— ¿Cómo se encuentra mi hijo doctor?
—Nada bien Lucy, lamento ser el portador de tan malas noticias, pero Lucas necesita la operación de manera urgente; no podemos seguir esperando un milagro.
— ¿Podemos esperar al siguiente mes, doctor? Todavía no reúno todo el dinero para pagar la operación de mi pequeño, usted sabe que trabajo fuertemente para completar la cantidad, sin embargo, no he logrado hacerlo.
—Me temo que no, ya lo hemos pospuesto dos veces Lucy; hacerlo una tercera vez es atentar contra su vida y conoces las consecuencias de ello, lamentablemente es nuestra última oportunidad para poder salvarlo.
—Lo sé doctor, lo sé. Los bancos no quieren otorgarme un crédito por no tener quien me respalde, estoy haciendo todo lo que está en mis manos para conseguir el recurso para la operación.
— ¿Acudiste al centro de ayuda que te proporcione Lucy?
—Si doctor, lamentablemente les cortaron los recursos, no están aceptando a nadie por el momento hasta dentro de dos meses como mínimo.
— ¿Les comentaste que yo te referí a ellos?
—Sí, de hecho la chica me puso en la lista de espera para ser una de las primeras personas en llamar una vez que se libere el presupuesto, si ocurría antes ella me llamaría, aunque no era nada seguro según sus palabras.
—Ok, me encargaré de llamarles en cuanto salga de mi turno, veré qué más podemos hacer por ti y por el pequeño Lucas, es necesario que no dejemos pasar más el tiempo o las consecuencias podrían ser peor cada día.
—Gracias doctor, no sé qué haría sin la ayuda de usted.
Lucy era una chica que amaba la vida, provenía de una familia de clase media la cual trabajaba todos los días para salir adelante. Gracias a eso pudo ir a estudiar la universidad junto con su mejor amiga de la infancia... ambas estudiaban medicina, les gustaba servir a los demás y velar por su bienestar. Algo que muchos no lograban comprender en su totalidad, cuando de ayudar al prójimo se trataba.
Después de mucho batallar todos los días para salir adelante, se había quedado sin dinero para brindarle atención médica a su pequeño Lucas, quién necesitaba ser operado de emergencia y llevar un tratamiento muy costoso, tan costoso que solamente vendiendo su alma al diablo lograría hacerlo.
Hace dos meses se decidió a abandonar la escuela de medicina para dedicarse a trabajar tiempo completo en los lugares donde le permitían llevar a su pequeño Lucas. Un pequeño de tan solo dos años, que al igual que su madre se esforzaba todos los días por sobrevivir, brindando siempre lo mejor de sí.
Un pequeño desmayo los llevo al hospital, en donde los doctores le diagnosticaron un pequeño soplo en el corazón con algunas arterias tapadas al máximo, lo que le impedía que oxigenara de manera correcta, para lo cual se requería una operación de urgencia, de lo contrario no llegaría más allá de fin de mes.
Desde que Lucas fue notificado con esa enfermedad, la vida de Lucy dio un giro de 360 grados, las personas que se decían sus amigos le habían dado la espalda y sus padres eran los únicos que la apoyaban, pero a duras penas tenían ellos para subsistir diariamente. Por esa razón Lucy no les ha mencionado nada sobre la enfermedad de su pequeño, no quería preocuparlos más de lo que ya se encontraban hasta el momento.
Desde hace una semana el pequeño Lucas se terminó la última pastilla de su tratamiento, lo que indicaba una nueva revisión para ver si había logrado detener un poco el problema o se había incrementado. Las esperanzas de vidas eran muy pocas, sin embargo, ella luchaba con uñas y dientes para mantenerlo a su vida, una vida que se les escapaba de las manos sin poder hacer nada para evitarlo.
—Necesitaremos un nuevo tratamiento, Lucy. Es necesario que empecemos cuando antes para detener el deterioro que se está presentando actualmente —por más que quisiera la realidad le estaba golpeando en la cara y nada podría detenerlo.
—Y-yo…
—Lo siento, no puedo hacer nada más por Lucas.
