Melody López era una chica de 23 años, vivía en un pequeño apartamento en los suburbios de la ciudad. Su cabello era castaño, algo quebrado y ondulado, usaba diademas para poder tener su rostro libre de cabellos rebeldes.
Tenía varios años trabajando en un restaurante bar como mesera y en algunos turnos la dejaban cantar, los clientes estaban gustosos de escucharla, tenía una voz angelical y limpia, interpretaba todo tipo de canciones desde muy sad, regional, rock hasta la más dulce melodía.
Era una chica alta y delgada de tez clara y una hermosa sonrisa, sus ojos cafés eran muy lindos y vistosos con sus largas pestañas.
Melody se alistaba para su turno, se retoca algo el rímel, solo lo usaba para engrosas sus pestañas, pero no necesitaba ondularlas, eran perfectas, cubrió sus labios con brillo labial y sonrió al espejo, salió de la habitación y fue acomodándose el delantal que se usaba con el uniforme, se encontró de frente con una chica y la saludó. “Hola”.
“Hola Melody, será una noche larga”. La chica le dijo algo desanimada.
Melody asintió, era fin de semana y quincena muchos de los que venían al bar traían sus carteras llenas de su sueldo que despilfarraban en el lugar.
Melody sonrió pícaramente. “Recuerda… Fin de mes propinas grandes”.
La chica llamada Estefany sonrió afirmando. “Eso es cierto”.
Más tarde Melody terminaba de limpiar una mesa cuando Estefany se acercó apuntándole con la cabeza a un grupo de personas. "Mira, son ellos de nuevo".
Estefany los observaba y suspiró. "Tan guapos y ricos".
Ellos estaban acomodándose en la mesa, las mujeres iban abrazadas de cada hombre, se burlaban y hacían bromas entre sí.
Melody giró su mirada, observó a todos ellos que llegaban muy divertidos.
Estefany preguntó. "¿Serán conocidos de Alma?".
Melody negó. "No lo creo, sabes que Alma odia este tipo de gente".
Estefany asintió. "Tienes razón, Alma es muy selectiva con la gente a su alrededor.
Melody siguió limpiando la mesa, recogió algunos vasos y caminó hacia la cocina.
“¡Melody!”. Un hombre alto y esbelto le llamó.
Ella dejaba los vasos en el fregadero, levantó la vista y contestó. "Ya voy".
El dueño del bar, Marcos conocía a Melody desde hace cuatro años, ella llegó muy joven a la ciudad y no tenía nada, cuando Marcos la vio por primera vez se dio cuenta que no era una chica simple y cargaba consigo su pasado que era algo que quería ocultar, ella inmediatamente le pidió trabajo, necesitaba rápidamente rentar un lugar donde quedarse.
Marcos le advirtió que sólo podría darle trabajo dos semanas, solo tenía 19 años y se veía muy joven para trabajar en un bar. Le dio la oportunidad de quedarse porque el lugar estaba lleno y necesitaban gente para atender a los clientes.
Melody se quedó trabajando ahí meses, hasta que Marcus la contrató formalmente, pero había un detalle, Melody no tenía identificación, cuando Marcos le preguntó su nombre completo ella dudo…
Marcos entendió que había algo que ella ocultaba, pero no quiso presionarla, él se había encariñado con la chica, era muy trabajadora y llena de ideas además de cantar excelente, la veía como una hija.
Marcos busco una persona que les proporcionará una identificación falsa, cuando se la entregaron Melody la leyó, ella sonrió mirando a Marcos. “¿López?”.
Él sonrió. “Ahora eres mi hija”.
Esto ayudó para que no hubiera rumores y tuvieran problemas en el bar, todos la conocían cómo la hija de Marcos. Con el tiempo y con ayuda de Melody el bar se convirtió también en un restaurante más familiar, los clientes estaban felices y a gusto con el nuevo giro que le dio el lugar.
Melody se acercó a él. "¿Me llamaste?"
Marcos era un hombre de unos 45 años, estaba divorciado, vivía solo y disfrutaba de su vida así.
Observó a Melody y le sonrió. La quería como una hija. "Llegaron invitados especiales a la mesa 10… sabes cómo atenderlos".
Ella asintió girando para ver a todas las parejas sentadas en la mesa. “No te preocupes, sé qué hacer". Ella coqueta le guiño un ojo.
Marcos asintió y observó cómo Melody se iba a la mesa, al llegar noto todo el escándalo que tenían. Ella sonrió y sacó su libreta. "Buenas noches a todos, soy Melody, seré su mesera esta noche".
Todo se quedó en silencio al ver a la chica, uno de ellos que tenía a una mujer en sus piernas bromeó. "Mira que tenemos aquí, es una niña hermosa".
Melody solo le regaló una media sonrisa y lo miraba atenta.
El hombre siguió. "Oye chica, eres perfecta para nuestro amigo".
Todos giraron a ver a un hombre sentado en una esquina, se veía solitario y sombrío.
