- No lo puedo creer. Mi padre a buscado tener una reunión contigo por años- comenta Ruben, el hermano mayor de Joseline que acaba de llegar de Londres.
Estamos sentados en la sala charlando.
Luego de que nos viera en pleno beso, no hubo mucho que explicar sobre nuestra relación, Ruben simplemente sonrío de oreja a oreja. A él no le cae bien Jonathan y no sé la razón, sin embargo, eso fue bueno ya que nos apoya y prometió guardar el secreto.- Seguro no tiene lo que necesito para mi empresa- responde sin soltarme.
- Eso tenlo por seguro. Mi padre no a querido avanzar en cuestiones de tecnología pero quería asociarse contigo solo por la popularidad que tu apellido le daría.
- Ya veo. Tu padre es el dueño de Ferreira Company- asiente.
- Sí, sigue empeñado en hacer las cosas a la antigua. Por eso aún no me quiere dejar a cargo de la empresa. Sabe que haré una revolución en todo- ríe-. Por cierto, como Joseline no esta, vendré más tarde- se pone de pie y lo imitamos.
- Puedes quedarte y...- un apreton en mi cintura me hace callar y causa que Ruben se ría.
- No, Gabi, descuida. Deben aprovechar el tiempo a solas. Yo me hospedé en un hotel aquí cerca. Vendré más tarde. Sebastián, un gusto conocerte y espero hacer negocios contigo, claro, cuando el señor Ferreira decida retirarse- menciona mirándolo con su sonrisa típica.
- Serás bienvenido en mi empresa- responde antes de darle un apreton de manos.
Lo vemos salir y suelto el aire al estar solos de nuevo.- Así que estamos en una relación ¿Eh?- lo miro y ladea una sonrisa que no creí que tuviera.
Según Joni, su tío es muy frío y serio con todos, incluso con su familia. Pero ya es la segunda vez que veo sus labios curvados en una sonrisa.- Bueno, no podía decirle que dormí con el tío de mi esposo porque me equivoqué de habitación- menciono.
- Oh, cariño. No solo dormimos en mi habitación, te hice el amor una y otra vez en tu noche de bodas- me atrae de nuevo a su pecho-. Y planeo repetirlo esta noche- siento la sangre acumulada en mi rostro.
- No deberías decir eso. Eso fue un...- mis palabras son calladas por los labios de Sebastián.
Envuelve un brazo en mi cintura acercándome a él y su otra mano me agarra de la nuca para profundizar el beso, yo poso mis manos sobre su pecho recibiendo su exigente beso.Sus labios son tan suaves y adictivos.
- Contigo nada es un error- musita apoyando su frente sobre la mía mientras aún mantengo los ojos cerrados y trato de recuperar el aliento.
Una parte de mí se siente bien a su lado y la otra sabe que nada de esto está bien.
Jonathan va a enojarse y Sebastián se dará cuenta que lo nuestro es falso.- Lo siento pero no puedo, yo estoy casada con Jonathan. Lo estamos engañando- me obligo a decir.
- Pide la anulación del matrimonio. No lo han consumado ¿o si?- niego y acaricia mi mejilla y yo simplemente me derrito bajo su tacto-. Ves, eres mi mujer. Sé que solo has estado conmigo- besa la punta de mi nariz.
Muerdo mi labio inferior pues creí que no se había dado cuenta de eso.
- Él no lo aceptará- respondo luego de unos segundos. Siento que se aleja y eso me hace abrir los ojos.
Me observa serio sin ninguna expresión.- Puedo hacer que el mejor abogado del país te ayude. No necesitas pedir nada a cambio para que él firme. Yo te daré todo- menciona.
- No es eso. Yo... déjame hablar con él. Dame al menos unos meses para pensar como decirle que quiero el divorcio- muerdo mi labio esperando que él acepte.
En ese tiempo se puede aburrir de mí y dejarme en paz.
Aunque... pensar en eso me causa incomodidad y que se estruje algo en mi pecho.