—Entiendo, gracias por todo lo que ha hecho por nosotros doctor —dijo Lucy llorando, las palabra del doctor eran muy claras. Sin el tratamiento, la vida de su hijo tenía los días contados.
Lucy salió peor de como llego, tenía que pensar que haría ahora con su hijo, por el momento se dirigió al cuarto de su pequeño para acompañarlo. Se encontraba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta que una persona los había observado de cerca desde hace un buen rato.
—Disculpe doctor, ¿puedo pasar? —pronuncio mientras se introducía al consultorío.
—Adelante señora, ¿En qué puedo servirle? —cuestiono el doctor, mientras le ofrecía asiento a la desconocida.
—No quiero sonar como una entrometida, escuche sin querer lo que le decía a esa pobre chica sobre su hijo; es muy lamentable lo que está pasando por no tener recursos para salvarlo —soltó con mucho pesar, como si de verdad sintiera la pena que Lucy sentía.
—Así es, señora, ¿Es acaso usted de alguna dependencia de ayuda? Si es así, con gusto puedo ponerla al tanto de la situación de este caso, sería una pena que el pequeño perdiera la pida por una simple operación —existían diversas dependencias en donde las presidentas recorrían los pasillos buscando ayudar al más necesitado.
—Sí, así es. Tengo una fundación que ayuda a las madres de escasos recursos, tal vez pueda hacer algo por ellos. Primero debo de conocer su caso a profundidad para saber si aplica o no al programa que manejamos con las personas de San Francisco, existen muchas personas que solo fingen enfermedades y no queremos invertir mal nuestros recursos.
—Permítame un segundo, tengo el expediente justo aquí para que pueda leerlo sin problemas; estoy seguro de que Lucas es un candidato ideal de su fundación señora. Este pequeño y su madre han luchado mucho por esta operación que sin duda será la mejor inversión que hagan en tanto tiempo, justamente estamos buscando alternativas para que se lleve a cabo su tratamiento.
—Gracias doctor, es un placer para nosotros poder ayudar a las personas que más lo necesitan —menciono con aire de suficiencia.
—Ojalá existieran en el mundo más personas como usted, le garantizo que se salvarían muchas vidas en la ciudad.
Tal como lo prometió el doctor le proporciono todos los datos sobre la enfermedad del pequeño y los por menores de la operación, ahora tenía lo que necesitaba para actuar a su favor. Después de agradecer salio del consultorio, asegurando que iría al cuarto de Lucas para platicar con su madre, sobre las condiciones que la asociación tenia para los padres en estas condiciones.
Una buena samaritana dando lo mejor de sí, en favor de los más necesitados que la llevaría directo a la gloria. Sin duda, tendría un lugar recompensado en el cielo cuando le tocara; los doctores deseaban encontrar a más personas como ellas, para ayudar a más pequeños en estas condiciones.
La nueva benefactora tomo el elevador para llegar al cuarto de Lucas, cuando llego se dio cuenta que Lucy no se encontraba por ningún lado, observo la escena y su sonrisa se engrando en su cara. Minutos después Lucy aparecía leyendo unos documentos, y con lágrimas en la cara.
—Disculpe señorita, podría hablar con usted un momento, por favor.
—Lo siento señora, llevo un poco de prisa, debo de ver a mi hijo que me espera en el cuarto.
—Es justamente de él que quiero hablarle, si me escucha creo que podemos solucionar lo de la operación de su hijo señorita.
Esas palabras fueron como música para sus oídos, la hizo detenerse y limpiar las lágrimas que se escurrían por su cara desde que se enteró de la urgencia de la operación, la cual no podía pagar. En los últimos días las puertas se le cerraron sin encontrar una salida, ahora una persona desconocida apostaba por ellos, lo que la llevo a mirarla con incredulidad.
— ¿Qué tiene que ver mi hijo en esto señora? —cuestiono con miedo, nadie ofrece nada sin pedir algo a cambio, mucho menos pagar una operación de mucho dinero para una persona desconocida.
—Todo, tiene que ver todo si así lo decide señorita Lucy. Te tengo una propuesta que segura estoy, es la mejor en caso de que desees salvarle la vida al pequeño, pero como te dije depende única y exclusivamente de ti si lo deseas.
