Melody lo escuchaba atenta como si estuviera muy interesada, mando un mensaje a escondidas y minutos después recibió una llamada de regreso. “Lo siento es importante tengo que contestar”.
William asintió y se quedó esperándola por unos minutos.
Melody se alejó. “Gracias, ahora vuelvo al trabajo”. Dijo al teléfono mirando a su jefe.
Marcos colgó y siguió con lo que hacía.
Melody regresó a la mesa donde William la esperaba y con una gran sonrisa se disculpó. “Lo siento, tengo que seguir trabajando, mi jefe me puede regañar”. Ella quería irse.
William se levantó deteniéndola antes de que se fuera y le preguntó. “¿Podemos vernos algún día? en otro lado tal vez”.
Melody observó al chico era rubio y de ojos claros, pero era un mujeriego rico. “Lo siento, pero… tengo novio”.
William hizo un gesto de decepción. “Ok… ¿Podemos seguir como amigos? Me gusta mucho como cantas, soy tu fan”.
Ella le regaló una sonrisa. “Está bien, amigos será”.
Melody se despidió y siguió con su trabajo, Marcos observaba al chico de vez en cuando que no dejaba de ver a su hija, no estaba mal, pero era muy libertino, no era para Melody.
Por la noche cuando bajaron del auto en el edificio donde vivían, Marcos le preguntó. “¿Te gusta el chico?”.
Melody se detuvo de salir del coche y le dijo tajante. “No”.
Marcos suspiró tranquilo.
Melody se carcajeó. “¿Qué? Pensabas que yo y él”.
Marcos negó y le dijo. “Solo… quiero que seas feliz, eres muy joven y en todo el tiempo que te conozco no te he conocido un novio”.
Melody sonrió. “Gracias por preocuparte, pero no he conocido a alguien”. Ella hizo unos gestos raros. “No sé, no hay alguien que me guste por ahora”.
Ella lo miró preguntando. “¿Y tú? ¿Grace?”.
Marcos nervioso negó rascándose la nuca. “Solo somos amigos…”
Melody cruzó sus brazos y entrecerró los ojos mirándolo. “¿Una amiga? Pero ella duerme contigo”.
Marcos se puso nervioso. “No, ella y yo solo…”
Melody lo interrumpió. Se lo que hacen no tienes que explicarlo, solo preguntó porque se nota que ella sí está enamorada de ti”.
Marcos preguntó ansioso. “¿Lo crees?”.
Melody sonrió. “Si, siempre habla de lo increíble que eres”.
Marcos sonrió feliz. “Vamos es tarde”.
Al llegar al piso como siempre Grace abrió la puerta despidiéndose de Melody.
Se quedó de pie mirando a Marcos. “Hola Marcos”.
Marcos la miró y sonrió. “¿Quieres salir a cenar?”.
A Grace le brillaron los ojos, Marcos nunca la había invitado salir, solo tenían encuentros casuales. “Si”.
Pasaron dos semanas…
Todo estaba listo para la boda, el abuelo de Adam quería una boda grande y con medios de comunicación, era su único nieto y todo debía ser perfecto.
Melody era la dama de honor, había llegado temprano al hotel donde seria la recepción, había cámaras de la prensa por todas partes, ella vestía sencillo y no la tomaron en cuenta, pensaban que era una más de los empleados, entro sin problemas, aun así, ella fue sigilosa y entro cubriendo su rostro.
El hotel había sido rentado para el evento, en cada habitación estaban los vestuarios que usarían las damas de honor, los padrinos y el novio y la novia por separado.
“Melody aquí”. Estefany le llamó saludándola desde la puerta de una habitación, ya llevaba su vestido. Entraron a la habitación. “Es lindo ¿No crees?”.
Melody la observó, era un vestido morado entallado, Alma los había escogido para ellas que eran sus dos damas de honor. “Si, te ves muy bien”.
Estefany sonrió girando en el espejo. “Hoy podría conocer a mi príncipe azul”.
Melody le advirtió. “No en esta fiesta, solo hay ricos, recuerda lo que te dije”.
Estefany era inexperta en los temas del amor y entendió triste. Melody siempre le advertía sobre los chicos ricos, solo jugarían con ella.
Pero su idea de un príncipe azul no salía de su mente, ella también era de escasos recursos, estudiaba y trabajaba para mantener a su familia.
Estefany le dijo. “Alma no ha llegado…”
Melody frunció el ceño y observó la hora en su reloj. “Pero ya es muy tarde, debería estar aquí maquillándose”.
Ellas entraron a la habitación donde Alma debería de estar, la maquillista estaba sentada en la cama jugando con su teléfono.
Melody entró y le preguntó. “¿Dónde está la novia?”.
La maquillista se levantó y guardó su teléfono. “No ha llegado… ya pregunté al asistente y dice que la están buscando”.
Melody y Estefany se miraron entre sí.
Salieron al pasillo, Melody sacó su teléfono y le llamó, pero la línea no se conectaba, decía que estaba fuera de servicio.
Estefany ya estaba inquieta, eran amigas las tres desde hacía mucho tiempo. “¿Le pasaría algo?”.
