Un exquisito vestido de novia con todos los accesorios que se requerían para complementarlo apareció frente a ella en cuanto levanto la tapa de la caja, cada detalle resaltaba espléndidamente ante sus ojos. Sin duda alguna, su valor era inimaginable en estos momentos para ella, que no contaba con los recursos suficientes ni para comprar una soda. Estaba a punto de decir algo, cuando su celular sonó insistentemente con un número no registrado.
—No entiendo porque tardas tanto en responder la llamada, espero que el vestido sea el correcto. El fin de semana no hagas planes, pasará por ti una limosina; busca donde dejar a tu hijo y no olvides traer el vestido contigo.
—Buenos días para usted también señora, ¿A dónde vamos el fin de semana? —respondió con educación, ante la mala lecha del interlocutor.
—No estoy para jueguitos niña, el fin de semana es la boda.
— ¿Qué? ¿Cuándo pensaba decírmelo? Acaso no sabe que las bodas llevan meses en prepararse, no hemos hablado sobre el tema, además no le he dado mi información personal.
—Para mí nada es imposible, deberías de estar feliz. Entre más rápido terminemos con esto mejor para tu bastardo ¿Ya lo olvidaste?
—Mi hijo no es ningún bastardo no se atreva a decirle así de nuevo o le juro que no voy aceptar este matrimonio, veamos quien la ayuda a sustituir a su hija.
Un silencio se hizo presente en ambos lados, ambas se necesitaban para salir del apuro en el que se encontraban. Las invitaciones ya fueron repartidas y todo se encontraba arreglado para el gran día, por mucho que quisiera deshacerse de ella era imposible.
—Como sea, pasaran por ti el sábado a las 8:00 am, no los hagas esperar o te juro que te arrepentirás.
Después de eso la llamada se desconectó, la vida de Lucy está más que dictada por una persona que hacia lo que ella quería con tal de salirse con la suya. Como lo prometió la limosina llego puntual a su departamento, al parecer tenía prisa porque la boda se efectuará.
La boda fue muy sencilla, los invitados no eran más allá de veinte personas, se podría decir que era completamente íntima y familiar; por no decir personas ajenas a Lucy quien ni siquiera pudo llevar a su hijo por las advertencias recibidas.
Durante la boda los ahora esposos se comportaban de manera indiferente, especialmente el comportamiento de Nelson era preocupante para con su esposa. Actuaba como si en lugar de amarla la odiara con todo su corazón, acto que no pasó desapercibido para los presentes.
— ¿Qué haces? Deja de comportarte como un patán Nelson.
— ¿Y tú? deja de portarte como una mojigata porque no lo eres, ni ententes engañarme con el cuento de que eres una buena persona.
—No te permito que me insultes de esa forma, te equivocas si piensas que lo voy a permitir.
— ¡Me importa poco lo que pienses!, ya te dije que aquí se hace lo que yo digo, tú debes de obedecer todas mis órdenes. Así que vámonos de una buena vez, que ya me canse de toda esta falsedad que han montado.
— ¿De que estas hablando? El único falso e irritante aquí eres tú, en lugar de boda parece que estas asistiendo a tú funeral.
—Eso es exactamente lo que significa esto para mí, te aseguro que te arrepentirás de haber aceptado este compromiso; voy hacer tu vida la peor de las desgracias señorita, no tendré piedad contigo, voy hacer todo lo que este en mis manos hasta terminar contigo.
Tomo a Lucy por las manos, arrastrándola fuera de la fiesta ante la vista de todos, para Santoro aquello no era más que una pantomima para quedar bien con la sociedad, sociedad que no le preocupaba en absoluto.
Llegaron hasta el estacionamiento donde ya los esperaba el chofer de Nelson que solo miraba la escena apenado por la nueva señora Santoro, el mejor que nadie conocía de lo que era capaz el señor cuando algo le molestaba, y ella se había convertido en una víctima más de todo lo que tenía que ver con su vida.
Inmediatamente metió a Lucy al coche a la fuerza, cerró la puerta de golpe haciéndola que se sobresaltara en el asiento.
—Buenas noches señor Santoro, felicidades por su matrimonio.
—Déjate de pendejadas, y llévanos a la casa Gonzalo.
—Como ordene señor.