- Bien, te daré dos meses. Si no lo haces tú, lo haré yo a mi modo- menciona antes de darme un corto y casto beso en los labios-. No soportaré mucho tiempo verte a su lado y pensar en que duermes con él- menciona acunando mi rostro y dejando varios besos cortos en mis labios.
Su actitud me hace sonreír.
No es como todos creen que es. Es cariñoso aunque
Nos sentamos en el sofá a esperar a Fabi y Joseline. Mientras mi cabeza es un lío. Sé que debo alejarlo y esto solo lo empeora.0-0-0-0-0-0-0
- Aquí estaremos tranquilos- menciona luego de que el mesero sirve el vino y se va para traer nuestros platillos.
Estamos en una sala privada en un restaurante de lujo.
Cenamos en completo silencio y eso me pone nerviosa hasta que él rompe el silencio.- Y bien... háblame de ti, Gabriella. Quiero conocer a la mujer con la que dormí anoche. Mi mujer.- menciona serio. Me sonrojo ante sus palabras.
Sebastián es el tipo de hombre que te hace suspirar ante su belleza.
Es como esos dibujos de mangas que son extremadamente atractivos. Pero no es solo eso, sino que tiene algo que me hace sentir segura a su lado. Es extraño pues apenas lo conozco y al parecer medio mundo le tiene miedo. Claro, el hombre siempre está serio y con cara de pocos amigos.- Mi nombre es Gabriella Evans, tengo 22 años- comienzo a decir fijando la mirada en un punto detras de él-, estudié administración y tomé un curso de secretariado. Soy... huerfana, mi madre murió cuando yo solo tenia 12 años y mi padre hace dos años, solo tengo a mi hermanita de 15 años. Mis padres eran hijos únicos. Joseline se mudó con nosotros cuando...- toma mi mano que está sobre la mesa llamando mi atención y enfoco mis ojos en su mirada.
- Gabriella, no es una entrevista. Relajate- veo que alza un poco la comisura de sus labios en una apenas visible sonrisa. Algo en mí hace que me gusta verlo sonreír. Luce más joven de lo que es.
- Lo siento, es que estoy nerviosa- enarca una ceja y ladea levemente la cabeza.
- Así que te pongo nerviosa- menciona serio pero en su mirada veo diversión-. No deberías, puedes sentirte libre de ser como eres conmigo. Quiero conocerte en todos los sentidos- agrega.
Lo observo y sin poder evitar le pregunto lo que toda la cena me a rondado en la cabeza debido al comentario de Joni.
- No entiendo porqué quieres estar conmigo, no soy el tipo de mujer para ti. Sé que no tenías planeado estar conmigo pero... pasó. Eso no quiere decir que debas hacerte responsable. Honestamente yo me dejé llevar por sus caricias y no te culpo de nada. No me debes nada- menciono confundida.
Frunce el ceño y al tiempo ladea un poco la cabeza y la intriga brilla en sus hermosos ojos azul hielo.
- ¿Acaso tú no quieres estar conmigo?- cuestiona sorprendiéndome.
