Capitulo 5

Elisa

Sus ojos grises me miraban directo, aunque no había contestado nada él ya sabía la respuesta

- ¿y ella lo sabía? - me pregunta al tiempo que quita la mano de la mía

-si- la palabra sale de mi pecho apenas audible y pensaría que no me escucho, pero lo escucho hablar bajo.

- Entonces porque ella...- levante el rostro para mirarlo

- No, no- lo detuve antes de que pensará mal de Meli- hablamos y ellos se quieren, es decir mírelos - hice una seña con mi cabeza a atrás, él quito su vista de mi para posarla en ellos y después volverla a mí.

- son... Muy empalagosos- hizo una mueca de asco y sonreí, así era el amor supongo.

- Quiero que sean felices, ella es mi mejor amiga y es una increíble persona y él es un buen chico...se miran bien juntos- me sincere - me duele no lo voy a negar, pero no estoy muriendo ni nada, verla feliz hace que valga la pena-

-¿No se arrepiente?- negué

Se queda serio mirándome, de fondo solo se escuchan las risas de la pareja tras nosotros, pero su mirada es tan profunda que es como si me hipnotizará.

-¡Eli! Verdad que el rosa me va mejor que el azul - llega Mel con Niko a su cintura interrumpiendo este extraño momento - es que Niko cumple años el otro fin y fuimos a ver unos vestidos, me compro un par, ahorita te los enseño. Buenas tardes chico de la construcción- saluda a Carlos

El solo da un asentamiento de cabeza con su mirada fría, echa un vistazo a Niko nada disimulado.

- gracias por traerme - digo y cierro la puerta, aunque no quiero despedirme, estar solo con ellos es incomodo.

- Nos vemos señorita Meller - arranca al instante

- Muy guapo pero muy mal educado -

- ¡oye! ¿¡Crees que es más guapo que yo acaso!? – Niko parecía un angel pero debía admitir que Carlos era tremendamente más atractivo, quizás esos años de más le quedaban perfectos.

Escucho quejarse a Niko mientras entramos a la casa, tenía la esperanza de que él ya se fuera, pues venían de salida cuando llegue pero estuvo allí una media hora más y todo el tiempo echándole en cara a Mel lo de Carlos en broma, era lindo ver qué eran felices pero procure no prestarles mucha atención mi mente ayudo divagando en el camino con Hetcher y aquella frialdad amable, en los destellos de su esencia que habían surgido, no era tan incómodo hablar con él y no era el narcisista que había pensado. Bueno, no tanto, era extraño que hubiera hablado de algo tan íntimo con él.

Después de que Niko se fue subimos a la habitación de Melissa la cual me llenaba de preguntas mientras me enseñaba sus compras, por más que le decía que solo me había dado un aventón hasta acá no paraba.

-Eli es que es tan guapo que no puedo creer que no te atraiga, aunque supongo que no lo hace porque es como una pierda sin contar que es solo un albañil y tu pues eres una chica bien y eso seguro que el mueble ni era de él, pero vamos Eli es guapisimo ¿No Crees?-

En realidad, no la entendía decía que era mal educado, guapo y que a la vez no me convenía porque según ella no tenía suficiente dinero, pero también que le diera una oportunidad, está mujer era un caos.

Aquel comentario me saco tanto de mí, sabía que Mel era una chica a la que le gustaba la buena vida y digo ¿A quién no? Y aunque hacia a veces comentarios fuera de lugar jamás se había burlado de alguien por su estado económico, por ello se me había hecho raro su comentario.

-Sabes que a mí no me importa nada de eso-

- que eso no importa ¡caramba Elisa! Seguro que no quieres cambiar tu vida de princesa por una de sirvienta-

- Tu sabes perfectamente que mis padres no son millonarios, les va bien pero no tenemos un ejército de sirvientes, solo la señora que ayuda a mamá unos días a la semana, viajo en autobús por favor-

-Bueno, pero aun así amiga, tienes todo, yo no dudo que él quiera superarse, o que tú quieras pasarla bien con él o con quién sea pero vamos Eli, tienes todo así que ten mucho cuidado con quién te vez no quiero que salgas dañada o que después andes sufriendo, aunque andes es autobús, eso que, es porque tus padres piensan que es seguro por qué seguro tienen para un auto, no dejarías nada de eso ¿O si?

