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Mía
Mía
Por: Stefy Saoz
Capítulo 1

- Eres la novia más hermosa- menciona ensoñada mi pequeña hermana Fabiola.

- ¿Estás segura de esto? Gabi, no tienes que hacerlo sino quieres- aprieta mi hombro mi mejor amiga.

- Todo saldrá bien, Joseline- menciono al verla a través del espejo de cuerpo entero.

Suspiro dando una última mirada a mi grandioso vestido blanco.

Es entallado y con corte sirena acentuando mis curvas, llevo guantes hasta los codos y el velo es bordado en las orillas.

Mi cabello está recogido con un peinado elaborado que deja al descubierto mi cuello y despejado mi rostro que está ligeramente maquillado.

Salgo de la habitación junto a Fabi y Joseline una vez que nos informan que todo está listo y el novio me espera.

Respiro profundamente antes de iniciar.

Es un abrir y cerrar de ojos me encuentro en una amplia habitación en la mansión Hayes.

La boda fue sencilla por petición de ambos y la celebración todavía continúa, pero yo decidí subir para descansar, aunque la madre de Jonathan piensa que es porque quiero estar con su hijo.

Karina, la madre de Jonathan, me dijo que subiera hasta aquí donde debía prepararme para mi noche de bodas, también dijo que no nos preocupemos por nada, pues es el tercer piso y solo dos personas la ocupan aunque en diferentes lados.

Luego de ver que subía con su reglo en las manos se fue de regreso a la fiesta para avisarle a su hijo que ya lo estaba esperando.

Sé que Jonathan no vendrá y en lugar de molestarme, eso me permite estar tranquila.

Hace seis meses me pidió ser su esposa.

Pero no es como todos se imaginan.

Él y yo nos conocimos hace dos años en la cafetería donde entré a trabajar luego de que mi padre falleció y el dinero empezó a faltar para las medicinas de mi hermanita.

Él se hizo mi amigo luego de descubrir que era hija del amigo de su padre en la infancia y que estudiaba en la misma universidad que él.

El tiempo pasó y nunca hizo algo que me dijera que estaba enamorado de mí y yo tampoco tenía esos pensamientos sobre él.

Sin embargo, hace 10 meses atrás su padre lo empezó a presionar con casarse con alguna joven de buena familia.

Él claramente tenía pareja, pero no era la adecuada para presentar a su familia, ya que no iban a aceptar esa relación por el qué dirán ya que son una familia adinerada con grandes empresas, gracias a uno de los hijos del abuelo de mi ahora esposo.

Por lo que decidieron acudir a mí y al ver los ojos suplicantes de ambos, decidí aceptar con la condición de que en un año cada quien tomaría su rumbo luego del divorcio. Ambos aceptaron y firmamos un acuerdo.

Por eso mismo sé que Jonathan no vendrá esta noche y no es algo que me afecte. No tengo sentimientos amorosos hacia él.

Luego de luchar con las tiras del corsé y que terminaran cortadas por las tijeras que encontré. Me deshago del pesado vestido para ir a tomar una ducha ya que es casi media noche y el cansancio me está matando. Además de las de que las copas que me tomé me dejaron algo mareada ya que no estoy acostumbrada a beber.

Salgo envuelta en toalla y me visto con la lencería que prepararon para esta noche.

Es un babydoll color azul cielo y unas bragas diminutas del mismo color. Todo es de encaje suave y fino.

Dejo mi cabello suelto y me acuesto sobre las sábanas de algodón.

Antes de que el sueño me abrace, siento unas suaves caricias en medio de mis sueños.

Besos húmedos sobre mi hombro y siento como las caricias descienden por mi cuerpo y se detiene en mis caderas apretando con fuerza que me hacen despertar de lo real que todo se siente.

Pero cuando abro los ojos veo la silueta de un hombre.

Imposible.

Jonathan se fue con Taylor luego de que yo subiera a la habitación.

Eso quiere decir que este hombre no es Jonathan.

Siento sus manos acariciar mi cuerpo lentamente mientras sigue repartiendo besos sobre mi cuello y clavícula deteniéndose al borde de mis pechos donde inicia la lencería.

- E_espera, qué es lo que haces- musito entrecortado, pero él no responde.

Mi mente está nublada, pero parece que mis otros sentidos están perfectamente bien. Porque le responde bien.

Baja la tela delgada y comienza a repartir besos alrededor de mis senos antes de llegar a mi pezón.

Me retuerzo bajo su cuerpo, pero a atrapado mis manos a los lados y su cuerpo está sobre el mío evitando que me mueva y escupe, está arrodillado con sus piernas a cada lado de mí.

Mi respiración se vuelve más agitada cuando atrapa mi otro pezón y sin poder evitarlo comienzo a jadear y un gemido se escapa de mis labios cuando lo mordisquea.

Todo mi cuerpo vibra bajo sus caricias.

- Por favor- musito sintiendo calor en todo mi cuerpo.

No sé si estoy suplicando por que se detenga o por que continúe.

Antes de poder decir algo más, él atrapa mis labios de forma posesiva.

Suelto un jadeo cuando muerde mi labio inferior y aprovecha para meter su lengua en mi boca.

Es un beso que me cuesta trabajo seguir ya que nunca había besado a nadie. Y el alcohol no ayuda.

Me relajo entre sus brazos, labios y caricias hasta que ya nada importa.

No sé en qué momento quedamos desnudos, pero ahora él acaricia con sus dedos mi entrada.

Pellizca mi botón de placer antes de meter un dedo en mi interior sin dejar de besar mis labios.

Luego con dos dedos en mi interior me hace explotar de placer, nublando todo a mi alrededor.

Antes de que pueda recuperarme, siento su miembro rozar mi entrada y poco a poco comienza a entrar en mí.

Deja de besarme y en medio de la oscuridad nos miramos a la cara (o al menos yo lo hago, ya que es escasa la luz que se filtra).

Mis piernas están alrededor de sus caderas y él sostiene una de mis piernas y mis brazos están alrededor de su cuello.

- Eres mía- susurra en mi oído una vez que va deslizándose en mi interior, haciéndome estremecer ante la profunda y sensual voz que nunca había escuchado.

Doy un jadeo de dolor al sentir la incomodidad y algo de dolor al sentirlo por completo dentro de mí.

Comienza a moverse poco a poco luego de unos segundos dentro y fuera de mí.

La habitación se encierra en una burbuja de lujuria y pasión. Donde solo se escuchan nuestros cuerpos chocar, jadeos y gemidos al poco tiempo.

Cuando al fin acabamos me voy quedando dormida.

Pero en el último segundo antes de rendirme por completo en el sueño, siento sus brazos atraerme y susurrar algo que no logro entender pues el cansancio es mayor.

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