Capítulo 110

Ese martes en la noche, previo a la inseminación artificial, en la noche, me puse muy linda, con una lencería roja transparente muy sugerente que había comprado en una tienda de modas, con medias y liguero, solté mis pelos, para verme muy sexy y calcé zapatos taco catorce para estar enorme frente a él. Me envolví, además, en una bata sugerente y esperé a Rudolph. Él llegó muy orondo, como siempre. -¡¡¡Mi café, Patricia!!!.-, dijo jalando una silla, tamborileando la mesa.

-¿No prefieres, mejor, este postre?-, le dije, entonces, insinuante, coqueta, poniendo un pie en la pared y alzando mis pelos con una mano, dejando caer la bata sugerente. Entreabrí la boca y mordí mi lengua muy sensual, como una femme fatale.

Rudolph quedó estupefacto y pasmado viendo mi belleza bien pincelada en la lencería roja. Se maravilló con mis pechos inflados como globos, palpitando al mismo compás de mi corazón eufórico repicando en mi busto como una melodía dulce y romántica. Contempló mis piernas b
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