Melody lo observó por un momento. Él sintió la mirada y levantó la vista hacia ella.
El encuentro de miradas fue algo extraño, por unos segundos todo se quedó en silencio.
Para Melody un hombre así era aburrido y tenebroso, para el hombre que la observaba era una chica insignificante, pero por algún motivo ninguno de los dos podía dejar de verse.
El hombre que había empezado la burla sonrió y sus ojos brillaron. "Adam, que vas a pedir, la señorita está esperando".
El hombre giró para ver a su amigo advirtiéndole. "William…"
Escuchar su voz grave y seca les dio escalofríos a todos, en especial a Melody.
“Solo vine aquí para acompañarte en tu cumpleaños, pero no tengo la intención de tomar nada". Se levantó y acomodó su saco. "Iré a tomar aire".
Adam salió del lugar, Melody lo observó de reojo y siguió esperando a que la gente pidiera, no le gustaba estar cerca de este tipo de gente, los ricos eran gente problemática y molesta, pero si los atendían bien toda la noche dejaban excelentes propinas.
Minutos después Melody llevó bocadillos y bebidas a la mesa, Adam había salido a fumar regresó y estaba a punto de entrar cuando escuchó a su amigo William
"Oye chica, te conozco… eres la cantante de este bar, cántanos algo".
Melody dejaba las bebidas en la mesa cuando escuchó al hombre, hizo una pequeña mueca mientras no la miraban y levantó su vista fingiendo una gran sonrisa. "Lo siento señor, todavía no es mi turno de cantar". Williams sacó su billetera frente a todos y sacó una buena cantidad de billetes de la mayor denominación poniéndolos frente a Melody. “Canta para mí, hoy es mi cumpleaños". -Vamos chica canta, mi amigo lo desea… - Si anima nuestra fiesta… -Si, vamos chica… Melody escuchó como todos alrededor la animaban, suspiró y negó con los hombros. “ok”. Tomó el dinero guardándolo en su escote. "Bien". Ella se hizo un poco hacia atrás, tomó uno de los vasos que ella misma sirvió y lo trago todo, era tequila necesitaba calentar su garganta, sacudió la cabeza por el sabor y respiro profundo, empezó a cantar a capela una canción de deseos, amor y pasión, todos estaban en silencio y atentos a la chica. Después de fumar Adam entró de nuevo y se quedó de pie detrás de ella a una distancia d
Marcos la tomó de la cintura mirando que Melody ya no estuviera. “Si”. Grace se abrazó a su cuello y lo besó, Marcos la arrastró hacia adentro, cerrando la puerta. Melody dejó su bolso en el sillón cercano, observó la mesa, había algunos papeles, recibos y facturas que Grace recogió. Melody encontró una en especial, era de una escuela muy prestigiosa en la ciudad, la abrió y leyó el contenido. En la puerta de una de las habitaciones había una pequeña silueta de pie, mirando a Melody. Ella sintió la mirada. “Walter, ¿Por qué no estás dormido?”. El niño se acercó tenía siete años. “Te estaba esperando”. El niño le entregó un pantalón de vestir, era el uniforme del chico, está roto de una rodilla. Melody respiró profundo. “¿Por qué están rotos Walter? No puedo comprarte nuevos ahora”. El niño le explicó. “Jugaba fútbol y me caí, es parte de las actividades físicas ¿Quieres que no las realice?”. Ella respiró calmándose y le dijo. “Lo reparare por el momento, cuando tenga algo más
El abuelo miró al ama de llaves y le dijo. “Ya estamos todos vamos a la mesa”. Adam miraba a su abuelo molesto, ya tenía una idea de lo que quería hacer, no era la primera vez. En la comida, conversaban amigablemente, la pareja y el abuelo Pablo. Hablaba de la vida de la chica, mientras miraba a su nieto. El abuelo Pablo no dejaba de contar lo que su nieto había realizado hasta ahora. “Es un gran chico, estudió medicina naval, estuvo en la marina por mas 4 años y tiene muchas medallas…” Adam solo comía en silencio, la chica también se sentía incómoda, sus padres no dejaban de decir lo maravillosa que era. “Mi hija es diseñadora de modas, estudió en una buena escuela y está trabajando en la empresa en el departamento de diseño, irá aprendiendo todo sobre la fábrica de textiles para que en un futuro ella pueda quedarse a carga cuando mi esposo se retire”. La chica no quería ser grosera y discutir con sus padres por respeto a estar en una casa ajena, pero tendrían que darles muchas
