Capítulo 2

Lucy se había sorprendido tanto que se quedó muda y paralizada sin poder expresar nada de lo que pasaba por su mente. La desconocida tomo la iniciativa y se encaminaron a la habitación de Lucas para hablar sin que nadie los pudiera escuchar, algo dentro de Lucy le decía que no era muy buena idea; sin embargo, se encontraba dispuesta hacer lo que fuera necesario para salvar a su hijo, aun en contra de sus principios.

—Quita esa cara, no pienso vender tus órganos.

—No entiendo que tenemos que hablar, y como puede ayudarme con la operación de mi hijo, pero escuchare lo que tenga que decirme señora.

—No pienso quitarte mucho tiempo querida Lucy, te aconsejo que pongas mucha atención a lo que voy a decirte, no tengo la intención de repetirlo dos veces. Mi hija hasta a punto de contraer matrimonio; sin embargo, no voy a permitir que arruine su vida con una persona que no tiene ningún oficio ni beneficio para el resto de su vida.

— ¡Qué! —La sorpresa en la cara de Lucy se reflejó de inmediato, no entendía que tenía que ver la boda de su hija con la operación de su hijo. A veces era lenta para entender ciertas situaciones como estas, en las que se hablaba de dos mundos diferentes.

—No estoy entendiendo que tiene que ver una cosa con la otra señora, por favor sea más explícita sobre el tema o le pediré que se retire del cuarto de mi hijo que debe descansar antes de irnos.

—Deberías de entenderlo, no tienes mucho tiempo para salvar la vida de tu hijo, o al menos eso es lo que dicen el diagnóstico de tu pequeño. En conclusión, quiero que te cases con el prometido de mi hija mientras ella disfruta de la vida a como desee, si haces eso, personalmente pagaré la operación de tu pequeño el mismo día en que firmes el contrato matrimonial.

—¡¡¡Qué!!! ¿Se volvió loca?

—Para nada querida, solo estoy haciendo un trato justo para ambas partes. Tú tienes una necesidad al igual que nosotras en este momento, se trata de intercambiarnos favores y todos saldremos beneficiados de esto señorita.

— ¿Cómo se atreve? no pienso hacer nada de eso.

—Es usted una persona muy linda con un cuerpo excelente, posee una cara muy linda, y por lo que puedo observar es también una buena madre que está dispuesta hacer lo que sea necesario para salvar a su hijo.

—De ninguna forma voy a aceptar ese trato, señora, sin duda se ha equivocado de persona. Le agradeceré que se retire en este momento antes de que llame a seguridad para que la saque de este lugar.

—Esto no es una broma señorita, más que nunca estoy hablando en serio. Es un tema muy delicado para toda mi familia y créame que pagaré lo que sea necesario para que no sea mi hija la que se una en matrimonio con ese tipo, usted necesita el dinero para la operación de su hijo, no estamos haciendo ningún mal a nadie, solo nos estamos beneficiando de ambas.

—De ningún modo voy a aceptarlo —Lucy quería gritarle, pero estaban en el cuarto del pequeño Lucas y debía mantener un poco de cordura antes de perderla por completo. Después de pensar un rato, se atrevió a preguntar.

— ¿Puedo saber de quién se trata? ¿De quién están huyendo?

—Eso es lo de menos, tu único deber es casarte con él, después pagaré lo que quieras en este hospital Lucy.

—Debo saber de quién se trata, tal vez sea un loco, por eso no quiere que se case con su hija señora.

—Ya que insiste te diré, su nombre es Nelson Santoro. La persona más incompetente y brutal que pueda existir en todo San Francisco, lo tendrás a tu disposición si así lo deseas.

— ¿Está usted hablando del tipo que sale en la prensa casi todos los días por los constantes encuentros con la policía, y todas esas fiestas que arma hasta deshoras de la madrugada?

—Efectivamente, veo que sabes perfectamente bien de quien hablo querida. Como verás el tipo no está de mal ver, hasta saldrás ganando en este trato después de todo, es uno de los hombres más guapos de la ciudad.

