Melody salió del baño encontrándose con unos hombres. Ellos le dijeron. “Acompáñenos”. Melody se sorprendió y se negó alejándose, pero los hombres la llevaron a la fuerza. “¡Oiga suélteme!”. La gente solo los miraba sin decir nada. Melody fue llevada a una habitación, ahí estaba el señor Joseph en un sillón sentado esperándola. “Bienvenida”. Melody lo miró enojada. “¿Por qué me trajo aquí?”. El hombre sonrió. “Escuchaste el plan de tu esposo”. Ella asintió. “Adam necesitaba inversionistas para construir el hospital. El hombre le sonrió aún más. “Estoy dispuesto a colaborar si tú eres buena conmigo”. Melody frunció el ceño. “¿Qué quiere decir?”. El señor Joseph se levantó y se acercó a ella, los hombres que la llevaron salieron de la habitación. El hombre se quedó frente a Melody y la miró de arriba abajo. “Una noche contigo debe ser deliciosa”. Melody dio un paso atrás negándose “No”. El hombre siguió. “Tengo mucho dinero y puedo darte todo lo que quieras si tú y yo…” Ha
Melody se burló creyendo que todo estaba arreglado, nunca se imaginó que Adam afuera de esa manera, decidió salir del lugar, al caminar por la calle las lágrimas salían sin control, se limpió rápido diciendo a sí misma. “Olvídalo Melody, no debe importarte”. Ella hizo la parada a un taxi y subió diciendo. “Llévame a -Le fragrance- Al llegar bajo del taxi y observo el lugar, era como lo recordaba, aquí sus padres tocaban y cantaban. Entro mirando alrededor. En el escenario estaba un hombre ya muy mayor, tocando la guitarra, ella se acercó lo más que pudo y se sentó en una mesa que estaba vacía, escuchando al hombre, su cabello estaba blanco y sus facciones ya eran de un anciano. Melody sonrió al recordarlo cuando era niña. El disfrutaba de la música con sus ojos cerrados y no había notado a Melody. Al terminar sonrió y miró al público en especial notó a la chica, se le hacía conocida. Bajo del escenario caminando hacia ella y al quedar frente a ella pronunció. “Melody”. Ella son
Melody levantó la vista mirándolo fijamente. “¿Qué?”. Adam repitió. “Dije que los siento… no tenía idea de que ese hombre era así, lo conocí por unos empresarios, él quería un nuevo negocio y yo le presenté mi plan, estaba desesperado por construir el hospital sin la ayuda de mi abuelo que no medí a la persona ni las consecuencias”. Sus palabras parecían sinceras, ella lo miró diciéndole lo que pasó. “Él quería… me llevo a la habitación y… Adam suspiró disculpándose. “Lo sé, y de verdad lo siento”. Se sentía realmente muy mal. Melody le explicó. “Yo pensé que lo habías arreglado todo”. Adam le dijo. “¿De verdad me crees ese tipo de persona?”. Melody no dijo nada y después de unos segundos le dijo. “Apenas te conozco”. Adam asintió. “Lo sé, necesitamos conocernos, siento no haber salido contigo estos días, estaba… algo ocupado”. Melody negó. “Está bien, olvidémonos de eso”. Adam negó. “No puedo, podrían haberse lastimado por mi culpa”. Ella sonrió mostrándole sus músculos de
Adam siguió. “No sé cuánto estuve inconsciente, yo escuchaba la voz de mi papá llamándome… Adam hijo… desperté con el olor a gasolina, él como pudo me ayudó a quitarme el cinturón y salir del auto, me pidió que fuera a ver a mamá que la ayudara y yo obedecí… Caminé algunos metros, mamá estaba tirada en el suelo y tenía muchos golpes en el rostro y una herida en su vientre, la sangre empapaba su ropa rápidamente. Papá me gritaba preguntándome cómo estaba, yo le explicaba lo mejor que podía, él me dijo que detuviera el sangrado con mis manos y eso hice, estuve con mamá por minutos que parecían horas, después hubo una fuerte explosión y quedé aturdido. Al levantar mi rostro vi las llamas y el carro quemarse, había explotado… papá sabía lo que pasaría, por eso me envió con mamá, el me salvo. Yo traté de seguir cubriendo la herida de mi mamá, pero era mucha sangre, sentí que me jalaron y eran los paramédicos, ellos intentaron salvar a mamá pero dijeron que ya tenía minutos muerta”. Ada