Melody también estaba preocupada. “No lo sé”.
Los padres de Alma se acercaron muy angustiados a Melody. “Alma salió temprano de casa, dijo que haría unas compras y después vendría directo al hotel”.
Estaban muy preocupados por su hija. Melody y Estefany los llevaron a su habitación tranquilizándolos, diciendo que ellas encontrarían a Alma.
Melody y Estefany intentaron llamarle de nuevo hasta que varios hombres entraron a la habitación y se llevaron a Melody a arrastras. “¡Oye suéltame!”.
Estefany trató de detenerlos, pero uno de los hombres la miró y negó advirtiéndole. Los padres de Alma se quedaron tomados de la mano angustiados.
Ella solo preguntó. “¿A dónde la llevan?”.
Pero el hombre la ignoró completamente.
Cuando se quedaron solos, los padres de Alma se miraron entre sí, la señora dijo. “¿Qué pasará ahora?”.
El hombre no tenía idea. “No lo sé… debemos encontrar a Alma”.
Estefany se acercó a ellos. “La encontraremos, ya lo verán y todo seguirá… la boda seguirá”. Ella les sonrió para calmar sus nervios, pero en el fondo Estefany estaba inquieta.
Entraron a la otra habitación, Adam estaba sentado tomando un trago en el sillón cerca de la ventana. Los hombres la soltaron y ella se acomodó su ropa. “Idiotas”. Exclamó ella cuando los vio salir.
Salieron dejándolos solos en la habitación.
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Melody miró a Adam de manera sigilosa, estaba molesto que decir molesto, ¡Colérico!, él se levantó y caminó hacia ella de una forma elegante y calmada, la miró a los ojos furioso y le preguntó con tono de advertencia. “¿Dónde está?”. Melody se sentía pequeña frente a él, su aliento llegó a su nariz al igual que su perfume, olía exquisito, el corazón le latía a mil por hora, él llevaba un traje oficial de la marina en color azul oscuro, la levita tenía algunos adornos dorados en las mangas era el rango al que él pertenecía. Pero Melody no conocía de esto, solo observaba que se veía muy guapo. “¿Quien?”. Ella no estaba en sus cinco sentidos y se hizo la tonta. Adam se apretó los ojos con los dedos y le gritó desesperado. “¿Quién más? ¡Mi prometida!”. Melody le dijo comportándose ingenuamente. “¡Aaaaahh! Ella… Alma… no lo sé”. Esto último lo dijo muy despacio. Adam le advirtió con una mirada siniestra. “Tienes 10 minutos para encontrarla”. Melody asustada asintió sin hablar y camin
Adam está poniéndose los guantes blancos, al verla preguntó. "¿Y bien…Dónde está?". Melody jugó con su cabello pensando cómo explicar que la novia se fugó "Bueno… lo que pasa es que Alma está muy nerviosa… ella está dudando… es una decisión muy importante el casarse y…" Melody parloteaba cosas sin sentido y no daba la respuesta que Adam quería escuchar. Adam cruzó sus brazos frente a ella esperando que dejara de darle vueltas al asunto. Tocaron a la puerta y uno de los hombres entró acercándose. "Señor". El hombre se acercó cuando estaba cerca le susurró a su jefe de manera que Melody no escuchara. Adam miraba fijamente a Melody que estaba muy nerviosa, jugaba con su blusa y su cabello, estaba inquieta, miraba toda la habitación en silencio. Adam le dijo al hombre. "Puedes retirarte”. El hombre asintió y miró de reojo a la pobre chica mientras buscaba algo en uno de los cajones. Melody intentó irse detrás del hombre diciéndole a Adam. "Yo también me retiro, debes tener mucho q
Adam le dijo. “Acepto”. Y le preguntó. ¿Algo más?”. Melody negó con la cabeza. Adam suspiró. “Ok, entonces ve a cambiarte”. Melody estaba a punto de salir cuando recordó algo. “Oye…” Adama se quedó de pie mirándola esperando a que hablara. “¿Por cuánto tiempo estaremos casados? Se que el trato con Alma era un año, pero en nuestras circunstancias…” Adam le explicó. “Solo serán seis meses, después cada quien por su lado”. Adama todavía tenía que explicarle y convencer a su abuelo, lo importante ahora es que la boda se efectuará. Cuando Melody salió de la habitación, Estefany y los padres de Alma se acercaron a ella. “¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?”. Le preguntó Estefany. Los padres de Alma apenados le dijeron. “Lo siento mucho Melody, no sabíamos que Alma haría esto”. El señor estaba muy preocupado. “¿Ahora qué haremos?”. La señora muy alterada temblaba le dijo. “Estaremos en la ruina… Los Fonseca no perdonarán esto”. El señor abrazó a su esposa. Melody suspiró y los tranquilizó