- Ya te he dicho que él no me interesa y no por nada de eso que dices tú - yo sabía que Carlos no era un empleado, si iba empezando con su negocio, junto con su hermano y aún si lo fuera no tuviera nada de malo, sabía que en parte tenía razón, no con lo de Carlos, pero si en lo de que nunca había batallado en esa cuestión y me sería muy difícil amoldarme a no tener.

- Si lo se Eli, eres muy buena para preocuparte por esas cosas, solo digo, la gente también es mala, y no quiero que sufras, ese Carlos no me da buena espina, nunca me saluda te diste cuenta, por eso digo, si es para un rato está bien- se encogió de hombros.

- gracias por preocuparte, pero no creo que pase algo con él, es mayor que yo, también pues sí, es muy frío y rígido. Así que dudo siquiera que se fije en mí- termine desanimada.

- Tu vales mucho Eli y mereces al mejor hombre y una relación tan hermosa como la de Niko y yo- dijo tomándome de las manos

- gracias amiga eres la mejor, que bueno que eres feliz con él, de verdad me alegro mucho-

Después de hacer aquel dichoso trabajo toda la tarde del viernes todo el día del sábado teníamos chance de ver una película, ya era muy tarde para ir al cine, pero eso no afectaba a nuestras señoras palomitas, fritos con limón y salsa, claro después de haber comido una ensalada de Laura la mamá de mel que era muy estricta, tanto que metimos la fritura a escondidas pues la ensalada ni siquiera nos quitó un poco el hambre. Ninguna de las dos vio aquella película de zombies, terminamos cansadas; por la mañana claro que la terminamos de ver antes de irme, seguro soñaría mal está noche.

Eran las 12:20 cuando me dirigía a la oficina de autobuses, ¡rayos! cuánto deseaba mi propio auto. Resulta que el reloj de Melissa está atrasado, su madre no estaba así que ahora aquí vengo corriendo en medio de un cielo gris que amenazaba con convertirse en una lluvia, solo esperaba que el camión no hubiese partido, por supuesto mi mala suerte hace presencia, el camión hoy había llegado temprano y para colmo no había taxi, todos estaban ocupados, y no pasaba ninguno, mi teléfono no tenía pila por si no fuera poco y la lluvia había empezado ¿El universo conspiraba en mi contra acaso? tendría que esperar a que un taxi llegase.

Me recargue en uno de los muros, la lluvia era tranquila sin truenos ni nada, aunque si estaba bastante fuerte, por lo menos esto calmaría el calor que había estado haciendo los últimos días, miraba los carros pasar de reojo y pararse en el semáforo, de pronto escuche a alguien gritarme.

- Señorita Meller - reconoci esa voz sin vida, era él, me invadió la vergüenza- ¿necesita ayuda? -

- Gracias solo estoy esperando un taxi -

- Señorita M...

- Elisa Carlos llámeme Elisa- dije frustrada ya

- Muy bien Elisa - pronunció alargando mi nombre - hoy es domingo a mediodía, no hay taxis por esta zona hasta en la noche y el camión que va a su casa sale a las 8- tenía que ser una broma me recargue en el muro lo más que pude con suerte me tragaría, eche mi cabeza hacía atrás con tanta fuerza que hasta me pegué.

- Cuando pare la lluvia volveré con mi amiga y avisaré a mama me he quedado sin pila- termine frustrada, sobando la parte del golpe, escuché la puerta del auto cerrarse y cuando abrí los ojos Carlos estaba enfrente, algunas gotas habían mojado su playera gris, combinaba bien con el clima y sus ojos pensé.

- tengo que ir a ver un problema de última hora así que no tengo problema - lo mire y él sonrió de lado, si sabia sonreir al parecer, ¿cómo me negaría a esa sonrisa? Si hoy él estaba de tan buen humor y se miraba tan lindo así.

- Está bien- me rendí y digo ¿quién no? Me subí al auto rojo porque este era diferente al del viernes que era una camioneta, este carro olía precioso quizás y sea hasta nuevo, corrimos al auto y él me abrió la puerta para entrar - Gracias Carlos - recibí un guiño de respuesta y sentí ponerme roja.

