Matteo observa con una mirada hambrienta como Andrea se deja arrastrar por el orgasmo, causado por un placer que le provoco él. Su expresión de labios abiertos y ojos cerrados, las mejillas coloradas y el cuello largo estirado, expuesto para él, suplicando por que lo marque. Matteo se inclina sobre ella, todavía con los dedos en su interior, el pulgar acariciando su clítoris alargando el orgasmo, posa sus labios sobre el pulso agitado y luego succiona, alternando con lamidas y por último una mordida que hace que Andrea se estremezca de nuevo, un gemido desaforado vibrando en su garganta.
Andrea es adicta al dolor de la misma manera que él es adicto a infundirlo.
Ella cae laxa sobre el colchón, su pecho subiendo y bajando arrítmico mientras intenta recuperarse de la dupla de orgasmos que recibió. No sabe si Matteo es realmente bueno en esto o si ella es tan inexperienciada que todo le resulta incre&ia
Con emoción, presiona el botón rojo en la esquina interior derecha de la pantalla. Una exhalación larga y cansada pasa por sus labios luego de salir de la clase. Cierra el Zoom, internet y todo lo demás para poder apagar su computador y hacerlo a un lado. Y una vez que se ha deshecho del objeto, por fin puede descansar.Primero se contrae, su cuerpo se pone en posición fetal y luego para soltar las tensiones, se estira, forzando sus músculos a alcanzar la mayor extensión posible. Suelta un sonido de placer gutural y sonríe, extasiada por el final de su día universitario.Se gira en el sillón, sus ojos se dirigen al balcón, y la satisfacción la llena de nuevo. Algo tiene la vista, desde el séptimo piso del departamento, que pone a su corazón a latir más rápido. En su posición puede ver algunos edificios frente a ella y de otros tan solo ve el techo. M&a
—Yo creo que le gustas.Andrea entorna los ojos y resopla.—No seas ridícula. Matteo ha sido un idiota conmigo desde el día uno. ¡Pensó que era un hombre!—Pelo corto y sin peinar— enfatiza Pame —, piernas de pollito, brazos de fisicoculturista en esteroides…—¡Ey! — intenta defenderse ella, pero Liv la interrumpe.—¡Oh! ¡Lo había olvidado! Creo que tengo fotos de esa época, estabas mamadisima.Puede sentir su rostro calentándose de vergüenza mientras sus amigas desvarían sobre ese año en donde iba al gimnasio con el amigo que le gustaba y hacían la misma rutina que, claramente, no era para ella.Mira su brazo, lo flexiona de diferentes maneras y se sorprende que después de años todavía puede ver músculos en ellos.—Además, Matteo dij
Su confesión la deja enmudecida. Las mejillas se le sonrojan y su corazón comienza a palpitar entusiasmado, pero ella lo obliga a calmarse.—Tú eres raro también— muerde su labio inferior antes de agregar —y bonito, y no te trato como si me repulsara tu presencia.—Aw, ¿crees que soy bonito? — se sienta y le da una mirada maliciosa.Su estómago da un vuelco, de nuevo sorprendida por sus palabras y sin saber cómo responder a eso, pregunta:—¿Ya te afecto el tequila? — lo ojea con atención, por la manera en que sus labios se estiran, ya sabe la respuesta.Su sonrisa floja, siendo la única que ha visto, le parece de lo más encantadora y la idea de acercarse a sus labios la tienta de nuevo, pero no.Puede que esté muy ebria, pero aun así sabe que besar con su compañero de cuarto es una pésima idea que
Por alguna razón, después de esa noche, además del hecho que durmieron acurrucados uno junto al lado del otro, lo que más le da vueltas en la cabeza es la idea de Matteo; crearse un Onlyfans.En un principio la considera ridícula, pero mientras lo piensa, más le tienta. Eso, hasta que decide investigar un poco y se da cuenta de que no es tan fácil ni lucrativo como lo hacen ver. La plataforma se queda con una buena parte de tu dinero y siendo ella una fulanita cualquiera, será difícil que personas accedan a pagar por su contenido, aunque su mente de comerciante le dice todo lo contrario.En un día en que su autoestima está alta, lo único en que puede pensar es en que ella sería capaz de hacerlo, tiene las habilidades para hacer que funcione, lo sabe. Siempre ha sido capaz de vender todo lo que quiere, pero es la parte de exponer su cuerpo la que la asusta un poco m&aacut
Los miércoles en la tarde eran los días que se juntaba con su hermana para ir al cine y ver lo nuevo que había en la cartelera de esa semana, pero eso era antes de que el Covid hiciera que se cerrara todo y su hermana tuviera que ir a la casa de sus suegros con su pareja a cuidarlos. Extrañaba esos días más que nada, y sobre todo porque era una manera fácil de mantener el contacto con Vicky y de hacer algo que ambas disfrutaban, juntas. Extrañaba salir, pero también a su hermana, quien ocupada con padres que no eran suyos y un niño en el camino, ya no tenía tiempo ni energía para contestar sus llamadas o charlar con ella hasta la madrugada. A sus padres también los extraña, habiendo pasado casi un año y viviendo ellos en una de las regiones con más casos de Covid, se le había hecho imposible ir a verlos. El resto de sus hermanos es un poco más difícil
Inhala profundo, sacude sus manos, da un par de brincos y abre la puerta de su cuarto justo para ver a Matteo saliendo de la cocina con un bol de cereales. Sus ojos se encuentran por unos segundos, hasta que ella cierra la puerta y se esconde en su cuarto.Después de haberlo visto desnudo no se ha atrevido ni a respirar en su misma dirección. Siendo una persona introvertida con buena memoria, se sabe muy bien su rutina, tan solo para evitarlo, como lo ha hecho desde que llego. El problema es que ahora necesita hablar con Matteo, y no tan solo, sino que también pedirle un favor.Respira profundo de nuevo, gira el picaporte y se fuerza a salir de la habitación, quedando tan solos unos metros de distancia de Matteo. La necesidad de volverse a su pequeño refugio es imperante, pero se obliga a ser fuerte e incluso da un paso a delante, aunque cuando intenta hablar las cosas no resultan tan bien.—¿Necesitas algo? &mdash
Estaba firmando el último papel, para poder salir de la clínica y justo al poner el punto en su firma, su celular se iluminó. En la pantalla apareció el nombre de Matteo y fue la curiosidad la que la hizo tomar la llamada de inmediato.—¿Alo?—Hola, oye, estoy afuera de la clínica, pero no puedo encontrar ningún estacionamiento así que iré a dar una vuelta, espérame hasta que llegué.Ni siquiera puede contestarle de vuelta, pues la llamada ya se ha cortado.Pasmada parpadea, mira la pantalla, como si eso tuviera la solución a sus problemas, luego a la secretaria, también como si ella pudiera ayudarle. Pero ninguno tiene respuestas, lo que la deja a ella de pie, en la recepción de la clínica, mirando peligrosamente desorientada.Cuando una enfermera se le acerca, Andrea debe asegurar que está bien y eso le sirve para salir de s
Al día siguiente ella es la encargada de preparar el desayuno porque es la única que no tiene resaca, pero por eso mismo es que tan solo se toman un té, acompañado de la mitad de un pan con mantequilla.Después de eso se quedan en su cuarto vagando, cada una trasteando en su celular, compartiendo memes y comentando una que otra cosa que recuerdan de la noche anterior.Cada vez que hablan de aquellas horas oscuras su corazón da un vuelco, las mejillas se le calientan y toda ella tiembla; ansiosa, avergonzada, sintiéndose ridícula por cómo se comportó frente a Matteo. De solo recordarlo le dan ganas de desaparecer del mundo. Por eso mismo es que no le ha contado a sus amigas, no quiere pensar el momento más de lo necesario y mientras menos gente sepa de su vergüenza mejor para ella.Pero no poder vocalizar todos sus pensamientos, incluyendo las crecientes preocupaciones, hacen que es