POV CLARADespierto lentamente, sintiendo la suavidad de las sábanas que me envuelven. Todo parece diferente, desde el aire que respiro hasta el peso en mi cuerpo. Parpadeo varias veces, tratando de enfocar la vista, y me doy cuenta de que no estoy en mi habitación. Miro alrededor y noto que estoy en una cama amplia, con sábanas grises y una cabecera de madera oscura. La habitación es elegante y acogedora, pero definitivamente no es mía.Me siento en la cama, aún algo adormilada, y me doy cuenta de que llevo puesta una camiseta que no es mía, probablemente de Hernán, porque huele a él, a ese aroma embriagador que siempre me hace sentir segura. Me rodea una mezcla de calma y confusión. ¿Cómo llegué aquí? ¿Qué sucedió anoche? Los recuerdos empiezan a regresar poco a poco, como piezas de un rompecabezas que intento armar.Aylin. La transformación. La intensidad del poder que ahora corre por mis venas. Todo comienza a tomar forma en mi mente. De repente, siento una corriente de energía en
POV CLARA Mientras preparan el almuerzo, Hernán me conduce hasta su oficina privada.—¿Recuerdas algo de lo que sucedió anoche? —inquiere, mirándome con atención.Hago un leve asentimiento y luego una mueca.—Más o menos, en realidad. Recuerdo el dolor de la transformación, ver todo a través de los ojos de Aylin y escuchar todo… pero no entiendo algo, ¿cómo es que soy una diosa? ¿Es eso posible?Hernán suspira, sus ojos reflejan un torbellino de emociones mientras me observa.—Clara, lo que te voy a decir es complicado, pero necesito que escuches con la mente abierta —comienza, tomando mis manos entre las suyas—. Lo que sucedió anoche no fue solo una simple transformación. Fue la manifestación de algo que tuviste desde siempre, esperando el momento para salir.Me quedo en silencio, intentando asimilar sus palabras. Hernán me suelta una mano y la usa para abrir un cajón de su escritorio, de donde saca un pequeño libro antiguo, con una cubierta de cuero desgastado.—Este libro —dice, m
POV CLARAHernán y yo nos dirigimos hacia la fiesta de mi transformación y cumpleaños. Aunque mi mente sigue dando vueltas con todo lo sucedido, intento mantener la calma y prepararme para conocer a los miembros más importantes de la manada.Al salir al jardín, me encuentro rodeada de personas que parecen haber estado esperando este momento. Hernán me toma de la mano, su presencia me da un poco de confianza mientras caminamos entre los invitados.Un hombre alto, de porte autoritario y mirada penetrante, se adelanta para saludarnos.—Clara, feliz cumpleaños, soy Raúl, el Beta de esta manada.—Un gusto, Raúl —respondo con una sonrisa tensa.—Ella es mi pareja y la futura Luna —agrega Hernán con orgullo.—¿La futura Luna? —murmura el Beta, sus ojos se entrecierran un poco, evaluándome—. No tenía idea de que Hernán había encontrado a su compañera.—Es algo que hemos mantenido en privado —responde Hernán—. Pero sí, Clara es mi compañera destinada, y también la futura Luna de la manada —rep
POV HERNÁNEl motor de mi auto ruge suavemente mientras tomamos la avenida que nos lleva al departamento de Clara. El tráfico no es pesado, pero el ambiente en el interior del coche es tenso. Clara, sentada a mi lado, está en silencio, con su mirada fija en el paisaje que pasa por la ventana. La llamada cortada de manera abrupta con su prima nos dejó una sensación inquietante.—¿Estás bien? —le pregunto, rompiendo el silencio.Clara asiente, pero puedo ver la preocupación en sus ojos. La miro de reojo, tratando de no mostrar mi emoción. Si bien Aylin ya estaba inquieta en la fiesta, no puedo creer que haya sido por su prima y no por un peligro en el entorno. Marina no mostró signos de tener lobo, pero si hay algo que la está poniendo en peligro, necesitamos averiguarlo.—Quizás debería haberme quedado con ella —murmura Clara, con los dedos jugueteando con el borde de su vestido.—No podías saberlo, mi amor —le respondo con suavidad, tomando su mano—. Además, estamos cerca, llegaremos