Adam la llevó a su habitación, la recostó en la cama quitándole las zapatillas, ella era reacia, le lanzaba patadas, se sentó alejándose, pero Adam era más fuerte y no se iría hasta quitarle los zapatos. Ella se acercó, tomándolo de la camisa, forcejearon y Adam quedó frente a frente. Melody tenía hipo y era ruidosa. “Oye Guapo… mi esposo se enojará si estás aquí en mi habitación”. Adam levantó una ceja. “¿Tu esposo?”. Ella asintió con los ojos nublados. Sonrió y lo abrazó al cuello. “Si, él es muy celoso”. Adam dejó que ella lo abrazara y le siguió la corriente. “¿A… sí?”. Ella asintió con la cabeza con su dedo lo apuntaba, pero tocaba los labios de Adam saboreándolos. “Si tú y yo nos besamos, él se volvería loco”. Adam se acercó más a ella. ¿Besarnos … como así?”. Adam se acercó atrapando sus labios, la beso despacio, el sabor de del vino estaba en su boca, Adam se movió abrazándola de la cintura. Melody se aferró más a su cuello. El beso se intensificó, Melody sintió calor
Melody sintió incomodidad, era un lugar muy costoso, Adam la miró preguntando. “¿Pasa algo?”. Ella negó regalándole una sonrisa, el abuelo estaba en su silla mirándolos fijamente, examinando al chico que iba de la mano de Melody, sus rasgos eran parecidos a Melody, pero eran muy distintos. Adam se acercó saludando. “Llegamos abuelo”. El abuelo resopló, Melody se acercó y amablemente lo saludo. “Buenas tardes señor Fonseca”. El hombre mayor la contempló, era respetuosa de sus mayores, -Un punto para ella- Pensó. “Comamos”. Dijo dirigiéndose al gran comedor. Melody miró a Adam rogando que los ayudara, ellos acababan de comer con Marcos y Grace. Adam expusó. “Abuelo, Melody viene cansada, creo que será mejor que suba a su habitación”. El abuelo molesto giró su silla mirando a la chica con los ojos entrecerrados , ella quien se quedó inerte al ver el rostro molesto y tartamudeando le dijo. “Podemos… comer algún postre juntos”. El abuelo la analizó por unos segundos y pensó. -Punto
Melody rodó los ojos. “Eres grande para arroparte, pero no para guardar tu ropa. ¿He?”. Ella se levantó y caminó hasta la puerta, se giró y le dijo. “Buenas noches”. Cerró la puerta detrás de ella encontrándose con el abuelo. Ella brincó del susto, agitada se cubrió el pecho. El abuelo estaba escudriñando a la chica, ella se acercó y le dijo. “Buenas noches señor Fonseca”. Ella pasó por su lado no esperaba que él contestara, pero escuchó al hombre viejo decir. “Buenas noches niña”. Ella sonrió y siguió caminando, iba tocar la puerta de la habitación de Adam, pero observó de reojo como el abuelo seguía mirándola, abrió y entró rápidamente recargándose en ella. Suspiro profundo y al abrir los ojos se encontró de frente con Adam, estaba recién bañado y llevaba una toalla enredada en su cintura, Melody trago grueso, su cuerpo era perfecto… bueno la parte que se podía ver, pero ya imaginaba lo que estaba cubierto, era algo que debía admirarse. Escuchó el carraspeó y ella parpadeó l
El se levantó y miró por un momento a la chica, su cabello estaba escondido en la toalla y podía ver completamente sus facciones, tenía una pequeña cicatriz debajo del ojo. Ella al sentir la mirada se sonrojó, no llevaba maquillaje. “Creo que deberíamos poner un horario y algunas reglas”. Adam asintió alejándose de ella. “Bien, hablaremos de eso en la noche”. Ella confirmó y salió de la habitación. Minutos después, Melody fue a ver a Walter, él ya estaba listo para ir a la escuela. Melody sonrió acercándose y despeinando su cabello. Walter molesto le reclamó. “¡Oye!”. Melody se acercó. “Vamos a desayunar, te llevaré a la escuela”. Walter le dijo. “No. Me iré con el chofer”. Melody insistió. “Pero quiero llevarte”. Walter tomó sus cosas y camino a la puerta. “No necesito que vayas, tú has tus cosas”. Melody lo siguió hasta bajar las escaleras y llegar al comedor. Melody miró al señor Pablo. “Buenos días”. EL hombre mayor observo a la chica con el ceño fruncido, como si le