Pov Sebastian...Llegué al trabajo algo distraído. Cosa extraña en mí ya que todo en mi mundo gira en completo orden y de manera funcional sin perder el tiempo.Hoy me puse al corriente luego de estar lejos por varios años.Estaba leyendo los informes y los contratos que necesitan mi firma pero sin poder concentrarme del todo.Suspiro con frustración antes de ponerme de pie y servirme un poco de whisky.Me quedo de pie con una mano dentro del bolsillo de mi pantalón y en la otra mano sostengo mi vaso de vidrio.Observo la vista panorámica que tengo de la cuidad gracias a las paredes de cristal.Dejando que mi mente se dirija a la noche anterior.Luego de un viaje de varias horas, me dirigí a la mansión de mi padre pues era la boda de mi sobrino Jonathan.Un chico de 23 años algo inmaduro, si me lo preguntan.Aunque claro, no todos poseen un intelecto como el mío. Yo a su edad ya tenia mi propia empresa y dirigía las de mi padre, Walter Hayes, un hombre de 65 años, viudo y con cuatro h
- No puedes dejar entrar a cualquiera por más que diga eso- digo malhumorado.- Lo lamento, señor. Creí que...- Estás despedido- oprimo el último piso antes de entrar y girar. Veo como se cierran las puertas dejando al hombre en blanco.Mi paciencia tiene un limite y este lo alcanzó.- Cariño, al fin te veo- la mirada se le ilumina al verme entrar a mi oficina.- No debiste venir y decir mentiras- menciono deteniéndome atrás de mi silla.Veo a la rubia sonreír traviesamente y exhalo con pesadez.'Está loca'- Es que eso no es mentira. Pronto serás mío y de nadie más- avanza hacia mí contoneando sus caderas.- Escucha, Daniela. Salí contigo porque le debía un favor a tu padre. Pero no me interesas como mujer- la sostengo de los brazos antes de que se acerque más.- Jum, comienzo a creer que en serio no te gustan las mujeres- dice despectivamente.La suelto y se cruza de brazos.- Créeme, me gustan y justo ahora me gusta una en particular- su cara de disgusto me llena de satisfacción.
Pov Gabriella...- ¿Pasa algo, cariño?- cuestiona Jos al verme detener mi baile.- No. Necesito ir al baño- digo y los dos sienten.- Te acompaño- ofrece Joni.- No, descuida. Iré rápido- salgo caminando, o más bien corriendo, sin esperar que responda.No esperaba verlo aquí y menos con otra mujer.Eso hace que en mi interior sienta... ¿Celos? Ay no.Pero claro, era de esperarse. Yo no tengo nada en comparación a esa rubia.Salgo del baño luego de mojar mi rostro y corregir mi maquillaje.Salgo aun cabreada por la situación pero trato de calmarme.Sebastián es libre de hacer lo que quiera. No sé porqué me pongo así si el hombre no es nada mío.Por eso no les dijo a sus guaruras que yo era su mujer como me había dicho a mí está mañana.Busco entre la gente a Sebastián pero es casi imposible. Así que trato de localizar a Jos, Joni o Taylor pero ninguno aparece a la vista.Hasta que alguien me toma por sorpresa de la cintura y susurra en mi oído desde la espalda.- Me buscas a mí o a tu
'Toc' 'toc' 'toc'Me remuevo al escuchar los golpes en la puerta.Abro lentamente los ojos y me doy cuenta que estoy sola en la habitación.- Adelante- digo adormilada al escuchar de nuevo los golpes.- Buen día, señora- saluda una señora de unos 50 años al entrar, con una charola en sus manos-. El señor ordenó el desayuno antes de irse- menciona acercándose a mí.- ¿Él se fue?- cuestiono frunciendo el ceño. Deja la bandeja sobre mis piernas en una de esas mesitas para comer en la cama.- Recibió una llamada y tuvo que irse de emergencia- responde abriendo las cortinas oscuras de la habitacion la cuál es amplia y bien amueblada.- Ok, gracias...- digo esperando su nombre.- Raiza, señora- responde con una sonrisa amable. Asiento y decido desayunar rapidamente antes de regresar a la casa.Escucho el teléfono sonar por alguna parte de la habitación y lo busco con la mirada, hago la charola a un lado con el desayuno a medio terminar y me pongo de pie para ir por él a la mesa de enfrente.