POV CLARAEl suave sonido de la respiración de Marina me devuelve al presente. Estoy sentada en el borde del sillón, observando cómo sus párpados se mueven lentamente, señal de que finalmente está despertando. El color comenzó a regresar a su rostro, pero aún tiene un aspecto pálido y débil. Marcos hizo un trabajo increíble estabilizándola y, aunque todavía siento mucho miedo de perderla, me siento aliviada al verla abrir los ojos.—Marina… —Mi voz sale como un susurro mientras le tomo la mano.Ella parpadea, claramente desorientada, antes de enfocarse en mi rostro.—Clara… ¿Qué pasó? —Su voz es ronca, como si hubiera estado gritando, aunque apenas pudo murmurar mientras deliraba.—Eso es lo que queremos saber —respondo, acariciando su mano con suavidad—. Te encontramos delirando de fiebre. Estabas murmurando cosas sobre un hombre y acónito… No entendíamos nada de lo que decías. La puerta estaba abierta…Marina frunce el ceño, esforzándose por recordar. Se incorpora lentamente, apoyán
POV HERNÁNAl otro día, tratamos de fingir volver a la normalidad. Todavía tengo un par de semanas para dejar la empresa en orden, aunque la verdad, ahora con Clara a mi lado, ya me da igual lo que suceda en este lugar.Ayer volví a mi casa en el mundo humano luego de asegurarme de que Marina ya estaba mejor, y tuve que llamar a mi madre para pedirle disculpas sobre nuestra desaparición y explicarle lo que sucedió. Por suerte, lo entendió y no hizo muchas preguntas.Tanto Marcos como yo vamos a comenzar a investigar y seguir el rastro del tal Alan Uyina, pero por ahora, voy a citar a Daniel a mi oficina y comentarle todo lo que sucedió. Al pobre lo tengo abandonado y se está haciendo cargo de todo mientras no estoy, debería darle unas vacaciones.Cuando Daniel llega a mi oficina, lo invito a sentarse y cierro la puerta para asegurarme de que no nos interrumpan. Su expresión es seria, consciente de que lo que voy a decirle no es una simple actualización de la empresa.—Daniel, necesito
POV HERNÁN Estoy parado frente a la puerta del departamento de Clara, con el corazón latiéndome en los oídos. Escucho que saluda a su prima y, de repente, la puerta se abre. Lo que veo me deja sin aliento.Clara está ahí, más hermosa de lo que jamás podría haber imaginado. Lleva un vestido rosa oro, que brilla con un suave resplandor bajo las luces del pasillo. El corte midi del vestido abraza cada curva de su cuerpo, y el escote, delicado y sugerente, resalta su elegancia. Su cabello está suelto, lacio, cayendo en cascada por sus hombros, y su maquillaje realza sus ojos, que me miran con una mezcla de timidez y amor. Sus labios, pintados en un tono suave, parecen llamarme.Por un momento, no puedo hablar. Solo puedo observarla, embriagado por su presencia. Clara sonríe ligeramente, como si entendiera el efecto que tiene sobre mí, y eso me devuelve a la realidad.—Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida, Clara —le digo, acercándome un poco más.Ella sonríe, y siento una cor
POV CLARAMis pies no dan más, así que me quito los tacones en el auto mientras Hernán conduce de regreso a casa. Suelto un gemido de alivio y él me mira de reojo, pero sus ojos están llenos de deseo.Estuvimos toda la noche calentando el ambiente, y no aguanto las ganas de llegar y tenerlo dentro de mí. Siento mi centro palpitando con cada segundo que pasa y creo que él puede oler mi excitación.Al fin llegamos a su casa, y él baja rápidamente para ayudarme a salir del auto sin tener que tocar el suelo con los pies descalzos. Suelto una carcajada cuando me acuna en sus brazos. Sus pasos son firmes y seguros mientras me lleva hacia la entrada de la casa, y puedo sentir el calor de su cuerpo, tan cercano, a través de la ligera tela de mi vestido.—¿Cómo te sientes? —murmura, su voz grave vibra contra mi oído.Su pregunta es más que retórica. En este momento, él quiere saberlo todo, y mis pensamientos están tan nublados por el deseo que apenas puedo articular una respuesta coherente. So