Capitulo 3

Carlos

El sonido del bosque llenaba la habitación, las pisadas de los animales que rondaban, me brindaba la calma y concentración, a pesar de no vivir tan adentrados en el bosque como era de esperarse de nuestra especie, si era la casa más pegada a él, pues más atrás de nuestra casa no había nada más que el espeso bosque, los humanos no querían vivir tan cerca de él temían a lo que pueda ver en la oscuridad y bien hacen.

Me encontraba diseñando el cuarto de la señorita Meller estaba inspirado, pondría colores claros tal como lo había pedido, la verdad me había sorprendido que no les gustarán los diseños anteriores a todas las chicas de su edad les gustaban, pero no a ella al parecer.

La había escuchado cuando platicaba con su amiga, tenía el mismo concepto de mí que cualquier otra persona, egocéntrico, arrogante, frío y atractivo, mi intención era mantener a la gente alejada de mí no parecer atractivo, aunque mi apariencia física debía admitir si era lo bastante impresionante, no puedo decir que era feo, todo lo contrario, y tampoco puedo decir que no era el tipo frío y arrogante que todos conocen, pero nadie se atrevía hablar así de mí, siempre ganaba sobre eso mi parte física.

Debía admitir que esa joven era muy hermosa, aún con ese horrible uniforme que utilizaba y esa coleta, resoplé, esa chiquilla tonta como quería tomarla y verla sufrir por mí a ver si se atrevía a llamarme como lo hizo.

Vi a mi hermano entrar por el ventanal con Nadia su pareja o bueno su mate como algunos llamarían, en su forma lobuna. ¿Había olvidado ese pequeño detalle no? Éramos lobos, bueno mi hermano y su mate yo era una especie más peligrosa, por lo cual nos encontramos en esta ciudad en una casa con un bosque, como todo lobo, pero sin una manada solo nosotros tres.

Los vi brincar a la habitación y unos minutos después escuché los pasos de mi hermano que venían hacía acá.

- Trabajando tan noche hermanito - su ley era no trabajar en casa así pasaba el tiempo con Nadia en mi caso no tenía nada más que hacer que trabajar y cazar.

- le doy los últimos toques antes de ir a dormir, a esa chiquilla tonta no le gustaron mis diseños-

- Bueno ella parece ser un poco más grande que tus diseños- lo miro mal

-Es una tonta- digo cabizbajo sin saber porque realmente y Erick soltó un suspiro, o no, sabia lo que venia, me lo recordaba todo el tiempo...

- supongo que no es solo el trabajo lo que te tiene así e dime ¿En qué piensas que te aflige tanto?- Solo nos teníamos a nosotros, no era muy fácil para mí hablar con él ni con nadie en realidad. Mi corazon era una piedra, un tempano de hielo sin sentimientos.

- No tengo nada, solo trabajo - apunte con las manos las hojas y el computador que posaban en la mesa de centro. - Odio que a la gente no le guste mi trabajo, es perfecto-

- Es por lo tu mate no es así-suelto una risa tosca y burlona ¿Cómo le hacía entender que yo no quería encontrarla? él solo esperaba a que yo encontrará a mi otra mitad y siempre estaba al pendiente de cualquier señal aunque está vez se equivocaba, no quería y temía que llegara, sonreí de lado con ironía - ya te he dicho llegará cuando tenga que llegar - cuando él conoció a Nadia ella era humana y yo le recomendé que la conquistará poco a poco y que no la asustara como solía hacer cada lobo atacando a su mate posesiva mente, no, no era un romántico solo era inteligente.

- no es nada de eso, deja el tema por la paz - intenté convencerlo con algo de hostilidad – sabes que no me interesa nada de eso, no quiero encontar a nadie- sentencie 

-supongo que es solo el estrés de no encontrar a tu mate quizás necesitas divierte y vivir un poco.. – me ignoro, suspiro con pesadez no lo iba a alejar del tema- el amor puede cambiarte-

- eso no existe, no para nosotros, eso es una imposición, escucha; me alegro por ti y Nadia pero no quiero eso- me levanto de la mesa y empiezo a recoger las cosas, no aguantaria un sermon que no queria oir.

- cuando lo experimentes quizás...