— ¡Olvídelo!, ¡Jamás me relacionaré con personas como esa! Prefiero trabajar las 24 horas del día para salvar a mi hijo, antes de caer tan bajo.

—Te recuerdo que lo que menos tienes es tiempo querida, te sugiero que lo pienses muy bien Lucy, todo puede suceder en este período; te lamentaras por no aceptar este pequeño trato que te traerá grandes beneficios.

— ¿Me está amenazando, señora? —para este momento la cara de Lucy, se tornaba de colores, lo que la mostraba en desventaja frente al resto de las personas.

—No amenazo, solo digo que puedes perder todo lo que tienes en poco tiempo Lucy; eso complicara tu vida más de la cuenta. No creo que quieras perderlo todo en menos de una semana si así me lo propongo, pero solo tú tienes la decisión en tus manos, después no quieras culpar al resto de las personas.

—Es mejor que se vaya, no pienso seguir soportando sus comentarios sin sentido. Asegúrese de cerrar la puerta cuando salga por favor; está totalmente podrida de su corazón si considera que pondré en riesgo la salud de mí pequeño, tan solo por complacerla.

—Me voy, pero esta es mi tarjeta. Si cambias de opinión no dudes en marcarme querida, estaré esperando con ansias tu llamada para concluir este trato, que me ha quitado mucho tiempo de mi vida.

Tal y como lo había mencionado esa tarde, dos días después de aquel encuentro Lucy había perdido sus trabajos sin razón aparente. Busco alternativas en donde nadie le daba trabajo, tampoco le daban justificación alguna para no contratarla. También se encontraba a punto de ser desalojada de su casa, empezando a decaerse más de la cuenta; por su cabeza paso la propuesta, pero decidió seguir adelante; alguien la contrataría sin problemas, solo era cuestión de seguir buscando un poco más.

Justamente esta tarde tenía una entrevista de trabajo en un pequeño café gourmet ubicado a unas cuadras de una empresa muy importante, cuando Lucy salió de su casa se paró en una esquina esperando el coche que había solicitado para transportarse. Había olvidado que era un día lluvioso por lo que solo tomo se abrigó, para su mala suerte un coche deportivo que transitaba no se detuvo en la esquina, pasando sobre un charco de agua a toda prisa, bañándola por completo.

—Puedes fijarte por donde andas animal, arruinaste mi ropa y voy a una entrevista de trabajo —grito frustrada ante lo ocurrido, no podía creer que la mala suerte la seguía acompañando a donde fuera.

—No es mi culpa que te pares en la esquina sin un paraguas, deberías ser más precavida cuando salgas de casa “loca” —respondió el tipo que había bajado de su vehículo con cara de superioridad.

— ¿Loca? loca tu abuela —respondió irritada. —Eres el tipo más arrogante que he visto, todavía que cometes un error y no quieres aceptarlo, prefieres culpar a los demás por lo que haces.

— ¿Y tú?, la chica más despistada que existe. Fíjate por donde caminas para la próxima, no todos serán tan amable como yo “loca”

—El que se debe de fijar por donde maneja eres tú, un día te darán tu merecido barbaján y entonces te acordaras de mí.

No podía creer lo que estaba sucediendo, tal y como lo había prometido la señora que la visito en el hospital, lo perdió todo en menos de una semana, mientras su hijo se encontraba en riesgo por disposición de terceras personas que no tenían corazón en pasar sobre los demás para lograr sus objetivos.

Con lagrima en los ojo recordó que tenía una tarjeta entre su cartera, era momento de dar el paso; sin perder el tiempo realizo aquella llamada que tanto había pensado hacer. Espero a que la llamara se conectara, mientras se cabeza daba vueltas antes la situación. Tan pronto se conectó, escucho la voz de aquella mujer que la tenía entre sus manos.

— ¿Cuál es tu respuesta?

—Acepto.

—Es la mejor decisión que tomaste querida Lucy, ahora puedes estar tranquila; la operación de tu hijo se llevara a cabo antes de que termine el mes, tal y como lo platicamos. Solo tienes que firmar y tú vida quedara resuelta antes de lo que te imaginas.

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