Condujo unos minutos en silencio cuando de repente mi estómago hizo un ruido fuertísimo, me puse roja de nuevo, pero ahora por vergüenza y voltee a otro lado definitivamente no me podía ir peor, ahora me daba vergüenza solo girar mi rostro y verle, todo por ese reloj atrasado y por aquella ensalada que solo me dejó con hambre.

- Elisa si quiere podemos llegar ha...-

- No - soltó una carcajada seca, era el colmo se me fue la vergüenza y vino el coraje

-Elisa no hay problema alguno -nunca tenía problemas o que, me miró ya no sé si me gustaban sus ojos grises y esa sonrisita a medias que me convencían tan fácil - yo no he almorzado no he tenido tiempo y si usted no acepta creo que no tendré pretexto para parar a comer y sufriré todo el día, ¿podemos pedir pizza o ensalada por lo menos? - tocó mi turno de reírme no quería ver una ensalada en un buen tiempo y bueno ya que estaba tan alegre este bipolar era mi turno.

- Vayamos por unos tacos dicen que la comida mexicana es deliciosa mire ¿qué tal ahí? - señale un pequeñito local que tenía unas letras rojas enormes de TACOS - esperaba que me dijera que no, no imaginaba a Carlos con un enorme taco picante - le parece bien - añadí con malicia, pero para mí sorpresa se estacionó en frente

- Me encanta la comida mexicana a lo igual que la italiana - me guiñó - excelente elección - 

Rodeó el auto para abrir la puerta, pero cuando llegó yo ya estaba abajo, extendió la mano como un mayordomo que presenta algo

- Señorita bienvenida a la comida más deliciosa que ha probado en toda su vida - no pude evitar reir, quién viera al hielo así, me consideraba afortunada por verlo actuando de esta manera.

- ya ha venido aquí no es así -

- soy cliente activo, desde que me mudé, mi favorito es la comida a domicilio - decía mientras nos adentrábamos - buen día - le dijo de manera seca a la señora regordeta que se encontraba al frente, tenía una sonrisa muy amable, había solo un par de mesas ocupadas por unas parejas y el olor a café y salsa impregnaba el lugar.

- mire esa es mi mesa favorita - señaló con la cabeza una a un lado del ventanal donde se miraba un pequeño jardín lleno de flores amarillas, tomamos asiento allí.

De hecho, el lugar era bastante lindo simple, pequeño, acogedor olía delicioso solo deseaba pedir algo ya.

Se acercó una camarera mayor, era hermosa ya entendía por qué venir aquí, claro tenía que ser, rodé los ojos.

- Guapo que bueno que viniste - no podía coquetear más - que vas a llevar ya sabes a ti lo que quieras - le guiñó, yo levanté una ceja mirando a Carlos

- El menú por favor - dijo con su frialdad que hoy no había visto pero allí estaba

- a ti no te quito lo serio verdad- comento la camarera de forma sensual

- el menú- hablo más fuerte está vez, molesta la chica se fue y luego regreso con una pequeña carta de menú

- llámame cuando estés listo guapo- esa chica no se rinde

Carlos me extendió el menú había toda clase de tacos y algo que parecía ser un taco gigante con queso y carne, lonches, hamburguesas, burritos bueno había variedad, ahora podía comer de todo.

- Por favor pida lo que guste -

Me decidí al final por ese taco enorme de queso y carne con un extraño nombre, después llamo a la chica para hacer los pedidos la cual se fue no sin antes un coqueteó, él había pedido tacos al pastor esos sí que los conocía por supuesto.

- Dígame ¿que le parece este lugar?-

- es muy lindo la verdad, y huele muy bien muero de hambre gracias por traerme- confesé ya más en confianza, si hubiera esperado allí me hubiera desmayado.

- cuando guste - sonrió a medias - tengo pocos meses viviendo aquí y este fue de los primeros lugares que visite con mi hermano.

