Alexa pintó sus labios de rojo vino y aplicó polvo traslúcido sobre todo el rostro para sellar el bien elaborado maquillaje. Después se sentó en la cama para abrochar en los tobillos las sandalias plateadas, de tacón cuadrado. Se miró al espejo una vez más para comprobar que todo estaba en orden. Llevaba un vestido de tirantes finos negro, tan ajustado que marcaba a la perfección las bien dotadas curvas de su cuerpo. El cabello largo rubio, lacio esta vez, caía sobre su espalda, tapando al ligero escote.
Sonó el móvil, era Nando, ya la esperaba en el sitio donde habían acordado. Alexa bajó las escaleras tan rápido como pudo, tratando de hacer el mínimo ruido. Sus padres se habían ido a la cama más temprano de lo normal, lo cual le dio una buena ventaja de tiempo para arreglarse. Ella siempre demoraba bastante haciéndolo.
Salió
Durante todo el fin de semana Enny y Malcome no volvieron a tener comunicación alguna. Hasta esa mañana en la escuela que prácticamente chocaron en el horario de almuerzo, y solo se regalaron un saludo cordial. En la clase de literatura tampoco cruzaron palabra, de hecho, en todo el turno no mandó a Enny a contestar ninguna pregunta sobre la asignatura. Ella por supuesto lo notó, y pensó en hacer algo al respecto luego.Cuando terminó el entrenamiento de natación. Tenía claro lo que haría: ir al departamento de profesores e intentar hablar con él. Enny había pensado mucho al respecto. No se había sentido atraída de esta forma hacia un chico nunca. Había tenido novios, por ejemplo, Adams Johanson en segundo, un chico de su iglesia con el que había estado saliendo durante unos meses, pero nunca logró que nacieran sentimientos reales, por eso terminó el n
Alexa abrió los ojos y lo primero que hizo fue revisar el teléfono que estaba en la mesita de noche junto a la cama. Tenía un mensaje de Nando:─Tenías razón Alex, fue el mejor cumpleaños que he tenido en mucho tiempo.Sonrió en cuanto lo leyó. Realmente no sabía lo que le pasaba con él. Aseguraba que no le gustaba en lo absoluto, o sí, pero solo como amigos.─Jamás de los jamases podría involucrarme amorosamente con él, aun sigue siendo el raro del colegio ¿no? ─pensó segundos después, acostada boca arriba en su cama con el móvil sobre el pecho.Se quedó así, mirando al techo un buen rato, pensando en las musarañas, ¿o en Nando?─ ¿Por qué me pongo tan nerviosa cuando pienso en la idea de verlo esta tarde? Anoche cuando me dejó en la puerta de la casa, su mi
─¡Corre! −Grita Alexa. ─No te pares, alcánzame ─continua diciendo, sin mirar atrás. Nando carece de fuerzas, será por las drogas que le han puesto en el hospital, aun así, hace lo posible por alcanzarla. Alexa ya no aguanto ─Grita él. Acelera y chocan, se enredan y caen tendidos en el suelo, él sobre ella. Se apoya con una mano en la hierba húmeda, la otra la usa para apartar el pelo de su cara, la besa en los labios. Un beso a ojos cerrados, de los que te hacen olvidar donde estás y bajo qué circunstancias. De los que te sacan el alma del cuerpo y sientes que vuelas a otra dimensión. En este lugar no existe nada, ni vida, ni muerte, ni el peligro, ni siquiera tú existes, solo ella, la otra persona. No puedes ver nada, ni pensar, solo puedes sentir. Sentir sus labios húmedos, su respiración, el latido de su corazón, su sangre navegando por todo su cuerpo. Se reponen, baja a la tierra de la nube en que estaba y la mira, la mira pens
