—¡Hija, el tatuaje es precioso! —mamá lo observa por cuarta vez y nos encontramos en el baño esperando que Corwin juegue un rato con la espuma—. Disfruta esta noche, baila y canta en el karaoke. —Mamá, ¿me cuentas la historia de la bestia Galusan y sus aventuras? —Un poquito porque tengo que vestirme. —De acuerdo —sonrió con su cabello mojado. —La bestia Galusan era tan fuerte que todos le temían. Ella salió asustada y aterrada de la jaula que se escapó. En la plaza se formó el caos al ver una bestia y los gritos de la gente huyendo, la desesperaba. No quería lastimar a nadie. Sin embargo, no conocía otra forma de sobrevivir. Si no se defendía era su vida la que corría peligro. Hasta que una persona le dio su mano y la ayudó. Se dio cuenta de que si contaba con tan solo una persona que lo viera, él podría ser mejor persona. Se hicieron amigos y una noche en peligro no dudó en sacrificar su vida por esa persona. —Mis ojos se humedecieron. —¡La bestia Galusan, es súper! Me hubiera g
Gravitaba por las afueras del cementerio de Cathays Cardiff, Gales, aburrida. No recordaba cómo morí. Ni siquiera mi nombre, intenté agarrar una roca y la traspasé. La luna llena me llama la atención, mis ojos fijos en esa enorme bola brillante y de pronto escucho un lobo aullar. Nunca había escuchado uno tan cerca (bueno en mi vida de fantasma) por este cementerio. Mi inexistente cuerpo gravita hacia el aullido y de pronto siento una niebla que me cubre. Nunca en todas las noches que he venido, había sentido algo de esa manera y de pronto siento la fría tierra en mis pies. «¿Qué rayos sucede?» Me agacho, estoy consciente de mi cuerpo, ya no es incorpóreo. Estoy fascinada y agarro un puñado de arena. Cierro los ojos, sintiendo todo y oliendo la húmedad. A varios pasos escucho el aullido y por instinto abro mis ojos. El lobo enorme de pelaje gris y el hocico blanco se acercó vigilando. Sus ojos oscuros y poderosos fijos en mi cuerpo, pero se detuvo como todo un depredador a mitad del c
Todavía no me acostumbro al cambio de lobo a humano y me duele todo el cuerpo. Recojo la ropa que dejé en un maletín apartado de las tumbas. Mi cuerpo tiembla por el frío descomunal y mi corazón martillea no tan solo por el cambio. Recuerdo su toque, su labios en mi cabeza peluda. No puedo apartar de mi mente esos ojos manantiales y su piel blanquecina. Al verla fue fenomenal, ella era parte de la aurora boreal y su cuerpo resplandecía compitiendo con los colores del cielo desde un verde a un morado. Termino de ponerme la ropa y no puedo creer que era un fantasma. La sentí, me acarició y me estremecí nada más de recordarlo. Esa neblina la envolvió y cuando salió su cuerpo se veía aireado. Me da rabia que se hubiera ido con ese chico amigable, demasiado para mi gusto y la veía con esos ojos de cordero. Tengo que ponerme en marcha, esta noche vine a visitar la tumba de mi querida Leyla, era mi mejor amiga y en estos momentos la extraño tanto. Solo lleva un mes de muerta, su muerte fue p
Casi me desmayo en los brazos fuertes del joven guapo y por eso me teletransporte. No sabía si en mi modo humano podría hacerlo y sí lo conseguí. Sus ojos oscuros me recordaron al lobo y de pronto siento ese anhelo de volver a verlo. Me dio un leve dolor de cabeza y pensé que tendría otra visión y se esfumó. De la misma manera que se fue mi cuerpo, en este instante me encuentro bien incorpórea. He venido al bar de Cardiff, me gusta vagar y escuchar música. Es divertido ver a las personas en su mundo y mientras las miro deseando tener un cuerpo. Será por eso que estoy teniendo leves momentos con mi cuerpo y me golpeo la cabeza desconcertada. En la esquina de la pista hay un hombre con ojos casi rojos y es imposible. ¿Cómo un ser humano tendría ojos de ese color? Gravito hacia él y está mirando a todos con rabia. Me detengo al frente de él y sus ojazos espeluznantes me enfrentan. No puede ser, no creo en esos ojos. Le hago muecas, consigo que ladee la cabeza y se cruce de brazos. En el
Estoy en las nubes, sentada en una de color rosa en mi mente y paso mi dedo indice por mis labios. La calidez invadió todo mi cuerpo humano y a pesar de que soy incorpórea en este instante, puedo sentir todo tan vívido. Estoy a punto de explotar a color y pintar el cielo con mi loco arrebato. Estar cerca de ese hombre lobo es sentirme normal, humana y no muerta. También me di cuenta que cada vez duro más tiempo con el cuerpo humano. Me teletransporte hacia la cuidad Huesos Gravitando y estoy en lo que se supone es mi hogar. Un Ford Cortina azul cielo de los años sesenta, típico vehículo británico de la época y me acuesto en el mueble de atrás, mi cama. Este plano no es por completo gris, pero para mí es de ese color. Ver tantos fantasmas gravitando me parece que todo es transparente. La ciudad no tiene edificios, solo hay muchas carpas haciendo ver esto como un circo y unas son más grandes que otras. Algunos fantasmas como yo no tienen nada, los olvidados o los que no tienen a nadie.
