—Basilio Giordano—La puerta choca con dureza al cerrase y una muy enojada Margaret entra mientras su esposo está con sus abogados trabajando —saca a tus perros sabuesos de este lugar——¿podrías bajar la voz y comportarte? no solo lo hagas delante de la prensa y tus conocidos——cállate, no tienes ningún derecho de hablarme así ¿acaso olvidas que soy tu esposa?——tampoco tienes derecho a irrumpir en mi oficina con semejante escándalo Margaret y si, a veces olvido que eres mi esposa no tengo recuerdo de la última vez que te comportaste como tal——calla de una buena vez Basilio no vine hasta aquí a hablar de nosotros es el tema que menos me interesa en este momento—Los secretarios estaban acostumbrados a este tipo de situaciones así que se levantan sin hacer ruido y salieron de la oficina dejando a Margaret descargar su ira con su esposo.—¿ahora que te ha hecho enojar?——¿no sabes ponerle represarías a tu hijo? no ha sido suficiente que le quites trabajo o que le bloquee los correos y
—todo lo que me has contado me parece interesante quiero saber más de ti Isabella—Me miró y suspiró era tan difícil tratar con ella pero lo estaba consiguiendo iba a perseverar todo el tiempo que fuese necesario con tal de saber más de ella.—creo que ya he hablado bastante sobre mi——¿es una broma cierto? ¿Quienes son tus padres?-—no lo sé——¿eres huérfana?—Creo que hable sin pensar ya que había mucha incomodidad en su rostro ante mi pregunta repentina, se le hacía difícil hablarme de su pasado pero la comprendía, yo era un desconocido no es como que fuese hablarme así tan fácil se su vida pasada ni siquiera de la presente. No tenía idea de que misterios ocultaba pero eran muchos de eso estaba seguro y me iba a encargar de descubrirlos todos, en esta ocasión me tocaba hacer el uso de la paciencia si quería descubrir quién era Isabella Gutiérrez.—si, fui criada en un orfanato, solo me dejaron en una caja con una carta dejando la ubicación de este lugar, mi nombre, apellido y edad;
Nos estacionamos en el frente de mi casa no pude ni mirar a este hombre de reojo estaba en shock y a la misma vez impresionada o aturdida en realidad, no sabía cómo tomar aquella propuesta él tampoco volvió hablar sólo manejaba en silencio sin hacer ningún tipo de ruido, la incomodidad se apoderaba de mi alma estar en aquel coche de lujo con un hombre rico era lo que menos podía pasar por mi cabeza pero Justo estaba pasando y sobre todo, que un hombre de su alto nivel me haga semejante propuesta a mi a una don nadie con problemas de todo tipo y una vida tan llena de miseria y para nada hermosa.—llegamos— dijo sutilmente y despreocupado como si para él la situación fuera lo más normal sin embargo yo trataba de asimilar aún su propuesta.—si vo-voy a bajar pase buenas...—Cuando intente abrir la puerta del coche escuche un click había cerrado la puerta impidiendo que pueda salir y me tomo de un brazo acercándome a él donde nuestros alientos casi chocan —Isabella quiero una respuesta
Resopló Isabella con agotamiento terminando de limpiar todo para marcharse más temprano de lo habitual. El día fue bueno y pudo ganar un poco de dinero extra. Puso algo de música suave tenía una radio vieja que de vez en cuando era funcional, doblo su cuello por el estrés del día y se estiró hacia atrás escuchando el crujir de su espalda. Mientras acomodaba tazas y platillos escuchó la puerta abrirse y miró hacia el frente encontrándose cara a cara con bruno nuevamente alzó sus cejas y replicó —¿que hace aquí?——Isabella no me marcharé ni te pienso dejar en paz hasta que me des una respuesta de mi propuesta—Isabella se frotó las cien y exhaló con incomodidad en todo el día no pensó ni un segundo en él ni en aquella propuesta debido a que para ella no era creíble lo que él le proponía ¿quien era ella para que semejante magnate le propusiera algo así?.—¿seguirá insistiendo? Ya le he dicho....——Isabella ¿por qué no puedes confiar en mi?— la interrumpió Lo miró despreocupada mien
Me recuesto en el asiento del coche cerrando los ojos a punto de explotar en ira tomo mi teléfono y marco directamente a mi secretaria —Gladis quiero que vayas a una tienda de lujo y compres los vestidos más hermosos que encuentres-—¿señor puede decirme la talla?—Empecé a recordar a Isabella la había observado pero no lo suficiente para saber que talla podría ser —sabes que Gladis...olvídalo——señor...—Colgué la llamada sin dejarla terminar de hablar estaba molesto y sin ideas de que hacer en el momento, encendí el coche con una sola dirección en la cabeza. Todo el camino me mantuve pensando como podría lograr que Isabella aceptara mi propuesta sin verme como una persona que solo la quiere usar o que la estaba comprando, simplemente quería que viera esto como una oportunidad de lograr sus sueños una oportunidad de negocio.Se que otra en su lugar lo hubiera hecho pero ese es el detalle ella no es como otras y eso es lo que me motiva a quererla para salvarme y salvarla.Me estacio
—¿Para que me llamas a esta hora? ¿Quieres causarme problemas o que?——recuerda que me diste un encargo y Justo veo a tu encargo bajarse de un coche de lujo en una calle totalmente marginal de aquí de Edimburgo—Margaret miró hacia los lados evitando que alguien la escuche hablar —¿que estás diciendo pedazo de estupido?——Lo que acabas de escuchar, no pude ver el rostro de la persona ya que entró rápidamente desde que abrieron la puerta——óyeme muy bien lo que te voy a decir no dejes de seguir cada paso que de bruno, no importa que tan difícil sea, trata de saber quien es esa persona a la que bruno está visitando en las noches desde que llegó aquí, lo último que me faltaba que mi hijo se esté viendo con una marginal sin futuro que solo nos haga ver como mediocres ante la sociedad y se aproveche de él al saber que es rico—Colgó el teléfono y respiro profundo caminando a grandes pasos fuera de la casa a su coche y se dirigió a uno de sus clubes nocturnos donde iba a desahogar su ira o
—¿andabas revolcándote con alguno de tus juguetes de 23 años?——oh no no, el juguete de esta noche tenía 24 y era muy apuesto——eres una...——sssshhh cuida tu lengua Basilio y úsala para lo que mejor sabes hacer hablar y hablar ahora quítate de mi camino— —escúchame bien...—Basilio tomó a Margaret fuertemente por el brazo forcejeando con ella y se detuvieron al escuchar en carraspeo de bruno quien venía llegando —¿que está pasando aquí?—Ambos miraron a bruno dejando a un lado su discusión violenta mientras veían cómo las cejas de este estaban cruzadas —hijo no es lo que piensas——no, de hecho no estoy pensando nada estoy esperando que me den una explicación al respecto——tu papá está algo ebrio no hagas caso——mmm al parecer veo que no solo él esta ebrio ¿no eres tú la que acabas de llegar madre? Te veo el bolso en la mano—Su cuerpo se puso rígido y dejó de sonreír buscando en su cabeza la excusa Perfecta para escapar de las acusaciones de su hijo ya que frente a él ella se deja
—¡me encanta!—Caminó despacio pero ansiosa así se dejaba ver trataba de contener su emoción tal vez para no crear en mi una mala perspectiva sobre ella —¡oh mira como gira! No subiría a algo así——vamos——¿que?——vamos a subir al juego——¡nooo! ¿Esta loco?——no te pasará nada confía en mi y por favor por esta noche tutéame-Dudo y caminó conmigo con sus brazos cruzados hasta donde vendían las taquillas la vi mirar hacia el carrito que vendía algodón de colores —dos por favor——¡oh por Dios! usted es bruno el hijo de Margaret y Basilio giordano o por Diosssss—Sentí la incomodidad apoderarse de mi no me gusta ser tan obvio para las personas pero tampoco es como si andara con alguna mascara para evitar que me vean —señorita le importaría solo darme las dos taquillas-—si si, señor —La escuche magullar unas palabras pero trate de ignorarlo—Isabella——¿si?— se mantenía alejada, no se si había escuchado lo que vociferó la mujer. Caminamos hacia los juegos entregue los tickets al c