Lola entró al salón de Matemáticas. Dejó su mochila de cuero sintético negra con flecos que le colgaban de la tapa, sobre el escritorio. Sacó la Tablet y se dispuso a leer. Poco a poco comenzó a llenarse el aula. Todos la saludaban con alegría, era muy popular en el colegio y conocida por ser buena en todo. Su estilo bohemio la hacía destacar.Tiene el pelo largo y lacio, teñido de rojo intenso. La piel blanca como el papel y los ojos verdes. Es de estatura media y sus curvas son un poco exuberantes, aunque conserva el vientre totalmente plano. Esa mañana llevaba una falda por los tobillos de color café y una blusa que le caía sobre un hombro dejándolo totalmente descubierto, mientras el otro permanece dentro de la manga contraria. Sus manos están llenas de hermosas pulseras, la mayoría hechas por ella misma, con recuerdos que traen sus padres de los viajes de
Enny y Alexa coincidían en casi todas las clases ese curso. Así que entraron juntas al salón de Literatura, luego de dejar a Lola en la puerta del de Mates. Se despidieron con un beso al aire, como solían hacer.En poco tiempo, todos los estudiantes del aula se amontonaron alrededor de las chicas, para escuchar con atención sus historias del verano. Unos minutos después Irrumpió una voz desconocida en la habitación.─Hola soy el señor Méndez, profesor sustituto, estaré aquí mientras la señora Green está de licencia por maternidad ─dijo, y se apresuró a escribir su nombre en la pizarra.─¡Malcome Méndez! ¡Qué guapo! −susurró EnnyAlexa le respondió con una sonrisa pícara. Parecía que habían echado algún tipo de polvo mágico en el aire, por las caras de los
Se quedó unos minutos viéndolo jugar desde las gradas. Lo animó con muchísima entrega, tanto que la voz que más resaltaba era la suya.Alexa y Matt eran novios desde pequeños, había sido su primer amor de la infancia, su primer beso de verdad en la adolescencia y su primera relación sexual, recién consumada. Estaban hechos de primeras veces.Matt es muy apuesto, cabello rubio, piel blanca, ojos azules, justo como Alexa. Parecen hermanos de tan similares que son. No en vano tienen el título a la pareja más popular del colegio.Matt llegó todo sudoroso a donde Alexa, la levantó en peso y le dio un giro en el aire. La bajó y la besó en los labios, un beso largo y apasionado. Finalmente se separó y le dijo:─No sabes cómo añoré este momento. Te extrañé tanto Alexa, no había noche que no pen
–Reunión urgente en mi casa, con fiesta de pijamas incluida. —Advirtió Alexa por el grupo de WhatsApp.–Sí, que a mí me viene genial dormir fuera de casa –escribió Lola.–Yo no sé si me dejen ir, como mañana hay clases… −añadió Enny–Por favor Enny, convence a tus padres, las necesito. He roto con Matty.A las ocho en punto parqueó un BMW rojo en la entrada de casa de Alexa. Lola se bajó del auto, luego de estacionarlo junto al jardín. Llevaba un vestido de flores, muy ancho, con una chaqueta de mezclilla por encima. Calzaba unas botas negras, sin cordones, con un muy bajo tacón cuadrado. El cabello rojo intenso estaba bien acomodado en un chongo alto, en medio de la cabeza.Alexa que sintió el claxon del auto en cuanto llegó, bajó a toda prisa por las escaleras para dar la bien
Iba Lola al volante, cuando le suena el móvil, Alexa que estaba de copiloto lo observa por ella.−¿Quién es Eidan? –preguntó.−Nadie −le arrebató el móvil de las manos.−¡Uh! Lola tiene chico nuevo −se burló Alexa.Enny iba en la parte trasera, enajenada en sus pensamientos, le costaba entender por qué Malcome no salía de su cabeza. Llevaba un pantalón deportivo de color negro, una sudadera blanca con un cartel de empoderamiento femenino, las mismas zapatillas de anoche y el pelo recogido en una coleta.Lola vestía unos vaqueros anchos, al estilo de los años noventa, una blusa de cuello alto ancha y unas sandalias de tiras finas que se amarraban en los tobillos. Llevaba su cabello rojo y lacio, suelto y repartido en dos mechones a cada lado de su cuello.Alexa lucía una saya de mezclilla ajustada, desflec