Nos enteramos por Kara que podemos detectar a los lobos por medio de su aura de color marrón, antes no podíamos verla hasta que todo se desmadró. Todos y cada uno repiten que se cruzó la línea prohibida, pero nadie habla claro. Todo es un maldito misterio, para alguien que no sabe ni siquiera su nombre todo es irreal. Lo sé, soy espeluznante como ha dicho mi amiga Buffy, y eso que no sabe las cosas que me suceden. Tras la risa malévola del hombre de negro, todavía la escuho y me atormenta, Kara nos explicó (con mucho énfasis) que atacarán antes que ellos acabaran con tu alma. Pude darme cuenta que avivó la llama de los fantasmas, por primera vez se sentían poderosos y querían el cuerpo de un lobo. Definitivamente la parte que más les gustó fue que si podían mantener en el cuerpo del lobo por dos semanas, sus ojos rojos que los delatan se cambiarían al color del lobo original. Eso significaba que habías logrado suprimir al lobo. Nada más de imaginarlo me desagrada. Lo otro que me pertu
Llevo trabajando desde que terminó la reunión, he estado firmando contratos y finiquitando los gastos de la semana. En medio del caos de papeles no he olvidado mi cita en el cementerio con Bellicienta y tocan a la puerta. —Adelante —recojo un poco el escritorio y doy mi última firma poniendo el papel en la carpeta.—Buenas noches, Berwin —entró Neal con mi padre sosteniendo su hombro.Desde que papá perdió la vista, Neal siempre lo ayuda junto con mi madre. En sus rostros puedo leer el disgusto por permitir que los cuatro chicos de la manada del sur se queden en el castillo. Los dejé con Craig, la cara de mi amigo fue digna de grabar y a pesar de todo aceptó ser el guía de ellos. Les informó las normas (básicamente no traicionar) y todos los por menores. Los tuve que dejar solos por el trabajo y sabía que esto sería un gran problema para papá. —Hola Neal y papá —me pongo en pie y me acerco a mi padre—, ven te llevaré a tu silla —se opuso y se puso tedioso.—No es mi lugar, es el tuy
Se supone que al ser una chica fantasma no me asuste con facilidad, pero esta pequeña casa me pone la piel de gallina. No ayuda la corriente que corre por mi cuerpo y se concentra en mi entrepierna. Estoy sin cuerpo humano, tan incorpórea como debo serlo, pero siento que mi parte de chica palpita. La vergüenza me traga, los nervios hacen que juegue con mi cabello dando vuelta en el dedo.—Puedes dejar de gravitar tanto —pidió con voz amortiguada Berwin.Estoy tan despistada en mis sensaciones que no me fijé que parecía una bola de ping-pong flotando alrededor de mi lobo. Se me escapó la risa y levanté los hombros restándole importancia. Es que su cuerpo y el mío eran dos imanes. En ningún momento deseé poseerlo. El único anhelo era rozar cada parte de su enorme cuerpo antes de desvanecerme. La señora intimidante golpeó con su mano la mesa y se me fue un remilgo.—Detengan su calenturiento y tomen asiento —nos mira a cada uno—, antes de que los saque a patadas —aumentó la voz la intimi