Bajamos del auto y suspiro tratando de controlar mis nervios.Hoy es el cumpleaños de Walter Hayes, el abuelo de Jonathan.Pero lo que realmente me tiene nerviosa es otra razón. La cual tiene nombre y apellido.'Sebastián Hayes'Luego de no verlo ni saber nada de él por dos semanas, aquí estoy, a punto de verlo en una reunión familiar.- Vamos, ya nos esperan- me agarra del brazo y me guía hasta la entrada.Jonathan y yo ahora parecemos dos extraños en la misma casa desde ese incidente. Y con la variante de que ahora se comporta posesivo y estricto conmigo.Saludamos a la ama de llamas antes de ir al salón donde todos están y ahí me topo con esos ojos color azul hielo que parecen atravesar mi alma.Viste un impecable traje de tres piezas color gris plomo, camisa azul cielo y corbata azul marino satinado.Su cabello negro está perfectamente peinado hacia atras y su barba está bien recortada dándole ese toque extra de masculinidad.- Deja de ver a mis primos de esa manera- gruñe cuando
Mi cuerpo se siente agotado y todo mi cuerpo vibra todavía.Estar con Sebastián es como subir a una montaña rusa.Sonrío como colegiala sintiendo mi pecho lleno de felicidad y satisfacción.Todavía me da miedo esto que comienzo a sentir por él, pero me es imposible parar.No solo es deseo, es algo más y eso me quedó claro ahora que estuve lejos de él.Lo extrañé y por mucho que evité no pensar en él, no resultó.Antes de poder levantarme, la puerta se abre de golpe y veo a Jonathan entrar.Frunzo el ceño al verlo quitarse la corbata con algo de torpeza y luego la camisa.Camina hasta llegar a los pies de la cama y me jala del pie hacia él.- ¡¡Oye!! ¿Qué te pasa?- reclamo sorprendida. Cuando subí a la habitación, luego de estar con Sebastián en el baño, lo vi con sus primos bebiendo por lo que no le di importancia.- ¡Me pasa que es hora de que mi esposa cumpla con sus obligaciones!- gruñe furioso.Se lanza sobre mí y comienza a besar mi cuello. Siento su olor a licor y eso me alerta
*Pov Jonathan*Salí furioso de la habitación furioso luego de confirmar mis sospechas.Primero pierdo los estribos con Taylor.Mi amada Taylor.Una joven preciosa, alta de caderas anchas y piernas kilométricas, ojos azules y un rostro de angel con cabello rubio oscuro en ondas hasta la cintura.La cual conocí en una fiesta de amigos en común.Luego de que me contara lo que pasó por culpa de aquel canalla, tomé una decisión. Cuidarla y hacer pagar de una u otra forma a ese infeliz.Pero algunas cosas no salen como las queremos. Ya que su repentina muerte me complicó las cosas.Sin embargo siempre hay otros caminos para llegar a la meta planeada.Maldigo una y otra vez mientras voy manejando a toda velocidad con la adrenalina al tope.'Gabriela'Gruñe mi conciencia.Ella es una joven hermosa, encantadora y que hace babear a cualquier hombre.Ella cree que pasa desapercibida pero se equivoca, nada en ella se puede ignorar.Tiene una belleza increíble.Cabello castaño claro, piel blanca,
GabriellaLlego al restaurant donde anteriormente vine con Sebastián y mis nervios incrementan cuando lo veo sentado en el área privada.'Tan elegante e impecable como siempre'- Hola- musito al llegar a él y siento mis mejillas arder.- Gusto en verte de nuevo, bella dama- menciona al ponerse de pie, besa mi mejilla sorprendiéndome-. Toma asiento- ordena con esa voz profunda que me eriza.Me ayuda con la silla y nos acomodamos frente a frente.Cenamos en completo silencio pero en un silencio agradable.Sebastián es el tipo de persona que intimida a todos pero a mí me agrada estar con él.Pedimos un postre para compartir a mi elección.Lo observo de reojo disimulando ver la decoracion del lugar.Aun no puedo creer que un hombre como él sea solo mío.Saber que soy su mujer y sin queres también su amante, me agobia por igual.Quisiera haberlo conocido antes de esta locura.Quizás lo hubiera pensado dos veces antes de aceptar la propuesta de Jonathan.Respiro hondo al recordar su actitud