Alma entró lloriqueando y se abrazó a ella pasando el mostrador. “Melody estoy en problemas, moriré siendo virgen y sin un amor verdadero”.Melody dejó de ver a Adam y le preguntó a su amiga. “¿Qué pasó?”.Alma lloraba mientras le explicaba. “Mis padres quieren que me case con un hombre que ni conozco”.Ella lo decía triste, segundos después se calmó y lo pensó. “Es guapo y de buen cuerpo, tiene lo suyo, es doctor… seré rica lo se… pero tienen una cara de pocos amigos, parece como si trajera mierda en la boca y estuviera tratando de tragarla”.A veces Alma era muy ocurrente y explícita en sus pláticas.Melody escuchaba atenta.Adam sólo cruzó sus brazos escuchando todas las quejas de Alma, su prometida.Alma seguía parloteando, manoteando triste y desamparada. “Es un hombre frío y distante, seré muy infeliz, no podré divertirme”.Melody trató de calmarla. “No creo que sea tan frío, es raro conocer a alguien así”. Mientras lo decía recordó al hombre del bar.Alma se abrazó más a ella l
Melody lo escuchaba atenta como si estuviera muy interesada, mando un mensaje a escondidas y minutos después recibió una llamada de regreso. “Lo siento es importante tengo que contestar”. William asintió y se quedó esperándola por unos minutos. Melody se alejó. “Gracias, ahora vuelvo al trabajo”. Dijo al teléfono mirando a su jefe. Marcos colgó y siguió con lo que hacía. Melody regresó a la mesa donde William la esperaba y con una gran sonrisa se disculpó. “Lo siento, tengo que seguir trabajando, mi jefe me puede regañar”. Ella quería irse. William se levantó deteniéndola antes de que se fuera y le preguntó. “¿Podemos vernos algún día? en otro lado tal vez”. Melody observó al chico era rubio y de ojos claros, pero era un mujeriego rico. “Lo siento, pero… tengo novio”. William hizo un gesto de decepción. “Ok… ¿Podemos seguir como amigos? Me gusta mucho como cantas, soy tu fan”. Ella le regaló una sonrisa. “Está bien, amigos será”. Melody se despidió y siguió con su trabajo, Mar
Melody miró a Adam de manera sigilosa, estaba molesto que decir molesto, ¡Colérico!, él se levantó y caminó hacia ella de una forma elegante y calmada, la miró a los ojos furioso y le preguntó con tono de advertencia. “¿Dónde está?”. Melody se sentía pequeña frente a él, su aliento llegó a su nariz al igual que su perfume, olía exquisito, el corazón le latía a mil por hora, él llevaba un traje oficial de la marina en color azul oscuro, la levita tenía algunos adornos dorados en las mangas era el rango al que él pertenecía. Pero Melody no conocía de esto, solo observaba que se veía muy guapo. “¿Quien?”. Ella no estaba en sus cinco sentidos y se hizo la tonta. Adam se apretó los ojos con los dedos y le gritó desesperado. “¿Quién más? ¡Mi prometida!”. Melody le dijo comportándose ingenuamente. “¡Aaaaahh! Ella… Alma… no lo sé”. Esto último lo dijo muy despacio. Adam le advirtió con una mirada siniestra. “Tienes 10 minutos para encontrarla”. Melody asustada asintió sin hablar y camin
Adam está poniéndose los guantes blancos, al verla preguntó. "¿Y bien…Dónde está?". Melody jugó con su cabello pensando cómo explicar que la novia se fugó "Bueno… lo que pasa es que Alma está muy nerviosa… ella está dudando… es una decisión muy importante el casarse y…" Melody parloteaba cosas sin sentido y no daba la respuesta que Adam quería escuchar. Adam cruzó sus brazos frente a ella esperando que dejara de darle vueltas al asunto. Tocaron a la puerta y uno de los hombres entró acercándose. "Señor". El hombre se acercó cuando estaba cerca le susurró a su jefe de manera que Melody no escuchara. Adam miraba fijamente a Melody que estaba muy nerviosa, jugaba con su blusa y su cabello, estaba inquieta, miraba toda la habitación en silencio. Adam le dijo al hombre. "Puedes retirarte”. El hombre asintió y miró de reojo a la pobre chica mientras buscaba algo en uno de los cajones. Melody intentó irse detrás del hombre diciéndole a Adam. "Yo también me retiro, debes tener mucho q
Adam le dijo. “Acepto”. Y le preguntó. ¿Algo más?”. Melody negó con la cabeza. Adam suspiró. “Ok, entonces ve a cambiarte”. Melody estaba a punto de salir cuando recordó algo. “Oye…” Adama se quedó de pie mirándola esperando a que hablara. “¿Por cuánto tiempo estaremos casados? Se que el trato con Alma era un año, pero en nuestras circunstancias…” Adam le explicó. “Solo serán seis meses, después cada quien por su lado”. Adama todavía tenía que explicarle y convencer a su abuelo, lo importante ahora es que la boda se efectuará. Cuando Melody salió de la habitación, Estefany y los padres de Alma se acercaron a ella. “¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?”. Le preguntó Estefany. Los padres de Alma apenados le dijeron. “Lo siento mucho Melody, no sabíamos que Alma haría esto”. El señor estaba muy preocupado. “¿Ahora qué haremos?”. La señora muy alterada temblaba le dijo. “Estaremos en la ruina… Los Fonseca no perdonarán esto”. El señor abrazó a su esposa. Melody suspiró y los tranquilizó