Cierro los ojos con fuerza esperando el corte o algo pero no pasa nada.Abro un ojo lentamente y ahí la veo con una sonrisa burlona.- Tranquila, cariño. No pienso dañarte... todavía- muestra una mirada maliciosa antes de girar e irse siendo custodiada por el mismo sujeto que le trajo.- Esta noche nos iremos- menciona Jonathan.- ¿Irnos? ¿A dónde?- lo observo asustada.- A otra cuidad. Es lo unico que debes saber. Ahora es hora de dormir- truena los dedos y uno de los tipos se me acerca con una inyección.- No por favor. Déjame estar consciente- suplico.- Espera, Robles. Dejame a solas con ella- menciona.El tipo me mira como queriendo decir algo antes de asentir y salir de la habitación.Me quedo a solas con Jonathan y siento que el aire me quiere asesinar.Su presencia me pone de nervios.- Deberíamos de retomar lo que quedó pendiente- susurra acercándose.Pasa sus manos por mi cabello y yo trato de alejarme pero es imposible.En eso uno de sus hombres entra a la habitación.- Señ
Gabriella Evans.Veo al idiota de Jonathan acercarse y apunta con el arma en dirección a mí.'Él fue el que disparó a Tamara me imagino que por error''¡Por todos los cielos! El disparo seguro era para Sebastián'Sebastián me aprieta a su pecho y reprime un gruñido de dolor.La sangre en su costado es considerable y me causa panico no saber como ayudarlo.- Tira el arma- ordena Jonathan dando pasos hacia nosotros. Miro a Sebastián y él asiente. La bajo y la pateo en su direccion.- ¡Jonathan, aléjate. Mi madre está muriendo! Debemos irnos- grita Taylor.- ¡¡NO!! ¡¿No entiendes que es por culpa de ella que tuvieras que crecer sin padre!?- Exclama furioso mientras nos mira.- Jonathan, baja esa arma y déjanos ir- menciona Sebastián con calma.'¡¡De donde carajos agarra esa calma!!'- No estás en posición de dar ordenes, tío- lo desafía con la mirada.- Jo... Jonathan- susurra Tamara.Todos volteamos a verla.- Mami, guarda silencio. Debes guardar tus fuerzas- suplica Taylor.- ¡Tamara
Siento el fuerte aroma del alcohol y arrugo la nariz antes de dar un manotazo.- Auch, tonta- se queja la enfermera.- Que mal educada para ser enfermera- murmuro abriendo los ojos lentamente.- Será porque no lo soy- responde ella. La enfoco bien y me doy cuenta que es Joseline.- ¡¡Amiga!!- exclamo feliz y ella ríe.- Vaya, al meno uno de los dos ya reaccionó- menciona.- ¿Sebastián sigue inconsciente?- mi pulso se acelera y lo sé por la máquina que emite un pitido a mi lado.- Oye, cálmate. Sigue con el efecto de la anestesia. Es solo cuestión de minutos para que despierte, según el guapetón del doctor Meller- menciona.- Quiero verlo- menciono.- ¡¿Al doctor?!- cuestiona con sorpresa.- ¡A Sebastián!- Aaaah- alarga la letra y asiente antes de ir a la puerta. Sale por un momento, ingresa una enfermera de edad media con sonrisa amable.- Señorita Evans, que bueno que ya están despiertos- menciona checando la maquina y luego me mira a mí.- ¿Estamos?- cuestiono.- Oh, aún no lo sabe
Entra Karina y se cruza de brazos.- Puedo explicarlo- me apresuro a decir. Me pondo de pie y me pongo de escudo protegiendo a Sebastián.- ¡¿Crees que esto es un juego!?- exclama-. No deben tener intimidad hasta que esa herida sane o de lo contrario... se infectaría- sonríe coqueta al decir lo último-. Lo digo por experiencia- guiña un ojo y Sebastián hace gesto de desagrado. Yo me quedo confundida.- Esto... nosotros- no sé ni que decir.- Mi padre me contó todo- suspira-. No debiste dejarte influenciar por ese hijo mío- agarra mis manos-. Por favor, perdona a mi hijo.- No le vamos a quitar la demanda. Debe pagar por lo que hizo- menciona Sebastián. Es increíble que aún con bata y una herida en su costado, luzca elegante, poderoso e intimidante.- No estoy pidiendo eso, hermano. Es solo que ella no debe cargar rencor en su pecho- menciona.- No te preocupes, Karina. No le guardo rencor pero debe asumir las consecuencias- ella siente con tristeza.- ¿Podemos entrar?- menciona Anton