El abuelo sonrió contento, todo estaba saliendo excelente, la ceremonia siguió, el juez se acercó con los papeles que debían firmar para lo civil. Adam lo hizo primero y después le dio la pluma a Melody, ella se inclinó para firmar, pero dudo por unos segundos… El abuelo le gritó. “¡Firma niña!”. Todos en el salón rieron, ella apenada miró de reojo al hombre mayor y susurró… “Lo siento”. Adam estaba molesto dándole una mirada de desaprobación a su abuelo. Ella firmó rápidamente entregándole los papeles al juez sin que Adam los viera. El juez al verificar las firmas le dio la palabra al padre, esté muy alegre le dijo a la pareja… “Ahora los declaró marido y mujer… puedes besar a la novia”. Melody reaccionó. “Besarnos…” No había tenido tiempo de pensar en el beso y seria frente a tantas personas. Ella observó a Adam que se acercaba, estaba a solo unos centímetros de distancia, él era más alto, subió su velo y con sus manos tomó sus mejillas, se acercó más a ella y se agacho un
En un restaurante cerca de ahí… Marcos, Grace y Walter comían, Melody les había pedido qué cuidarán a su hijo mientras estaba en la boda de su amiga, ellos comían muy a gusto hasta que observaron en el televisor a Melody… Aparecieron imágenes de Adam y ella vestida de novia, en las noticias hablaban sobre Clara Torres y Adam Fonseca. Grace y Marco se miraron entre sí y estaban confundidos, Walter observaba detenidamente al hombre que estaba al lado de su madre, no parecía simple. Marcos sacó su teléfono y llamó a Melody, pero su teléfono solo sonaba se le había quedado en la habitación. Pagaron la cuenta rápido y salieron subiendo al auto, Grace sacó su teléfono para buscar la ubicación del lugar donde decían estaba Melody casándose, le dio a Marcos la dirección del hotel, al llegar ahí, no los dejaban entrar si no tenían invitación, solo los más prominentes de la ciudad estaban presentes. Marcos estaba furioso. “¡Mi hija está ahí dentro! ¡Quiero hablar con ella!”. Grace tenía d
Adam tomó la mano de Melody cuando pasaban por el gran salón, todos miraban a los nuevos esposos. Melody estaba algo apenada por todo lo que pasaba. Llegaron hasta otra sala. Se detuvo y preguntó. “¿A dónde vamos?”. Adam la miró fijamente y le dijo. “Con mi abuelo”. El abrió la puerta de la habitación. El abuelo de Adam estaba en su silla de ruedas esperando a que entraran. Cuando al fin los vio y cerraron la puerta les reclamo. “Ahora si me van a decir que pasa”. Adam le explicó a su abuelo. “Alma se fugó, ahora está rumbo el extranjero, no quería casarse abuelo. Miró a su nueva esposa. “Ella es Melody, es amiga de Alma, se ofreció como voluntaria para tomar el lugar de Alma”. Melody quería rodar los ojos y golpear a Adam pensando. “¿Voluntaria? Ja, me obligaste”. Las palabras de Adam eran algo… técnicas… hablaba como si Melody ocupará un puesto en un trabajo. El abuelo examinó a Melody de pies a cabeza y empezó a preguntar. Abuelo: “¿De dónde eres?”. Ella: “Ciudad Espera
Adam lo notó porque ella estaba un poco más baja de estatura que al principio, le gustaba su estatura, se asomó debajo de su vestido observando los diminutos dedos, sus uñas estaban pintadas de esmalte blanco y tenía unos pequeños emojis en el centro. Él sonrió burlándose de eso, era una mujer extraña. Ella solo asentía a la gente agradeciendo, no conocía a nadie. Adam le susurro. “No te preocupes. Yo tampoco los conozco, son invitados de mi abuelo”. Ella miró a Adam y sonrió. “Ok”. Se alegró que tratara de hacerla sentir mejor. Marco, Grace y Walter eran los últimos invitados. Marcos se acercó a Melody “¿Y ahora qué?”. Quería saber si ella regresaría con ellos al departamento. Melody estaba apunto de decirle a Adam que se iría a casa y hablarían mañana, pero Adam no la dejó hablar y le dijo a Marcos. “El chofer los espera afuera, Melody recogerá sus cosas para la luna de miel”. Todos dijeron en unísono. “¡¿Luna de miel?!”. El abuelo resoplo. “Claro que luna de miel, están recié
La azafata se acercó a Adam de manera coqueta. “Señor… ¿Gusta algo del bar?”. Adam la miró por un momento y después observó a Melody que los miraba con una ceja levantada y cruzada de brazos. Adam sonrió y miró a la mujer. “No gracias, pero mi esposa desearía algo”. La azafata giro a ver a la chica de enfrente y con otro tono le dijo. “¿Se le ofrece algo?”. Melody rodó los ojos ante la mujer, claro que se notaba diferente el trato. “Algo ligero con alcohol”. La azafata asintió y regresó con una bebida. Melody tomó un sorbo y sonrió. “Gracias”. Se abrocharon los cinturones y Melody observó por la ventanilla como iban tomando altura. Adama la miro. “¿No tienes miedo? “. Melody negó sonriendo y recordando. “No. Mi mama y yo viajamos constantemente cuando era pequeña, ella me enseño una pequeña canción infantil, su voz me quitaba el miedo…” Melody empezó a cantar muy bajo. “Había una vez un avión… que bajaba y subía… al cielo quería llegar…” Adam se quedó escuchando su tierna vo