Alma entró lloriqueando y se abrazó a ella pasando el mostrador. “Melody estoy en problemas, moriré siendo virgen y sin un amor verdadero”.
Melody dejó de ver a Adam y le preguntó a su amiga. “¿Qué pasó?”.
Alma lloraba mientras le explicaba. “Mis padres quieren que me case con un hombre que ni conozco”.
Ella lo decía triste, segundos después se calmó y lo pensó. “Es guapo y de buen cuerpo, tiene lo suyo, es doctor… seré rica lo se… pero tienen una cara de pocos amigos, parece como si trajera m****a en la boca y estuviera tratando de tragarla”.
A veces Alma era muy ocurrente y explícita en sus pláticas.
Melody escuchaba atenta.
Adam sólo cruzó sus brazos escuchando todas las quejas de Alma, su prometida.
Alma seguía parloteando, manoteando triste y desamparada. “Es un hombre frío y distante, seré muy infeliz, no podré divertirme”.
Melody trató de calmarla. “No creo que sea tan frío, es raro conocer a alguien así”. Mientras lo decía recordó al hombre del bar.
Alma se abrazó más a ella llamando la atención de los presentes, estaba montando un gran espectáculo. “Mis padres dicen que él es así porque lo dejaron una vez, él nunca volvió a sonreír… está dolido porque su amada se fue y…”
Melody levantó la vista del hombro de su amiga, miró hacia arriba sintiendo la sobra de alguien y se encontró con esos ojos negros que la miraban molesto.
Alma que estaba de espaldas no vio a la persona, se giró para ver lo que Melody miraba y se cubrió la boca mirando a Adam.
Esperaba que él no hubiera escuchado todo lo que dijo.
Adam la miró y le expuso. “Para tu información, no llevo m****a en la boca y no soy un antipático, será mejor que nos sentemos y platiquemos de una vez por todas”.
Alma negó asustada porque sentía que el hombre la mataría con la mirada, además… escuchó todo lo que dijo… él debe estar furioso.
Melody observó a ambos y se acercó al oído de Alma tratando de hablarle bajo. “Este es tu prometido?”.
Alma asintió con la cabeza en silencio mirando a Adam y también le susurro a su amiga. “¿Verdad que es guapísimo?”.
Melody asintió en silencio y volvió a susurrar. “Si… pero es cierto tiene una mirada que da miedo”.
Alma afirmó y empezó a imaginar... “Pero… como se verá sin ese traje, ¿Tendrá músculos tonificados?”.
Melody y Alma empezaron a conversar en voz baja.
Melody le dijo. “No lo sé, pero lo sabrás en dos semanas”.
Alma hizo una mueca, recordando que estaba obligada a casarse.
Alma le dijo. “¿Recuerdas ese chico con el que salí que era dueño de un gimnasio?”.
Melody asintió. “Ese tal Bruce, era un mujeriego, te diste cuenta a tiempo”.
Alma asintió. “Los hombres guapos son unos mujeriegos”.
Adam levantó una ceja y puso sus manos en los bolsillos de su pantalón. “¿Terminaron?”.
Ambas asintieron sin hablar mirándolo fijamente, era alto y muy guapo, las dos estaban en trance.
Adam miró a Alma. “Vamos, hablemos”.
Adam había citado a Alma en esa cafetería para dejar claro todo lo relacionado con su boda y su vida de casados, nunca se imaginó que Melody trabajara ahí.
Alma había llegado relativamente temprano para quejarse de su triste vida antes de que Adam llegará, pero no se imaginó que él había llegado tan temprano al lugar.
Alma miró a su amiga pidiéndole su consentimiento.
Melody rodó los ojos. “Ve, habla con él, yo seguiré trabajando, pero estaré vigilando”.
Alma siguió a Adam más tranquila de que su amiga estaría ahí.
Al sentarse Adam la miró fijamente en silencio, ella empezó a ponerse nerviosa, estaba inquieta.
Adam le dejo las cosas claras. “No tengo la intención de casarme y tener una relación sentimental contigo ni con nadie, solo quiero cumplir con lo que le prometí a mi abuelo”.
Ella atenta escuchó al hombre y se sintió más tranquila al escucharlo. “Ok, estoy de acuerdo solo por un año”.
Después de arreglar el asunto, Adam se levantó y se acomodó el saco. “Nos vemos en dos semanas”.
Ella se quedó ahí mirándolo irse, estaban sentados en una mesa al final de la cafetería, Adam tenía que caminar hasta el mostrador y pagar.
Alma se asomó un poco por debajo del saco tratando de ver su trasero.
Melody noto lo que su amiga hacía y rodó los ojos, se quejó mientras limpiaba el mostrador. “Dice que es frío y tenebroso, pero le mira el trasero”.
Adam llegó hasta el mostrador y se quedó mirando a Melody por unos segundos, Melody se cayó en seco también observándolo
“La cuenta”. Adam le dijo en tono insignificante.
Melody asintió y tecleo en la caja registradora. Adam le entregó la tarjeta de crédito, Melody la observó por unos segundos reconociéndola, sólo ciertas personas podían tener ese tipo de tarjetas y pensó.