— ¡Tú! será mejor que te compartes por las buenas porque por las malas no creo que quieras conocerme. Que te quede claro que solo me case contigo por satisfacer la última voluntad de mi abuelo, pero eso no te servirá de nada si me llegas a molestar.
La forma en que estaba mencionando aquellas palabras era como si la odiara con todas sus fuerzas, un terrible escalofríos corrió por todo su cuerpo; trato de controlarse para que no se diera cuenta que sus palabras la había golpeado. Estaba empezando a entender porque la señora no quería que su hija se casara con un tipo como él, pero no podía demostrarle el efecto que provocaba en ella.
—Lo mismo digo, no pienso mezclarme contigo por nada del mundo. Para mi eres la persona más desagradable que existe.
—Me alegra que lo tengas claro querida esposa, espero que nunca lo olvides por tu bien y que siempre recuerdes que no te debes de meter en mi vida. Mientras vivas en mi casa harás todo lo que se te indique, fuera de eso no me molestes. Frente a todos seremos la pareja perfecta que quieren ver, pero después seremos dos desconocidos; respetare todo lo que quieras hacer con tu vida.
Para fortuna de Lucy el no estaría sobre ella, lo que le quedaría tiempo de ver a su hijo sin problemas. Más adelante le plantearía que cada quien viviera en su propia casa para no tener que verse todos los días a menos que fuera necesario, esto le permitiría ver a su hijo sin que se diera cuenta.
Para ellos no era un secreto que ambos se caían mal desde el desafortunado encuentro que tuvieran aquella tarde lluviosa. Además estar lejos era lo mejor que pudieran hacer, de esa forma no se daría cuenta que había sustituido a otra chica para casarse tan solo por dinero.
No sabía de lo que era capaz si se llegara enterar de esa mentira, mientras Lucy continuaba metida en sus pensamientos Nelson la analizaba de reojo, la estuvo detallando de arriba abajo y sin duda era una chica hermosa que lucia tremendamente sexy con aquel atuendo, pero que no estaba dispuesto a reconocer públicamente.
No podía creer que una chica así se hubiera casado con el solo por dinero, eso lo estaba molestando sobre manera, a lo largo de su vida la mayoría de las mujeres siempre se le acercaban por la misma razón. Fue por eso que decidió volver su corazón de piedra, nadie merecía todo el cariño que tenía guardado para dar, a sus ojos nadie valía la pena realmente.
Santoro era una persona que le gustaba molestar a los demás, sobre todo si le demostraban tenerle miedo, para él era como alimentar su alma. Sin embargo, Lucy se mostraba como una chica tímida a la que le daría mucha satisfacción hacerlo, no creía que una mojigata como ella pudiera hacer algo para enfadarlo a él tan facilmente.
En cuanto llegaron a la casa de Santoro ambos se bajaron por su lado, aquí no existían las formalidades y eso era bueno que ella lo tuviera claro. Tan solo entraron empezó a darle indicaciones de donde estaban las cosas, subieron las escaleras para ir a los dormitorios al fin y al cabo aquella era su noche de bodas.
—La recamara del final es la mía, la tuya es la primera de la derecha de eso forma estaremos alejados, no me gusta que me molesten por nada del mundo. Tampoco que se metan en mi cuarto cuando duermo, evítame la pena de mandarte a sacar a la fuerza.
—Ni quien quiera hacerlo señor, se equivoca usted de persona, no soy ninguna pervertida como usted.
Lucy era una chica muy peculiar, nadie se atrevía a responderle porque conocían las consecuencias, ella en menos de 24 horas le refuto en varias ocasiones. Se estaba tornando algo entretenida la situación con su ahora esposa, veamos cuanto tiempo aguantara haciéndose la fuerte.
Como un depredador cazando a su presa, se acercó a ella hasta que la tuvo de espaldas contra la pared, pondría aprueba toda esa fuerza de voluntad de la que estaba haciendo gala su adorable esposa.
—Pero si tienes necesidades, puedo sacrificarme un momento para ayudarte siempre y cuando no te sientas con derecho a nada después de que pase. Cada uno debe de vivir su propia vida, este será nuestro pequeño secreto querida esposa, atenderé tus necesidades como se debe.