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Antes de poder responder escuchamos su teléfono sonar.Hace seña de que aguarde y asiento liberando la respiración contenida.- Dime- responde secamente. Espera unos segundos y lo veo frunce el ceño luciendo molesto-. Bien, que seguridad se encargue en lo que llego- agrega antes de colgar.- Debo regresar a la empresa. Se presentó un problema- menciona mirando algo en la pantalla antes de voltear a verme con seriedad-. Mi guardaespaldas se encargará de llevarte.- No hace falta. Puedo irme en un taxi- menciono incomoda.- No dejaré que te arriesgues a irte sola. Eres mía y debo cuidarte- se pone de pie y me ayuda a pararme.Caminamos hasta la salida y veo dos camionetas iguales y un auto deportivo color rojo.- Señor, ya estamos listos- menciona uno de los dos hombres corpulentos que salieron de la camioneta de enfrente y se acercó a nosotros.- Bien, lleven a... la señorita a su casa- ordena.No sé porqué pero siento un apretón en mi corazón al escucharlo.'Creí que diría que era su
Pov Sebastian...Llegué al trabajo algo distraído. Cosa extraña en mí ya que todo en mi mundo gira en completo orden y de manera funcional sin perder el tiempo.Hoy me puse al corriente luego de estar lejos por varios años.Estaba leyendo los informes y los contratos que necesitan mi firma pero sin poder concentrarme del todo.Suspiro con frustración antes de ponerme de pie y servirme un poco de whisky.Me quedo de pie con una mano dentro del bolsillo de mi pantalón y en la otra mano sostengo mi vaso de vidrio.Observo la vista panorámica que tengo de la cuidad gracias a las paredes de cristal.Dejando que mi mente se dirija a la noche anterior.Luego de un viaje de varias horas, me dirigí a la mansión de mi padre pues era la boda de mi sobrino Jonathan.Un chico de 23 años algo inmaduro, si me lo preguntan.Aunque claro, no todos poseen un intelecto como el mío. Yo a su edad ya tenia mi propia empresa y dirigía las de mi padre, Walter Hayes, un hombre de 65 años, viudo y con cuatro h
- No puedes dejar entrar a cualquiera por más que diga eso- digo malhumorado.- Lo lamento, señor. Creí que...- Estás despedido- oprimo el último piso antes de entrar y girar. Veo como se cierran las puertas dejando al hombre en blanco.Mi paciencia tiene un limite y este lo alcanzó.- Cariño, al fin te veo- la mirada se le ilumina al verme entrar a mi oficina.- No debiste venir y decir mentiras- menciono deteniéndome atrás de mi silla.Veo a la rubia sonreír traviesamente y exhalo con pesadez.'Está loca'- Es que eso no es mentira. Pronto serás mío y de nadie más- avanza hacia mí contoneando sus caderas.- Escucha, Daniela. Salí contigo porque le debía un favor a tu padre. Pero no me interesas como mujer- la sostengo de los brazos antes de que se acerque más.- Jum, comienzo a creer que en serio no te gustan las mujeres- dice despectivamente.La suelto y se cruza de brazos.- Créeme, me gustan y justo ahora me gusta una en particular- su cara de disgusto me llena de satisfacción.
Pov Gabriella...- ¿Pasa algo, cariño?- cuestiona Jos al verme detener mi baile.- No. Necesito ir al baño- digo y los dos sienten.- Te acompaño- ofrece Joni.- No, descuida. Iré rápido- salgo caminando, o más bien corriendo, sin esperar que responda.No esperaba verlo aquí y menos con otra mujer.Eso hace que en mi interior sienta... ¿Celos? Ay no.Pero claro, era de esperarse. Yo no tengo nada en comparación a esa rubia.Salgo del baño luego de mojar mi rostro y corregir mi maquillaje.Salgo aun cabreada por la situación pero trato de calmarme.Sebastián es libre de hacer lo que quiera. No sé porqué me pongo así si el hombre no es nada mío.Por eso no les dijo a sus guaruras que yo era su mujer como me había dicho a mí está mañana.Busco entre la gente a Sebastián pero es casi imposible. Así que trato de localizar a Jos, Joni o Taylor pero ninguno aparece a la vista.Hasta que alguien me toma por sorpresa de la cintura y susurra en mi oído desde la espalda.- Me buscas a mí o a tu
'Toc' 'toc' 'toc'Me remuevo al escuchar los golpes en la puerta.Abro lentamente los ojos y me doy cuenta que estoy sola en la habitación.- Adelante- digo adormilada al escuchar de nuevo los golpes.- Buen día, señora- saluda una señora de unos 50 años al entrar, con una charola en sus manos-. El señor ordenó el desayuno antes de irse- menciona acercándose a mí.- ¿Él se fue?- cuestiono frunciendo el ceño. Deja la bandeja sobre mis piernas en una de esas mesitas para comer en la cama.- Recibió una llamada y tuvo que irse de emergencia- responde abriendo las cortinas oscuras de la habitacion la cuál es amplia y bien amueblada.- Ok, gracias...- digo esperando su nombre.- Raiza, señora- responde con una sonrisa amable. Asiento y decido desayunar rapidamente antes de regresar a la casa.Escucho el teléfono sonar por alguna parte de la habitación y lo busco con la mirada, hago la charola a un lado con el desayuno a medio terminar y me pongo de pie para ir por él a la mesa de enfrente.