- ¿No entiendes que no quiero encontrarla? - hablo ya frustrado

- Busca una amistad, alguien con quién divertirte, disfruta Carlos la vida es más bella de lo que crees, quiero verte feliz, fuera de esos papeles-

- Pues qué bueno que tenemos una vida prácticamente inmortal- deje caer las hojas con la bilis encima

- Pero no estamos exentos de la muerte lo sabes - tomé el computador y me dirigí a mi habitación- El que hubo antes de ti, Carlos lo recuerdas - hablo frenándome a mitad de las escaleras, como olvidarlo, yo lo maté - No termines como él. -

- han pasado 140 años, y no lo he hecho, hasta hoy – hable – el que no quiera un romance como tú no me hace más monstruo de lo que soy, no me interesa vivir nada de eso, me conformo con seguir en mis cabales-

- Me preocupas hermano, miro como cada día te vuelves más y más de piedra, si hay algo que te de paz tómalo, no quiero que mi hermano se convierta en un monstruo-

- ya lo soy, desde aquel día- lo miro con frialdad

- Escucha hermano, encuentra a algo o alguien que te de fuerzas para vivir - resopló de nuevo, no necesito a nadie que me dé fuerzas, soy el ser más fuerte - por ejemplo, la chica esa de hoy, Elisa, no es tonta como dices, es bonita podrías intentar...

- Y luego que va a pasar simplemente la voy a dejar botada, herida por allí- hablé más fuerte – porque sabes que no sería nada serio, si, es solo una chiquilla tonta y si me gustaría jugar con ella y hacerla sufrir, eso me haría divertirme en verdad- sentí mi cuerpo salirse de control y como me dominaba la maldad existente en mí.

-¡no! solo intenta ser feliz nada pierdes solo déjate llevar si no te enamoras pasaras unos momentos agradables seguro, con una amiga solo inténtalo- se da media vuelta y se fue, una amiga como lo fue ella y después terminó muerta.

Pase una noche entre pensamientos sin fin, no quería admitirlo, pero la idea de dañarla me atraía demasiado, ya hacía falta un juego, pero también existía algo que no podía describir pero... me incomodaba un poco, solo un poco el dañarla, era solo una chica inocente. A la mañana siguiente fuimos a trabajar, hubiera preferido quedarme y dar un paseo por el bosque, pero eso solo le daría más que decir a Erick, Nadia nos hizo el desayuno y se fue a su negocio de venta de ropa y mi hermano a ver otros contratos y yo a supervisar las construcciones, pasado medio día fui con Erick a la casa de los Meller, había un camión dejando material en el patio, solo estaríamos aquí un par de meses cuando mucho, y nos iríamos. La señora Meller me dio el pase a la sala allí le mostraría los diseños a su hija.

Escuché la puerta de atrás cerrarse al parecer le gustaba entrar por esa puerta y no por la de enfrente que es donde estoy yo, escuché los pasos que se dirigieron a lo que supongo era su cuarto en la planta alta la escuche regañar a su hermana lo cual me hizo reír, pero lo deje cuando me di cuenta, que estupidez reír por algo como eso, escuché los pasos torpes bajando las escaleras.

- ¡Mamá! ¡Ya llegué está la comida!!-

La señora Meller le contesto de la cocina también, que tenían los humanos por qué no se esperaban a estar uno frente a otro, si no tenían tan buen oído porque se gritaban desde lejos.

- ¡Tu padre trabajo pizza! ¡Carlos te espera en la sala!- en eso llega Elisa a la sala, deteniéndose en los últimos escalones, como permitiéndome admirarla, su cabello ahora suelto se mecía con su cuerpo y la luz que se colaba pegaba en sus ojos haciéndolos más claros, no lo podía negar Erick tenía razón era sumamente bella. La mamá de Elisa se asomó por la puerta aún con la voz elevada, lo que me saco de mis pensamientos. - calentaré la pizza y spaghetti, en lo que hablas con Carlos -

- si ma, gracias- voltea a verme quizás sin saber que decir o donde sentarse

- le traje unos diseños más según lo que pidio, espero sean de su agrado- se sentó a mi lado nerviosa, justo esa era la reacción que esperaba de cualquiera

- no es negro ni rosa cierto- me dijo levantando una ceja burlona. Estaba de buen humor, lástima que yo no, le borraria esa sonrisa.

- no, es rosa pálido - conteste seco, pero para mi sorpresa ella soltó una carcajada ¿era algún tipo de payaso? - como lo pidio - le extiendo los diseños

Mira una y otra vez los diseños que se extienden por varias hojas, al verla tan concentrada y al estar seguro de que mis diseños eran perfectos me permití analizarla pensando seriamente en jugar con ella, no sería ningún sacrificio, su piel blanca se miraba suave y delicada, tenía un aroma fresco, y su pelo caía con elegancia sobre su espalda, una bella presa pensé.

- no me gustan-

Sus palabras me descolocaron de mis pensamientos, mis diseños eran perfectos ¿Cómo se atrevía?

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