- Eres la novia más hermosa- menciona ensoñada mi pequeña hermana Fabiola.
- ¿Estás segura de esto? Gabi, no tienes que hacerlo sino quieres- aprieta mi hombro mi mejor amiga.
- Todo saldrá bien, Joseline- menciono al verla a través del espejo de cuerpo entero.
Suspiro dando una última mirada a mi grandioso vestido blanco.
Es entallado y con corte sirena acentuando mis curvas, llevo guantes hasta los codos y el velo es bordado en las orillas.
Mi cabello está recogido con un peinado elaborado que deja al descubierto mi cuello y despejado mi rostro que está ligeramente maquillado.
Salgo de la habitación junto a Fabi y Joseline una vez que nos informan que todo está listo y el novio me espera.
Respiro profundamente antes de iniciar.
Es un abrir y cerrar de ojos me encuentro en una amplia habitación en la mansión Hayes.
La boda fue sencilla por petición de ambos y la celebración todavía continúa, pero yo decidí subir para descansar, aunque la madre de Jonathan piensa que es porque quiero estar con su hijo.
Karina, la madre de Jonathan, me dijo que subiera hasta aquí donde debía prepararme para mi noche de bodas, también dijo que no nos preocupemos por nada, pues es el tercer piso y solo dos personas la ocupan aunque en diferentes lados.
Luego de ver que subía con su reglo en las manos se fue de regreso a la fiesta para avisarle a su hijo que ya lo estaba esperando.
Sé que Jonathan no vendrá y en lugar de molestarme, eso me permite estar tranquila.
Hace seis meses me pidió ser su esposa.
Pero no es como todos se imaginan.
Él y yo nos conocimos hace dos años en la cafetería donde entré a trabajar luego de que mi padre falleció y el dinero empezó a faltar para las medicinas de mi hermanita.
Él se hizo mi amigo luego de descubrir que era hija del amigo de su padre en la infancia y que estudiaba en la misma universidad que él.
El tiempo pasó y nunca hizo algo que me dijera que estaba enamorado de mí y yo tampoco tenía esos pensamientos sobre él.
Sin embargo, hace 10 meses atrás su padre lo empezó a presionar con casarse con alguna joven de buena familia.
Él claramente tenía pareja, pero no era la adecuada para presentar a su familia, ya que no iban a aceptar esa relación por el qué dirán ya que son una familia adinerada con grandes empresas, gracias a uno de los hijos del abuelo de mi ahora esposo.
Por lo que decidieron acudir a mí y al ver los ojos suplicantes de ambos, decidí aceptar con la condición de que en un año cada quien tomaría su rumbo luego del divorcio. Ambos aceptaron y firmamos un acuerdo.
Por eso mismo sé que Jonathan no vendrá esta noche y no es algo que me afecte. No tengo sentimientos amorosos hacia él.
Luego de luchar con las tiras del corsé y que terminaran cortadas por las tijeras que encontré. Me deshago del pesado vestido para ir a tomar una ducha ya que es casi media noche y el cansancio me está matando. Además de las de que las copas que me tomé me dejaron algo mareada ya que no estoy acostumbrada a beber.
Salgo envuelta en toalla y me visto con la lencería que prepararon para esta noche.
Es un babydoll color azul cielo y unas bragas diminutas del mismo color. Todo es de encaje suave y fino.
Dejo mi cabello suelto y me acuesto sobre las sábanas de algodón.
Antes de que el sueño me abrace, siento unas suaves caricias en medio de mis sueños.
Besos húmedos sobre mi hombro y siento como las caricias descienden por mi cuerpo y se detiene en mis caderas apretando con fuerza que me hacen despertar de lo real que todo se siente.
Pero cuando abro los ojos veo la silueta de un hombre.
Imposible.
Jonathan se fue con Taylor luego de que yo subiera a la habitación.
Eso quiere decir que este hombre no es Jonathan.
Siento sus manos acariciar mi cuerpo lentamente mientras sigue repartiendo besos sobre mi cuello y clavícula deteniéndose al borde de mis pechos donde inicia la lencería.
- E_espera, qué es lo que haces- musito entrecortado, pero él no responde.
Mi mente está nublada, pero parece que mis otros sentidos están perfectamente bien. Porque le responde bien.
Baja la tela delgada y comienza a repartir besos alrededor de mis senos antes de llegar a mi pezón.
Me retuerzo bajo su cuerpo, pero a atrapado mis manos a los lados y su cuerpo está sobre el mío evitando que me mueva y escupe, está arrodillado con sus piernas a cada lado de mí.
Mi respiración se vuelve más agitada cuando atrapa mi otro pezón y sin poder evitarlo comienzo a jadear y un gemido se escapa de mis labios cuando lo mordisquea.
Todo mi cuerpo vibra bajo sus caricias.
- Por favor- musito sintiendo calor en todo mi cuerpo.
No sé si estoy suplicando por que se detenga o por que continúe.
Antes de poder decir algo más, él atrapa mis labios de forma posesiva.
Suelto un jadeo cuando muerde mi labio inferior y aprovecha para meter su lengua en mi boca.