Lucy se había sorprendido tanto que se quedó muda y paralizada sin poder expresar nada de lo que pasaba por su mente. La desconocida tomo la iniciativa y se encaminaron a la habitación de Lucas para hablar sin que nadie los pudiera escuchar, algo dentro de Lucy le decía que no era muy buena idea; sin embargo, se encontraba dispuesta hacer lo que fuera necesario para salvar a su hijo, aun en contra de sus principios.—Quita esa cara, no pienso vender tus órganos.—No entiendo que tenemos que hablar, y como puede ayudarme con la operación de mi hijo, pero escuchare lo que tenga que decirme señora.—No pienso quitarte mucho tiempo querida Lucy, te aconsejo que pongas mucha atención a lo que voy a decirte, no tengo la intención de repetirlo dos veces. Mi hija hasta a punto de contraer matrimonio; sin embargo, no voy a permitir que arruine su vida con una persona que no tiene ningún oficio ni beneficio para el resto de su vida.— ¡Qué! —La sorpresa en la cara de Lucy se reflejó de inmediat
Durante la llamada el corazón de Lucy retumbaba a cada segundo, mientras conversaba con la señora sobre la propuesta; se encontraba tan desesperada por haber perdido todos sus trabajos en pocas horas, sumado al hecho de que nadie la quería contratar gracias a su nuevo verdugo que la acechaba día y noche sin darle tregua alguna.—Espero no arrepentirme después de esta locura, señora.—Eso no pasará, como te dije, es lo mejor que puedes hacer por tu hijo. Ahora veamos la fecha de la boda, entre más rápido se lleva a cabo, más rápido me encargaré de pagar la operación al hospital que tanto necesita.— ¿Qué? No... No… No… quien me asegura que usted no se retractara de este acuerdo, después de que me case con la persona que quiere, al fin y al cabo ya tendría lo que quiere mientras que yo seguiré esperando a que cumpla su palabra.—Siempre cumplo mi palabra, esta vez no será la excepción señorita. Provengo de una familia respetable en la ciudad, tenemos mucha clase y cuando decimos algo lo
Un exquisito vestido de novia con todos los accesorios que se requerían para complementarlo apareció frente a ella en cuanto levanto la tapa de la caja, cada detalle resaltaba espléndidamente ante sus ojos. Sin duda alguna, su valor era inimaginable en estos momentos para ella, que no contaba con los recursos suficientes ni para comprar una soda. Estaba a punto de decir algo, cuando su celular sonó insistentemente con un número no registrado.—No entiendo porque tardas tanto en responder la llamada, espero que el vestido sea el correcto. El fin de semana no hagas planes, pasará por ti una limosina; busca donde dejar a tu hijo y no olvides traer el vestido contigo.—Buenos días para usted también señora, ¿A dónde vamos el fin de semana? —respondió con educación, ante la mala lecha del interlocutor.—No estoy para jueguitos niña, el fin de semana es la boda.— ¿Qué? ¿Cuándo pensaba decírmelo? Acaso no sabe que las bodas llevan meses en prepararse, no hemos hablado sobre el tema, además
El día término de la mejor manera, aunque quisiera irse a su casa no estaba en sus planes hacer enojar aquel hombre el primer día de casados, suficiente fue con dejarla ir cuando la tuvo contra la pared. Si quería sobrevivir debía mantenerse lejos de él, si lo más lejos posible que pudiera; algo así como algunos kilómetros de por medio.Hasta que no estuviera en su casa con su hijo no estaría tranquila, por el momento era su vecina quien lo estaba cuidando a cambio de algo de dinero para ayudarla con sus pequeños.Lucy: Hola, ¿Cómo está mi bebe? ¿Te está dando problemas?Vecina: Se encuentra durmiendo como un angelito, no te preocupes por él, Lucy.Lucy: No sé qué haría sin ti, me salvas siempre de todos los problemas que tengo. Dale un beso enorme de mi parte, mañana regreso.Vecina: Tranquila, tomate tu tiempo que yo me hago cargo del pequeño.Lucy: Gracias, prometo no tardar tanto. Solo debo arreglar unos asuntos que me permitirán costear su cirugía.Debía descansar un poco antes d
