—no se preocupe por eso tengo suficiente dinero como para comprar este banco, 15 mil euros no afecta en nada mi chequera ahora si me lo permite me marcharé pase feliz resto del día—
Había dejado a Isabella sentada en espera mientras estaba en la oficina terminando de firmar, había visto su nombre en los papeles pero me haría el desentendido hasta que ella me lo diga más tarde, arregle mi saco y tome el papel que me fue cedido como pago de la deuda me dispuse a marcharme pero la voz de la gerente rechinó en mis oídos, dio la vuelta mientras sus zapatos hacían eco por cada pisada, tenía la mano en la manija de la puerta esperando el momento preciso para salir de este lugar.—señor bruno... me gustaría saber si tiene planes esta noche...—Su cara inofensiva y su rubor en las mejillas me hicieron sacar una mini sonrisa para negarle aquella propuesta que se que me haría.—estoy comprometido—Le dije y cerré la puerta detrás mío sin ver su cara o su reacción, caminé con prisa haciendo que ella se levante rápido del sofá no quería mas interrupciones—he terminado marchémonos—Se puso de pies y caminó pero otra vez la gerente volvió hablar—señor bruno disculpe, no quise que mal interpretara lo que le acabo de decir tengo algunas propuestas qué tal vez a usted le...——mi padre es quien tiene acciones aquí, por lo tanto cítelo a él a una cena o algún desayuno y le habla de su propuesta de trabajo, ahora la dejo tengo muchas cosas que hacer y se me hace tarde—Su cara de decepción fue tan visible me dio una sonrisa y asentí saliendo del lugar con prisa no quiero aparecer en los periódicos de mañana. Con algo de prisa caminé hacia el carro abrí la puerta para que ella pueda entrar nuevamente no colocó el cinturón y lo puse por ella—creo que no usas el cinturón porque quieres que sea yo quien lo ponga por ti—Trate de ser algo gracioso pero solo logré escuchar un suspiro de parte de ella—piensa lo que quieras—Apreté la mandíbula y decidí dar la vuelta y montarme en el coche y lo puse en marcha, mientras íbamos de camino había mucho silencio, su cabeza hacia la ventanilla sin voltearla ni una sola vez y sus manos cruzadas sobre su regazo, prendí la radio y puse una canción la cual me gusta mucho(Until l Found you)Mientras la música sonaba giré un poco mi cabeza para asegurarme de que no fuera desagradable para ella pero vi como sus labios la iban cantando suavemente en silencio y dos de sus dedos se movían al compás de las letras.—¿te gusta la canción?— PreguntéPero solo logre que dejara de cantar y la poca esperanza que tuve se desvaneció al parecer mi voz o todo lo que tenga que ver conmigo era como un insultó para ella no hable más y terminamos por llegar. Todos los muebles fueron nuevamente instalados y las llaves fueron devueltas despedí a los hombres y sólo quedamos ella y yo, su rostro había suavizado mucho entró a la cafetería sin invitarme a pasar sonreí mientras negué con la cabeza y fui de nuevo al carro para marcharme pero al entrar vi el papel de la deuda saldada así que lo tomé y fui a entregárselo abrí la puerta y ella venía saliendo del baño con un delantal puesto y una blusa negra de tirantes por unos minutos me pareció tan sensual aunque trague grueso y hable—se me había olvidado entregarte este papel de la deuda saldada——puede conservarlo hasta que pague la deuda a usted—No entendía en lo absoluto a esta mujer no sabía que clase de persona era pero nunca había tratado una igual—no hace falta ya le dije, pero si insiste está bien, ¿podría darme su nombre? necesito los datos de mis deudores—Chasqueó la lengua y cruzó sus brazos logrando así que sus pechos subieran un poco por lo que pude notar no llevaba sostén no sabía porque tenía esos pensamientos en mi cabeza pero los borré tan pronto como pude.—me llamo Isabella, Isabella Gutiérrez—Tenía un lindo nombre asentí y di unos pasos cautelosos extendí mi mano—Bruno Giordano es un gusto—Miró mi mano antes de estrecharla con inseguridad pero luego lo hizo su agarre fue muy fuerte, en este momento no se veía nada tímida era como si su lugar seguro era dentro de esas cuatro paredes y estar rodeada de muchas personas le afectara a pesar de su frialdad sus ojos no reflejaban felicidad no sabía quién era ella pero siento que hay mucho por conocer detrás de esos ojos.