Es un beso que me cuesta trabajo seguir ya que nunca había besado a nadie. Y el alcohol no ayuda.
Me relajo entre sus brazos, labios y caricias hasta que ya nada importa.
No sé en qué momento quedamos desnudos, pero ahora él acaricia con sus dedos mi entrada.
Pellizca mi botón de placer antes de meter un dedo en mi interior sin dejar de besar mis labios.
Luego con dos dedos en mi interior me hace explotar de placer, nublando todo a mi alrededor.
Antes de que pueda recuperarme, siento su miembro rozar mi entrada y poco a poco comienza a entrar en mí.
Deja de besarme y en medio de la oscuridad nos miramos a la cara (o al menos yo lo hago, ya que es escasa la luz que se filtra).
Mis piernas están alrededor de sus caderas y él sostiene una de mis piernas y mis brazos están alrededor de su cuello.
- Eres mía- susurra en mi oído una vez que va deslizándose en mi interior, haciéndome estremecer ante la profunda y sensual voz que nunca había escuchado.
Doy un jadeo de dolor al sentir la incomodidad y algo de dolor al sentirlo por completo dentro de mí.
Comienza a moverse poco a poco luego de unos segundos dentro y fuera de mí.
La habitación se encierra en una burbuja de lujuria y pasión. Donde solo se escuchan nuestros cuerpos chocar, jadeos y gemidos al poco tiempo.
Cuando al fin acabamos me voy quedando dormida.
Pero en el último segundo antes de rendirme por completo en el sueño, siento sus brazos atraerme y susurrar algo que no logro entender pues el cansancio es mayor.
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Y aquí estaba de nuevo, otro día en la oficina.Trabajo desde hace dos años en la empresa Altamirano.Soy la asistente del dueño y de vez en cuando le ayudo con los diseños. Reviso los documentos que mi jefe debe firmar y los ordeno antes de ir a su oficina.Toco dos veces pero no escucho a nadie del otro lado. Vuelvo a tocar y nada.Es extraño... El señor Altamirano no a salido de su oficina.Me debato entre entrar o retirarme, pero que tal y si ¿necesita ayuda?Suspiro ante ese presentimiento, abro lentamente y lo primero que veo es un cuerpo en medio de la enorme oficina.¡Oh, por el cielo! Es mi jefe.Me acerco a él y observo que todavía tiene pulso, uf, alivio.Llamo a emergencia y una ambulancia llega rápido al edificio.Una vez en el hospital decido llamar a la esposa de mi jefe.- Hola, querida- saluda amable.- Que tal, señora Altamirano. - ¿Sucede algo en la empresa? Es extraño que me hables a esta hora.- Bueno, verá... Estamos en el hospital Center, el señor...- ¡Dios,
- Escuché que el hijo del señor Altamirano va a venir en una semana para tomar el control de todo.- Yo escuché que no quiere saber nada del negocio familiar. - Pues claro, él tiene su propio imperio. Dejó a su familia cuando cumplió la mayoria de edad para fundar su propia empresa- escucho los murmullos de mis compañeras.- Yo digo que debemos darnos prisa. La señorita Vivian necesita los muestrarios de tela- menciono.- Ya habló la jefa. Dense prisa o nos iremos tarde- comenta Damaris con diversión.Jade y Brenda asienten sonriendo y regresan a sus lugares.El resto de la tarde nos la pasamos entre risas y trabajo.Una semana a pasado desde que fue dado de alta mi jefe luego de permanecer dos semanas en el hospital porque su presión no se estabilizaba.La nueva colección de primaria-verano para dama está lista pero a la señorita Vivian no le convence una de las telas elegidas.Salimos de trabajar algo tarde pero veo el auto de Logan en la entrada.Sonrío y corro hasta él quien se b
Luego de tomar una pastilla, ya que todavía me dolia un poco el cuerpo, decidí darme un baño para relajarme.Salgo de la tina una vez que el agua está fría y me visto con un sencillo vestido color azul petroleo de seda con tirantes delgados y de largo me llega arriba de la rodilla.Me maquillo ligeramente y alzo mi cabello en una coleta alta dejando algunos mechones sueltos y solo me pongo bálsamo labial.Iré a ver a mi hermana ya que Joni no vendrá hasta el fin de semana.Se quedará con Taylor en su departamento y yo puedo quedarme con Fabi y Joseline.Antes de salir de la casa escucho mi teléfono vibrar.Frunzo el ceño al no reconocer el numero pero al notar la insistencia, respondo.- ¿Bueno?...- Estoy frente a la mansión, sal- un escalofrío me recorre al reconocer aquella voz profunda e intimidante.- Se...- cuelga sin dejarme protestar.Tomo aire y valor antes de salir.Me sorprendo al ver la camioneta de Sebastián estacionada enfrente.Mi corazón comienza a latir rápido al verl
- No lo puedo creer. Mi padre a buscado tener una reunión contigo por años- comenta Ruben, el hermano mayor de Joseline que acaba de llegar de Londres.Estamos sentados en la sala charlando.Luego de que nos viera en pleno beso, no hubo mucho que explicar sobre nuestra relación, Ruben simplemente sonrío de oreja a oreja.A él no le cae bien Jonathan y no sé la razón, sin embargo, eso fue bueno ya que nos apoya y prometió guardar el secreto.- Seguro no tiene lo que necesito para mi empresa- responde sin soltarme.- Eso tenlo por seguro. Mi padre no a querido avanzar en cuestiones de tecnología pero quería asociarse contigo solo por la popularidad que tu apellido le daría.- Ya veo. Tu padre es el dueño de Ferreira Company- asiente.- Sí, sigue empeñado en hacer las cosas a la antigua. Por eso aún no me quiere dejar a cargo de la empresa. Sabe que haré una revolución en todo- ríe-. Por cierto, como Joseline no esta, vendré más tarde- se pone de pie y lo imitamos.- Puedes quedarte y...
Antes de poder responder escuchamos su teléfono sonar.Hace seña de que aguarde y asiento liberando la respiración contenida.- Dime- responde secamente. Espera unos segundos y lo veo frunce el ceño luciendo molesto-. Bien, que seguridad se encargue en lo que llego- agrega antes de colgar.- Debo regresar a la empresa. Se presentó un problema- menciona mirando algo en la pantalla antes de voltear a verme con seriedad-. Mi guardaespaldas se encargará de llevarte.- No hace falta. Puedo irme en un taxi- menciono incomoda.- No dejaré que te arriesgues a irte sola. Eres mía y debo cuidarte- se pone de pie y me ayuda a pararme.Caminamos hasta la salida y veo dos camionetas iguales y un auto deportivo color rojo.- Señor, ya estamos listos- menciona uno de los dos hombres corpulentos que salieron de la camioneta de enfrente y se acercó a nosotros.- Bien, lleven a... la señorita a su casa- ordena.No sé porqué pero siento un apretón en mi corazón al escucharlo.'Creí que diría que era su
Pov Sebastian...Llegué al trabajo algo distraído. Cosa extraña en mí ya que todo en mi mundo gira en completo orden y de manera funcional sin perder el tiempo.Hoy me puse al corriente luego de estar lejos por varios años.Estaba leyendo los informes y los contratos que necesitan mi firma pero sin poder concentrarme del todo.Suspiro con frustración antes de ponerme de pie y servirme un poco de whisky.Me quedo de pie con una mano dentro del bolsillo de mi pantalón y en la otra mano sostengo mi vaso de vidrio.Observo la vista panorámica que tengo de la cuidad gracias a las paredes de cristal.Dejando que mi mente se dirija a la noche anterior.Luego de un viaje de varias horas, me dirigí a la mansión de mi padre pues era la boda de mi sobrino Jonathan.Un chico de 23 años algo inmaduro, si me lo preguntan.Aunque claro, no todos poseen un intelecto como el mío. Yo a su edad ya tenia mi propia empresa y dirigía las de mi padre, Walter Hayes, un hombre de 65 años, viudo y con cuatro h
- No puedes dejar entrar a cualquiera por más que diga eso- digo malhumorado.- Lo lamento, señor. Creí que...- Estás despedido- oprimo el último piso antes de entrar y girar. Veo como se cierran las puertas dejando al hombre en blanco.Mi paciencia tiene un limite y este lo alcanzó.- Cariño, al fin te veo- la mirada se le ilumina al verme entrar a mi oficina.- No debiste venir y decir mentiras- menciono deteniéndome atrás de mi silla.Veo a la rubia sonreír traviesamente y exhalo con pesadez.'Está loca'- Es que eso no es mentira. Pronto serás mío y de nadie más- avanza hacia mí contoneando sus caderas.- Escucha, Daniela. Salí contigo porque le debía un favor a tu padre. Pero no me interesas como mujer- la sostengo de los brazos antes de que se acerque más.- Jum, comienzo a creer que en serio no te gustan las mujeres- dice despectivamente.La suelto y se cruza de brazos.- Créeme, me gustan y justo ahora me gusta una en particular- su cara de disgusto me llena de satisfacción.
Pov Gabriella...- ¿Pasa algo, cariño?- cuestiona Jos al verme detener mi baile.- No. Necesito ir al baño- digo y los dos sienten.- Te acompaño- ofrece Joni.- No, descuida. Iré rápido- salgo caminando, o más bien corriendo, sin esperar que responda.No esperaba verlo aquí y menos con otra mujer.Eso hace que en mi interior sienta... ¿Celos? Ay no.Pero claro, era de esperarse. Yo no tengo nada en comparación a esa rubia.Salgo del baño luego de mojar mi rostro y corregir mi maquillaje.Salgo aun cabreada por la situación pero trato de calmarme.Sebastián es libre de hacer lo que quiera. No sé porqué me pongo así si el hombre no es nada mío.Por eso no les dijo a sus guaruras que yo era su mujer como me había dicho a mí está mañana.Busco entre la gente a Sebastián pero es casi imposible. Así que trato de localizar a Jos, Joni o Taylor pero ninguno aparece a la vista.Hasta que alguien me toma por sorpresa de la cintura y susurra en mi oído desde la espalda.- Me buscas a mí o a tu