Lucy conocía de sobra su situación actual, no podía darse el lujo de escoger un lugar de trabajo, a estas alturas lo que callera era bueno para salir adelante. No solo era la operación de su hijo lo que estaba en juego, también su alimentación, sus medicamentos que se le terminaron hace unos días, y no lograba reponerlos gracias a que la corrieron de sus trabajos.Si continuaba de esa forma era muy probable que el hospital reportara el caso a servicios familiares para que le quitaran a su pequeño Lucas. Maldecía la hora en que se topó con esa señora, y acepto el trato de casarse con el prometido de su hija; un trato que le dejo completamente indefensa ante la vista de todos, y del cual solo ella salió beneficiada, además la amenazó con mandarla a la cárcel si mencionaba algo al respecto.Se quedó esperando a que Ela regresara de la dirección, mientras buscaría en el periódico en la sección de empleos alguna oferta; algo debería de existir para que ella pudiera ir a trabajar sin import
Lucy llego muy temprano en su primer dia de trabajo, el mismo dia que fue a la entrevista de trabajo fue contratada gracias a su aspecto angelical y dulce, de seguro eso llamará mucho la atención de los hombres al momento que les tomara su orden, lo que se traduciria en dinero constante y sonante.Para eso su nuevo jefe le habia dado el uniforme más corto que habia encontrado en el armario, era como si todo se quisiera salir de su lugar de lo apretado que le quedaba. Aun asi no se quejo de nada, se repetia una y mil veces que todo lo hacia por su hijo, que el dinero que recibiera era para una buena causa; estas palabras se convirtieron en su mantra desde que obtuvo el trabajo.La noche estaba transcurriendo sin problemas, sus compañeras la aceptaron agradecidas de que tenían nuevas manos que la ayudaran con los clientes, al parecer el bar estaba teniendo más auge en las últimas fechas y no se daban abasto ellas sola. Después de mucho tiempo sintió un poco de paz en su corazón, las per
—Señor, ¿Qué hacemos con esas personas?—Ocúpense de ello no quiero volver a verlos por ningun lado, destruyan todo lo que tenga que ver con sus familias.—De acuerdo, lo mantendre informado.No necesitaba hablar más para decir lo que pasaria con ellos, con tan pocas palabras eran suficiente para terminar con personas indeseables en su vida. Lucy solo observaba de cerca lo que sucedia, algo dentro de ella empezo a agitarla, el miedo se le notaba constatementte; sobre todo porque su ahora esposo se encontraba enojado, y sentado a su lado con un aura de asesino serial.El resto del camino nadie fue capaz de de mencionar una palabra, nadie queria hacer enojar al jefe más de lo que ya se encontraba o muy seguramente terminaria tres metros bajo tierra.Nelson: Investiga todo lo que sepas de mi ahora esposa y su familia, cuando digo todo es todo. No quiero pretextos, te doy hasta mañana para que me des todas las respuestas a mis preguntas sobre la familia Meroti.Leonel: ¿Tan pronto y ya ti
Un pequeño silencio se hizo en la sala de aquella casa, donde nadie se atrevia ni a respirar cuando Nelson se encontraba presente. Lucy subio sus piernas al sillon donde se encontraba sentada, se aferro a ellos como si fuera su tabla de salvación, mientras que su esposo la observaba detenidamente ante de continuar hablando sobre la situación presentada esa noche.—¿A quién ofendiste? —pregunto cautelosamente a su esposa, quien mejor que ella para ser la fuente de información de sus problemas.—Alguien sin importancia —respondio sollozando.—Te asignare un cheque quincenal, espero que con eso te alcance para vivir por un tiempo en lo que encuentras un trabajo descente. Si necesitas más solo debes de hablar con mi asistente para que se encargue de tus problema, no quiero que regreses a ese bar de nuevo.—No quiero tu dinero, yo solo deseo trabajar con mis propias manos para ganerme lo que me merezco. Este es el unico trabajo que he coneguido y no lo voy a perder tan solo porque a ti no