—no soy una mala persona señorita no debe tenerme miedo——¿cree usted que por ser rico todo el mundo se arrastrará a sus pies? yo no le pedí su ayuda usted solito se ofreció a pagar la deuda pero como no me gusta deber favores le pagaré su dinero ahora tome asiento le prepare un café como cortesía de la casa—Nunca antes ninguna persona me había dado tales órdenes soltó mi agarre aclaré los ojos y me quede algo sorprendido—¿que hace aún parado? tome asiento—Obedecí tomé asiento y observé cómo se concentraba y preparaba el café de la manera antigua no con cafetera moderna, con tantas cosas había olvidado revisar mi celular así que lo saqué de mi saco (50 llamadas perdidas) bufé y vi a Isabella echar en una taza el café, camino hacia a mi con una bandeja, café, azúcar y cubitos con hielo y un poco de agua, al colocarlo en la mesa sonreí—¿por qué cree usted que me gusta el café americano?—Tome la taza le eche dos cucharaditas de azúcar lo removí y di un sorbo cerré mis ojos disfrutando aquel café era sumamente bueno tenía un toque de canela como me gustaba y no estaba fuerte era como si sabia exactamente como me gustaba el café, estaba parada frente a mi sin decir nada no se si era buscando mi aprobación o simplemente quería observarme—no sabía tan si quiera como le gustaba el café pero mayormente los hombres que usan trajes que vienen por sus cafés lo piden así, si le incomodo...——no me ha incomodado solo le hice una pregunta no tiene porque alterarse——está usted hablando de más—Iba a darse la vuelta pero la sostuve por su muñeca izquierda fuertemente deteniéndola mientras tomaba el café con la otra mano su mirada de asombro me dio satisfacción—¿por que no enfrenta los problemas señorita Isabella? ¿puede tomar asiento y acompañarme a tomar café? Aunque veo que no trajo para usted——suelte mi mano señor bruno por las buenas o si no...——¿o si no que? ¿Cree usted que debo temerle a esa amenaza?—soltó una risilla no supe cómo tomarlo pero no fue nada irónica si no como triste—tiene razón en lo que piensa, que podría una miserable como yo hacerle a un hombre rico como usted si quire me puede desaparecer con un solo chasquido de sus dedos—Solté mi agarre de su muñeca inmediatamente aquellas palabras me hicieron rascarme la garganta que tanto daño le hicieron a esta mujer para que tenga aquellos pensamientos y sea tan arisca.—lo siento si me mal interpreto señorita, no me refería a el poder o dinero solo...——no importa señor, de igual manera lo que le acabo de decir es tan real como que estamos aquí ahora tome su café y márchese, puede pasar por su paga cada mes guardaré lo mas que pueda—No me dejo hablar y camino hacia la cocina me sentí tan extraño las personas suelen confundirse cuando uso algunos términos que creo que ella también. Tome el café tranquilamente esta vez no me iría solo porque si, ya se que es como un animal que no lo han domesticado debo tenerle paciencia.—¿que se te ofrece Tom?—dio pasos hasta acercarse a la madre de bruno y le dio dos besos en la mejilla —me he encontrado con bruno iba de muy mal humor ¿le han dicho a que vino exactamente?——mi hijo es algo difícil de tratar pero se perfectamente cómo hacer que me obedezca——no estoy tan seguro por lo poco que charlamos...-—jajajaj, no me digas que lograste que mi hijo te dirija la palabra——no es gracioso y si, obviamente me insultó pero era algo que veía venir——mi hijo es como su padre aunque pase el tiempo no pueden botar el rencor——estoy totalmente seguro de que es así——violeta maxwell está preparando sus artimañas para conquistarlo nuevamente y por favor Tom no vuelvas a entrometerte en la relación de bruno y violeta si no, no vivirás para contarlo de eso me encargaré ¿entendido?——puede estar segura que desde aquella vez jamás hemos vuelto a...——no mientas Tom se que te revuelcas con violeta——jajajajaja y si sabe que es cierto ¿por qué quiere que bruno se case con ella?
