melody”. Ella son
Melody levantó la vista mirándolo fijamente. “¿Qué?”. Adam repitió. “Dije que los siento… no tenía idea de que ese hombre era así, lo conocí por unos empresarios, él quería un nuevo negocio y yo le presenté mi plan, estaba desesperado por construir el hospital sin la ayuda de mi abuelo que no medí a la persona ni las consecuencias”. Sus palabras parecían sinceras, ella lo miró diciéndole lo que pasó. “Él quería… me llevo a la habitación y… Adam suspiró disculpándose. “Lo sé, y de verdad lo siento”. Se sentía realmente muy mal. Melody le explicó. “Yo pensé que lo habías arreglado todo”. Adam le dijo. “¿De verdad me crees ese tipo de persona?”. Melody no dijo nada y después de unos segundos le dijo. “Apenas te conozco”. Adam asintió. “Lo sé, necesitamos conocernos, siento no haber salido contigo estos días, estaba… algo ocupado”. Melody negó. “Está bien, olvidémonos de eso”. Adam negó. “No puedo, podrían haberse lastimado por mi culpa”. Ella sonrió mostrándole sus músculos de