-Un rico… mi amiga vivirá bien-
Melody le sonrió fingidamente. “Que le vaya muy bien”.
Adam no apartó la vista de la chica en todo momento, tomó su tarjeta y salió sin decir nada.
Melody frunció el ceño. “Típico, rico y grosero”. Ella siguió con su trabajo.
Alma después de que se fue Adam, se levantó y se despidió de Melody tenía que regresar a trabajar, salió feliz y tranquila, ya había hecho un trato con su futuro esposo.
…………….
Por la noche en el bar…
Melody terminaba de cantar, bajo del escenario y William se acercó. “Hola”.
Melody lo observó y le sonrió. “Hola”.
Ella trató de caminar, pero William la detuvo. “¿Podemos tomar algo juntos?”.
Melody miró de reojo a Marcos que no dejaba de cuidarla. “Lo siento estoy en horas de trabajo”.
William le rogó. “Por favor solo será un trago”.
Melody terminó aceptando. “Solo un trago, necesito seguir atendiendo a los clientes”.
William sonrió al saber que ella había aceptado y caminaron
juntos a la mesa VIP. Ellos conversaron por un rato, en realidad William no dejaba de hablar sobre carros, dinero y propiedades, era un simple hijo de papá que todo lo tenía de sobra.
Melody lo escuchaba atenta como si estuviera muy interesada, mando un mensaje a escondidas y minutos después recibió una llamada de regreso. “Lo siento es importante tengo que contestar”. William asintió y se quedó esperándola por unos minutos. Melody se alejó. “Gracias, ahora vuelvo al trabajo”. Dijo al teléfono mirando a su jefe. Marcos colgó y siguió con lo que hacía. Melody regresó a la mesa donde William la esperaba y con una gran sonrisa se disculpó. “Lo siento, tengo que seguir trabajando, mi jefe me puede regañar”. Ella quería irse. William se levantó deteniéndola antes de que se fuera y le preguntó. “¿Podemos vernos algún día? en otro lado tal vez”. Melody observó al chico era rubio y de ojos claros, pero era un mujeriego rico. “Lo siento, pero… tengo novio”. William hizo un gesto de decepción. “Ok… ¿Podemos seguir como amigos? Me gusta mucho como cantas, soy tu fan”. Ella le regaló una sonrisa. “Está bien, amigos será”. Melody se despidió y siguió con su trabajo, Mar
Melody miró a Adam de manera sigilosa, estaba molesto que decir molesto, ¡Colérico!, él se levantó y caminó hacia ella de una forma elegante y calmada, la miró a los ojos furioso y le preguntó con tono de advertencia. “¿Dónde está?”. Melody se sentía pequeña frente a él, su aliento llegó a su nariz al igual que su perfume, olía exquisito, el corazón le latía a mil por hora, él llevaba un traje oficial de la marina en color azul oscuro, la levita tenía algunos adornos dorados en las mangas era el rango al que él pertenecía. Pero Melody no conocía de esto, solo observaba que se veía muy guapo. “¿Quien?”. Ella no estaba en sus cinco sentidos y se hizo la tonta. Adam se apretó los ojos con los dedos y le gritó desesperado. “¿Quién más? ¡Mi prometida!”. Melody le dijo comportándose ingenuamente. “¡Aaaaahh! Ella… Alma… no lo sé”. Esto último lo dijo muy despacio. Adam le advirtió con una mirada siniestra. “Tienes 10 minutos para encontrarla”. Melody asustada asintió sin hablar y camin
Adam está poniéndose los guantes blancos, al verla preguntó. "¿Y bien…Dónde está?". Melody jugó con su cabello pensando cómo explicar que la novia se fugó "Bueno… lo que pasa es que Alma está muy nerviosa… ella está dudando… es una decisión muy importante el casarse y…" Melody parloteaba cosas sin sentido y no daba la respuesta que Adam quería escuchar. Adam cruzó sus brazos frente a ella esperando que dejara de darle vueltas al asunto. Tocaron a la puerta y uno de los hombres entró acercándose. "Señor". El hombre se acercó cuando estaba cerca le susurró a su jefe de manera que Melody no escuchara. Adam miraba fijamente a Melody que estaba muy nerviosa, jugaba con su blusa y su cabello, estaba inquieta, miraba toda la habitación en silencio. Adam le dijo al hombre. "Puedes retirarte”. El hombre asintió y miró de reojo a la pobre chica mientras buscaba algo en uno de los cajones. Melody intentó irse detrás del hombre diciéndole a Adam. "Yo también me retiro, debes tener mucho q
Adam le dijo. “Acepto”. Y le preguntó. ¿Algo más?”. Melody negó con la cabeza. Adam suspiró. “Ok, entonces ve a cambiarte”. Melody estaba a punto de salir cuando recordó algo. “Oye…” Adama se quedó de pie mirándola esperando a que hablara. “¿Por cuánto tiempo estaremos casados? Se que el trato con Alma era un año, pero en nuestras circunstancias…” Adam le explicó. “Solo serán seis meses, después cada quien por su lado”. Adama todavía tenía que explicarle y convencer a su abuelo, lo importante ahora es que la boda se efectuará. Cuando Melody salió de la habitación, Estefany y los padres de Alma se acercaron a ella. “¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?”. Le preguntó Estefany. Los padres de Alma apenados le dijeron. “Lo siento mucho Melody, no sabíamos que Alma haría esto”. El señor estaba muy preocupado. “¿Ahora qué haremos?”. La señora muy alterada temblaba le dijo. “Estaremos en la ruina… Los Fonseca no perdonarán esto”. El señor abrazó a su esposa. Melody suspiró y los tranquilizó
El abuelo sonrió contento, todo estaba saliendo excelente, la ceremonia siguió, el juez se acercó con los papeles que debían firmar para lo civil. Adam lo hizo primero y después le dio la pluma a Melody, ella se inclinó para firmar, pero dudo por unos segundos… El abuelo le gritó. “¡Firma niña!”. Todos en el salón rieron, ella apenada miró de reojo al hombre mayor y susurró… “Lo siento”. Adam estaba molesto dándole una mirada de desaprobación a su abuelo. Ella firmó rápidamente entregándole los papeles al juez sin que Adam los viera. El juez al verificar las firmas le dio la palabra al padre, esté muy alegre le dijo a la pareja… “Ahora los declaró marido y mujer… puedes besar a la novia”. Melody reaccionó. “Besarnos…” No había tenido tiempo de pensar en el beso y seria frente a tantas personas. Ella observó a Adam que se acercaba, estaba a solo unos centímetros de distancia, él era más alto, subió su velo y con sus manos tomó sus mejillas, se acercó más a ella y se agacho un
En un restaurante cerca de ahí… Marcos, Grace y Walter comían, Melody les había pedido qué cuidarán a su hijo mientras estaba en la boda de su amiga, ellos comían muy a gusto hasta que observaron en el televisor a Melody… Aparecieron imágenes de Adam y ella vestida de novia, en las noticias hablaban sobre Clara Torres y Adam Fonseca. Grace y Marco se miraron entre sí y estaban confundidos, Walter observaba detenidamente al hombre que estaba al lado de su madre, no parecía simple. Marcos sacó su teléfono y llamó a Melody, pero su teléfono solo sonaba se le había quedado en la habitación. Pagaron la cuenta rápido y salieron subiendo al auto, Grace sacó su teléfono para buscar la ubicación del lugar donde decían estaba Melody casándose, le dio a Marcos la dirección del hotel, al llegar ahí, no los dejaban entrar si no tenían invitación, solo los más prominentes de la ciudad estaban presentes. Marcos estaba furioso. “¡Mi hija está ahí dentro! ¡Quiero hablar con ella!”. Grace tenía d
Adam tomó la mano de Melody cuando pasaban por el gran salón, todos miraban a los nuevos esposos. Melody estaba algo apenada por todo lo que pasaba. Llegaron hasta otra sala. Se detuvo y preguntó. “¿A dónde vamos?”. Adam la miró fijamente y le dijo. “Con mi abuelo”. El abrió la puerta de la habitación. El abuelo de Adam estaba en su silla de ruedas esperando a que entraran. Cuando al fin los vio y cerraron la puerta les reclamo. “Ahora si me van a decir que pasa”. Adam le explicó a su abuelo. “Alma se fugó, ahora está rumbo el extranjero, no quería casarse abuelo. Miró a su nueva esposa. “Ella es Melody, es amiga de Alma, se ofreció como voluntaria para tomar el lugar de Alma”. Melody quería rodar los ojos y golpear a Adam pensando. “¿Voluntaria? Ja, me obligaste”. Las palabras de Adam eran algo… técnicas… hablaba como si Melody ocupará un puesto en un trabajo. El abuelo examinó a Melody de pies a cabeza y empezó a preguntar. Abuelo: “¿De dónde eres?”. Ella: “Ciudad Espera
Adam lo notó porque ella estaba un poco más baja de estatura que al principio, le gustaba su estatura, se asomó debajo de su vestido observando los diminutos dedos, sus uñas estaban pintadas de esmalte blanco y tenía unos pequeños emojis en el centro. Él sonrió burlándose de eso, era una mujer extraña. Ella solo asentía a la gente agradeciendo, no conocía a nadie. Adam le susurro. “No te preocupes. Yo tampoco los conozco, son invitados de mi abuelo”. Ella miró a Adam y sonrió. “Ok”. Se alegró que tratara de hacerla sentir mejor. Marco, Grace y Walter eran los últimos invitados. Marcos se acercó a Melody “¿Y ahora qué?”. Quería saber si ella regresaría con ellos al departamento. Melody estaba apunto de decirle a Adam que se iría a casa y hablarían mañana, pero Adam no la dejó hablar y le dijo a Marcos. “El chofer los espera afuera, Melody recogerá sus cosas para la luna de miel”. Todos dijeron en unísono. “¡¿Luna de miel?!”. El abuelo resoplo. “Claro que luna de miel, están recié