Llegamos a casa y Gregorio lo ayuda a llegar a la habitación ya que Joseph tambien se a ido a descansar.- Los dejaremos solos. Necesitan descansar y reponer fuerzas- indica Walter. Se despiden sus hermanas y sus cuñados.- Papá, gracias... por todo- menciona Sebastián mirando a su padre que es el último en la habitación.- No iba a dejar que pensaran mal de mi nuera- me sonríe cálidamente-. Está de mas que yo te diga que estás de licencia. Me haré cargo de la empresa durante el tiempo que sea necesario para tu recuperación- informa.- Puedo hacerlo. Solo es una herida...- Que te pudo costar la vida. Unos centímetros más arriba y no la cuentas, Sebastián- dice con dureza.- Está bien, pero solo un par de semanas y regreso- responde serio.Amo su seriedad. Esa voz grave y profunda que tiene y como su rostro se vuelve inexpresivo.- Si, como digas- hace ademán con la mano como restándole importancia. Gira y me mira-. Cuida del señorito necio. Dale un jalón de oreja si no hace caso- m
- Eres la novia más hermosa- menciona ensoñada mi pequeña hermana Fabiola.- ¿Estás segura de esto? Gabi, no tienes que hacerlo sino quieres- aprieta mi hombro mi mejor amiga.- Todo saldrá bien, Joseline- menciono al verla a través del espejo de cuerpo entero.Suspiro dando una última mirada a mi grandioso vestido blanco.Es entallado y con corte sirena acentuando mis curvas, llevo guantes hasta los codos y el velo es bordado en las orillas.Mi cabello está recogido con un peinado elaborado que deja al descubierto mi cuello y despejado mi rostro que está ligeramente maquillado.Salgo de la habitación junto a Fabi y Joseline una vez que nos informan que todo está listo y el novio me espera.Respiro profundamente antes de iniciar.Es un abrir y cerrar de ojos me encuentro en una amplia habitación en la mansión Hayes.La boda fue sencilla por petición de ambos y la celebración todavía continúa, pero yo decidí subir para descansar, aunque la madre de Jonathan piensa que es porque quiero
Y aquí estaba de nuevo, otro día en la oficina.Trabajo desde hace dos años en la empresa Altamirano.Soy la asistente del dueño y de vez en cuando le ayudo con los diseños. Reviso los documentos que mi jefe debe firmar y los ordeno antes de ir a su oficina.Toco dos veces pero no escucho a nadie del otro lado. Vuelvo a tocar y nada.Es extraño... El señor Altamirano no a salido de su oficina.Me debato entre entrar o retirarme, pero que tal y si ¿necesita ayuda?Suspiro ante ese presentimiento, abro lentamente y lo primero que veo es un cuerpo en medio de la enorme oficina.¡Oh, por el cielo! Es mi jefe.Me acerco a él y observo que todavía tiene pulso, uf, alivio.Llamo a emergencia y una ambulancia llega rápido al edificio.Una vez en el hospital decido llamar a la esposa de mi jefe.- Hola, querida- saluda amable.- Que tal, señora Altamirano. - ¿Sucede algo en la empresa? Es extraño que me hables a esta hora.- Bueno, verá... Estamos en el hospital Center, el señor...- ¡Dios,
- Escuché que el hijo del señor Altamirano va a venir en una semana para tomar el control de todo.- Yo escuché que no quiere saber nada del negocio familiar. - Pues claro, él tiene su propio imperio. Dejó a su familia cuando cumplió la mayoria de edad para fundar su propia empresa- escucho los murmullos de mis compañeras.- Yo digo que debemos darnos prisa. La señorita Vivian necesita los muestrarios de tela- menciono.- Ya habló la jefa. Dense prisa o nos iremos tarde- comenta Damaris con diversión.Jade y Brenda asienten sonriendo y regresan a sus lugares.El resto de la tarde nos la pasamos entre risas y trabajo.Una semana a pasado desde que fue dado de alta mi jefe luego de permanecer dos semanas en el hospital porque su presión no se estabilizaba.La nueva colección de primaria-verano para dama está lista pero a la señorita Vivian no le convence una de las telas elegidas.Salimos de trabajar algo tarde pero veo el auto de Logan en la entrada.Sonrío y corro hasta él quien se b