Bajamos del auto y suspiro tratando de controlar mis nervios.Hoy es el cumpleaños de Walter Hayes, el abuelo de Jonathan.Pero lo que realmente me tiene nerviosa es otra razón. La cual tiene nombre y apellido.'Sebastián Hayes'Luego de no verlo ni saber nada de él por dos semanas, aquí estoy, a punto de verlo en una reunión familiar.- Vamos, ya nos esperan- me agarra del brazo y me guía hasta la entrada.Jonathan y yo ahora parecemos dos extraños en la misma casa desde ese incidente. Y con la variante de que ahora se comporta posesivo y estricto conmigo.Saludamos a la ama de llamas antes de ir al salón donde todos están y ahí me topo con esos ojos color azul hielo que parecen atravesar mi alma.Viste un impecable traje de tres piezas color gris plomo, camisa azul cielo y corbata azul marino satinado.Su cabello negro está perfectamente peinado hacia atras y su barba está bien recortada dándole ese toque extra de masculinidad.- Deja de ver a mis primos de esa manera- gruñe cuando
Mi cuerpo se siente agotado y todo mi cuerpo vibra todavía.Estar con Sebastián es como subir a una montaña rusa.Sonrío como colegiala sintiendo mi pecho lleno de felicidad y satisfacción.Todavía me da miedo esto que comienzo a sentir por él, pero me es imposible parar.No solo es deseo, es algo más y eso me quedó claro ahora que estuve lejos de él.Lo extrañé y por mucho que evité no pensar en él, no resultó.Antes de poder levantarme, la puerta se abre de golpe y veo a Jonathan entrar.Frunzo el ceño al verlo quitarse la corbata con algo de torpeza y luego la camisa.Camina hasta llegar a los pies de la cama y me jala del pie hacia él.- ¡¡Oye!! ¿Qué te pasa?- reclamo sorprendida. Cuando subí a la habitación, luego de estar con Sebastián en el baño, lo vi con sus primos bebiendo por lo que no le di importancia.- ¡Me pasa que es hora de que mi esposa cumpla con sus obligaciones!- gruñe furioso.Se lanza sobre mí y comienza a besar mi cuello. Siento su olor a licor y eso me alerta
*Pov Jonathan*Salí furioso de la habitación furioso luego de confirmar mis sospechas.Primero pierdo los estribos con Taylor.Mi amada Taylor.Una joven preciosa, alta de caderas anchas y piernas kilométricas, ojos azules y un rostro de angel con cabello rubio oscuro en ondas hasta la cintura.La cual conocí en una fiesta de amigos en común.Luego de que me contara lo que pasó por culpa de aquel canalla, tomé una decisión. Cuidarla y hacer pagar de una u otra forma a ese infeliz.Pero algunas cosas no salen como las queremos. Ya que su repentina muerte me complicó las cosas.Sin embargo siempre hay otros caminos para llegar a la meta planeada.Maldigo una y otra vez mientras voy manejando a toda velocidad con la adrenalina al tope.'Gabriela'Gruñe mi conciencia.Ella es una joven hermosa, encantadora y que hace babear a cualquier hombre.Ella cree que pasa desapercibida pero se equivoca, nada en ella se puede ignorar.Tiene una belleza increíble.Cabello castaño claro, piel blanca,