-¿ hace cuánto que se mudó? -

-4 meses para ser exactos llegamos e inmediatamente instalamos la empresa ya teníamos algo parecido de dónde venimos-

- Y puedo preguntar de dónde vienen-

- hemos viajado bastante en realidad, originarios de España, vivimos mucho en Roma, bastante en realidad-

- vaya pues casi no tiene acento -

- no, tiene mucho que nos mudamos - se quedó pensativo después de decir eso como si recordara algo.

Mire hacia afuera el clima no mejoraba en lo más mínimo estaba llegando un aire al parecer si se quitaría algo del calor cuando saliéramos de aquí

- el clima no mejorará- comente más para mi

- vi en las noticias que es temporada de tornados- abrí los ojos sorprendida, esperaba que no tocará uno aquí.

Llegaron nuestros pedidos y comimos en medio de una plática muy agradable entre preguntas y respuestas, esta comida estaba deliciosa.

Al final terminamos de comer y duramos un rato más platicando, cada vez me sorprendía más, era agradable su compañía debía admitir, me contó cómo va la constructora y me sorprende cuan sabio es para su edad y cuan responsable. Claro que seguia siendo serio, intimidante y frio pero ahora parecia alguen con vida, con emociones, escondidas, pero que alli estaban.

Salimos del restaurante, no sin un último intento de la mesera por conquistar a Carlos, quien respondía como ya se lo imaginan, frío y distante por lo que supongo le era más atractivo a la chica, era un reto, nos dirigimos a casa; a mi madre le llame del teléfono de Carlos avisando lo que había pasado.

Seguimos platicando los siguientes 20 minutos de camino a casa ya que el conducía bastante lento, afortunadamente la lluvia había parado un poco, no se miraba que fuera a salir el sol, estaba gris como sus ojos lo mire un poco con más confianza.

- un gusto haber convivido contigo Elisa- la primera vez que me hablaba de tu, una gran noticia, ya me empezaba a sentir como una anciana, me extendió la mano para bajar del auto, la tomé poniendome nerviosa con su tacto no quería que él lo notará pero cuando volteé a verlo el miraba fijamente nuestras manos, después volteo a mirarme sonrió muy ligeramente y quitó su mano despacio se recargo en el auto pensativo y yo me puse enfrente de él, no quería que volviera a tomar esa actitud fría.

- gracias por traerme en verdad creo que aún seguiría varada allá de no ser por ti- he de admitirlo - y estaría muriendo de hambre - reímos.

- Ya sabes cuándo quieras no me vendría mal algo de compañía apenas y conozco a gente por acá-

- Si quieres te presento a alguien, pero solo conozco a gente de mi edad - digo con burla

-Me hace sentir como un anciano de ciento cuarenta años- que especifico

- Bueno no quedarás andar con críos de 18 años, créeme - ambos reímos pero a excepción de la última vez, otra vez se contuvo de reír, perdía al Carlos alegré

-la pasé muy bien, espero que aún llegues a ese contrato y no tengas algún problema por mi culpa-

- espero o Erick se enojará...- volvió a tomar una de mis manos y dejo un beso muy suave en ella provocando que mi corazón latiera a gran velocidad.

- Adiós Elisa- su voz y su mirada oscura causaron una sensación que no pude entender, pero entendí su significado

- Adiós Carlos- mencione con dolor

Soltó mi mano y caminé unos pasos hacia la casa, el no dijo más, escuché la puerta del carro y el motor arrancar sé que el no volteo a verme, así como tampoco lo hice yo, porque por alguna razón ambos evitaríamos esto.

Carlos

Tome su pequeña mano entre las mías, había bastado muy poco para conocer la esencia de Elisa, era lo contrario a mi, yo era un monstruo ella un angel... era demasiado pura e inocente, genuina y amable, se preocupaba por otros y no dudaba en sacrificarse por ellos, todo lo contrario, a mí. Sentí su piel suave y cálida entre mi mano, supe que no merecía que jugara con ella como era mi plan y otra parte deseaba hacerla mi presa.

-Adiós Elisa- utilice mi habilidad para que supiera que no la volvería a buscar, pero no toque su voluntad, no por ser bueno, era por egoísmo.

-Adiós Carlos- lo había entendido; su mirada fue nostalgica, se giró y camino yo hice lo mismo sin mirarla más.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo