Lucy llego muy temprano en su primer dia de trabajo, el mismo dia que fue a la entrevista de trabajo fue contratada gracias a su aspecto angelical y dulce, de seguro eso llamará mucho la atención de los hombres al momento que les tomara su orden, lo que se traduciria en dinero constante y sonante.
Para eso su nuevo jefe le habia dado el uniforme más corto que habia encontrado en el armario, era como si todo se quisiera salir de su lugar de lo apretado que le quedaba. Aun asi no se quejo de nada, se repetia una y mil veces que todo lo hacia por su hijo, que el dinero que recibiera era para una buena causa; estas palabras se convirtieron en su mantra desde que obtuvo el trabajo.
La noche estaba transcurriendo sin problemas, sus compañeras la aceptaron agradecidas de que tenían nuevas manos que la ayudaran con los clientes, al parecer el bar estaba teniendo más auge en las últimas fechas y no se daban abasto ellas sola. Después de mucho tiempo sintió un poco de paz en su corazón, las personas no la juzgaban por nada de lo que ella era.
Por ser la nueva le asignaban mesas donde estuvieran tanto chicas como chicos para que no se metiera en problemas en su primer día, Lucy les agradecía cada detalle y consejo que estaban teniendo para que desarrollara mejor su trabajo de donde dependían las propinas. Si quería reunir el dinero pronto era mejor que se pusiera las pilas con todo los clientes, así la hicieran dar mil vueltas en lo que pedían ella tenía que estar siempre sonriendo y dispuesta a atenderlos de la mejor manera.
A media jornada sus pies empezaron a resentir su andar, el chico de la barra sintió un pesar tan grande que trato de ayudarla para que descansara por lo menos unos minutos antes de continuar con su jornada. Sin embargo, la mala suerte la seguía a donde quiera que fuera, un grupo de pandilleros que llegaron esa noche a tomar unos tragos la vieron desde el primer piso, la observaron por unos momentos. Estaban decididos a pasar una buena noche y ella se encontraba entre sus planes, algo que Lucy desconocía por completo mientras atendía otras mesas.
Llamaron al encargado del bar para solicitar que ella los atendiera personalmente si quería ganar una buena paga por su disposición, al ver el fajo de billetes que le extendían sobre la mesa no dudo en bajar por ella y dejarla a disposición de estas personas.
—Oye tú, ven conmigo —le grito por sobre todos los que se encontraban a su alrededor.
—Me llamo Lucy señor —menciono tímidamente, estaba rodeada de compañeras que la miraron con lástima porque sabía lo que se le venía.
—No me interesa como te llames, solo sígueme. Debes de atender a unos amigos en el primer piso, será mejor que seas muy complaciente con ellos o te pongo de patitas en la calle hoy mismo, y sin paga.
—Ella es nueva, el jefe nos ha dicho que primero debemos enseñarle atender a los clientes. Yo iré en su lugar señor —intervino una de las chicas con más tiempo en el negocio, conocía el tipo de amigos con los que el gerente se juntaba.
—Le estoy diciendo a ella, tú sigue con lo que te corresponde antes de que me enoje más de lo que ya estoy. Aquí mando yo y todas deben de obedecer mis órdenes, si no quieren irse de patitas a la calle.
La chica que la quiso salvar conocía lo desgraciado que podía ser el encargado de personal cuando se lo proponía, le dijo a Lucy que no se preocupara que ella y las chicas estarían al pendiente por si las necesitaba.
La hicieron subir con varias botellas, vasos para todos los que estaban en la mesa, y todo lo que se les pudiera ocurrir, tan solo para ver como subía su falda por las escaleras. Eso los estaba poniendo a tope, cuando por fin iba a retirarse la encerraron en un círculo tratando de tocarla para quitarle la ropa que llevaba.
—Dejenme yo no les he hecho nada, se estan equivocando de persona, señores.
—Justamente por eso preciosa, nosotros nos encargaremos de hacerte todo lo que se nos antoje. Tu solo ponte flojita y coopera si es que quieres seguir viviendo con esa cara tan linda.
—¡No por favor! No me hagan daño, dejenme ir por favor. Les aseguro que no dire nada a nadie, solo no me hagan daño.
—¡Callate!, ya me cance de que estas gritando como loca, y eso que todavia no te hemos hecho nada. Espero que asi grites cuando estemos dentro de ti hermosa, no sabes como me pondría si lo haces.
Era claro que la guerra la tenia perdida, una chica indefensa en medio de patanes sin sentimientos, que solo deseaban obtener beneficios a su favor. La risa se escuchaba por todas las esquinas, lejos de preocuparse, se ocupaban por destrosar la ropa de la chica. Al mismo tiempo que eso sucedia, un hombre imponente vestido totalmente de negro entro por la puerta derribando a dos de los que intentaron quitarle la ropa. Uno de ellos saco su arma, pero en menos de un segundo lo dejo contra el suelo y desarmado, del resto se hicieron cargo los guardaespaldas con los que andaba.
No era una persona que le gustara salvar damiselas en apuro, sin embargo, cuando pasaba por el lugar escucho una voz conocida y decidio acercarse para ver quien era. Se quedo sorprendido de ver a su esposa siendo atacada por varios hombres que no tenian buena pinta, su cara se transformo en segundos; desde cuando esa mujer trabaja a sus espaldas.
—Vamos, salgamos de este lugar —ordeno inmediatamente, sin dejar que nadie diera opinión alguna sobre el tema.
Lucy bajo la cabeza inmediatamente, de todas las personas con las que tenia que encontrase, a él era el ultimo que desaba ver en ese lugar. Lo siguio en silencio por unas puertas y pasillos hasta que llegaran a un coche, le hizo señas para que subiera y ella obedecio en silencio, no queria dar explicaciones de que hacia trabajando en ese lugar. No ahora que esta muy nerviosa por lo que habia vivido a manos de esas personas sin corazon.
—Señor, ¿Qué hacemos con esas personas?—Ocúpense de ello no quiero volver a verlos por ningun lado, destruyan todo lo que tenga que ver con sus familias.—De acuerdo, lo mantendre informado.No necesitaba hablar más para decir lo que pasaria con ellos, con tan pocas palabras eran suficiente para terminar con personas indeseables en su vida. Lucy solo observaba de cerca lo que sucedia, algo dentro de ella empezo a agitarla, el miedo se le notaba constatementte; sobre todo porque su ahora esposo se encontraba enojado, y sentado a su lado con un aura de asesino serial.El resto del camino nadie fue capaz de de mencionar una palabra, nadie queria hacer enojar al jefe más de lo que ya se encontraba o muy seguramente terminaria tres metros bajo tierra.Nelson: Investiga todo lo que sepas de mi ahora esposa y su familia, cuando digo todo es todo. No quiero pretextos, te doy hasta mañana para que me des todas las respuestas a mis preguntas sobre la familia Meroti.Leonel: ¿Tan pronto y ya ti
Un pequeño silencio se hizo en la sala de aquella casa, donde nadie se atrevia ni a respirar cuando Nelson se encontraba presente. Lucy subio sus piernas al sillon donde se encontraba sentada, se aferro a ellos como si fuera su tabla de salvación, mientras que su esposo la observaba detenidamente ante de continuar hablando sobre la situación presentada esa noche.—¿A quién ofendiste? —pregunto cautelosamente a su esposa, quien mejor que ella para ser la fuente de información de sus problemas.—Alguien sin importancia —respondio sollozando.—Te asignare un cheque quincenal, espero que con eso te alcance para vivir por un tiempo en lo que encuentras un trabajo descente. Si necesitas más solo debes de hablar con mi asistente para que se encargue de tus problema, no quiero que regreses a ese bar de nuevo.—No quiero tu dinero, yo solo deseo trabajar con mis propias manos para ganerme lo que me merezco. Este es el unico trabajo que he coneguido y no lo voy a perder tan solo porque a ti no
Unos golpes en la puerta la hicieron despertarce, de tantos pensamientos enredados se quedo dormida sin darse cuenta. Si por ella fuera le hubiera encantado quedarse en cama un poco más, pero recordo que su hijo la necesitaba más fuerte que nunca. Por un accidente perdio su trabajo en el primer día, tenia pensado llegar al bar por la noche para agradecer a todos la buena vibra que mostraron hacia ella.Si algo la caracterizaba era eso, siempre fue muy agradecida con todos los que se portaban bien sin conocerla, aun cuando estaba segura que no recibiria paga alguna por las horas que estuvo trabajando.Sonia: ¿Dónde estás? el niño ha tenido un poco de calentura, es mejor que regreses pronto a casa.Lucy: ¡Dios mio! Sonia, me es imposible regresar en estos momentos, te juro que en cuanto termine mi entrevista ire a al casa sin demorarme. Por favor, por favor Sonia, podrías esperarme un poco más, y hacerte cargo de Lucas.Sonia: Debes darte prisa, Lucas puede empeorar, conoces las consecu
—Veamos cuanto tiempo más le dura su mentira, aquí estare esperandola para reirme en su cara. Debio pensarlo bien antes de querer jugar conmigo, todavia no nace la persona que me vea la cara y viva para contarlo.Nelson tenía claro cual era su siguiente paso, acabaria con sus enemigos lentamente y sin dejar huella; por algo era conocido como el temido CEO de toda la ciudad, ademas de mantener su lugar en el bajo mundo y más de uno trabajaba para él sin restricciones. De esto último no era algo de lo que estuviera orgulloso, sin embargo, lo aprovechaba al máximo para mantener a más de una persona a raya.San Francisco era un gran lugar para crecer como empresario, el territorio se encontraba muy marcado y se requeria de mano de acero todos los días. En ocaciones le tocaba hacer constantes viajes que lo dejaban agotado, para eso existia su hermano, quien lo cubria día y noche en los negocios.—¡Ven a mi oficina, Lucy!—Como diga jefe —tenia una semana bajo el mando de este tirado, ni pa
— ¿Cómo se encuentra mi hijo doctor?—Nada bien Lucy, lamento ser el portador de tan malas noticias, pero Lucas necesita la operación de manera urgente; no podemos seguir esperando un milagro.— ¿Podemos esperar al siguiente mes, doctor? Todavía no reúno todo el dinero para pagar la operación de mi pequeño, usted sabe que trabajo fuertemente para completar la cantidad, sin embargo, no he logrado hacerlo.—Me temo que no, ya lo hemos pospuesto dos veces Lucy; hacerlo una tercera vez es atentar contra su vida y conoces las consecuencias de ello, lamentablemente es nuestra última oportunidad para poder salvarlo.—Lo sé doctor, lo sé. Los bancos no quieren otorgarme un crédito por no tener quien me respalde, estoy haciendo todo lo que está en mis manos para conseguir el recurso para la operación.— ¿Acudiste al centro de ayuda que te proporcione Lucy?—Si doctor, lamentablemente les cortaron los recursos, no están aceptando a nadie por el momento hasta dentro de dos meses como mínimo.— ¿
Lucy se había sorprendido tanto que se quedó muda y paralizada sin poder expresar nada de lo que pasaba por su mente. La desconocida tomo la iniciativa y se encaminaron a la habitación de Lucas para hablar sin que nadie los pudiera escuchar, algo dentro de Lucy le decía que no era muy buena idea; sin embargo, se encontraba dispuesta hacer lo que fuera necesario para salvar a su hijo, aun en contra de sus principios.—Quita esa cara, no pienso vender tus órganos.—No entiendo que tenemos que hablar, y como puede ayudarme con la operación de mi hijo, pero escuchare lo que tenga que decirme señora.—No pienso quitarte mucho tiempo querida Lucy, te aconsejo que pongas mucha atención a lo que voy a decirte, no tengo la intención de repetirlo dos veces. Mi hija hasta a punto de contraer matrimonio; sin embargo, no voy a permitir que arruine su vida con una persona que no tiene ningún oficio ni beneficio para el resto de su vida.— ¡Qué! —La sorpresa en la cara de Lucy se reflejó de inmediat
Durante la llamada el corazón de Lucy retumbaba a cada segundo, mientras conversaba con la señora sobre la propuesta; se encontraba tan desesperada por haber perdido todos sus trabajos en pocas horas, sumado al hecho de que nadie la quería contratar gracias a su nuevo verdugo que la acechaba día y noche sin darle tregua alguna.—Espero no arrepentirme después de esta locura, señora.—Eso no pasará, como te dije, es lo mejor que puedes hacer por tu hijo. Ahora veamos la fecha de la boda, entre más rápido se lleva a cabo, más rápido me encargaré de pagar la operación al hospital que tanto necesita.— ¿Qué? No... No… No… quien me asegura que usted no se retractara de este acuerdo, después de que me case con la persona que quiere, al fin y al cabo ya tendría lo que quiere mientras que yo seguiré esperando a que cumpla su palabra.—Siempre cumplo mi palabra, esta vez no será la excepción señorita. Provengo de una familia respetable en la ciudad, tenemos mucha clase y cuando decimos algo lo
Un exquisito vestido de novia con todos los accesorios que se requerían para complementarlo apareció frente a ella en cuanto levanto la tapa de la caja, cada detalle resaltaba espléndidamente ante sus ojos. Sin duda alguna, su valor era inimaginable en estos momentos para ella, que no contaba con los recursos suficientes ni para comprar una soda. Estaba a punto de decir algo, cuando su celular sonó insistentemente con un número no registrado.—No entiendo porque tardas tanto en responder la llamada, espero que el vestido sea el correcto. El fin de semana no hagas planes, pasará por ti una limosina; busca donde dejar a tu hijo y no olvides traer el vestido contigo.—Buenos días para usted también señora, ¿A dónde vamos el fin de semana? —respondió con educación, ante la mala lecha del interlocutor.—No estoy para jueguitos niña, el fin de semana es la boda.— ¿Qué? ¿Cuándo pensaba decírmelo? Acaso no sabe que las bodas llevan meses en prepararse, no hemos hablado sobre el tema, además