Mostraba una cara de perversión pura, Lucy lo empujo para poder correr al cuarto que le había indicado que sería ocupado por ella mientras estuviera en aquella casa. No iba a exponerse con una persona como ella cerca. Nelson soltó la carcajada al ver la escena que se desarrollaba delante de él, un gran lobo se había convertido en una pequeña lobita llena de miedo en fracción de segundos.
El día término de la mejor manera, aunque quisiera irse a su casa no estaba en sus planes hacer enojar aquel hombre el primer día de casados, suficiente fue con dejarla ir cuando la tuvo contra la pared. Si quería sobrevivir debía mantenerse lejos de él, si lo más lejos posible que pudiera; algo así como algunos kilómetros de por medio.Hasta que no estuviera en su casa con su hijo no estaría tranquila, por el momento era su vecina quien lo estaba cuidando a cambio de algo de dinero para ayudarla con sus pequeños.Lucy: Hola, ¿Cómo está mi bebe? ¿Te está dando problemas?Vecina: Se encuentra durmiendo como un angelito, no te preocupes por él, Lucy.Lucy: No sé qué haría sin ti, me salvas siempre de todos los problemas que tengo. Dale un beso enorme de mi parte, mañana regreso.Vecina: Tranquila, tomate tu tiempo que yo me hago cargo del pequeño.Lucy: Gracias, prometo no tardar tanto. Solo debo arreglar unos asuntos que me permitirán costear su cirugía.Debía descansar un poco antes d
Lucy conocía de sobra su situación actual, no podía darse el lujo de escoger un lugar de trabajo, a estas alturas lo que callera era bueno para salir adelante. No solo era la operación de su hijo lo que estaba en juego, también su alimentación, sus medicamentos que se le terminaron hace unos días, y no lograba reponerlos gracias a que la corrieron de sus trabajos.Si continuaba de esa forma era muy probable que el hospital reportara el caso a servicios familiares para que le quitaran a su pequeño Lucas. Maldecía la hora en que se topó con esa señora, y acepto el trato de casarse con el prometido de su hija; un trato que le dejo completamente indefensa ante la vista de todos, y del cual solo ella salió beneficiada, además la amenazó con mandarla a la cárcel si mencionaba algo al respecto.Se quedó esperando a que Ela regresara de la dirección, mientras buscaría en el periódico en la sección de empleos alguna oferta; algo debería de existir para que ella pudiera ir a trabajar sin import
Lucy llego muy temprano en su primer dia de trabajo, el mismo dia que fue a la entrevista de trabajo fue contratada gracias a su aspecto angelical y dulce, de seguro eso llamará mucho la atención de los hombres al momento que les tomara su orden, lo que se traduciria en dinero constante y sonante.Para eso su nuevo jefe le habia dado el uniforme más corto que habia encontrado en el armario, era como si todo se quisiera salir de su lugar de lo apretado que le quedaba. Aun asi no se quejo de nada, se repetia una y mil veces que todo lo hacia por su hijo, que el dinero que recibiera era para una buena causa; estas palabras se convirtieron en su mantra desde que obtuvo el trabajo.La noche estaba transcurriendo sin problemas, sus compañeras la aceptaron agradecidas de que tenían nuevas manos que la ayudaran con los clientes, al parecer el bar estaba teniendo más auge en las últimas fechas y no se daban abasto ellas sola. Después de mucho tiempo sintió un poco de paz en su corazón, las per
—Señor, ¿Qué hacemos con esas personas?—Ocúpense de ello no quiero volver a verlos por ningun lado, destruyan todo lo que tenga que ver con sus familias.—De acuerdo, lo mantendre informado.No necesitaba hablar más para decir lo que pasaria con ellos, con tan pocas palabras eran suficiente para terminar con personas indeseables en su vida. Lucy solo observaba de cerca lo que sucedia, algo dentro de ella empezo a agitarla, el miedo se le notaba constatementte; sobre todo porque su ahora esposo se encontraba enojado, y sentado a su lado con un aura de asesino serial.El resto del camino nadie fue capaz de de mencionar una palabra, nadie queria hacer enojar al jefe más de lo que ya se encontraba o muy seguramente terminaria tres metros bajo tierra.Nelson: Investiga todo lo que sepas de mi ahora esposa y su familia, cuando digo todo es todo. No quiero pretextos, te doy hasta mañana para que me des todas las respuestas a mis preguntas sobre la familia Meroti.Leonel: ¿Tan pronto y ya ti
