Capítulo 5

El día término de la mejor manera, aunque quisiera irse a su casa no estaba en sus planes hacer enojar aquel hombre el primer día de casados, suficiente fue con dejarla ir cuando la tuvo contra la pared. Si quería sobrevivir debía mantenerse lejos de él, si lo más lejos posible que pudiera; algo así como algunos kilómetros de por medio.

Hasta que no estuviera en su casa con su hijo no estaría tranquila, por el momento era su vecina quien lo estaba cuidando a cambio de algo de dinero para ayudarla con sus pequeños.

Lucy: Hola, ¿Cómo está mi bebe? ¿Te está dando problemas?

Vecina: Se encuentra durmiendo como un angelito, no te preocupes por él, Lucy.

Lucy: No sé qué haría sin ti, me salvas siempre de todos los problemas que tengo. Dale un beso enorme de mi parte, mañana regreso.

Vecina: Tranquila, tomate tu tiempo que yo me hago cargo del pequeño.

Lucy: Gracias, prometo no tardar tanto. Solo debo arreglar unos asuntos que me permitirán costear su cirugía.

Debía descansar un poco antes de enfrentar de nuevo a este hombre y su molesta presencia, debía de estar lo más tranquila posible para hacer saber sobre la propuesta de vivir en casa separadas. Es algo práctico y cómodo para todos, empezando por él que pretende hacer una vida marital a la que no estaba de acuerdo llevar a cabo.

Lucy tuvo una noche maravillosa, esa cama era totalmente mágica o será acaso que muy pronto dejaría de preocuparme por la salud de su hijo. Ya no tendría nada de qué preocuparme para que se llevara a cabo la operación, hoy iría a ver a la señora para que pagara el hospital y se concluya con este trámite. Para sorpresa de ella misma, hasta el momento no conocía ni el nombre de la persona con la que se encontraba haciendo el trato de su vida.

No se enorgullecía por esto, pero creo que fue la mejor decisión que pudo tomar en toda su vida, sin importar pasarla mal el tiempo que dure este falso contrato con ese demonio del mal, creo que en lugar de corazón tiene un pedazo de hielo congelado.

Tomo el desayuno en la cocina, no quería toparte con él hasta la hora de comida para hablarle de frente una vez que tuviera todo arreglado. Aprovecho para mandarle un mensaje a la señora, el hospital les queda como punto intermedio que mejor que verse ahí para arreglar todo lo relacionado con la operación del pequeño.

—Buen día señora, ¿Necesita que la lleve algún lado?

—No… no… gracias, puedo ir caminando.

—El señor me dejo dicho que la puedo llevar a donde usted quiera, solo tiene que indicarme donde la llevo.

—Prefiero caminar un poco para conocer el lugar, de esa forma no podre perderme cuando no puedas acudir a mi ayuda.

—Este lugar es muy especial, pocas personas han venido aquí señora. No debe de preocuparse por nada, solo téngale un poco de paciencia al señor, y vera que es una gran persona en la que puede confiar.

—Eso lo dices porque te paga, de lo contrario no creo que digas lo mismo. Será mejor que me vaya la mañana está muy bella como para quedarme sentada todo el día platicando sin sentido, si me disculpas debo marcharme.

No quería ser grosera con el chofer, pero al final del día ese chico trabajaba para él y todo lo que dijera siempre seria a su favor. Ella estaba ahí por un contrato, no para ser amigos y escarbar en la vida de su falso esposo; mantener los pies en la tierra era lo mejor que podía antes de meterse en problemas.

Llego con tiempo al lugar acordado, para ella era importante que se pagara la operación de su pequeño hoy mismo, nada podía salir mal cuando ya había cumplido con su parte del trato. Espero un poco antes de que la señora llegara a donde estaba, aunque su aura no era la mejor desde que entro, un mal presentimiento en su corazón se hizo presente y los nervios empezaron a apoderarse de ella.

—Siento llegar tarde, pero tenía cosas más importantes que hacer hoy —expreso la señora con aires de superioridad.

—Me alegro que lo diga, es claro que usted es alguien voluntarioso, que solo se preocupa por sus necesidades. Pero terminemos esto pronto, vayamos a caja para que pague lo acordado para que se marche de una buena vez, y yo pueda ocuparme de lo en realidad me preocupa.

—Tú pequeño es un gran obstáculo para tu matrimonio, no debes de preocuparte mucho por él. Si muere no serás culpada de nada, podrás disfrutar de tu vida de casada como te lo mereces, te mereces vivir una buena vida con tu ahora esposo; es un hombre muy guapo que puede darte más hijos sanos, no como ese niño donde estas gastando todas tus energía Lucy. Eres una chica joven y bella, no entiendo porque te aferras tanto a ese pequeño que no sirve para nada, mucho menos te ayudara a salir de la miseria en la que te encuentras.