Después de haberme pasado todo lo que restaba del día con mi padre al fin llegamos a casa, pude ver a lo lejos unos coches estacionados al parecer habían visitas esta noche rogaba a Dios porque esto no tenga nada que ver conmigo estoy estresado y cansado como para lidiar con algo que no sea de mi interés personal. Era hora de la cena, iba con toda la confianza directo a mi casa hasta que...—creo que tenemos invitados esta noche—Espetó mi papá pero por alguna razón no me agradó la idea, las puertas del vehículo fueron abiertas y salí arreglándome mi saco caminé en conjunto a mi padre y entramos a la casa, para mi grata sorpresa en la mesa se encontraba violeta y su madre bárbara lowinski quien aún conserva el apellido de soltera a pesar de ser la señora Maxwell, mamá sonrió en cuanto me vio y se levantó a recibirnos dándome un abrazo y un beso en la mejilla pude ver a las demás mujeres levantarse de sus respectivos asientos y mi padre saludar con agrado a ambas dándole la bienvenida
Salgo de la habitación con ropa cómoda y toda la información que había solicitado, tomó un abrigo la noche estaba algo fría para andar descubierto, al bajar las escaleras en la sala de estar se encuentran mi madre y la madre de violeta consolándola mientras ella lloraba desconsoladamente los ojos de mi madre me ubican y sale a mi encuentro ya se lo que se avecina una ola de reproches de la que ya estoy acostumbrado, suspiro pesadamente preparándome para el sermón —bruno giordano como eres capaz—Zaz, no se cómo ni cuándo pero la mano de mi madre se estrelló contra mi cara a decir verdad no estaba listo para recibir tal golpe.—¿como eres capaz de mentirle a violeta y hacerla llorar? te he enseñado cómo tratar a las mujeres, me avergüenzas Bruno ven ahora y pide perdón a violeta-Alce mis cejas y solté una risilla mientras trataba de apaciguar la ira que formaba una tormenta dentro de mi estómago regulé mi tono de voz el cual fue bastante grave pero calmado.—madre, te amo tanto que h
—Basilio Giordano—La puerta choca con dureza al cerrase y una muy enojada Margaret entra mientras su esposo está con sus abogados trabajando —saca a tus perros sabuesos de este lugar——¿podrías bajar la voz y comportarte? no solo lo hagas delante de la prensa y tus conocidos——cállate, no tienes ningún derecho de hablarme así ¿acaso olvidas que soy tu esposa?——tampoco tienes derecho a irrumpir en mi oficina con semejante escándalo Margaret y si, a veces olvido que eres mi esposa no tengo recuerdo de la última vez que te comportaste como tal——calla de una buena vez Basilio no vine hasta aquí a hablar de nosotros es el tema que menos me interesa en este momento—Los secretarios estaban acostumbrados a este tipo de situaciones así que se levantan sin hacer ruido y salieron de la oficina dejando a Margaret descargar su ira con su esposo.—¿ahora que te ha hecho enojar?——¿no sabes ponerle represarías a tu hijo? no ha sido suficiente que le quites trabajo o que le bloquee los correos y
—todo lo que me has contado me parece interesante quiero saber más de ti Isabella—Me miró y suspiró era tan difícil tratar con ella pero lo estaba consiguiendo iba a perseverar todo el tiempo que fuese necesario con tal de saber más de ella.—creo que ya he hablado bastante sobre mi——¿es una broma cierto? ¿Quienes son tus padres?-—no lo sé——¿eres huérfana?—Creo que hable sin pensar ya que había mucha incomodidad en su rostro ante mi pregunta repentina, se le hacía difícil hablarme de su pasado pero la comprendía, yo era un desconocido no es como que fuese hablarme así tan fácil se su vida pasada ni siquiera de la presente. No tenía idea de que misterios ocultaba pero eran muchos de eso estaba seguro y me iba a encargar de descubrirlos todos, en esta ocasión me tocaba hacer el uso de la paciencia si quería descubrir quién era Isabella Gutiérrez.—si, fui criada en un orfanato, solo me dejaron en una caja con una carta dejando la ubicación de este lugar, mi nombre, apellido y edad;
Nos estacionamos en el frente de mi casa no pude ni mirar a este hombre de reojo estaba en shock y a la misma vez impresionada o aturdida en realidad, no sabía cómo tomar aquella propuesta él tampoco volvió hablar sólo manejaba en silencio sin hacer ningún tipo de ruido, la incomodidad se apoderaba de mi alma estar en aquel coche de lujo con un hombre rico era lo que menos podía pasar por mi cabeza pero Justo estaba pasando y sobre todo, que un hombre de su alto nivel me haga semejante propuesta a mi a una don nadie con problemas de todo tipo y una vida tan llena de miseria y para nada hermosa.—llegamos— dijo sutilmente y despreocupado como si para él la situación fuera lo más normal sin embargo yo trataba de asimilar aún su propuesta.—si vo-voy a bajar pase buenas...—Cuando intente abrir la puerta del coche escuche un click había cerrado la puerta impidiendo que pueda salir y me tomo de un brazo acercándome a él donde nuestros alientos casi chocan —Isabella quiero una respuesta
Resopló Isabella con agotamiento terminando de limpiar todo para marcharse más temprano de lo habitual. El día fue bueno y pudo ganar un poco de dinero extra. Puso algo de música suave tenía una radio vieja que de vez en cuando era funcional, doblo su cuello por el estrés del día y se estiró hacia atrás escuchando el crujir de su espalda. Mientras acomodaba tazas y platillos escuchó la puerta abrirse y miró hacia el frente encontrándose cara a cara con bruno nuevamente alzó sus cejas y replicó —¿que hace aquí?——Isabella no me marcharé ni te pienso dejar en paz hasta que me des una respuesta de mi propuesta—Isabella se frotó las cien y exhaló con incomodidad en todo el día no pensó ni un segundo en él ni en aquella propuesta debido a que para ella no era creíble lo que él le proponía ¿quien era ella para que semejante magnate le propusiera algo así?.—¿seguirá insistiendo? Ya le he dicho....——Isabella ¿por qué no puedes confiar en mi?— la interrumpió Lo miró despreocupada mien
Me recuesto en el asiento del coche cerrando los ojos a punto de explotar en ira tomo mi teléfono y marco directamente a mi secretaria —Gladis quiero que vayas a una tienda de lujo y compres los vestidos más hermosos que encuentres-—¿señor puede decirme la talla?—Empecé a recordar a Isabella la había observado pero no lo suficiente para saber que talla podría ser —sabes que Gladis...olvídalo——señor...—Colgué la llamada sin dejarla terminar de hablar estaba molesto y sin ideas de que hacer en el momento, encendí el coche con una sola dirección en la cabeza. Todo el camino me mantuve pensando como podría lograr que Isabella aceptara mi propuesta sin verme como una persona que solo la quiere usar o que la estaba comprando, simplemente quería que viera esto como una oportunidad de lograr sus sueños una oportunidad de negocio.Se que otra en su lugar lo hubiera hecho pero ese es el detalle ella no es como otras y eso es lo que me motiva a quererla para salvarme y salvarla.Me estacio