Un pequeño silencio se hizo en la sala de aquella casa, donde nadie se atrevia ni a respirar cuando Nelson se encontraba presente. Lucy subio sus piernas al sillon donde se encontraba sentada, se aferro a ellos como si fuera su tabla de salvación, mientras que su esposo la observaba detenidamente ante de continuar hablando sobre la situación presentada esa noche.—¿A quién ofendiste? —pregunto cautelosamente a su esposa, quien mejor que ella para ser la fuente de información de sus problemas.—Alguien sin importancia —respondio sollozando.—Te asignare un cheque quincenal, espero que con eso te alcance para vivir por un tiempo en lo que encuentras un trabajo descente. Si necesitas más solo debes de hablar con mi asistente para que se encargue de tus problema, no quiero que regreses a ese bar de nuevo.—No quiero tu dinero, yo solo deseo trabajar con mis propias manos para ganerme lo que me merezco. Este es el unico trabajo que he coneguido y no lo voy a perder tan solo porque a ti no
Unos golpes en la puerta la hicieron despertarce, de tantos pensamientos enredados se quedo dormida sin darse cuenta. Si por ella fuera le hubiera encantado quedarse en cama un poco más, pero recordo que su hijo la necesitaba más fuerte que nunca. Por un accidente perdio su trabajo en el primer día, tenia pensado llegar al bar por la noche para agradecer a todos la buena vibra que mostraron hacia ella.Si algo la caracterizaba era eso, siempre fue muy agradecida con todos los que se portaban bien sin conocerla, aun cuando estaba segura que no recibiria paga alguna por las horas que estuvo trabajando.Sonia: ¿Dónde estás? el niño ha tenido un poco de calentura, es mejor que regreses pronto a casa.Lucy: ¡Dios mio! Sonia, me es imposible regresar en estos momentos, te juro que en cuanto termine mi entrevista ire a al casa sin demorarme. Por favor, por favor Sonia, podrías esperarme un poco más, y hacerte cargo de Lucas.Sonia: Debes darte prisa, Lucas puede empeorar, conoces las consecu
—Veamos cuanto tiempo más le dura su mentira, aquí estare esperandola para reirme en su cara. Debio pensarlo bien antes de querer jugar conmigo, todavia no nace la persona que me vea la cara y viva para contarlo.Nelson tenía claro cual era su siguiente paso, acabaria con sus enemigos lentamente y sin dejar huella; por algo era conocido como el temido CEO de toda la ciudad, ademas de mantener su lugar en el bajo mundo y más de uno trabajaba para él sin restricciones. De esto último no era algo de lo que estuviera orgulloso, sin embargo, lo aprovechaba al máximo para mantener a más de una persona a raya.San Francisco era un gran lugar para crecer como empresario, el territorio se encontraba muy marcado y se requeria de mano de acero todos los días. En ocaciones le tocaba hacer constantes viajes que lo dejaban agotado, para eso existia su hermano, quien lo cubria día y noche en los negocios.—¡Ven a mi oficina, Lucy!—Como diga jefe —tenia una semana bajo el mando de este tirado, ni pa
— ¿Cómo se encuentra mi hijo doctor?—Nada bien Lucy, lamento ser el portador de tan malas noticias, pero Lucas necesita la operación de manera urgente; no podemos seguir esperando un milagro.— ¿Podemos esperar al siguiente mes, doctor? Todavía no reúno todo el dinero para pagar la operación de mi pequeño, usted sabe que trabajo fuertemente para completar la cantidad, sin embargo, no he logrado hacerlo.—Me temo que no, ya lo hemos pospuesto dos veces Lucy; hacerlo una tercera vez es atentar contra su vida y conoces las consecuencias de ello, lamentablemente es nuestra última oportunidad para poder salvarlo.—Lo sé doctor, lo sé. Los bancos no quieren otorgarme un crédito por no tener quien me respalde, estoy haciendo todo lo que está en mis manos para conseguir el recurso para la operación.— ¿Acudiste al centro de ayuda que te proporcione Lucy?—Si doctor, lamentablemente les cortaron los recursos, no están aceptando a nadie por el momento hasta dentro de dos meses como mínimo.— ¿