Sentada a la espera encuentra Margaret, llevaba por lo menos un mes recluida en la cárcel de mujeres, el corazón de bruno se detuvo al verla no parecía la mujer elegante y de alto valor que alguna vez conoció, estaba deshecha con un uniforme color naranja, de hecho un color que odiaba. Choca sus uñas con la superficie de la mesa tranquilamente y voltea su cabeza al escuchar los pasos acercándose a ella.

Dos sillas más vacías estaban frente a ella observo a bruno y a Isabella hasta que ellos tomaron asiento y se quedó viendo a la pequeña Lucero, aún estaba pequeña a penas tenia dos meses de haber nacido y se encontraba rendida en los brazos de su madre con un hermoso vestido color rojo.

Pero al verlos frente a ella los miró con repudio, la mueca de asco fue tan visible que Isabella tapó el rostro de la bebé con la manta bruno quiso llevar a la pequeña para que la conociera tal vez así su corazón se ablanda solo un poco pero no fue así. Así que con aires aún de superioridad habló

—así