—Es usted la peor persona que he conocido en mi vida señora, no sé cómo Dios le ha dado hijos si piensa de esa manera. No voy a dejar morir a mi pequeño, yo ya cumplí con mi parte del trato es mejor que haga lo mismo antes de que empiece a hablar.

—Yo no soy la que da hijos defectuosos, querida. Eso lo debiste de pensar mejor antes de embarazarte o meterte quien sabe con qué fenómeno para que como resultado dieras un hijo enfermo, si esta así, es solo por tu culpa, no trates de culpar a alguien más. Te recomiendo que te hagas estudios antes de volver a embarazarte, no creo que quieras pasar por esto dos veces y que tu pequeño se muera.

Lucy estaba que echaba chispa por todos lados, si pudiera la desgreñaba en ese momento, sin embargo, debía mantener la poca cordura que le quedaba para ver si lograba que cumpliera su palabra y pagara la operación de su pequeño lo antes posible.

Fue engañada como una niña de cuatro años solo que ella no obtuvo la recompensa que le prometieron. La supuesta señora honorable no estaba cumpliendo con la parte que le correspondía, de nada le servía todo el dinero que decía tener si solo lo usaba cuando deseaba aplastar a los demás por ir en su contra.

—Es usted una… una… una…

—No me importa lo que pienses de mi querida, no eres absolutamente nadie a mi lado, si quiero puedo aplastarte como una cucaracha nuevamente.

—Soy mejor persona que usted señora, hablare con Nelson para contarle la verdad sobre esta mentira que usted propuso para salvar a su hija.

— ¡Ni se te ocurra o me conocerás de verdad!, ¿Acaso no te quedo claro cuando perdiste tus trabajos? Nadie me desafía de esa forma y tú lo has hecho varias veces, además será la palabra de una pobre y miserable persona contra la palabra de una reconocida señora de la alta sociedad. Si quieres quedar en evidencia entonces cuéntale a Nelson la verdad, veamos de qué lado se pone, no olvides la clase de persona que es.

—Lárguese, lárguese ahora mismo de aquí, no quiero volverla a ver señora. Suficiente daño me ha hecho ya para que la tenga que ver de nuevo.

—Por supuesto, querida. No pienso quedarme un minuto más en este lugar nauseabundo. Solo un comentario más para que veas que pienso en ti después de todo lo que me dices, si Nelson se entera de que tienes un hijo tu matrimonio no tendrá validez y arrastrarías a mi hija al desastre; si eso pasa te garantizo que no saldrás ilesa de todo este asunto. Yo mejor que tú lo pensaba dos veces antes de que intentes hacer algo, si es que quieres salvar a tu hijo.

Después de eso la señora se marchó sin mirar atrás mientras que Lucy se quedaba con los puños cerrados para tratar de contener el llanto que amenazaba con salir, fue una verdadera tonta en confiar en alguien que ni siquiera conocía, desde el primer momento en que la vio le dio mala espina esa persona. Debería hacerle más caso a sus corazonadas, y dejar de creer que las personas hacen las cosas de buena fe cuando abren la boca.

Los buenos samaritanos no existen, esa era la nueva regla de oro que debía aprender si quería seguir sobreviviendo junto con su pequeño al que no le quedaba mucho tiempo de vida sin aquella operación.

Había ido detrás de la señora para por lo menos gritarle todo lo que se merecía por engañarla de una forma tan vil y llana, pero todo su esfuerzo fue en vano, esa mujer se había marchado sin dejar huella donde caminaba. Decidió regresar al hospital para ver si podía abrir una cuenta de caja para ir pagando la cirugía de su pequeño.

—Hola, me gustaría saber si existe un plan de pagos para cirugías.

—Hola Lucy, me alegra verte de nuevo ¿Cómo está tu pequeño?

—Disculpa Ela no te reconocí, Lucas se encuentra en casa con mi vecina en lo que vine a investigar cómo puedo ir pagando. No he logrado juntar todo el dinero para la operación.

—No creo que exista un plan de pagos, si me permites justo estoy por llevar unos papeles a dirección y puedo investigarte algo; por favor espérame veré que puedo hacer por ti.

—Gracias, muchas gracias Ela. Estaré esperando con ansias la respuesta.

Lucy necesitaba conseguir dinero a como diera lugar para pagar la operación, el tiempo seguía corriendo, cada día que pasaba le restaba vida a su pequeño. Si las grandes empresas no querían contratarla eso no sería un obstáculo, existían empresas las 24 horas del día y alguna de ella necesitaría de sus servicios aunque fuera tallando pisos no se detendría por nadie.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo