Voy mirando atentamente el lugar para no extraviarme. A noche había llegado sin darme cuenta pero ya no era de noche podía ver claramente, al llegar la vi sentada en el suelo cabizbaja llorando mientras sus muebles eran cargados a un camión, varios hombres se encontraban allí, ella sostenía en sus manos un papel y en la puerta había colgado un letrero de embargo, me detuve lo más rápido posible y baje del vehículo pude sentir las miradas sobre mi pero no me importó fui directo a ella y toque su mentón levantando su cabeza viendo como sus ojos trataban de enfocarme ya que no podían por la luz cegadora del sol y las lágrimas en ellos pero al hacerlo se asombraron
—¿que ha sucedido?—Le pregunté suavemente para evitar que se alarme aunque mi ceño estaba fruncido. Trato de limpiar sus mejillas mojadas y quitó mi mano de su mentón e intento de levantarse pero aún así traté de ayudarla a ponerse de pies, sin poder mirarme directamente a los ojos y abrazando su brazo izquierdo me habló—¿para que quieres saber que me pasa? ¿Que hace usted aquí nuevamente?——quiero ayudarla ¿por qué llora usted?——no lee usted lo que dice en al puerta ¿y por qué razón usted quiere ayudarme a mi señor? Usted no me conoce——ayer me ayudaste, es lo menos que puedo hacer por ti——no necesito la ayuda de usted estoy bien, así que ahórrese su ayuda y váyase por donde mismo vino ya me ha causado bastante problemas—Vi un hombre acercarse y sin nada de gentileza hablar—señora firme aquí, necesitamos marcharnos y deme las llaves del lugar—Pude ver su cuerpo temblar levemente y como resopló, sin importarme arrebate el papel de las manos de ella y lo leí—¿en serio la están embargando por quince mil euros?——oiga, ¿que le pasa señor? no se meta en mis asuntos devuélvame eso—trato de quitarme el papel pero soy lo suficientemente alto como para que pueda alcanzarme intento dar saltitos pero nada valió.—ella no firmará este embargo bajen todos sus muebles de ahí, me encargaré de esto personalmente-—¿quien es usted para decirnos que hacer? esto es una orden directa del banco hacemos nuestro trabajo—Le di una mirada sin ninguna gracia y chasquee con la lengua vociferando y usando solo una milésima parte de todo el poder que podía tener.—me pregunto usted quien soy pues, mucho gusto (extendí mi mano) soy hijo de Basilio Giordano y Margaret Williams de Giordano, dueños de Prevalent Wealth Management; una empresa de servicios financieros más antigua de toda escocía. Somos líderes en inversiones bancarias y gestión de activos financieros e inversiones privadas y líderes en exportaciones de cervezas. En 1990 mi padre tuvo una capitalización de más de 275.047 millones de euros. Si le interesa saber algo mas pues me deja saber—Sus caras fueron todo un poema y por unos leves segundos me alegré mucho de ser quien soy.—pues... su nombre, no me lo dijo——Bruno Giordano, ¿no sabe usted quién es el dueño de prevalent Wealth Management? Justo se lo acabo de mencionar y todo el mundo sabe que mi padre solo tiene un hijo—Los rostros de cada uno de ellos palidecieron y pude ver aquella mujer mirarme como si vio a un fantasma dando un paso más alejada de mi <<¿ahora que le pasa? Creo que fue la única que no le agrado saber quien soy>> pensé—señor lo siento llamaré al banco en este mismo instante—Unos minutos después el hombre volvió a mi algo nervioso y balbuceó—se-señor el banco requiere que usted vaya personalmente con la señorita si no es mucha molestia— Asentí—no es ninguna molestia, ahora terminen de bajar todo para cuando regresemos ¿señora podemos ir a terminar esto de una buena vez por todas? y podría cambiar esa cara parece como si ha visto un fantasma—su cara de asombro me tenía un poco incómodo era como si saber que era un hombre rico le afectara.—mire señor Giordano, no me interesa que usted resuelva mis problemas, de alguna manera los iba a resolver para eso tengo mis ahorros ahora marchase de aquí y...——¿en serio? Llevabas ahorrados quince mil euros y no habías pagado al banco para evitar esto?——yo..——es lo que creí—La tome de la muñeca antes de que vuelva a protestar y caminé prácticamente arrastrándola hasta el coche cerrando la puerta evitando que salga—¿ESTÁ LOCO O QUE? ESO ES SECUESTRO DÉJEME SALIR—Me di la vuelta y subí al coche cerrando la puerta y volteando hacia ella—colócate el cinturón——¿Quién es usted para darme órdenes a mi?—Suspire pesado y le coloque el cinturón sin tener que tocarle ni la ropa no sea cosa que esta fiera desgarre mi carne por haberla tocado pero, me agrado su aliento no lo iba a negar era cálido y suave—así está mejor si no quieres que te de ordenes haz las cosas correctamente—Cruzó sus brazos disgustada y nos pusimos en marchar al banco, en todo el camino iba de mal humor la miraba de reojo estaba muy molesta miraba hacia el lado de su ventanilla tratando de ignorarme como si la estuviera ofendiendo donde solo quería ayudarla a salir de todo ese problema, mujeres quien las entiende.**—me pregunto donde el hijo de Basilio habrá conocido a esta mujer tan desdichada——sigan su trabajo eso no es de nuestra importancia-**—hemos llegado—Sus brazos aún seguían cruzados y ni si quiera me miró baje del coche para abrir su puerta pero al hacerlo se quedó dentro del carro ignorándome y sin querer bajar, tomé una bocanada de aire tratando de entenderla y de no enojarme el sol pegaba fuerte y me veía como un payaso tratando de ser amable y esta mujer ignorarme.—puedo ser muy bueno por las buenas sabes—Metí mi cabeza dentro del carro quedando a centímetros de ella su aroma me pegó en la nariz era suave me agradaba era distinto—¿que le pasa? No invada mi espacio——no estoy invadiendo tu espacio de hecho estás en mi coche pero si no piensas salir por las buenas saldrás por las malas——estoy en su coche porque usted me obligó——baja la voz eres muy callada pero a la misma vez muy ruidosa—Ambos alientos chocaban y sus manos trataban de alejarme, una voz masculina me hizo detenerme—¿señor todo está en orden?— Era el seguridad del lugar—si, el cinturón se había atascado y trataba de ayudarla—Rápidamente lo quite y le di un jalón hacia afuera sin ser agresivo—camina—Ambos nos pusimos en marcha las miradas de las personas al parecer la incomodaban ya que agachaba la cabeza tímida—¿te sientes incómoda?— preguntéNo recibí respuesta de parte de ella resople un poco y seguí, las puertas fueron abiertas por el personal del servicio, al entrar habían muchas personas y en seguida las miradas fueron encima de nosotros por un momento la vi por el rabillo del ojo izquierdo esconderse detrás de mi tímida y asustada, esta mujer trabaja con personas y le da miedo estar en público, no entendí aquello.—señor bruno es un placer tenerlo aquí, habíamos recibido una llamada de parte de uno de nuestros empleados pero queríamos confirmar que sea cierto, ¿desea algo de tomar?——me imagino que si ¿difícil de creer cierto?—Una gerente del Banco que ya conocía se acercó ella misma para recibirme ya que fue dada aviso de mi llegada aunque mi intuición me dice que quiso que viniera al banco con otras intenciones ya que no era necesaria mi presencia aquí, su mirada coqueta me hacía sentir un tanto incómodo, era una rubia de ojos verdes de aspecto favorable pero nada interesante a mi persona su nivel de arrogancia se me hacía un poco intolerable.—estoy bien solo quiero firmar un cheque y marcharme ¿quieres algo de tomar?—Ella me miro y pude ver la gerente mirarla con algo de desprecio—oh no sabía que había traído compañía señor bruno——solo quiero agua—Dijo cortante y fría sin levantar la mirada abrazando sus brazos y moviendo su pierna derecha con ansiedad—debe observar más su alrededor señora Valentina así podría ver que no todo gira al rededor de usted— soltó una risa y espetó—no me llames señora me haces sentir vieja——la llamó como es debido estamos en su lugar de trabajo las informalidades no son correctas——no cambias nada bruno sigues siendo el mismo hombre intachable y difícil—**Termine todo el proceso y pague el dinero al banco en el cual teníamos inversiones, pero negocios son negocios no me lucraba de los negocios de mi padre al fin y al cabo yo tengo mi propio dinero.—y listo señor la deuda de la señora queda saldada aunque no se porque no pidió que se le cancelara sin tener que gastar su dinero—Su tono cada vez que molestaba más, su voz me parecía chillona, no me gustaba que mis empleados o los de mi padre me coquetearan suelen querer usar sus atributos para recibir algún beneficio extra.—no se preocupe por eso tengo suficiente dinero como para comprar este banco, 15 mil euros no afecta en nada mi chequera ahora si me lo permite me marcharé pase feliz resto del día—Había dejado a Isabella sentada en espera mientras estaba en la oficina terminando de firmar, había visto su nombre en los papeles pero me haría el desentendido hasta que ella me lo diga más tarde, arregle mi saco y tome el papel que me fue cedido como pago de la deuda me dispuse a marcharme pero la voz de la gerente rechinó en mis oídos, dio la vuelta mientras sus zapatos hacían eco por cada pisada, tenía la mano en la manija de la puerta esperando el momento preciso para salir de este lugar.—señor bruno... me gustaría saber si tiene planes esta noche...—Su cara inofensiva y su rubor en las mejillas me hicieron sacar una mini sonrisa para negarle aquella propuesta que se que me haría.—estoy comprometido—Le dije y cerré la puerta detrás mío sin ver su cara o su reacción, caminé con prisa haciendo que e
—¿que se te ofrece Tom?—dio pasos hasta acercarse a la madre de bruno y le dio dos besos en la mejilla —me he encontrado con bruno iba de muy mal humor ¿le han dicho a que vino exactamente?——mi hijo es algo difícil de tratar pero se perfectamente cómo hacer que me obedezca——no estoy tan seguro por lo poco que charlamos...-—jajajaj, no me digas que lograste que mi hijo te dirija la palabra——no es gracioso y si, obviamente me insultó pero era algo que veía venir——mi hijo es como su padre aunque pase el tiempo no pueden botar el rencor——estoy totalmente seguro de que es así——violeta maxwell está preparando sus artimañas para conquistarlo nuevamente y por favor Tom no vuelvas a entrometerte en la relación de bruno y violeta si no, no vivirás para contarlo de eso me encargaré ¿entendido?——puede estar segura que desde aquella vez jamás hemos vuelto a...——no mientas Tom se que te revuelcas con violeta——jajajajaja y si sabe que es cierto ¿por qué quiere que bruno se case con ella?
Después de haberme pasado todo lo que restaba del día con mi padre al fin llegamos a casa, pude ver a lo lejos unos coches estacionados al parecer habían visitas esta noche rogaba a Dios porque esto no tenga nada que ver conmigo estoy estresado y cansado como para lidiar con algo que no sea de mi interés personal. Era hora de la cena, iba con toda la confianza directo a mi casa hasta que...—creo que tenemos invitados esta noche—Espetó mi papá pero por alguna razón no me agradó la idea, las puertas del vehículo fueron abiertas y salí arreglándome mi saco caminé en conjunto a mi padre y entramos a la casa, para mi grata sorpresa en la mesa se encontraba violeta y su madre bárbara lowinski quien aún conserva el apellido de soltera a pesar de ser la señora Maxwell, mamá sonrió en cuanto me vio y se levantó a recibirnos dándome un abrazo y un beso en la mejilla pude ver a las demás mujeres levantarse de sus respectivos asientos y mi padre saludar con agrado a ambas dándole la bienvenida
Salgo de la habitación con ropa cómoda y toda la información que había solicitado, tomó un abrigo la noche estaba algo fría para andar descubierto, al bajar las escaleras en la sala de estar se encuentran mi madre y la madre de violeta consolándola mientras ella lloraba desconsoladamente los ojos de mi madre me ubican y sale a mi encuentro ya se lo que se avecina una ola de reproches de la que ya estoy acostumbrado, suspiro pesadamente preparándome para el sermón —bruno giordano como eres capaz—Zaz, no se cómo ni cuándo pero la mano de mi madre se estrelló contra mi cara a decir verdad no estaba listo para recibir tal golpe.—¿como eres capaz de mentirle a violeta y hacerla llorar? te he enseñado cómo tratar a las mujeres, me avergüenzas Bruno ven ahora y pide perdón a violeta-Alce mis cejas y solté una risilla mientras trataba de apaciguar la ira que formaba una tormenta dentro de mi estómago regulé mi tono de voz el cual fue bastante grave pero calmado.—madre, te amo tanto que h
—Basilio Giordano—La puerta choca con dureza al cerrase y una muy enojada Margaret entra mientras su esposo está con sus abogados trabajando —saca a tus perros sabuesos de este lugar——¿podrías bajar la voz y comportarte? no solo lo hagas delante de la prensa y tus conocidos——cállate, no tienes ningún derecho de hablarme así ¿acaso olvidas que soy tu esposa?——tampoco tienes derecho a irrumpir en mi oficina con semejante escándalo Margaret y si, a veces olvido que eres mi esposa no tengo recuerdo de la última vez que te comportaste como tal——calla de una buena vez Basilio no vine hasta aquí a hablar de nosotros es el tema que menos me interesa en este momento—Los secretarios estaban acostumbrados a este tipo de situaciones así que se levantan sin hacer ruido y salieron de la oficina dejando a Margaret descargar su ira con su esposo.—¿ahora que te ha hecho enojar?——¿no sabes ponerle represarías a tu hijo? no ha sido suficiente que le quites trabajo o que le bloquee los correos y
—todo lo que me has contado me parece interesante quiero saber más de ti Isabella—Me miró y suspiró era tan difícil tratar con ella pero lo estaba consiguiendo iba a perseverar todo el tiempo que fuese necesario con tal de saber más de ella.—creo que ya he hablado bastante sobre mi——¿es una broma cierto? ¿Quienes son tus padres?-—no lo sé——¿eres huérfana?—Creo que hable sin pensar ya que había mucha incomodidad en su rostro ante mi pregunta repentina, se le hacía difícil hablarme de su pasado pero la comprendía, yo era un desconocido no es como que fuese hablarme así tan fácil se su vida pasada ni siquiera de la presente. No tenía idea de que misterios ocultaba pero eran muchos de eso estaba seguro y me iba a encargar de descubrirlos todos, en esta ocasión me tocaba hacer el uso de la paciencia si quería descubrir quién era Isabella Gutiérrez.—si, fui criada en un orfanato, solo me dejaron en una caja con una carta dejando la ubicación de este lugar, mi nombre, apellido y edad;
Nos estacionamos en el frente de mi casa no pude ni mirar a este hombre de reojo estaba en shock y a la misma vez impresionada o aturdida en realidad, no sabía cómo tomar aquella propuesta él tampoco volvió hablar sólo manejaba en silencio sin hacer ningún tipo de ruido, la incomodidad se apoderaba de mi alma estar en aquel coche de lujo con un hombre rico era lo que menos podía pasar por mi cabeza pero Justo estaba pasando y sobre todo, que un hombre de su alto nivel me haga semejante propuesta a mi a una don nadie con problemas de todo tipo y una vida tan llena de miseria y para nada hermosa.—llegamos— dijo sutilmente y despreocupado como si para él la situación fuera lo más normal sin embargo yo trataba de asimilar aún su propuesta.—si vo-voy a bajar pase buenas...—Cuando intente abrir la puerta del coche escuche un click había cerrado la puerta impidiendo que pueda salir y me tomo de un brazo acercándome a él donde nuestros alientos casi chocan —Isabella quiero una respuesta
Resopló Isabella con agotamiento terminando de limpiar todo para marcharse más temprano de lo habitual. El día fue bueno y pudo ganar un poco de dinero extra. Puso algo de música suave tenía una radio vieja que de vez en cuando era funcional, doblo su cuello por el estrés del día y se estiró hacia atrás escuchando el crujir de su espalda. Mientras acomodaba tazas y platillos escuchó la puerta abrirse y miró hacia el frente encontrándose cara a cara con bruno nuevamente alzó sus cejas y replicó —¿que hace aquí?——Isabella no me marcharé ni te pienso dejar en paz hasta que me des una respuesta de mi propuesta—Isabella se frotó las cien y exhaló con incomodidad en todo el día no pensó ni un segundo en él ni en aquella propuesta debido a que para ella no era creíble lo que él le proponía ¿quien era ella para que semejante magnate le propusiera algo así?.—¿seguirá insistiendo? Ya le he dicho....——Isabella ¿por qué no puedes confiar en mi?— la interrumpió Lo miró despreocupada mien